Según el
barómetro del CIS, mientras PP y PSOE mantienen su moderado ascenso, Ciudadanos
sube en apoyos electorales de forma clara y se consolida como tercera fuerza
política, mientras que Podemos se desploma de forma ostensible y sólo en un año
pierde la mitad de sus votantes. Los resultados, en caso de celebrarse hoy la
generales, serían los siguientes: el PP con el 29´1% de los votos (un 0´9% más
que en el barómetro anterior) ganaría las elecciones, el PSOE con el 25´3% (un
0´4% más) sería la segunda fuerza política, Ciudadanos con el 14´7% (un 3´6%
más) se consolida como tercera fuerza, y Podemos con el 10´8% (4´9% menos)
quedaría relegado al cuarto lugar; en cuanto al resto de partidos IU obtendría
el 4´7% de los votos, Convergencia el 2´9%, ERC el 2´2%, Compromís el 1´4%,
UPyD el 1´2%, Amaiur el 1´2%, PNV el 0´7%, CC el 0´6%, BNG el 0´5%, cerrando
con el 0´1% respectivamente Unió, FAC, UPN y GB. Con semejantes resultados y
tendencias de voto, el imparable desplome del populismo podemita (veremos a ver
si el fichaje del general Rodríguez arregla el desaguisado) y el espectacular
ascenso de Ciudadanos, que avanza en los feudos de Podemos como son las
ciudades y los votantes con estudios, despejan de alguna forma el tercer puesto;
por otro lado la moderada ascensión del PP y PSOE, algo más favorable a los
populares que a los socialistas, que no acaban de despegar y reducir distancias
(salvo que el fichaje de Irene Lozano con su trasparencia consiga el milagro),
despejan cada vez más la incógnita de quién ganará las generales y refuerza, en
todo caso, el papel de Ciudadanos que será quien, de seguir así, tendrá en sus
manos la gobernabilidad en la próxima legislatura. Entretanto, Rajoy pide al PP
dejar el pesimismo porque “se puede gobernar” y garantiza a la cúpula popular
que será “justo” en la elaboración de las listas (¿se sumará a la moda de los
“fichajes” sorprendentes para el espectáculo?), consciente de que, estando a la
baja respecto a la legislatura actual, las refriegas internas son más que
probables; por su parte Sánchez convoca a sus líderes autonómicos a una reunión
en Barcelona con el fin de superar las diferencias para pedirles plena unidad
sobre Cataluña, consciente de que el problemático asunto del independentismo
es, entre otros, fuente de divergencias internas en su partido.
Por cierto en asuntos
nacional-independentistas el TC avisa a los soberanistas de que tiene la
“última palabra”, permitiendo que el Parlament, “sede natural del debate
político”, debata la resolución de independencia ya que aún no es definitiva y,
en todo caso, no se puede abordar todavía la posible inconstitucionalidad de lo
que aún no se ha aprobado; también bloquea las leyes de Hacienda, Presupuesto y
Transición Nacional de la Generalitat, mientras Bruselas culpa a Cataluña del
crecimiento del déficit público. Y como casi todos los líderes políticos
proponen reformar la Constitución, Rajoy asume la proximidad de dicha reforma y
promete derogar la Disposición Transitoria Cuarta, que prevé el mecanismo de
fusión de Navarra con el País Vasco. Una vez puestos a abrir el melón de la
reforma constitucional no necesariamente ha de ser a favor de las tesis
nacional-independentistas o a aumentar el desmadre sin control de determinadas
competencias autonómicas, sino que pueden ir perfectamente en sentido contrario
y, probablemente, con un mayor apoyo por parte de los ciudadanos. Me pregunto,
por ejemplo, ¿por qué seguir favoreciendo en la ley electoral a los partidos
nacionalistas en las elecciones generales? ¿por qué seguir permitiendo que en
temas como educación o sanidad cada comunidad autónoma decida y haga lo que le
venga en gana?... y así una serie de porqués de los que los ciudadanos
españoles están hasta las narices.
En cuanto a otros
asuntos destacar que una empresa admite que donó 400.000 euros a CDC para
conseguir obras (el robo que no cesa); que por primera vez la izquierda
abertzale lamenta haber dado la espalda a las víctimas de ETA y hace una “reflexión
crítica” al decir Hasier Arraiz, presidente de Sortu, “sentimos profundamente
que nuestra actitud política no haya acompañado siempre el dolor de cada
víctima” (no es demasiado, pero por algo se empieza); que según la UE, el nuevo
gobierno español que surja tras las elecciones deberá recortar 9.000 millones
(el actual gobierno no lo comparte); que el Real Madrid confía en Benzema tras
ser imputado por la justicia francesa en un asunto de soborno a Valbuena
(veremos a ver en que queda esta enésima conducta dudosa del joven francés);
que los padres de los cuatro niños españoles que murieron en un incendio en
Doha, están indignados por la absolución de los presuntos responsables y manifiestan
que “han barrido bajo la alfombra la muerte de nuestros hijos” (así lo decide el
Tribunal de Apelaciones de Qatar, exonerando a los anteriormente condenados); y
que los 135 diputados del Parlament de Catalunya hacen públicas su declaración
de bienes y actividades, resultando que el cantautor y diputado Lluís Llach,
cabeza de lista por Junt pel Sí por Gerona, es uno de los que más patrimonio
tiene (siete viviendas y un velero), junto al popular Albiol y al socialista
Iceta…… en fin, la riqueza está repartida y no tiene color político.
Jorge Cremades Sena
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