Probablemente
sea algo exagerado que, tal como dice Jorge Fernández Díaz, Ministro de Interior,
“Mas y Junqueras nos quieren llevar a otro octubre de 1934”; pero no anda
desencaminado, salvando las distancias, en que, como dirían hoy los jóvenes, la
están liando parda. Acierta el Ministro cuando dice que “El Presidente de la
Generalitat está alimentando la confrontación, la división y la fractura
interna de Cataluña”, lo viene haciendo desde hace tiempo y no pasa nada. Y,
desde luego, acierta de todas, todas, al afirmar que “pretender que Cataluña se
separe de España es un despropósito que va contra la Historia y el sentido
común”. Ya lo sabemos y ellos también lo saben. Pero el problema es que, a
estas alturas, sobran los diagnósticos, que ellos no escuchan, ni quieren
escuchar, y faltan las medidas encaminadas a que, al margen de las aspiraciones
de cada quien, sus conductas se ajusten estrictamente a la Ley. El problema no
es que tanto Mas como Junqueras, entre otros, prefieran y luchen por el
despropósito de esa supuesta Cataluña independiente que atenta contra la
Historia y contra el sentido común; el problema es que lo hagan saltándose la
legalidad a la torera sin que el Estado de Derecho haga nada por impedirlo
cuando es su obligación, desamparando así a todos los ciudadanos decentes. Dice
Fernández Díaz que Jordi Pujol le “produjo una decepción extraordinaria” y que
no desea mal a nadie “pero todos somos iguales ante la ley”. Totalmente de
acuerdo con él, aunque, a la vista está, que no es lo que sucede en España
lamentablemente. Ni con Pujol, ni con Mas, ni con tantos y tantos otros que,
ante el estupor de la mayoría, hacen lo que les viene en gana. Y, ante tanta
permisividad, no extraña que los inversores extranjeros se blinden ya ante la
deriva catalana, imponiendo cláusulas ante una posible salida del euro y
pidiendo a los bancos sus planes en caso de independencia, pues, si seguimos
así, al final puede pasar cualquier cosa.
Y no pasan más cosas
porque Dios no quiere. Ahora resulta que el Banco de España ya alertó en 2007
del fraude de Oleguer Pujol, señalando los movimientos “sospechosos”, pero
Hacienda no actuó. Misterios sin resolver, como tantos otros. Ahora resulta que
su hermano Jordi Pujol quiere vender su mansión, situada en la zona más
exclusiva de Barcelona (producto de su esforzado trabajo meridianamente
trasparente, como ya se sabe) y embolsarse nada menos que seis millones de
euros si el mercado ruso apuesta por ello. Ahora resulta que el “número dos” de
Caja Madrid culpa a la presidencia de las tarjetas opacas, mientras Hacienda
investigará las “tarjetas B” en todas las grandes empresas aunque no sean del
Ibex. Y ahora resulta que el Gobierno negocia con el PSOE prohibir las tarjetas
a los cargos públicos, pretendiendo que esta propuesta de la Ley de
Trasparencia se incluya en el pacto por la regeneración. Como ven sólo se actúa
cuando el escándalo alcanza dimensiones desproporcionadas y se hace casi
siempre tarde y mal, como si hasta ahora nadie supiera nada de nada. Y como es
lógico, entretanto, los ingresos en prisión por fraude fiscal suben un 63%
desde 2012. Menos mal, ya era hora.
En cuanto a otros
temas importantes, mientras parece ser que los quince grandes de la banca
aprobarán los tests de estrés que exige la supervisión europea, España hará
frente en 2015 al mayor pago de deuda de toda su Historia, al tener que
afrontar el vencimiento de más de 155.000 millones de euros de deuda pública.
Algunos estarán pensando que menuda faena que no esté gobernando Podemos ya que,
como en su proyecto se contempla el impago de la deuda, nos ahorraríamos un
pastizal. ¿O no? Entretanto Rajoy avisa al PP de que se acaban las mayorías y
llega la hora de pactar, mientras Luis Ayllón, el Secretario de Estado de
Relaciones con Las Cortes, dice que no han “renunciado a consensuar la elección
directa de alcaldes”. Y eso que, parece ser que Podemos no se presentará a las
elecciones locales, lo suyo es la gran política y no la brega municipal. Lo
dicho, lo suyo es el impago de la deuda, entre otras mágicas soluciones. La
Iglesia por su parte comienza el Sínodo sobre la familia, un “debate sincero”
sobre la familia que puede cambiar la propia Iglesia.
Fuera de nuestras
fronteras, elecciones en Brasil y en Bulgaria. En el país iberoamericano, la
actual presidenta Dilma Rousseff, con más del 40% de apoyos espera ganar en
segunda vuelta al conservador Neves, segunda fuerza más votada que ha relegado
a la socialista Silva a un inoperante tercer lugar. Y en el país europeo, el ex
Primer Ministro Boiko Borisov, con un 33´2% de votos gana las elecciones con su
partido conservador populista GERB, después de haber dimitido en febrero del
año pasado en medio de una ola de protestas sociales. Y en otros lares,
mientras en Méjico, las autoridades investigan si los cadáveres hallados en
tres fosas en el Estado de Guerrero pertenecen a los estudiantes desaparecidos
tras un enfrentamiento con la policía que, al parecer, “los metieron en una
fosa y los quemaron vivos”, en Marruecos se desarrolla la cuna de yihadistas
españoles ya que el 30% de los terroristas nacionales afiliados al EI procede
de Castillejos, un pueblo marroquí situado a sólo nueve kilómetros de Ceuta.
Y, en cuanto a los
deportes se refiere, el Real Madrid arrolla en el Bernabeu al Bilbao, 5-0, con
triplete de Cristiano y duplete de Benzema, siendo además el portero bilbaíno el
mejor de sus jugadores. Por supuesto felicitar a la selección femenina de
baloncesto que ha conseguido una plata histórica al proclamarse subcampeona del
mundo tras caer en la final frente a la casi invencible selección de EEUU. Y
lamentar el aparatoso accidente de Bianchi, el piloto francés de F1, en Japón
que ha estado a punto de costarle la vida, aunque, menos mal, parece que al
final está fuera de peligro.
Jorge Cremades Sena
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