A causa de los resultados de las elecciones
europeas, casi todos los partidos, menos Podemos, padecen una especie de fiebre
renovadora, obviamente necesaria, que, si no se controla debidamente, puede
incluso acabar empeorando la situación en vez de mejorarla. Tanto el PP, como
el PSOE, como IU, andan envueltos en una especie de transformación partidaria a
marchas forzadas, que no sabemos dónde nos conducirá. El riesgo de no consolidar
un cambio sosegado y meditado, puede abocarlos a un callejón sin salida si,
previamente, no se analiza de forma racional qué necesidades tiene España en el
futuro, qué asuntos son prioritarios, qué proyectos pueden ser viables y qué
cambios han de producirse en los partidos políticos para recuperar la
credibilidad perdida en los mismos por parte de la ciudadanía. Actuar en este
sentido como pollos sin cabeza es lo peor que puede pasar y me temo que por ahí
pueden ir los tiros. Al menos los de algunos dirigentes.
El PP, responsable actual de la gestión gubernamental en
España, ni puede ni debe ir dando palos de ciego apostando por reformas que
inmediatamente tiene que cambiar ante la presión de la opinión pública,
frustrando así las expectativas de muchos de sus votantes. Mejor sería que
previamente analizara las reformas y explicara ante la opinión pública la
bonanza de las mismas en momentos de clara recuperación económica que todavía
no percibe el común de los mortales. Ahora resulta que la medida más impopular
de la reforma fiscal, la tributación de los despidos a Hacienda, se modifica
manteniéndola sólo a las indemnizaciones más altas, las superiores a 100.000
euros, quedando exentos de tributar los despedidos con indemnizaciones menores
que son la inmensa mayoría. ¿Era tan difícil prever esto antes de presentar la
reforma? Si ahora incluso puede ser vendida como progresista (gravar a los que
más tienen), al no ser contemplada desde el inicio de la reforma fiscal, ha
propiciado obviamente una erosión innecesaria, en este caso al PP, que se
podría haber evitado, máxime si tenemos en cuenta que el 81% piensa que era
necesario, como se hace en la reforma, bajar los impuestos, aunque el 83% siga
pensando que paga demasiado. Si, tal como dice el Gobierno, va a reducir el
gasto en 4.200 millones sin hacer nuevos recortes, se hace necesario explicar
debidamente un asunto que, a simple vista, parece contradictorio ya que, en
caso contrario, la gente considerará un nuevo farol del PP. Son ejemplos que
nada tienen que ver con reformas internas del partido, pero sí con la forma de
comunicar a los ciudadanos sus proyectos, es decir, con la pedagogía política,
tan ausente en las filas del PP. Parece ser que Rajoy ha consultado a sus
barones si hay que reformar la Constitución y para evaluar el alcance de una
eventual modificación. No está nada mal pues es un asunto delicado que, si no
se hace bien, puede abocarnos a un abismo irreversible ya que, una vez abierto
el melón, tienes que apechugar con lo que te encuentres dentro.
Por su parte el
PSOE sigue enfrascado en su urgente y necesaria renovación interna una vez
consolidados los tres candidatos a dirigir el partido tras conseguir los pertinentes
avales para ello. Sánchez, Madina y Pérez Tapias se disputarán la Secretaría
General, pero ¿qué sabemos de sus respectivos proyectos diferenciados? Nada de
nada. Sólo que, a priori, Madina representa una cierta continuidad con el
pasado, Sánchez una cierta desvinculación con el mismo y Pérez un giro a la
izquierda como representante de la vieja corriente interna de “izquierda
socialista”. Y nada más, salvo determinados tópicos vacíos de contenido. Dice
Sánchez que “la salida de la crisis del PSOE está en más socialismo”, pero el
concepto “socialismo” en Europa tiene varias acepciones que abarcan desde la
socialdemocracia al socialismo clásico, ya más que superado. ¿A qué socialismo
se refiere Sánchez? De otro lado, se publica que Madina pide conocer el origen
de los avales de Sánchez, que dobla a los suyos, en un claro ramalazo
aparatista, lo que, a mi juicio, en nada le beneficia. ¿Qué más da de dónde
procedan los avales? Suena feo que Madina, si es cierto lo que se publica,
juegue a semejante control y la pregunta es: ¿para qué quiere saberlo?
