Si ayer
mismo se publicaba una encuesta de NCReport que concluía que la gran mayoría de
los catalanes pedía no apoyar a Mas y convocar elecciones, mientras miembros de
la ANC, en una especie de ritual litúrgico, se encerraban sin cenar en un
colegio hasta que la CUP, claramente dividida, votara la investidura del
nefasto “president” en funciones, la primera de las conclusiones de la encuesta
no se ha hecho esperar, pues, en sintonía con dicha mayoría de catalanes
(obviamente cada quien por múltiples motivos), los antisistema de la CUP
(antisistema, por sus claros comportamientos totalitarios los hay en otras
formaciones soberanistas) han decidido negar su imprescindible apoyo para que
Artur Mas (no hace demasiado, Arturo) sea investido de nuevo como President,
abocando a Cataluña a unos nuevos comicios (los cuartos desde 2010), salvo que,
antes del próximo día diez de enero, los independentistas presenten otro
candidato para liderar el alto honor totalitario de desconectar Cataluña de
España. De momento, sus propios aliados coyunturales en el independentismo (único
y supremo objetivo que recuerda a aquél de la “España, una, grande y libre”) lo
que han hecho ha sido desconectarle a él de tan alto honor, pues, ya ven, sus
fechorías políticas ya ni les sirven a sus propios colegas de aventuras, pues,
como dice un refrán castellano (perdón por el atrevimiento) “quien mal anda,
mal acaba” y es obvio lo mal que viene andando el todavía Molt Honorable,
aunque en funciones, que tendrá además que responder ante la Justicia por sus
devaneos anticonstitucionales y sus irresponsabilidades, que han llevado a
Cataluña al caos y han acabado incluso con CiU, la coalición nacionalista
catalana por excelencia desde la Transición, y con CDC envuelta en nubarrones
de corrupción. Así las cosas, CDC (o como quiera llamarse ahora para disimular)
no presentará “candidato alternativo”, tal como reclaman las CUP a Junts pel
Sí, y ERC asegura que no abandonará el plan totalitario (“no nos rendimos”,
dice Junqueras), mientras Ciudadanos, PSC y PP ven una oportunidad para poner
fin a la vía soberanista. Los anticapitalistas de las CUP desconectan a Mas,
que en esta ocasión no podrá culpar a España, del liderazgo del “procés” y
genera una guerra soberanista en toda regla, pues CDC no quiere humillarse aún
más ofertando otro candidato (sería ya
el colmo) y sus socios ERC y ANC (cuyo ayuno no valió de nada) se lo piensan.
Entretanto, tras este largo esperpento soberanista del “procés”, se vislumbra
la “operación Colau” para unir a todas las izquierdas en unos nuevos comicios,
tanto en los autonómicos como en los generales, que también están a la vuelta
de la esquina. Y, finalizando con la segunda parte de la encuesta de NCReport,
en los comicios catalanes que se prevén para marzo, el President desconectado
perdería seis escaños (incluso parecen pocos) y no sumaría mayoría ni con las
CUP (¿aunque con Podemos….?); los resultados serían: Junts pel Sí (suponiendo
que no salte en mil pedazos) el 35´6% y 56 escaños, Ciudadanos el 21´2% y 29,
PSC 12´1% y 15, CSP 9´5% y 12, CUP 8´9% y 11, PP 8´4% y 10, y Unió 2´9% y 2….
Pero hasta marzo queda una eternidad.
