Al margen
de las preferencias que cada uno tenga sobre el futuro gobierno de España, lo
cierto es que, hoy por hoy, la gobernabilidad está atascada, al extremo de que
lo más probable sea que al acabar esta segunda ronda de consultas por parte del
Rey todo siga igual que cuando acabó la primera ronda. Por eso, para evitar
este atasco “in eternis”, aunque algunos analistas consideran que hay que dar tiempo
al tiempo con alguna ronda más de consultas, no son pocos quienes se preguntan
cómo es posible salir del atasco. Ya se apunta a que el Rey podría disolver las
Cortes sin que haya ninguna investidura fallida (requisito normal para que
empiece a contar el tiempo de dos meses para la celebración de nuevas
elecciones que, en todo caso, según los sondeos darían unos resultados bastante
similares a las del 20-D), ya que si ningún candidato aceptase someterse a una
votación fallida, Felipe VI, podría remitir una carta al Presidente del
Congreso para desbloquear la situación y entonces Patxi López tendría dos
opciones: convocar elecciones inmediatamente o considerar la situación por
analogía como “votación fallida” para comenzar a contar desde dicha fecha los
dos meses. Es obvio que ante este vacío legal de procedimiento, no podemos
estar mucho tiempo mareando la perdiz, tal como están haciendo los dirigentes
políticos a quienes los españoles les han ordenado pactar, pactar y pactar; y,
según parece, estarían dispuestos a decirles lo mismo en caso de nuevos
comicios. Y mientras Sánchez rechaza el plan de Rajoy en busca de dar “tranquilidad
y estabilidad” a España, ofreciendo el PP sin éxito apoyar al PSOE en las cinco
CCAA y en los Ayuntamientos donde los barones gobiernan con apoyo populista
(quienes, por cierto, buscaron apoyo de los separatistas para presidir el
Congreso), Felipe González, con un lenguaje críptico para que cada quien
entienda lo que le convenga dice, entre otras cosas, que “ni el PP ni el PSOE
deberían impedir que el otro gobierne”, que “no tendrían que negar la
posibilidad de un Gobierno si no pueden hacerlo ellos”; que quiere “que España
tenga Gobierno” y prefiere “que sea progresista y reformista”, que “la pinza
que el PP hizo en Andalucía con Podemos no es un ejemplo a imitar” y que
Podemos pretende “liquidar el marco democrático de convivencia y, de paso, a
los socialistas”….. Un discurso al que se unen los “susanistas” y que algunos
interpretan como que el PSOE deje gobernar al PP de alguna manera (el descarte
con Podemos es evidente) y otros que el PP deje gobernar a PSOE-Ciudadanos,
obviamente mediante la abstención.
Menos críptico, ya que
no está reservado al entendimiento de unos pocos sino que todos lo interpretan
con idéntico asco, son los asuntos de corrupción, aunque cada quien adopte su
discurso según le convenga en cada caso. Y al respecto el Supremo anula por
engaño la compra de acciones de Bankia, que tendrá que devolver el dinero de su
salida a Bolsa, ya que la entidad incluyó “graves inexactitudes” en el folleto
de su debut bursátil, lo que indujo a engaño a miles de inversores, permitiendo
así la sentencia que los pequeños accionistas recuperen 1.800 millones y
abriendo la posibilidad de que los mayoritarios reclamen otros 1.200 millones.
En cuanto al feo asunto de corrupción en Valencia se van conociendo datos de la
investigación como que el PP blanqueaba mordidas para financiar sus campañas,
ya que concejales y cargos afines a la ex alcaldesa Rita Barberá realizaban
donaciones legales para pagar gastos electorales que luego la trama les
reintegraba en sobres con billetes de 500 euros. Y sobre el “caso Acuamed” la
actual Ministra de Agricultura afirma: “He ordenado investigar los contratos de
FCC con este Ministerio”, asegurando que va a “buscar en cada rincón” para
depurar responsabilidades. Lástima que en estos casos, como en todos los demás
y de todos los partidos, los responsables políticos no hubiesen derrochado tan
buenas disposiciones “a priori” para prevenir tamañas golferías, aunque, como
dice el refrán, aunque sea a posteriori, más vale tarde que nunca, pues, hecho
el tremendo daño, se trata ahora de que nadie quede impune y, al menos, que
cada uno apechugue con sus responsabilidades penales ya que, a la vista está,
nadie apechuga con las responsabilidades políticas, lo que debiera ser
contemplado como exigencia prioritaria en un urgente y necesario pacto anticorrupción
de cara al futuro que debiera consensuarse entre todos los partidos políticos
por mera higiene democrática.
En cuanto a otros
temas se refiere cabe destacar que Repsol perderá 1.200 millones por la caída
del petróleo; que la Generalitat cambia ahora la declaración unilateral de
independencia por otra de “intenciones”, una burla intolerable a los ciudadanos,
para, entretanto eludir las responsabilidades penales que correspondan a los
dirigentes independentistas; que la ministra francesa de Justicia dimite por
las duras medidas antiterroristas en Francia, insólita actitud cuando lo que se
debiera hacer es aplicarlas de forma contundente por razones de seguridad; y
que la fortaleza defensiva de Simeone queda en entredicho ya que el Atlético de
Madrid es apeado de la Copa del Rey por el Celta de Vigo.
Jorge Cremades Sena
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