¿En qué quedamos? Tiramos la casa por la
ventana para proclamar rey a Felipe VI o lo hacemos en la clandestinidad. Para
no variar, este es el gran debate que algunos pretenden. Si la decisión final
es que, ante la situación económica, no se haga más que lo estrictamente
necesario, algunos pretenden una proclamación sin complejos y por todo lo alto;
el argumento, que una ocasión así no puede pasar desapercibida ante el mundo
precisamente porque perjudica a la “marca España”. Si la decisión hubiese sido
invitar a mandatarios extranjeros, reyes o presidentes republicanos, con los
correspondientes festejos, hospedajes y honores, algunos pondrían el grito en
el cielo acerca del derroche innecesario con la que está cayendo. En fin, que
se haga lo que se haga, la espada de Damocles de la crítica, a la que tan
aficionados somos, siempre va a estar pendiente de un hilo. Así pues, hágase lo
que se tenga que hacer, ni más ni menos, al margen de lo que piensen unos u
otros, quienes con tal de aguar la fiesta estarán dispuestos a lo que sea para
conseguirlo. Ni la austeridad extrema, ni el derroche innecesario, es la
solución. En el punto medio suele estar la virtud. Y en esta fiebre crítica tan
típica de los españoles, partidarios siempre del mucho ruido y pocas nueces,
andamos enredados en asuntos semejantes sobre la asistencia de Juan Carlos y
Sofía al Congreso, de las infantas Elena y Cristina, del aforamiento futuro del
ex rey Juan Carlos I, etc. etc. como si se hubiese detenido el universo con la
abdicación y ya no hubiera otros asuntos que tratar. Así somos y así nos va.
Entretanto y con letra pequeña, los distintos partidos
políticos van escribiendo los renglones de su historia con minúsculas.
Convergencia se dispone a adaptar su plan soberanista a un previsible futuro
sin Durán con el intento por parte de Mas de reconducir la crisis antes de la
consulta ilegal que les trae sin cuidado, teniendo en cuenta que la mismísima
Consellería de Interior asesoró el 25M sobre la colocación de urnas ilegales y
la forma de evitar sanciones en el ensayo de consulta soberanista en las
Europeas. El PSOE, en plena lucha por el poder del partido con el
republicanismo como telón de fondo, intenta no ofrecer un nuevo espectáculo en
la proclamación con una enésima división que Rubalcaba intenta evitar, mientras
Madina relanza su candidatura con aires antimonárquicos, Pedro Sánchez
cuestiona la inviolabilidad del Rey y Susana Díaz decide tirar la toalla por la
lucha de la Secretaría General. El PP, esta vez desde Galicia, se queda
desbordado por la corrupción, dejando a Santiago de Compostela sin gobierno
tras la dimisión del alcalde y casi todo el grupo popular, mientras Feijóo
intenta parchear el asunto como puede. IU a la suya, con el ojo puesto en Podemos,
que le puede hacer la puñeta, bajo los pintorescos argumentos de Cayo Lara,
seguramente a falta de otros, para sostener su legítima posición republicana y,
seguramente, esperando que suecos, ingleses, daneses…. Intenten en sus países
monárquicos levantarse por la república al haberles desvelado el bueno de Cayo
que viven en regímenes antidemocráticos. Y, finalmente, Podemos en su bautismo
como “casta” cabreando a Pablo Iglesias porque las bases andan quejándose
contra la cúpula (es decir, Pablo y sus veinticinco elegidos para preparar la
asamblea) y su lista cerrada, cuando entendían que serían abiertas y en
términos de igualdad, sin darse cuenta de que los dirigentes tienen tal fervor
por la igualdad que entienden, como ven, que hasta unos siempre han de ser más
iguales que el resto. Este es “grosso modo” el panorama partidario.
Es comprensible pues que, ante tamañas preocupaciones,
casi no se haga hincapié en valorar otros asuntos como que el Tesoro ya paga
menos que EEUU por el bono a diez años, gracias a la descomunal bajada de los
tipos de la deuda tras la intervención de Draghi. O que tenga que venir el
presidente de Méjico, Peña Nieto, para recordarnos a los españoles todo el
balance positivo del reinado de Juan Carlos I, al que denomina “líder visionario
que abrió España al mundo”, mientras aquí, justo en su despedida como monarca,
andamos cortos de memoria al respecto. En fin, si hasta algunos intentan adrede
desfigurar a Cervantes, el universal escritor español, haciéndolo catalán de
nacimiento, ¡cómo no van a desfigurar la memoria del Rey! En España todo es
posible. Por cierto, me imagino que si, al final, descubren la tumba de
Cervantes en el Convento de las Trinitarias de Madrid, me temo que la nueva
versión sobre su muerte sea que la encontró en la capital de España pero camino
a Barcelona para descansar definitivamente durante toda la eternidad.
Y a dos días de la inauguración del Mundial de fútbol las
protestas en Brasil siguen siendo intensas, al extremo de que los incidentes
preocupan no sólo a los organizadores sino al mismísimo gobierno que,
obviamente, está obligado a garantizar que semejante evento se desarrolle con
absoluta normalidad. Nuestro seleccionador, Vicente del Bosque, con absoluto
realismo manifiesta que “con motivación, llegará el juego; si no, imposible”.
Como en la política, con motivación, todo es posible, en caso contrario, el
fracaso. Esperemos que, al menos, en el fútbol, no falte.
Jorge Cremades Sena
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