Pedro
Sánchez, decidido a toda costa a un pacto “a la portuguesa” contra Rajoy,
vencedor de las elecciones pero sin mayoría absoluta, al igual que el
socialista Costa ha hecho contra el conservador Coelho en Portugal, se reúne
hoy con el flamante primer ministro socialista luso que, tras derrocar al
efímero gobierno de Coelho en una moción de censura, gobierna hoy con el apoyo
de los comunistas del PC y del Bloco de Esquerda, que se autodefine como
socialista (fundado por diversos pequeños partidos de izquierdas e
independientes que van desde la tradición maoísta a la trotskista y sectores
desgajados del PC), en definitiva, un gobierno tripartito entre opciones
políticas ideológicamente bien distintas que veremos qué resultado tendrá para
Portugal. Por tanto, no sin cierta razón, desde Ferraz, el equipo de Sánchez,
plantando cara a la mismísima Susana Díaz, sostiene que “el resultado del 20-D
refleja una situación similar a Portugal” y que el Secretario General cree que
“el diálogo puede terminar con una alianza progresista” (diálogo con Podemos ya
que sin dicha formación nada es posible ni matemáticamente hablando). Imposible
pues no es el empecinado objetivo de Sánchez y su viaje a Lisboa para importar
su “frente de izquierdas”. Sin embargo hay que tener en cuenta algunas
consideraciones que, aunque lo parezca, hacen que el calificativo de “similar”
a la situación española con la portuguesa no es del todo correcto. Al margen de
que Costa ya advirtiera que su Ejecutivo respetaría los compromisos
internacionales de Portugal (pertenencia a la UE, a la Eurozona, a la OTAN…) y
que sus socios radicales de izquierdas aparcarían su rechazo al equilibrio
presupuestario impuesto por Bruselas y su exigencia de renegociar la deuda
pública (vamos, que de forma sumisa se sometían a una política
socialdemócrata), en España, a diferencia de Portugal, hay asuntos como el
independentismo (catalán, vasco, gallego…), como el proyecto constituyente de
Podemos para liquidar lo que llaman “régimen del 78”, como el conglomerado
podemita con diversas opciones que van desde el populismo irresponsable al
radicalismo ideológico, pasando por alianzas con abertzales… que no están
dispuestos a liquidar de un plumazo, ni siquiera por razones de ganar cierta
credibilidad. Además, por si todo ello fuera poco, el asunto aquí no se arregla
con un tripartito (PSOE, Podemos, IU), que, apurando mucho, se correspondería
con aquello de las “izquierdas” (lo de “progresista”, ya ni por asomo), ya que
habría que echar mano de nacionalismos, independentismos y todo tipo de –ismos
intolerables (además de que Podemos no se autodefine de izquierdas, sino
transversal), hasta llegar a un tetra o pentapartito, como mínimo, para sumar
la mayoría absoluta. Y, en el mejor de los casos, para parecerse a la situación
portuguesa que para nada es una situación envidiable, mientras se está a la
espera de que el experimento portugués pueda dar buenos resultados.
No en vano Rajoy
prepara al Gobierno y al PP para nuevas elecciones, previendo un largo proceso
de investidura, y pide entretanto a su Ejecutivo que no dé la sensación de
parálisis, mientras que Felipe VI prevé consultar a ex presidentes y
economistas por la ingobernabilidad, al igual que su padre, Don Juan Carlos,
sondeara otras opiniones (todas son valiosas) en las legislaturas más difíciles,
y, como es su obligación, comenzará la ronda de contactos con los grupos
minoritarios a partir del próximo día 13 cuando se constituirán las Cortes. Por
cierto, en la Pascua Militar, el Rey ha manifestado que “España es una nación
con capacidad de liderazgo, responsable, fiable y leal”, mientras subraya el
“magnífico trabajo” de las Fuerzas Armadas y llama a responder con “unidad y
firmeza” a “quienes atacan nuestros derechos y libertades”, pero evita prudentemente
mencionar la compleja situación política española, incluyendo la catalana.
Cuestión distinta es si nuestros políticos tienen esa capacidad de liderazgo y
si son responsables, fiables y leales. Me temo que no.
Respecto a Cataluña,
por cierto, una facción de las CUP cree que todavía es posible investir a Mas,
por lo que el grupo anticapitalista se vuelve a reunir hoy con Junts pel Sí
entre las presiones de los partidarios del desbloqueo, mientras la ANC ya no
pone como condición que Mas sea el President.
En cuanto a otros
asuntos, cabe destacar que las rebajas y el tirón del consumo aplazan un mes la
cuesta de enero; y que en las bodegas de Rioja se ha producido un cisma por el
asunto de la denominación de origen entre las bodegas riojanas propiamente
dichas y las ubicadas en la provincia de Álava.
Y mientras Europa
acepta relajar este año su política de austeridad (ya nos encargaremos los
españoles de estropearlo en nuestro país), obligada a adaptar medidas fiscales
por diversas cuestiones (crisis de refugiados en Alemania, bajada de impuestos
en Italia y España, gasto militar en Francia…), la ONU condena unánimemente el
ensayo nuclear de Corea del Norte, aunque EEUU duda de la versión coreana sobre
el ensayo de su bomba de hidrógeno que, en todo caso, pone en alerta al mundo,
por más que algunos se pregunten si Kim Jong-un lo que hace es mera propaganda.
Jorge Cremades Sena
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