Justo
mientras los escoceses acuden masivamente a las urnas, con una participación
superior al 85%, para participar en el referéndum legal sobre su independencia,
el President Mas, avisado por Fiscalía de que no permitirá que se salte la ley,
es decir, que convoque un referéndum ilegal, mientras ultima el decreto de
convocatoria del 9-N, tras la previsible aprobación hoy de su particular y
pintoresca ley de consultas para dar apariencia
de legalidad al asunto, manifiesta retador: “No temo a las represalias”. Es
decir, para que nos entendamos, que si se le aplicara la ley, como a cualquier
otro ciudadano que comete ilegalidades, no se le estaría aplicando justicia,
sino que se le estaría represaliando. No en vano, el Gobierno español anda
alerta ante los próximos pasos de semejante personaje, quien, tras andar
acosando al Estado de Derecho durante mucho tiempo, se permite el lujo de
calificar como amenazas que un Ministro español, como es su obligación, diga
públicamente que el Gobierno simplemente aplicará la ley con todas sus
consecuencias.
Entretanto los Reyes
viajarán próximamente a Cataluña. Por cierto, tras veinte años del encargo,
Antonio López por fin termina el cuadro de la Familia Real, la del entonces Rey
Juan Carlos, que, para no interferir con su hijo, el actual Rey, traslada su
despacho al Palacio Real.
Y,
volviendo a los independentismos, en este caso el escocés, mientras los
mercados europeos apostaban ayer por el “no” los escoceses, conscientes de todo
lo que se jugaban, acudían masivamente a votar, sabedores que, en todo caso, la
apuesta estaba por más autogobierno o por la independencia. Al final, los
resultados del escrutinio, que habrá tiempo de analizar, dan un respiro a
Escocia, a Reino Unido y a la Unión Europea, pues los escoceses han optado por
lo primero con más de diez puntos de diferencia con quienes apostaban por el
caos. La masiva participación, es decir, la del pueblo callado que no participa
en las movidas callejeras, que siempre aparentan que sus reivindicaciones son
las de todo el pueblo, una vez más, ponen de manifiesto que cuando se juega
algo importante, casi vital, no pueden seguir quedándose en casa para que todos
entiendan el verdadero sentir popular. Enhorabuena a los escoceses por su
acierto indiscutible al rechazar un futuro incierto y preocupante. Ahora toca
restañar las heridas, probablemente innecesarias, que se han abierto durante la
campaña. Ya no caben demagogias para vender paraísos perdidos y edenes futuros,
ahora toca luchar por mejorar la realidad, siempre susceptible de mejoras.
Mejoras
precisamente es lo que pretende el cine español que tratará de salvar la crisis
que atraviesa mediante un gran congreso. Mejoras es lo que vende el Gobierno de
Rajoy anunciando que con la “poda burocrática” de la Administración (algunos le
exigen más poda todavía) se han ahorrado 10.417 millones de euros. Y mejoras de
imagen pública y popularidad es lo que pretende el PSOE afirmando que Sánchez irá
“donde esté la gente”, tras entrar telefónicamente en el popular programa
Sálvame, como estrategia para llegar a un público “que no sigue la política”,
aunque (esto lo añado yo), para no seguirla bien hablan de ella los habituales
tertulianos del corazón. En fin, que me parece genial e incluso necesario, no
que los políticos se sienten todas las tardes para discutir con Belén Esteban y
compañía, pero sí que cuando consideren matizar, aclarar o afrontar alguna
crítica no demasiado documentada y veraz, lo hagan sin ningún reparo ante
audiencias gigantescas que, en caso contrario, sólo tendrían la visión,
equivocada o no, de los tertulianos habituales. Quien no busca mejoras de
ningún tipo, sino defenderse como puede es Jordi Pujol Ferrusola, que alude al
marido de Cospedal, pues López del Hierro estuvo en Ibadesa Cat, en la que
participó el hijo del ex Molt Deshonorable Jordi Pujol; una indecente maniobra,
ya que lo que debe hacer, si hay indicios claros de que del Hierro haya
delinquido, es demandarlo, para que, como a él, los ciudadanos de bien exijan
que se le aplique la Justicia y pague por ello, y, en caso contrario, callarse
y apechugar con lo suyo que ya tiene bastante.
Finalmente, mientras la ONU alerta
de que el brote de ébola “amenaza la seguridad y la paz mundiales”, la firma
china Alibaba debuta en Wall Street, valorada en 132.000 millones de euros, en
un histórico estreno en la Bolsa. Unos tanto, y otros tan poco.
Jorge Cremades Sena
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