Es motivo de satisfacción que, tal como dice
Navarro, el PSC ya no sea “el tonto útil del nacionalismo” y motivo de
preocupación que, según el dirigente socialista, “CiU sí que es el tonto útil
de ERC”, lo que viene a ser lo mismo que el tonto útil del independentismo. Es
obvio que el listo es ERC, quien, gracias a los tontos útiles, presentes o
pretéritos, es quien, a nivel electoral, va a sacar sustancial tajada, al
extremo de erigirse como primer partido en Cataluña. De momento Artur Mas va a
anunciar en los próximos días la pregunta del referéndum, es el fruto de la consolidación
de su invento a un “derecho a decidir” que, según Rubio Llorente, ex presidente
del Consejo de Estado, “no cabe en esta Constitución ni en ninguna”, por más
que una comparsa de tontos o listos útiles le hayan seguido, de una u otra
forma, en semejante despropósito, aunque algunos, a medida que se acerca el
desenlace, se estén bajando del carro últimamente. Bienvenidos pues a la
cordura.
Quienes en vez de tontos útiles, al parecer, se creían
demasiado listos son los dirigentes de UGT-A, de cuyas “irregularidades” siguen
dando cuenta los medios de comunicación con nuevos datos diarios que apuntan
incluso a más arriba. De ser cierta la noticia, por nadie desmentida, de que la
UGT estatal se embolsó nada menos que 600.000 euros de los falsos EREs, de que,
además de todo lo ya conocido, UGT cargó a la Junta más de 80.000 euros en
agendas de lujo, de que burló al Banco de España con 16 cheques de 2.900 euros
en un solo día para eludir la obligación de notificar los pagos superiores a
3.000 euros, y de que recibieron más de un millón de los EREs a través de
empresas domiciliadas en la sede nacional del sindicato, los tiros apuntan
bastante más arriba de la cúpula sindical en Andalucía, sobre todo si se tiene
en cuenta que el dimitido líder regional, Sevilla, aclaraba a la asamblea de UGT-A:
“Comparto con Cándido todo, todo, hablo con él más que con mi mujer”. En fin,
como debe ser, una entrega absoluta al sindicato por encima de cualquier otra
circunstancia. Todo un sacrificio que, según él, su Secretario General conoce
hasta el mínimo detalle.
Sin embargo quien parece no conocer los detalles de las
supuestas fechorías de Aizoon es Hacienda. La Agencia Tributaria da por buenas
facturas falsas, aceptando como gastos de Aizoon tres supuestos pagos de 69.990
euros a Diego Torres, socio de Urdangarín, por “asesorías”, con lo que, aunque
sea rozando el larguero, la Infanta se libra de ser acusada de delito fiscal. Y
no deben saber por dónde andan (o saben demasiado por donde van), cuando
anteriormente, tanto Hacienda como Fiscalía, informaron que dichos pagos
formaban parte de una “facturación cruzada” ficticia, dándose la casualidad de
que, aceptando ahora las cantidades como gastos correctos, la cuota defraudada
por doña Cristina no es delito al no superar los 120.000
euros, cuando el instructor ordenó calcular el delito fiscal “sin incluir los
gastos irregulares”. ¿Engaña Hacienda al juez sobre la Infanta tal como dicen
los técnicos? Según Hacienda, no. Alega que jamás habló de “facturas falsas”.
Cierto, las describió como “facturas simuladas”. Ya ven, se trata simplemente
de una cuestión terminológica.
Menos mal que, si en el asunto de la corrupción no nos
aclaramos, en la economía algunos datos siguen siendo relativamente positivos,
como la caída del desempleo en el mes de noviembre por primera vez desde 1996 o
el retroceso de la deuda de las familias y empresas hasta mínimos desconocidos
desde 2007, que, en parte, aunque mínima, nos sacan de la desazón de que hasta dentro de veinte años no
conseguiremos reducir el paro hasta niveles anteriores a la crisis. Todo un
drama con visos de tragedia. Y, entretanto, el supervisor europeo censurando a
las agencias de calificación por sus fallos, filtraciones y falta de independencia.
A buenas horas, mangas verdes. Bueno está que, entretanto, Olli Rehn diga que “ya
nos podemos permitir una política con menos ajustes”.
Y mientras la antigua cúpula económica de Zapatero anda a
la gresca con Solbes, el PSOE decide rebasar por la izquierda a ZP con una
especie de eufórica urgencia para que Rajoy rompa los acuerdos con la Santa
Sede. Tanto los partidarios como los
detractores sólo pueden entender la propuesta como un brindis al sol, sin
conocer a qué se debe el ritual. Carece de sentido que a un gobierno con
mayoría absoluta, de derechas y sin contemplar en su programa semejante ruptura,
se le pida semejante medida desde una oposición que gobernaba hace dos años y,
para nada, planteó ni ejecutó semejante propuesta. ¿No sería más sensato que lo
planteara como parte de su futuro programa electoral? Al menos así obtendría
una cierta credibilidad. Justo cuando el nuevo Papa muestra signos claros de un
giro inédito hacia el progresismo, tildando el actual sistema capitalista como
inhumano, va el PSOE y se pone más agresivo que nunca contra la Iglesia, siendo
mucho más condescendiente cuando el Papado era más conservador. ¿Alguien lo
entiende? Desde la lógica, desde luego, no. Y desde la coherencia, tampoco.
Jorge Cremades Sena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, gracias