Si hace ya
bastantes años el grito “¡Visca Catalunya lliure!” era típico y habitual en
grupos catalanistas minoritarios radicales de extrema izquierda, algunos de
ellos con claros objetivos y estrategias terroristas, hoy es el colofón del
discurso de investidura del mismísimo President de la Generalitat, Carles
Puigdemont, pronunciado en el mismísimo Parlament, justo cuando Cataluña goza de las mayores cotas de libertad y autogobierno de toda su historia. En
efecto, Carles Puigdemont, tras anunciar en el Parlament que su programa de
Gobierno “es el mismo de Mas”, su maestro y mentor, y leer casi literalmente el
discurso de la fallida investidura de Artur Mas, ganándose por ello el apodo de
Artles Masdemont, lo finaliza con el citado grito, después de declarar en sede
legislativa autonómica que inaugura la “preindependencia”, cuando su legítimo
poder como Presidente Autonómico, emanado de la Constitución Española, le
obliga a acatar y a hacer acatar el marco legal democrático establecido en
ella. Apoyado en su investidura por los 62 diputados de Junts pel Sí y 8 de los
10 de las CUP, Masdemont mantiene la hoja de ruta ilegal de Mas y el plazo de
18 meses para declarar unilateralmente la independencia de España, redoblando
el órdago independentista desde este nuevo estadio de “preindependencia”,
conseguido por arte de magia totalitaria, contando para ello como
vicepresidente y encargado de desarrollar la Hacienda propia y el Banco central
catalán con Oriol Junqueras, líder de ERC, histórico enemigo ideológico de CDC,
mientras Mas se dispone a refundarlo y ser candidato en unas futuras elecciones
anticipadas. Y como Rajoy dice, en el ejercicio de sus responsabilidades y
obligaciones como Presidente de Gobierno, que no dejará pasar “ni una sola
actuación que vaya contra la ley”, asegurando que “no se va a actuar al margen”
de la legalidad, el President Masdemont responde que esas declaraciones, que
cualquier gobernante democrático entendería y asumiría, son pronunciadas por un
Presidente en funciones y por tanto simplemente son declaraciones en funciones.
Este es el talante democrático del delfín y sucesor de Artur Mas, mientras
Rajoy, que le recuerda que el proyecto que pretende ya fue rechazado por el
Constitucional, recaba el apoyo del PSOE y de Ciudadanos para activar un frente
constitucional y afrontar este “golpe de estado”, mientras Arrimadas, la
lideresa catalana del C´s, acusa a los nuevos gobernantes catalanes de que “han
corregido en los despachos lo que le han negado las urnas”, correcta acusación
ya que, aunque hubieran conseguido mayoría absoluta muy cualificada, sólo las
urnas catalanas carecen de legitimidad democrática para decidir la independencia
unilateral al usurpar el derecho soberano de todos los españoles reconocido
democráticamente, por lo que la Abogacía del Estado pedirá al Tribunal
Constitucional que actúe contra la Generalitat si sus gobernantes mantienen el
órdago totalitario, tal como, lamentablemente, ya sucediera anteriormente en
los años 1931 y 1934.
Y, por fin, da
comienzo en la Audiencia de Palma el juicio por el “caso Nóos” en el que,
aunque muchos lo dudaban y otros aprovechaban y fomentaban la duda para obtener
ventajas electorales, se sienta en el banquillo la Infanta Cristina, junto a su
marido, Iñaki Urdangarín, y otras dieciséis personas, entre ellos Diego Torres,
socio de los negocios del cuñado del Rey, para establecer las responsabilidades
que cada uno tenga en este histórico y escandaloso caso de corrupción en que
los 18 imputados se enfrentan en conjunto a penas de más de cien años de
cárcel, aunque el aspecto más popular sea la suerte que habrá de correr la
Infanta, que, al no ser acusada ni por Fiscalía ni por Hacienda (sólo es
señalada por la acusación particular), es susceptible, como ya ha sucedido en
casos similares anteriores, de que se le aplique la conocida “doctrina Botín”
que la libraría de responder como cooperadora necesaria de dos delitos
fiscales, quedando excluida del juicio. Sus abogados se acogen a dicha
“doctrina Botín” y aportarán hasta cinco sentencias como jurisprudencia para
exculpar a la Infanta, evitando así no tener un trato igualitario con otros
casos anteriores. El Tribunal tiene la última palabra y, con seguridad, obrará
con criterios y argumentos objetivos al respecto, aunque, decida lo que decida,
será inevitable un uso interesado de la sentencia por parte de tirios y
troyanos, como ya sucediera en los prolegómenos de la instrucción del juicio.
En cuanto a otros
asunto cabe citar que Simeone cierra la primera vuelta como campeón de invierno
tras la victoria del Atlético, 0-2, ante el Celta; que Méjico estudia citar a
declarar al actor norteamericano Sean Penn por su reunión con el Chapo Guzmán
para hacerle una entrevista durante su fuga; y que, en plena negociación para
formar la Mesa del Congreso de los Diputados, el socialista Patxi López, que
suena como posible Presidente de la misma, afirma que “La Mesa tiene que
representar la nueva pluralidad del Congreso”…. esperemos que así sea.
Jorge Cremades Sena
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