Mientras
Rajoy, ganador de las elecciones, al fin y al cabo (aunque parezca que las haya
ganado Podemos, que es la tercera fuerza política), consciente de que “lo
peor”, lo más “tremendo” para España es que no se fragüe pronto la investidura
de un Presidente de Gobierno (y, aunque no muy claras, es el que más
posibilidades tiene de conseguirlo), ya que “España no puede permitirse la
inacción y la parálisis”, ofrece al resto de partidos negociar con
“generosidad, amplitud de miras y la vista en España”, éstos, por boca de sus
líderes toman posiciones que, de momento generan bastantes incertidumbres. Por
Ciudadanos, Albert Rivera, sin comprometerse a un pacto de gobierno y ni
siquiera a un apoyo de investidura y anunciando a lo sumo una abstención para
que Rajoy pueda ser investido Presidente, si es que el PSOE hace lo propio,
asegura que “esto no va a ser Grecia, aquí habrá estabilidad” ya que “hay que
pensar más en España que en el partido”, palabras que le honran pero que han de
ir acompañadas de algo más que de esa hipotética abstención para ser efectivas.
Por el PSOE, Luena, portavoz indiscutible de Sánchez, dice “que yo sepa, el PP
va a presentar a Rajoy y el PSOE votará no al PP y a Rajoy”, olvidando
irresponsablemente que el PP ya presentó a Rajoy a los españoles y éstos le
volvieron a conceder una mayoría, en este caso insuficiente, mientras a su
jefe, Pedro Sánchez, le propinaron un rechazo que le ha impedido superar los
catastróficos resultados electorales de 2011 al lograr el peor resultado de
toda la historia del partido. Y, aunque ya se esperaba, por Podemos, Pablo
Iglesias pone la guinda de la irresponsabilidad, manifestando que “ni por
activa ni por pasiva Podemos va a permitir que gobierne el PP”, es decir, no ya
que no le va a apoyar, sino que ni siquiera lo va a permitir, cuando lo normal
es que, en democracia, gobierne el partido más votado y, en este caso ha sido
el PP por voluntad de los españoles (en fin, pero eso es pensando en
democracia); pero además Iglesias, añade que para sentarse a dialogar con
Sánchez, opción en todo caso insuficiente para lograr una mayoría estable, el
PSOE tendría que garantizarle el apoyo a un referéndum en Cataluña, que sería
ilegal, y al “derecho a decidir” de los españoles que habitan las distintas
CCAA si así lo manifiestan; en definitiva, una vuelta de rosca más a esa
hipotética España Federal del PSOE y ahora “plurinacional” para Podemos,
olvidando que, en el mejor de los casos, requeriría una previa reforma
constitucional y que para ello se necesita una mayoría cualificada, imposible
de conseguir, hoy por hoy, aunque se juntase toda la sopa de letras que
representan el radicalismo, el nacionalismo, el independentismo, el comunismo y
todos los –ismos que, con mayor o menor virulencia, se posicionan como
“antisistema” democrático occidental….ni siquiera si el PSOE decidiese
incomprensiblemente sumarse a semejante berenjenal. Así de complicada está pues la investidura de Rajoy y la de cualquier
otro, por ejemplo la de Sánchez, quien parece incluso no hacerle ascos al
experimento, más difícil todavía.
