No se trata de que me
haya entrado una especie de patrioterismo castizo al extremo de ir gritando a diestro
y siniestro ¡Viva España!. Ni es mi estilo, ni el horno está para semejantes
bollos, aunque no estaría de más que, sin necesidad de semejantes vítores,
todos fuéramos capaces de poner algo más de empeño a la hora de defenderla para
sacarla del agujero que, entre unos y otros, la han metido, pues no faltan quienes
prefieren seguir hundiéndola en vez de intentar levantarla. El título de este
comentario se debe a que el banco estadounidense Morgan Stanley ha titulado así
su último informe en el que aconseja invertir en activos españoles, comprando
su deuda, y desaconseja los mercados italianos por su inestabilidad política.
¡Quién lo diría hace apenas un año! Si además la Reserva Federal estadounidense
mantiene los estímulos económicos al considerar la autoridad monetaria demasiado
“moderado” el crecimiento de EEUU como para frenar la expansión monetaria,
provocando una reacción favorable en todos los mercados europeos, no podemos,
ni debemos, despreciar tan buenas noticias. En definitiva, los datos económicos
siguen mejorando en España, lo que no está nada mal, aunque al final todo quede
en una serie de indicios que puedan mutarse en negativos a la primera de
cambio. Pero, mientras duren, bueno es que nos alegremos de que las empresas
del IBEX ganen un 9% más, dejando atrás lo peor de la crisis; de que el FROB
asegure que la vuelta del crédito bancario será “poco a poco” una realidad,
superando la apatía actual; de que el Tesoro se beneficie de la mejora en los
mercados y siga superando sus objetivos, colocando más bonos a menor interés; o
de que la prima de riesgo, insoportable hace varios meses, abra en mínimos por
debajo de los 240 puntos desde el verano de 2011 y se mantenga por debajo de la
italiana. Bien pues por ese ¡Viva España! De Morgan Stanley, lo contrario, como
sucedía antes, sería no dramático sino trágico.
Lástima que, ante el empecinamiento
de Artur Mas y sus socios por mantener el órdago independentista (a pesar de
las advertencias de la UE sobre las consecuencias derivadas), los inversores en
Cataluña tengan graves incertidumbres, al extremo de que BCN-World haya
anunciado que descartaría su proyecto de Eurovegas en Cataluña para realizarlo
en otro lugar si Cataluña sale de la UE al independizarse. Me temo que la
absurda tozudez de los nacionalistas catalanes, asegurando que Cataluña seguirá
en el euro y en la eurozona, frente a todos los tratados y al sentido común, no
será suficientes para convencer a estos y otros inversores que, lógicamente, no
estarán dispuestos a poner y arriesgar sus inversiones en zonas de alta
inseguridad jurídica y política. Si eres capaz de imponer tu criterio
soberanista por encima de “leyes y constituciones” ya que tu criterio es esa
especie de democracia salvaje, sin sujeción a normas, se puede esperar
cualquier cosa en el futuro sobre los proyectos e inversiones que se hagan en
ese futuro país independizado de forma tan incívica e irresponsable.
También es preocupante que el PSC
pierda el 50% de votos por la indefinición y el coqueteo que mantiene sobre el
soberanismo y sobre el derecho a decidir, sin que el PSOE sea capaz de imponerse
e imponerle un criterio sólido al respecto, salvo ese genuino invento de
federalismo asimétrico que genera todavía más incertidumbres en la opinión
pública española, incluida la catalana. Menos mal que las distintas facciones
del socialismo español se preparan para hacerse con las riendas del partido que,
al parecer, pasa por un acuerdo, la llamada “vía vasca”, entre Patxi López y
Eduardo Madina, salvo que de pronto aparezca Carmen Chacón, con Pajín, Aido y
compañía, para impedirlo. Lo cierto es que, tal como está el patio, el
principal partido de la oposición no está a la altura de las circunstancias, ni
se le espera. Un asunto de extrema gravedad para resolver los graves problemas
de Estado por los que atraviesa España en estos momentos. Algunos compañeros de
la vieja guardia, como es el caso de Corcuera, están dispuestos, al menos, a
llamar al pan, pan, y al vino, vino, al plantear a Chavez, Navarro y otros
destacados dirigentes del PSOE que, como militante socialista, “convendría que
mi partido supiera qué es España”. Yo hubiera añadido que primero convendría saber
qué es el PSOE en la actualidad.
Jorge Cremades Sena
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