Algo
especial debe tener el bipartidismo (hegemonía manifiesta de dos partidos que,
frente al resto, se alternan en el gobierno) cuando sus protagonistas (en
España el PP y el PSOE) reivindican su valor, mientras que los demás partidos, que
quedan fuera de él por decisión de los ciudadanos, lo critican rabiosamente
pero sólo con el objetivo no de destruirlo sino de formar parte del mismo, pues
ninguno reivindica un multipartidismo protagonista para atomizar las Cámaras
Legislativas y generar un ambiente, si no ingobernable, de difícil
gobernabilidad. Y es que, en democracia, la alternancia política tiene un valor
en sí misma, como garantía de continuidad del sistema frente a la probable
anarquía que se presume en un panorama de ingobernabilidad. Por eso el
bipartidismo es malo, hasta que se forma parte de él. Por eso nadie se conforma
con vocación minoritaria y todos los partidos reivindican que su objetivo es
ganar las elecciones, cuestión distinta es que los ciudadanos, por mayoría,
confíen en sus proyectos. Seguramente por ello, tanto el PP como el PSOE, con
suficiente experiencia gubernamental, defienden el valor del bipartidismo, con
mensajes más que elocuentes. Mientras Rajoy dice “somos la garantía de
bienestar”, Sánchez manifiesta “aquí si hay alternativa, nosotros”, como
previsión de que, en caso de que el partido gobernante fuese rechazado por la
ciudadanía, no necesariamente ha de venir el caos. Y por ello, Podemos,
mientras critica el bipartidismo PP-PSOE, se presenta como el que puede
derrotar al PP, que no a ayudar a la alternancia que pretende el PSOE, con el
único objetivo de sustituir el actual bipartidismo PP-PSOE por un nuevo
bipartidismo PP-Podemos. Así acaba de suceder en Grecia con Syriza y Nueva
Democracia, conseguido el hundimiento del PASOK, que pasará ahora al coro de
los grupos minoritarios acusadores del bipartidismo griego como perversión
democrática… con la única aspiración de auparse al mismo de nuevo. Y, desde
luego, por ello Susana Díaz quiere probar que puede batir a Podemos,
justificando su adelanto electoral en que el nuevo dirigente de IU, Garzón,
pretende una convergencia con el partido de Pablo Iglesias en un supuesto pacto
nacional IU-Podemos que desalojaría al PSOE del bipartidismo y ocuparía su
lugar, bien como opción gobernante, bien como la nueva alternativa democrática.
Así, mientras Susana convoca elecciones, ahora que tiene los sondeos favorables
a cinco escaños de la mayoría absoluta, Sánchez (al margen de las
especulaciones que quieran hacerse) se volcará en la campaña para ganarlas y,
por qué no, para no perder su protagonismo de cara al futuro, reclamando desde
ya unidad en el partido frente a PP y Podemos en plena lucha interna, que
podría debilitarle; y lo hace con el lógico mensaje “pido responsabilidad a los
dirigentes del PSOE”, mientras desde Podemos se frotan las manos.
Quienes no se frotarán
las manos son los cuatro funcionarios imputados por abusar de siete reclusas en
el penal de Brieva. Entretanto Bárcenas se jacta de tener grabaciones, que no
muestra, de Rajoy y Arenas, mientras que desde la cúpula del PP declaran que no
tienen temor alguno a lo que haga o diga el ex tesorero. Y, por su parte,
mientras los dirigentes de Podemos excusan la ausencia de Monedero en el
Consejo de Coordinación, diciendo que “está dando clases”, resulta que, nada
más terminar el acto, se le localiza en una parada de metro próxima a la sede
del partido donde se celebraba, lo que, ante las acusaciones que se le vienen
haciendo últimamente, ha levantado lógicas sospechas de que en realidad se
esconde y no da la cara esperando que amaine el temporal.
Y un trágico accidente
aéreo siembra de luto a la OTAN. Un caza griego F-16 se estrella contra un
hangar en la base de Los Llanos de Albacete durante unas maniobras, causando
diez muertos y una veintena de heridos, algunos muy graves. En la tragedia, la
mayor tragedia militar aérea en 30 años y el peor accidente de la Alianza Atlántica
en zona sin guerra, han fallecido dos militares griegos y ocho franceses al
estrellarse el F-16 sobre los aviones estacionados cuando intentaba despegar,
incendiando a otros cinco cazas y generando un verdadero infierno. Ahora toca
investigar las causas del accidente, dar las condolencias a los familiares y
compañeros de los fallecidos, así como desear la pronta recuperación de los
heridos.
Mientras tanto en
Grecia Syriza, desde su proyecto de izquierda radical, forma con la derecha
nacionalista griega un frente antieuropeo, mientras la Troika advierte que
tiene que pagar su deuda, como los demás estados, recordando que los
compromisos adquiridos “están para cumplirlos”, mientras Tsipras cierra el
citado acuerdo antinatura con la derecha nacionalista para formar un gobierno
antiausteridad, lo que genera demasiadas incertidumbres ya que, como dice De
Guindos, Grecia, al margen de su desorbitada deuda (unos 240.000 millones de
euros, entre ellos 26.000 millones a España), necesitará además de aquí al verano
otros 10.000 millones más, cuando además tiene los mercados cerrados. En tales
condiciones, nadie entiende cómo consolidará Tsipras una política expansiva de
incremento del gasto, aunque ya sólo hable de alargar los plazos de devolución
de su deuda y no su impago, ni como compaginará desde su ideología de izquierda
radical las políticas que propugna su aliada derecha nacionalista, partidaria
de expulsar a los inmigrantes, con la que sólo comparte una especie de
nacionalismo anti europeísta. Expectación por tanto ante la cuadratura del
círculo que pretende el gobierno griego de Syriza.
Jorge Cremades Sena
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