Corrupción e independentismo son los temas
estrella en los medios de comunicación. Y no es para menos. La vuelta de tuerca
de la juez Alaya, la declaración de Bárcenas ante el juez, el Aberri Eguna y la
encuesta de Sigma-Dos copan el interés mediático. Corrupción e independentismo,
como ven, van por barrios, desde el PSOE al PP, pasando por el resto de
partidos, sindicatos y organizaciones empresariales (cada uno con lo suyo), y
desde Euskadi a Cataluña, pasando por brotes incipientes en algunas otras
autonomías. El “choriceo” y la atomización territorial, sin duda, están de
moda.
En efecto, mientras la jueza Alaya eleva ya a 166 el
número de imputados en el caso de los ERE fraudulentos al imputar a quince
personas más (incluido un ex edil del PP y un dirigente de CCOO), Bárcenas
declara en sede judicial que “Álvarez-Cascos entregó dinero para la caja B” y
que él mismo destruyó recibos de pagos en negro. Todo ello sin entrar en el
asunto de los cursos de formación, ni en la vinculación que hace la UDEF de las
donaciones empresariales a la caja B del PP con sus campañas electorales, sean generales,
autonómicas o locales. No en vano, como dice Bárcenas, “la gente es
especialmente generosa en esos momentos”. Por parte de los dirigentes políticos,
como si no fuera con ellos. Mientras Susana Díaz acusa a Interior de filtrar
interesadamente el asunto de los cursos de formación y de no hacerlo en la que hay
en otros lugares como Madrid, Moreno Bonilla, que nada dice de lo de Madrid, le
exige que “debe aclarar qué hizo ante las irregularidades con los cursos de
formación”, afirmando que “Rajoy es el que más ha ayudado a Andalucía” en asuntos
de financiación (18.850 millones en dos años, que supone un ahorro de 1.000
millones en intereses) y acusando al PSOE-A de generar un conflicto con el
asunto de la Mezquita, un problema que nunca existió. En fin, por unos y otros,
todo menos afrontar el fondo del asunto, es decir, qué se hace para aclarar la
corrupción en proceso de investigación e impedir la corrupción futura.
Y en el asunto del independentismo, con motivo de la
celebración del Aberri Eguna, Urkullu, tras manifestar que “La España una,
grande y libre ha quedado atrás” (como se ve, no se ha enterado que quedó atrás
hace casi cuarenta años), lanza su plan soberanista de corte confederal
(relación bilateral con Madrid y voz propia en la UE), mientras Bildu reclama
la vía de Artur Mas. Todo ello adornado con banderas esteladas y escocesas (las
españolas están de más). Entretanto la Generalitat falsea un cuadro para
presentar a España como opresora (algo normal teniendo en cuenta que ya ha
falseado casi todo, incluida la historia, con idéntico objetivo), mientras que
el número dos de la ANC se permite la licencia de una mentirijilla haciéndose
pasar por arquitecto aunque no aparezca en el Colegio de Cataluña. En otros
lugares del mundo, por mucho menos se dimite.
Curiosamente, dos encuestas aportan alguna luz sobre el
independentismo. Una de Sigma-Dos, según la cual, el 46% de encuestados
suspendería la autonomía de Cataluña si hay consulta ilegal, el 50% cree que
Mas la convocará y el 70% apoya que el Gobierno debe recurrir al TC, mientras
los votantes del PP exigen firmeza a Rajoy. Otra de NC-Report sobre el
referéndum, según la cual, suben los partidarios del “no” a la secesión en
cuatro puntos desde diciembre, situándose en el 42´9% frente al 39´5% del “sí”,
en tanto que Artur Mas se dejaría 385.000 votos de CiU por culpa de su órdago
soberanista. Datos que debieran servir para una profunda reflexión sobre
quiénes salen realmente beneficiados de tanta irresponsabilidad.
Y hablando de irresponsabilidades, las de quienes siguen
conduciendo a Ucrania hacia el abismo. Varios muertos en el este del país, que
genera una nueva cascada de acusaciones, ponen en peligro la materialización del
reciente acuerdo de solución pacífica firmada por EEUU, Rusia, UE y Ucrania,
elevando la tensión entre Moscú y Kiev. Mientras EEUU prueba la existencia de
militares rusos en el este de Ucrania, aportando documentos gráficos, los
prorrusos, que siguen armados, siguen pidiendo ayuda a Putin, diciendo que
tienen “gente pero ahora lo que necesitamos son más armas”. Justo lo que
faltaba para empeorar la situación.
En
otro orden de cosas, mientras en Francia un tercio de los diputados socialista
se rebelan contra el primer ministro socialista Valls, rechazando sus
anunciados recortes y su plan de austeridad (los dos tercios restantes,
obviamente le apoyan), en Europa se aplaude la reforma de la Sanidad española
en un informe de la Comisión, y eso que, la transcripción de la conversación
entre el 112 y la madre de la niña muerta de varicela en el Condado de Treviño
contradice la versión oficial de un error de diagnóstico: “Os corresponde
Treviño. Desde aquí médico no te podemos enviar”, responden a la petición de
ayuda de la madre. ¡Qué no diría Europa si en las CCAA entendieran que el bien
general de todos los españoles está por encima de los intereses territoriales!
Es decir, que las personas son infinitamente más importantes que los
territorios. Otro gallo nos cantaría. Y todo ello, a pesar de los recortes que
nuestra Sanidad ha sufrido en estos últimos tiempos.
Para
finalizar, mientras el ministro Soria afirma que “las eléctricas invierten
fuera con el beneficio que tienen aquí”, el patrimonio financiero de los
españoles marca un verdadero record, pues el ahorro de las familias se sitúa en
niveles previos a la crisis, volviendo las riquezas familiares a los niveles de
2006. Bienvenido sea cualquier dato capaz de seguir alimentando un halo de
esperanza sobre la salida de la crisis.
Jorge Cremades Sena
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