La movida en la bancada socialista
parlamentaria francesa por el anunciado plan de austeridad del gobierno
socialista francés, ha sido zanjada de cuajo por el Primer Ministro Valls al
avisar a sus diputados protestones que los recortes que propone son
innegociables. Mayor firmeza y contundencia, imposible. Menor explicación,
también. Es obvio que, tal como está el patio, la austeridad no es patrimonio
de la izquierda ni de la derecha. Es una necesidad indiscutible e innegociable
para cualquier gobierno que quiera apuntalar el futuro de sus gobernados. O
ejerces la responsabilidad a su tiempo, o, al final, ya te verás obligado a
ejercerla si no quieres morir por inanición. Mejor por tanto no discutir sin
más sobre los recortes, sino buscar las fórmulas mejores para que los mismos
tengan los menos malos efectos sobre la mayoría de la población que, en todo
caso, tendrá que apretarse el cinturón. ¡Dónde queda la tan manida alternativa
a las políticas de la UE! ¡Qué dicen ahora quienes sostenían que Hollande iba a
ser el revulsivo a Merkel! Al final, llevarán razón quienes, al margen de
ideologías, sostienen, como dicen en mi pueblo, que una cosa es predicar y otra
dar trigo.
Ya en nuestro país (de recortes mejor ni hablamos) Rajoy
exige a Mas que retire la consulta ilegal que tiene planteada si quiere abrir
un diálogo. Como diría Valls (bueno, en Francia ni lo diría, simplemente lo
impondría), el presidente español ha dejado claro en el Senado que es
innegociable cualquier plan independentista ilegal, además de avisar de los
desastres de la secesión. Bueno, lo diría Valls y cualquier otro gobernante
sensato en cualquier otro país democrático del Planeta Tierra. ¿Acaso los
gobernantes democráticos no están sino para cumplir y hacer cumplir la
legalidad establecida? ¿Acaso los partidos democráticos no son los instrumentos
para encauzar la participación política con arreglo a las reglas establecidas?
Bien, pues aquí, en España, algunos gobernantes y algunos partidos no lo tienen
claro del todo. Lamentablemente, entre ellos, está el PSC, en que una lucha
feroz entre los internacional-socialistas y los nacional-socialistas, no deja
de protagonizar episodios indeseables. El último, la dimisión de sus cargos
orgánicos (los públicos, que dejan dinero, es otro cantar) de la cúpula
socialista de Gerona, con el ex consejero Nadal a la cabeza, por estar en
desacuerdo con que el PSC que dirige Navarro, por fin haya entrado en razón y,
recuperando el sentido común y democrático, haya dejado de nadar y guardar la
ropa en el río revuelto del independentismo. Para estos diez dirigentes
socialistas gerundenses dimisionarios, es obvio que la nación está por encima
del socialismo, que siempre tuvo un carácter internacionalista. Entretanto,
cada vez menos apoyos al PSC en Cataluña, cuando siempre fue el más importante
partido junto a CiU, que en su delirio, al igual que el de los socialistas
catalanes, parece que su declive electoral le trae sin cuidado.
Y hablando de declives electorales, nadie puede entender
que, con lo que está cayendo en Andalucía, el gran problemón sea la titularidad
de la Mezquita de Córdoba. Es, por lo visto, el gran debate del siglo. Que si
continuará siendo propiedad de la Iglesia, que si la Junta así lo reconoció ya
en 1991, que si Chaves en su día dejó en manos del Cabildo su “custodia y
mantenimiento”, que si……bla, bla, bla, para seguir mareando la perdiz. Por su
parte Gallardón, asegura en el Senado que expropiar la Mezquita, como pretende
la izquierda, sería un “despropósito jurídico”. Y, de ser así, ¿dónde está el
problema? El problema real es que Andalucía tenga el deshonor de ser la región
europea con más índice de paro y, si me apuras, con el más alto índice de
corrupción, consentida o, al menos, no controlada por la propia Junta. Ese es
el problema. Y más grave todavía que dicha corrupción se cebe precisamente en
buena parte de los fondos, europeos o no, destinados a paliar los efectos
negativos de los parados. Es decir, que además de varios posibles delitos
morrocotudos, se trate de la peor de las conductas delictivas, éticamente
hablando, ya que se trataría de saquear a los pobres para enriquecerse, cuando
hasta en la tradición legendaria, como en el caso de José María “El
Tempranillo”, los ladrones se dedicaban a robar a los ricos para socorrer a los
pobres. ¿Tanto cambiaron las cosas en Andalucía?
El problema es que, como el juez Elpidio en el caso
Blesa, la jueza Alaya no haga su trabajo de forma brillante y se escape algún
chorizo que otro. La Audiencia de Sevilla acaba de revocar la imputación de dos
ex altos cargos de la Junta por falta de motivación o porque la que hace no es
suficiente. Acostumbrada la ciudadanía a que uno de los trucos de los
delincuentes de alcurnia, de los poderosos, es aprovechar los errores judiciales
para salirse de rositas, sólo faltaba que Alaya incurriera en errores
sustanciales para mayor escarnio de los andaluces y del resto de españoles. No
sería la primera vez, ni será la última, que esto sucede.
Errores o no, lo
cierto es que con esto de la Justicia a veces te quedas estupefacto. Un
pederasta condenado, al que un juzgado de Huelva le impuso una orden de
alejamiento hace dos años, vive (felizmente, supongo) frente al domicilio de su
víctima de once años de edad. ¿Y nadie lo remedia? Seguramente o nadie lo ve o
nadie quiere verlo. Menos mal que el fiscal (no el de este caso) sí ve
irregularidades en las donaciones a los partidos políticos, ya que, según el
Tribunal de Cuentas, hay bajo sospecha nada menos que entregas por valor de
unos once y medio millones de euros por parte de particulares e instituciones a
los principales partidos. Bueno, verlo, por lo visto, lo ven. La cuestión es
¿pero van a hacer algo al respecto?
Lo que todos hemos
visto en esta Semana Santa ha sido la recuperación del turismo que, como uno de
los motores de nuestra economía, ha vuelto a batir records con una ocupación
media del 76% gracias a la demanda interna. Una buena noticia sin lugar a
dudas. La mala, que la salida de medio millón de extranjeros de España hace peligrar
las pensiones. Y mala o buena, según se mire, que los alumnos de Ciencias van a
tener más facilidades con las becas que los de Letras. En fin, nunca llueve a
gusto de todos. Entre ellos, para los aficionados al Atlético de Madrid que se
atascó ante el baluarte del Chelsea en el Calderón, empatando a cero, aunque
queda la esperanza de hacerlo mucho mejor en el partido de vuelta en Londres.
Jorge Cremades Sena
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