Y, finalmente, IU
apuesta por Alberto Garzón, encargándole que busque pactos con Podemos,
cediendo así Cayo Lara a la presión de los más jóvenes, anunciando incluso
primarias abiertas. Entretanto Carlos Payá, desde Cuba, envía un mensaje claro
al líder de Podemos: “Señor Iglesias, en Cuba hay pobres y se reprime a la
gente de izquierdas”. Un aviso a navegantes para quienes, alucinados con el
ascenso de Podemos, al final casi un 8% de los votantes, no saben cómo afrontar
este fenómeno que sirve para hacer un roto mayúsculo a los tradicionales
partidos denominados de izquierdas. IU seguro que sabe lo que Carlos Payá le recuerda
a Iglesias. ¡Faltaría más!
Entretanto
prosigue la disputa entre el fiscal Horrach y el juez Castro por el asunto de
la imputación de la Infanta, mientras se conoce como Manuel Bustos, ex alcalde
socialista de Sabadell, aleccionaba a otros ediles sobre cómo ocultar
retribuciones irregulares: “no digas que cobras un sueldo, di que es por
kilometraje”. Así de fácil, lo importante es “la pela”. No estaría de más que
los candidatos a dirigir el PSOE anunciaran a bombo y platillo qué propuestas
tienen para erradicar la corrupción, obligando al resto de partidos a hacer lo
propio. Sería un buen tanto a su favor.
En otro orden de cosas, mientras la Sepi salva a RTVE de
la quiebra con 130 millones de euros, una empresa alemana ya diseña el proyecto
para convertir la Monumental de Barcelona en la mayor mezquita de Europa. Por
su parte el Gobierno prevé enviar agentes a las zonas de conflicto yihadista,
en tanto que Interior va a distribuir un manual para desactivar el yihadismo en
las cárceles. Obviamente, nada que ver el islamismo con quienes en provecho
propio lo desvirtúan con un integrismo religioso peligroso e intolerable. Ni la
Biblia, ni el Corán, ni el Talmud incitan a semejantes aberraciones
integristas.
Y fuera de nuestras fronteras, destaca el nombramiento de
Juncker como Presidente de la Comisión Europea, mientras Guindos gana opciones
para el Eurogrupo, dejando al Reino Unido de Cameron prácticamente aislado. El
apoyo de 26 países a Juncker, el candidato más votado en las urnas, lo dice
todo, mientras, tras la firma del acuerdo de asociación de la UE con Ucrania,
desactiva la pretensión de Putin de mantener a las antiguas repúblicas
soviéticas europeas en su órbita económica de forma casi exclusiva. Por lo
demás, mientras que el líder del SPD empieza a hacer sombra a Merkel, la
presidenta Argentina Fernández de Kirchner queda contra las cuerdas por el
procesamiento de su vicepresidente, en tanto que el país se hunde en la
miseria. Los populismos se pagan caros pues de ellos no come la gente. Y Obama
por su parte destina 36 millones de euros para intentar paliar el drástico
descenso de abejas a nivel mundial sin que a ciencia cierta se sepan las causas
de tan importante desastre, pues de su labor polinizadora depende la mayoría de
los cultivos. ¿Se imaginan un mundo sin abejas? Y no precisamente, aunque también,
por la pérdida de su miel. Al final se nos acaban a pasos agigantados las
fórmulas para endulzarnos la vida.
En cuanto a Brasil-2014, mientras Brasil obtiene el pase
a cuartos con un agónico triunfo ante Chile en la tanda de penaltis y Colombia
lo hace frente a Uruguay al vencerle por 2-0, ambos goles de James Rodríguez,
sigue coleando el asunto de Luis Suárez, que el propio presidente uruguayo
califica insólitamente como “agresión a Uruguay”. No sabemos si la Federación
uruguaya de fútbol, tras oír las impresentables declaraciones del presidente
Mujica, optará por modificar el reglamento para que en la próxima temporada los
partidos se resuelvan a mordiscos, como, por lo visto, entiende Suárez. Es
obvio que las declaraciones del Presidente de Uruguay atentan contra la línea
de flotación de la imprescindible campaña futbolística de “juego limpio”. Para
que luego nos rasguemos las vestiduras cuando en los campos de fútbol hay
episodios de violencia indeseables. Gracias señor Mujica por su apuesta por el “fair
play”.
Jorge Cremades Sena
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