Como
no podía ser de otra forma por parte de cualquier Gobierno democrático de
cualquier Estado de Derecho, es la respuesta enérgica y tajante que nuestro
Gobierno da, tras las manifestaciones en Barcelona, a Artur Mas, quien, por
cierto, erre que erre, insiste en que se votará, aunque ignora en qué
condiciones se hará. “Hay que cumplir la Ley” es la sentencia de la
vicepresidenta Santamaría, argumentando que no puede cambiar su posición porque
“no es un capricho” y que, por tanto, espera que Mas respete la decisión del
Constitucional. No estoy yo tan seguro de ello, aunque, obviamente, hay que
tener en cuenta que si Mas cometiera el delito de convocar la consulta ilegal
podría ser condenado a hasta 15 años de cárcel. Obviamente, no se trata de
ningún capricho, sino de algo muy grave que, lógicamente, en cualquier Estado
de Derecho está tipificado jurídicamente como tal. Esta es la gran desventaja
entre Mas y su gobierno con quienes de forma irresponsable le instan a
delinquir sí o sí. Ellos, al no tener la responsabilidad de gobernar y, por
tanto, de convocar de forma oficial ninguna convocatoria, no delinquen por
hacer semejante petición, pero Mas, sí. Es la trampa mortal que Junqueras le
tendió desde el principio al decidir apoyarle para que gobernara con CiU pero
en ningún caso formar parte de su gobierno, con lo que ERC y sus dirigentes,
como principal instigadora de la felonía, prácticamente elude o minimiza la
posible responsabilidad jurídicas que caería en el President y su Gobierno,
sujetos por promesa o juramento, a cumplir y hacer cumplir la ley. En fin, el
tonto útil adecuado que, dándose ahora cuenta de la encerrona, ya se quejaba
hace días de que unos se llevaban los palos y otros los elogios. Desde luego,
tal como están rodando las cosas para CiU y para Mas podemos afirmar que el
President no parece ni mucho menos el más listo de la clase, poniéndose cada
vez más entre la espada y la pared.
Entretanto
la deuda de España, de toda España, sigue su escalada peligrosa, alcanzando ya
el máximo histórico del 98´9% del PIB, y, curiosamente, en estos años de crisis
la deuda de Cataluña ha crecido nada menos que el doble que la de la CA de
Madrid. Bueno, y en otro asunto polémico, el de la reforma de la ley del
aborto, parece ser que el Gobierno, ante la falta de consenso y la oposición de
algunos ministros y líderes del PP, recula y aparca la reforma impulsada por
Ruiz-Gallardón, dejando el asunto como está.
Y
en el resto del mundo, mientras Europa reclama a Francia nuevas y urgentes
reformas, España, con el más alto índice de desempleo de toda la UE, crea el
triple de empleo que el de la zona euro, en tanto que el Eurogrupo acelera las
reformas ante una no descartada recaída de la crisis económica. Entretanto,
Escocia prepara las urnas para celebrar su legal referéndum independentista
pero bajo el temor por las consecuencias económicas que su hipotética
independencia acarrearía para los escoceses. Fuera de la UE, mientras EEUU
ataca la médula de la economía rusa para aislar a Putin con sanciones a Gazprom
y a los mayores bancos por su actuación con Ucrania; y mientras la OMS estima
que el ébola ya ha causado más de 2.400 muertos, en el área restringida de
Conakry, como si se tratara de los apestados medievales, sólo Médicos sin
Fronteras combate lo que ya se considera el peor brote del mortífero virus de
la historia. ¿No se puede hacer algo más para combatir este tipo de
enfermedades? Si, entre otros avances, se acaba de realizar hasta un trasplante
de retina para curar la ceguera, convirtiéndose Japón en el pionero de tan loable
avance médico, no me cabe duda que se puede hacer mucho más para erradicar
enfermedades endémicas en determinadas zonas de la Tierra, que, curiosamente,
siempre están en zonas subdesarrolladas.
Jorge Cremades Sena
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