Comienza la cuenta atrás para el PSOE, cuyos
candidatos a dirigirlo inician una incierta carrera hacia la esperanza de
volver a situar al partido en el lugar del que nunca debiera haber salido. La
primera de las etapas es conseguir los avales necesarios para consolidar su
candidatura, que en ningún momento debiera recorrerse de forma mecánica, sino
pateándose las agrupaciones y en ellas, tras una reflexión crítica sobre lo
sucedido en el pasado, esbozar la alternativa de cambio que, en ningún caso,
debiera ser una continuidad del presente. De entre los nombres que suenan,
Madina promete “modernidad” y Sánchez, “un partido fuerte”, dos aspectos que,
en todo caso, no debieran estar reñidos. Ambos precandidatos tendrán que desmenuzar
lo que se encierra sobre esos eslóganes, pues, como dice Susana Díaz “España no
puede permitirse un PSOE sin rumbo y dividido”, avalando de alguna forma la
necesidad de un “partido fuerte” que, al margen de su “modernidad”, tiene que
tener muy claro el rumbo a seguir, no sólo en el terreno organizativo, sino
también en el programático-ideológico que, hasta el momento, se desconoce,
entre otras cosas, por el escaso discurso político. Un partido unido y fuerte,
como dice Díaz, pero para qué. ¿Para seguir haciendo ingenuamente el juego a
opciones minoritarias más a la izquierda y radicales, que al final se llevan el
gato al agua en la disputa del voto, o para optar por una alternativa creíble y
viable de centro-izquierda que desde una óptica socialista o socialdemócrata
moderna, como en el resto de Europa, garantice una alternancia tranquila y sin
sobresaltos a las políticas de la derecha? Esto es lo que la ciudadanía
necesita saber lo antes posible, ya que en ello está la esperanza de un futuro
tranquilo y progresista que otrora, con sus luces y sombras, tanto éxito tuvo
(no sólo en los aspectos económicos, sino también en los sociales, culturales y
de política exterior), destrozado en los últimos tiempos por un irresponsable y
absurdo giro a radicalismos que no llevan a ninguna parte.
Por cierto, no estaría mal que a su vez tomara nota IU,
pues en esto de los radicalismos, al mezclarlos con la responsabilidad de
gobernar o facilitar gobiernos estables, como sucede en Andalucía o
Extremadura, quienes más daño te hacen son los más radicales que tú y, por
supuesto, bastante más irresponsables, porque no gobiernan y juegan a otra
cosa. Podemos, que, por cierto, acaba de entregar la planificación de su
asamblea constituyente como partido al equipo de Pablo Iglesias, tras ganar su
lista cerrada a la de las enfermeras con el 86´8% de los votos, ya tiene a
tiro, según algunas encuestas, el famoso “sorpasso” que, en su día,
popularizara Julio Anguita previendo que pronto se daría el adelantamiento
electoral de IU al PSOE. Tendría gracia que, a pesar de los deméritos del PSOE
en los últimos tiempos, fuera precisamente IU la que sufriera el “sorpasso” y,
desde entonces, liderara el proceso, con IU a rastras, para conseguir dárselo
al PSOE. En fin, todo es posible en la viña del señor y, más aún, si nadie
cuida la cosecha.
Quienes no dejan de cuidar la cosecha son los
cultivadores de la corrupción. Empleo le reclama a Fremap, la mutua de
accidentes sin ánimo de lucro, nada menos que 43 millones de euros de dinero
público que gastaron indebidamente entre 2006 y 2011. Eran los años de bonanza,
de despilfarro y de “cachondeo” en los que sobre estos asuntos se miraba hacia
otro lado. Al parecer, con cargo a la Seguridad Social, se disfrutaba de
dietas, coches de lujo, viajes y mariscadas que, tras una auditoria, salen a la
luz. Ni siquiera la mutua desmiente el asunto y simplemente recurre a los
tribunales pero para que le rebajen esas cifras. Hoy, la Seguridad Social
sabemos cómo está, pero, ya ven, como en otros muchos casos, la culpa fue del
chachachá.