Y otra eternidad, tal
como está el patio, para los más que probables comicios generales que habrán de
repetirse tras los catalanes si la responsabilidad de unos y otros no lo
remedia. De momento, mientras el Gobierno cree que el “no” de la CUP a Artur
Mas fractura la independencia y aleja el acuerdo en Madrid, el PP presiona al
PSOE para lograr un pacto de investidura y Podemos busca desgastar a los
socialistas a costa de Cataluña pues su líder, Pablo Iglesias, acusa a Susana
Díaz de ser la aliada del PP en el PSOE, cuando cada vez es más evidente la
alianza, vía Colau, de Podemos con el independentismo catalán, los procesos
antidemocráticos para conseguirlo y los guiños al mundo abertzale vasco y al
radicalismo independentista gallego. En fin, cada quien, a cara de perro, va a
usar todo el juego sucio posible para desprestigiar al contrario en caso de que
se convoquen nuevas elecciones generales, en plena resaca de lo que suceda
finalmente en Cataluña. El PP espera el regreso de los votantes de Rivera y
cree que, si hay elecciones, su único margen es recuperar al electorado que se
ha ido a Ciudadanos, mientras Faes avisa de que el problema es la desilusión y
urge a Rajoy a movilizar el voto que se quedó “en la sala de espera” el 20-D y
a buscar pactos para futuras reformas; el PSOE, amenazado seriamente por
Podemos y presionado por el PP y Ciudadanos, se debate entre adoptar una
estrategia de responsabilidad facilitando la investidura de Rajoy o agarrarse a
un clavo ardiendo aliándose con Podemos, su mayor enemigo electoral, que de una
u otra forma va a intentar desprestigiarlo y romper más aún el partido;
Podemos, con la vista puesta en convertirse en el claro referente de la
izquierda acabando con el PSOE tal como ha hecho con IU, satisfecho mientras
sólo sea desde la derecha quienes intentan desenmascarar la inviabilidad de su
proyecto comunista antisistema que nada tiene que ver con la izquierda
democrática que debiera representar el PSOE en vez de hablar de posible
“gobierno de izquierdas y progresista” que defiende Sánchez y alguno que otro
más para no perder el sillón; y Ciudadanos intentando nadar y guardar la ropa
no vaya a ser que un error estratégico acabe con las expectativas que hace bien
poco tenían según las encuestas. Este es el panorama político español, mientras
la falta de un gobierno estable amenaza, según los expertos y el sentido común,
la creación de empleo en 2016, previendo que el mercado laboral crecerá pero
apoyado en la temporalidad.
Aunque donde el
panorama político está que arde es en Oriente Próximo, pues Arabia Saudí rompe
relaciones diplomáticas con Irán después de que una manifestación frente a su
embajada en Teherán, en protesta por la ejecución del clérigo chií Nimr al
Nimr, acabara invadiendo la sede diplomática e incendiándola, mientras el líder
supremo iraní, Alí Jamenei, prometía “venganza divina” y afirmaba que “la mano
de Dios apretará el cuello de los saudíes”. Otra vuelta de tuerca más en la
enquistada guerra religiosa y política dentro del mundo islámico entre chiíes y
suníes, donde la ejecución de un líder chií, junto a otros 46 reos, inflama el
conflicto y genera alta tensión en Oriente Medio; Irán afirma que Riad lo
pagará caro y Arabia Saudí, tras la amenaza y las agresiones a su embajada en
Teherán, decide romper las relaciones diplomáticas con su contrincante por el
dominio de tan estratégica región, donde, estando la situación ya bastante
complicada, aun puede empeorar, provocando de momento gran preocupación en el
gobierno de EEUU.
En cuanto a otros
asuntos internacionales cabe destacar que, según la OMS, las grandes ciudades
cada vez más irrespirables, las metrópolis que están ya en alerta por
contaminación desde Milán a Nueva Delhi o desde Sao Paulo a El Cairo, además de
agravar el calentamiento global, provoca siete millones de muertos prematuros
al año. También cabe citar que, mientras EEUU investiga el uso de pasaportes
venezolanos por radicales islamistas, mostrando nuevas pruebas la cobertura
chavista a Hizbolá, la oposición venezolana, vencedora en los comicios
legislativos, desafía a Maduro y elige presidente de la nueva Asamblea,
pidiendo los diputados apoyo ciudadano frente al gobierno de Venezuela.
Y en cuanto al fútbol
se refiere, Benitez está seriamente amenazado de destitución tras empatar el
Real Madrid en Mestalla, 2-2, y desaprovechar otra ocasión de acercarse al
Barça que empató en el campo del Español.
Jorge Cremades Sena
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