Desgraciadamente en nuestro país cada vez son
más los que con la excusa de “he metido la pata” pretenden que se les disculpe,
cuando no les queda más remedio, por sus actuaciones de palabra u obra
totalmente repudiables. El último caso llamativo e intolerable lo protagoniza
un tal Carles Mañé Marimón que, tras el trágico accidente de vuelo de una
dotación militar, se mofa en Facebook manifestando que hay “un helicóptero
menos y cuatro salvapatrias pistoleros menos para conquistar Cataluña”,
evidenciando así la catadura moral de semejante sujeto ante la muerte de los
cuatro militares en acto de servicio. Pues bien, como la Defensora del Pueblo
le ha denunciado por su comportamiento, el desalmado sujeto se limita a decir
que ha “metido la pata”, probablemente convencido de que las consecuencias por
semejante majadería son cero patatero. Seguramente más de uno considerará
incluso que Mañé está ejerciendo su derecho a la libertad de expresión, aunque
si la majadería atentase contra ellos o sus familiares serían los primeros en
poner el grito en el cielo.
Y ya que estamos en Cataluña (de meteduras de pata, mejor
ni hablamos), mientras Rajoy evita encontrarse con Mas en un acto empresarial
en Barcelona, asistiendo al mismo pero sin coincidir, Juncker, candidato del
PPE a presidir la Comisión Europea, advierte (uno más que lo hace) que la UE
“no aceptaría una Cataluña independiente”, además de que comparte la visión de
los españoles de que “no es el momento de divisiones”, en tanto que Rajoy
alerta a los empresarios catalanes, asistentes al acto, del abismo económico
(por no incluir los demás abismos) que abriría la secesión. No sé si será
metedura de pata o no, pero Artur Mas, El Ausente, sigue a lo suyo. Ni le
importa lo que por activa y pasiva le dicen desde la UE, ni la constatación de
que el Gobierno no hablará con él hasta que suspenda el referéndum ilegal, ni
las consecuencias presentes y futuras de su diabólica huida hacia adelante.
Mientras confirma una y otra vez que habrá referéndum (según denuncia el PP las
papeletas de la consulta las están elaborando ya presos de Lérida), se gasta un
millón de euros (ni hablemos en los gastos de embajadas y propaganda a troche y
moche) simplemente para salir en la prensa extranjera con el pretexto de
fomentar las exportaciones, supongo que entre ellas, la de su esquizofrénico
plan soberanista. Esperemos que el resultado final de tamañas actuaciones no se
zanje con un lacónico “he metido la pata”.
Aunque, visto lo visto, casi todo es posible. Baste
señalar que nada menos que siete de cada diez acusados de desórdenes públicos
(sin contar los que se producen en País Vasco y Navarra, que elevarían mucho
más la cifra) son absueltos por la Justicia. Si, como al parecer, la futura Ley
de Seguridad Ciudadana optará por sanciones administrativas ante conductas que
en muchos otros países son susceptibles de penas de cárcel, apaga y vámonos.
Luego nos quejamos de que en España pasa lo que pasa, mientras encima
escuchamos que es el país más represor de todos los de nuestro entorno.
Lo que sí parece cierto es que España, hoy por hoy, es el
país que de forma más clara está saliendo de la crisis, pues, al menos, ya
crece al mayor ritmo desde que estalló. El Gobierno eleva la subida al 1´2% en
2014 y al 1´8% en 2015, ratificando un crecimiento del 0´4% en el primer
trimestre, mientras el Tesoro coloca nada menos que 5.564 millones al interés
más bajo de la Historia, confirmando la confianza ganada en los mercados que,
no hace mucho, nos daban por desahuciados. Y, entretanto, gracias a una
modernización y actualización de la EPA, la nueva encuesta descubre 377.000
ocupados nuevos, aparecen 756.000 hogares unipersonales que elevan la población
activa y, por tanto, bajan los índices de paro, entre los que figuran 114.000
funcionarios, aumentando en la Administración Central un 5´6% el número de
empleados. Por tanto un tercio del empleo total que el INE ha hecho aflorar en
España con el nuevo censo de población, procede del sector público, a pesar de
que para muchos está más que saturado. En fin, son las consecuencias, para bien
o para mal, de poner los datos al día.
Por
cierto, poniendo los datos al día, el Gobierno confirma que veintiún
inmigrantes han entrado en Melilla después de un nuevo salto masivo a la valla.
Es el drama, cuando no tragedia, de quienes, sin tener en cuenta todas nuestras
cuitas, quejas y lamentaciones por lo mal que estamos, proceden de la otra
orilla, la verdadera orilla del hambre y la miseria.
Y en el ámbito internacional, mientras EEUU abre la
puerta a un Internet de dos velocidades (más rapidez de contenidos a cambio de
pago de tasas) e Israel, como era de esperar, suspende las negociaciones de paz
con los palestinos, los choques armados en el este de Ucrania avivan un
conflicto cada vez más complejo. Rusia eleva la tensión con maniobras militares
en la frontera y, según algunos, ya está lista para invadir Ucrania, en tanto
que EEUU amenaza con incrementar las sanciones si no se pone fin a la locura.
Para locura, la de los aficionados
sevillistas tras vencer su equipo por 2-0 al Valencia en el partido de ida,
encarrilando así su comparecencia en la final de la Europa League que se
celebrará en Turín. Enhorabuena a los sevillistas y ánimo a los valencianistas,
que todavía les queda el partido de vuelta.
Jorge Cremades Sena
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