Tampoco sabemos de quién fue la culpa de que España sea
el país con más aeropuertos por kilómetro cuadrado, salvo algún país pequeño
que se me pase y con su aeropuerto imprescindible rebase el cupo. Obviamente,
salvo tres o cuatro aeropuertos, todos ruinosos y gestionados por AENA, la
empresa pública que, por cierto, va a ser vendida en un 49%, la mayor venta de
una empresa pública en los últimos dieciséis años, con lo que el gobierno, que
se reserva el control al mantener el 51% restante, engrosará en las arcas del
Estado unos 2.500 millones de euros.
Y mientras en esta España tan pintoresca prosigue el
debate sobre si ha de haber o no ceremonia de proclamación de Felipe VI, si ha
de ser por todo lo alto o no (según una encuesta el 90% de españoles prefiere
una ceremonia pero sobria), en Cataluña sigue la picaresca, por no decir otra
cosa peor, sobre la aplicación de la legalidad y el cumplimiento de las
sentencias. En efecto, la Generalitat ha decidido potenciar el castellano y,
respondiendo a la sentencia judicial que ampara a los padres que lo pidieron,
ha decidido que los alumnos, en esta última semana de curso, realicen un
proyecto en castellano de final de curso. ¡Como lo oyen! Para que luego digan
que no se enseñan las dos lenguas oficiales y, es más, con un sistema
pedagógico tan eficaz que en sólo una semana se consigue el objetivo educativo
propuesto. No me extraña que el president, no el de la Generalitat sino el de
Foment, Gay de Montellà, le haya comunicado al Rey en Zarzuela que no hay otra
solución que pactar cómo y cuándo se celebrará la consulta. Al final van a
llevar razón quienes mantienen que entre ir por libre dentro de España y sin
acatar la legalidad democrática vigente sería preferible que Cataluña se
hiciera independiente ya que al menos su gobierno se declararía responsable de
todos los problemas catalanes en vez de echarle la culpa a España, como hacen ahora.
El problema es que, siendo una parte de España y habiendo demasiados catalanes
que quieren seguir siendo españoles, no se puede decidir unilateralmente ni de
forma ilegal.
En cuanto a Brasil 2014 la roja se ha estrenado con un
batacazo morrocotudo frente a Holanda, perdiendo por 1-5 en el peor segundo
tiempo desde hace muchísimos años. Ahora toca no volver a fallar si quiere
seguir viva en el campeonato. Es lo que nos faltaba para hundir más el ánimo de
tantos y tantos españoles que tanto disfrutaron hace cuatro años. Siempre se
puede recurrir a que no somos los únicos en fallar, Uruguay hizo lo propio al
perder 1-3 ante Costa Rica. El resto de resultados entran dentro de lo
previsible, incluido el triunfo de Italia ante Inglaterra por 2-1. Como dice
Del Bosque, “un deportista nunca se rinde”…. “no hicimos nada malo, así que la
cabeza arriba y a competir”. Pues eso, a competir y suerte.
E Irak al borde, si es que no está ya, de una sangrienta guerra
civil. La llamada de Sistani a la yihad no deja lugar a dudas y el avance de
los combatientes del grupo terrorista Estado Islámico en Irak y Siria hacia la
capital Bagdad es, hoy por hoy, imparable. Las dudas de Obama para intervenir
están impulsando a Irán a tomar el control de Irak, mientras el presidente
Rohani tiende la mano a EEUU para luchar contra el ISIS, el Estado Islámico de
Irak y el Levante, surgido en los primeros años de la guerra de Irak mediante
la insurgencia de un grupo activo en Irak y Siria. Basta ver las imágenes
difundidas en televisión de los supuestos asesinatos de soldados iraquíes
presos para entender hasta dónde puede llegar el horror humano. Y la comunidad
internacional sin zanjar el asunto. No me cansaré de decirlo. ¿Serán
suficientes las sangrientas imágenes para que países tradicionalmente enemigos
se pongan de acuerdo en poner fin a semejante barbarie? Esta es la cuestión.
Jorge Cremades Sena
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