El
líder de ERC, Oriol Junqueras, sin tapujos ni especulaciones de ninguna clase
(a diferencia de Mas), da una vuelta de tuerca en su deriva totalitaria y lanza
un órdago, nítido y concreto, al Estado de Derecho. Si el Tribunal Constitucional
impide el ilegal referéndum que los independentistas catalanes, con Artur Mas a
la cabeza, pretenden convocar el 9-N, instará a los catalanes a que recurran a
la “desobediencia civil”, insólita estrategia en cualquier político democrático
que ejerce su labor en un Estado de Derecho. Un chantaje en toda regla al
Estado de Derecho y a las autoridades que han de velar por el mantenimiento y
consolidación de la libertad y la democracia con arreglo a la legalidad emanada
del mismo. En definitiva, una estrategia delictiva de desobediencia civil en
toda regla que llevaría a los catalanes a ponerse fuera de la ley. Para colmo
compara su estrategia con la de Martin Luther King para erradicar la discriminación
de los hombres por razones raciales, equiparando cínicamente situaciones y
objetivos totalmente distintos no sólo en el tiempo, sino también en el rango
del objetivo perseguido y en el marco legal establecido. En definitiva una
invitación insólita a dar un golpe de Estado en toda regla, cuyas consecuencias
pueden ser catastróficas.
La
otra noticia que acapara las portadas de los diarios es el anuncio público de
Ana Botella de su renuncia a presentarse como candidata a la alcaldía de Madrid,
al parecer, ante los malos resultados de las encuestas y la falta de apoyos de
su propio partido. Botella se aparta de la lucha por Madrid, facilitando a
Rajoy la elección del nuevo candidato que la sustituya. Desde los aledaños del
Gobierno señalan que “el candidato será el mejor situado en las encuestas para
ganar las elecciones”. Lógico, no van a elegir al peor situado. Desde el PP,
sinceramente o no, todo son elogios a la gestión de Botella, que públicamente
admite que la presión de su familia en su decisión ha sido clave. Lo típico en
estos casos. Desde la oposición, con mayor o menor virulencia, una crítica a la
gestión de Botella en el Ayuntamiento, recordando su actuación personal en Madrid
Arena, en la candidatura para los Juegos Olímpicos, en la huelga de la limpieza
e, incluso, hasta en la caída desgraciada de ramas de árboles que han provocado
desgracias personales. Algunos, por todo ello, apuntan a su mala suerte,
mientras otros señalan la losa de ser la esposa de Aznar que pesa sobre ella.
Ahora, habrá que estar atentos sobre los candidatos, mejor candidatas, que más
suenan, como Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes o Soraya Sáenz de
Santamaría.
En
cuanto se refiere a otros asuntos, mientras, según la OCDE, los españoles
tardan nueve años de media en finalizar sus estudios universitarios con éxito,
Economía multa a Deloitte con 12 millones por su papel en Bankía, en tanto que
la jueza Alaya prepara otra macrocausa por la corrupción en Andalucía al
encontrar vínculos entre los ERE y los cursos de formación. En definitiva, no
sé si esto de llevárselo crudo tiene algo que ver con el hecho de que 433
españoles declaran más de 30 millones de euros de patrimonio, superando en un
23% a los que declaraban semejante patrimonio en 2011 y casi duplicando las
cifras previas a la crisis en que lo hicieron 233 personas. Como se ve, hay
algunos que para nada han notado la crisis, sino todo lo contrario, se han
forrado con ella. Bueno, y mientras Obama presenta hoy su plan contra el
islamismo radical, en España el Ministerio de Interior eleva la alerta ante un
riesgo de atentado yihadista. Lo que nos faltaba.
Y,
mientras el primer informa oficial después de seis meses del siniestro, desvela
que el MH17 estalló por impactos externos en el espacio aéreo ucraniano, en
Reino Unido andan de cabeza por el legal proceso independentista de Escocia,
donde tanto el conservador Cameron, como su socio liberal demócrata Clegg, así
como el líder de la oposición, el laborista Miliband, unen sus fuerzas para
convencer a los escoceses de que no rompan los vínculos de la Unión que
libremente acordaron a principios del siglo XVIII cuando eran reinos independientes.
Nada que ver ni en la forma ni en el fondo, ni en los avales históricos ni en
el marco legal, con el esperpéntico proceso que pretenden, sí o sí y caiga
quien caiga (incluido el Estado de Derecho), los independentistas catalanes.
Jorge Cremades Sena
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