Hoy por hoy, salvo que
se consolide un acuerdo PP-PSOE-C´s, por lo que Rajoy pide el apoyo de Sánchez
y Rivera, para un gobierno estable, se auguran tiempos difíciles, con un PSOE
que se niega a votar la investidura y cuyo líder estudia alternativas
inexistentes (un hipotético pacto para investirle a él con Podemos y parte de
los –istas citados sería el caos total para este país y la defunción política
del socialismo democrático español), con un Ciudadanos que sólo permitiría
gobernar al PP, no apoyándole sino absteniéndose, pero, en todo caso, en la
oposición, y con un Podemos que, considerándose vencedor absoluto de las
elecciones, supedita cualquier acuerdo, por supuesto sin el PP y con el PSOE si
claudica, a la celebración de la consulta ilegal de Cataluña y a la del
“derecho a decidir” de cualesquiera de los pueblos que conforman España, para
desmembrarla definitivamente si es que ya no lo está con la complacencia que
progresivamente se ha tenido con el proceder al margen de la ley de los
independentistas. Con este sombrío panorama, no extraña que un portavoz alemán,
acostumbrado a políticas serias y responsables, sostenga que tras las
elecciones del 20-D en España “no hay a quien felicitar” aunque el único que se
siente feliz es Pablo Iglesias que se mueve como pez en el agua en el océano de
las irresponsabilidades del “cuanto peor, mejor”, anunciando cínicamente que
los españoles han votado poner fin al sistema. Tampoco extraña que Mas intente
ahora unir a Podemos al proceso independentista; ni que Rajoy ofrezca un pacto
constitucional frente a Podemos y los separatistas; ni que Rivera presione a
Sánchez y le pida que deje gobernar a Rajoy, aunque buena parte de los
socialistas lo rechacen; ni que el Ibex pida a Sánchez y a Rajoy que antepongan
el acuerdo de gobernabilidad a sus intereses; ni que Iglesias, acostumbrado a
vender humo y a mostrar las cosas diferentes de lo que son, ponga en un aprieto
a Sánchez y renuncie a dialogar con él exigiéndole un referéndum y culpando a
los socialistas de que si no apoyan el derecho a decidir “estarán entregando el
gobierno al PP”, como si ello fuera la mayor de las tragedias, cuando, según los resultados electorales, es la menos mala de las soluciones democráticas.
Y mientras a nivel
público se desarrolla toda esta ceremonia de la confusión, provocando que la
incertidumbre hunda un 3´62% el Ibex y comience a dispararse la prima de
riesgo, dirigiéndose, de no evitarlo pronto, hacia la nefasta cota de la era
Zapatero, cuando se hacía casi imposible y muy costosa nuestra financiación
pública, la procesión interna de los partidos va por dentro, menos en Podemos
que, con su 20% de votos, desde la misma noche electoral, se dedica a venderlo
a los ciudadanos como si se tratara de una mayoría absoluta. ¿Qué sucedería si
hubiera gozado de los 186 diputados que tenía el PP en la pasada legislatura, o
de las mayorías absolutas que tuvo Felipe González o la que obtuvo Aznar? En
fin, sin comentarios. En efecto, la sustancial pérdida de escaños del PP,
aunque su prioridad sea ahora formar gobierno y Rajoy posponga la renovación
del partido, anunciando por cierto que volverá a presentarse a la Presidencia
del PP en el próximo congreso, “porque tengo fuerzas y ánimos” ha dicho, no
impide que Aznar, reaparecido tras cuatro años en el Comité Ejecutivo popular,
reclame renovar la dirección del PP y un “congreso abierto”, mientras Rajoy,
apoyado sin fisuras por la dirección del partido, evita cualquier autocrítica.
Y en el PSOE, la sospecha de que Sánchez urde un “pacto social” con Podemos y
que C´s no vete una hipotética alianza de izquierdas, al margen de Susana Díaz
y otros líderes territoriales, más favorables a la colaboración responsable
para una gobernabilidad de España, se respira un malestar generalizado ante la
posibilidad de que Sánchez, empeñado en camuflar su rotundo fracaso electoral,
siga emperrado en pactos anti-natura, como hizo en las autonómicas y locales,
que, como en Madrid, sólo han servido para relegar al PSOE en favor de Podemos,
tal como sostienen, incluso públicamente, destacados socialistas de la vieja
guardia altamente preocupados por las absurdas posturas de este nuevo PSOE que
no sabe adónde va ni cuál ha sido y debe seguir siendo su proyecto político,
moderado y progresista, en España.
En cuanto se refiere a
asuntos del exterior, cabe destacar que Platini ha sido expulsado del fútbol
con una sanción ejemplar que le inhabilita durante ocho años; y que los
talibanes cercan la capital afgana del opio tras resurgir en la provincia de
Helmand, enclave del opio afgano, una de sus principales fuentes de
financiación.
Jorge Cremades Sena
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