Lamentablemente llevamos
mucho tiempo explicando lo obvio. Mal asunto cuando esto sucede. La
vicepresidente del Gobierno que, como es lógico, ofrece diálogo a Artur Mas,
presidente autonómico de Cataluña, pero cerrando la puerta, como es inevitable,
a la consulta soberanista unilateral, manifiesta que no quiere que “ningún
español sea extranjero en su propio país” y que, por tanto, no permitirá que se
celebre la consulta ilegal. Es lo mínimo exigible en la vicepresidenta de un
gobierno democrático que, como mínimo, está obligado a cumplir y hacer cumplir
la legalidad vigente. Lo sabe cualquier persona con dos dedos de frente en
cualquier estado democrático. Es, por tanto, irrelevante que la propia
Generalitat pida oficialmente que el Ejército permanezca en Catalunya, como, al
parecer, ha solicitado el propio Mas, aunque por sus efectos económicos, al
ministro Morenes, para que no se cierre la Academia militar leridana de Talarn,
por más que su lógica petición vaya acompañada de un cierto secretismo
mediático para no entorpecer ante sus electores su mensaje descabellado de
independentismo. Bien sabe Mas, al igual que Santamaría, que una cosa es
predicar y otra dar trigo. Lo inexplicable es que, para mantener un discurso
político irresponsable, se tenga que llegar a límites que rozan lo inadmisible.
Se mire como se mire, todo el mundo sabe que ser catalán es (como ser andaluz,
asturiano o gallego….) ser español y que ninguno de ellos puede ser considerado
extranjero en España, al margen del estatus jurídico-territorial que tenga el
territorio donde vivan.
Y, hablando de los distintos
territorios españoles, en lo que respecta al cumplimiento del compromiso de
España con la UE en el cumplimiento del déficit, que en 2013 no hemos podido
cumplir por muy poco (un 6´62% frente al 1´5% previsto), no todas las CCAA han
estado a la altura de las circunstancias ya que seis de ellas (Murcia, Aragón,
Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana y Navarra) no han conseguido
el % asignado, aunque el resto, con mayor o menor éxito, ha conseguido
superarlos, lo que, en conjunto, no está nada mal. Si a su vez la Seguridad
Social cerró 2013 con un déficit del 1´16% del PIB frente al objetivo del 1´4%,
estamos en el buen camino para cumplir progresivamente nuestro inevitable
compromiso con Bruselas, por más que algunos mantenga que este tipo de asuntos
deban de saltarse a la torera sin reparar en las consecuencias.
Por cierto que, hablando de
consecuencias, las que ha tenido la política del socialista Hollande en Francia
ya que el PSF en las recientes elecciones municipales ha sufrido una verdadera
debacle, una derrota histórica en toda regla. Quien iba a ser la brújula que
orientara las políticas europeas frente al desnortado proyecto de la alemana
Merkel, se estrella ante su propio electorado, evidenciando que, cuando se
hacen proyectos políticos irrealizables, por honestos y bienintencionados que
sean, al final, tus propios electores te conducen a la derrota. Menos mal que
la española Hidalgo ha salvado los muebles al conseguir la alcaldía de París
con apoyo de los verdes. En todo caso, el mismísimo Hollande ha tomado nota del
fracaso y, dando un giro a la derecha, ha nombrado primer ministro al español
Manuel Valls, hasta ahora el Ministro del Interior que, en su día, expulsó a
los gitanos, ante el estupor y la crítica de toda la izquierda francesa, quien,
inmediatamente ha anunciado un impulso de las reformas y una bajada de
impuestos. Dos españoles de nacimiento que, hoy por hoy, son la esperanza de
que Francia recupere el rumbo en la UE y de que el socialismo francés recupere
la credibilidad necesaria ante su propio electorado, simplemente poniendo los
pies en el suelo.
Volviendo a España (los citados
políticos franceses, aunque nacidos en España, nada tienen que ver con nuestro
país), varios asuntos, además del problema soberanista catalán y de los datos
de déficit público, destacan en las portadas de los distintos diarios, como son
la liberación de los dos periodistas secuestrados en Siria desde hacía varios
meses, algunos temas sobre corrupción y el funeral de Estado por Adolfo Suárez
que, por última vez, ha concentrado a todos los que a nivel institucional
tienen algo que decir en España.
Comenzando por lo último, Rouco ha
puesto el dedo en la llaga sobre las consecuencias que tiene la ausencia de
entendimiento entre las distintas fuerzas políticas sobre todo en asuntos de
Estado. Si en momentos mucho más difíciles “la concordia fue posible”, la
pregunta de Rouco, “¿por qué no ahora?” recobra todo el sentido y anima a
recuperar el espíritu de consenso de entonces que permitió sacar a España del
atolladero en que nos había metido la intolerancia de los españoles cuarenta
años atrás. Si supimos superar las diferencias para conseguir la concordia, es
lamentable que ahora, desde ella, sólo seamos capaces de avivar la discordia en
asuntos que atañen al bienestar futuro del conjunto de los españoles.
Entre estos asuntos de interés general,
no estaría de más, un acuerdo para erradicar la corrupción casi generalizada.
Por si no tuviéramos bastante, la justicia investiga ahora un macrofraude en
ayudas al carbón, pues, al parecer, algunos empresarios se dedicaban a “inflar”
las toneladas extraídas para obtener ayudas de forma fraudulenta. Entretanto se
sabe que Bankia engañaba incluso a sus propios empleados, así como que, altos
mandos de la Policía estaban implicados en la red criminal de Gao Ping, al
extremo de que Fiscalía ha solicitado imputarlos por cohecho. Prácticas que, en
definitiva, hay que arrancar de cuajo si queremos tener una cierta credibilidad
entre los países decentes. Teniendo en cuenta que Fiscalía exige a la juez
Alaya que saque del “limbo jurídico” a los aforados implicados en el asunto de
los ERE, ante el “incierto horizonte temporal de la instrucción”, no estaría de
más comenzar por poner a disposición de los jueces instructores todos los
medios necesarios para agilizar los procesos, evitando que la lentitud de la
Justicia la convierta inexorablemente en injusta.
Por lo demás, felicitarnos y
felicitar a los familiares de Javier Espinosa y Ricardo García, los periodistas
liberados por fin del infierno sirio que, de forma vergonzante, nadie es capaz
de parar. Como, al parecer, nadie es capaz de parar el deterioro del medio
ambiente generalizado. El cambio climático, según informes de la ONU, traerá,
por si no tuviéramos bastante con el desigual reparto de la riqueza, más
pobreza, éxodos y violencia a nuestro planeta. Incluso pide a España que
proteja su costa ante un previsible aumento del nivel del mar. ¡Menuda herencia
vamos a dejar a nuestros hijos y a nuestros nietos! Aunque, visto lo visto,
corremos el riesgo de que nos acusen de “catastrofistas” tal como hizo el
gobierno español en el FMI a quienes alertaron de la burbuja que se nos venía
encima.
Y para terminar, mientras agentes
marroquíes apresan a sin papeles en las vallas de Melilla, no se sabe bien si
con permiso o no de las autoridades españolas, para regresarlos a Marruecos, la
Audiencia pide los últimos informes médicos del etarra Bolinaga, excarcelado
por razones humanitarias al considerarlo un enfermo terminal, quien ahora es
acusado de acribillar a un cabo de la guardia civil, por lo que el fiscal pide
reabrir el caso ya que por lo visto no ha prescrito. En fin, ya veremos en que
queda el asunto.
Jorge Cremades Sena
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