Como todas las portadas de los diarios
españoles de tirada nacional llevan en portada como única noticia la
proclamación de Felipe VI, asunto del que ya se ha hablado y del que habrá
tiempo de hablar y analizar largo y tendido, me detengo en tres noticias de
menor rango que conjuntamente dibujan un tétrico escenario político que,
obviamente, me llama la atención, en contraste con el normalizado y democrático
relevo de la Jefatura del Estado en España. Se trata de que en Venezuela hay
“escasez de ataúdes”, de que “Podemos acusa a IU de vetar a Iglesias en la
dirección del GUE del Parlamento Europeo” y de que “Jorge Verstrynge ha sido
detenido en una marcha republicana”. Tres noticias que, relacionadas entre sí,
me inducen a concluir que mientras se produce el relevo en la Jefatura de Estado
de España, un país democrático y próspero, unos cuántos, pocos y mal avenidos, se
dediquen a protestar en las calles porque se sienten más identificados con el
modelo de Estado de Venezuela, mientras en el Parlamento Europeo arremeten con
sus homólogos ideológicos de IU por ocupar un sillón, o es una broma de mal
gusto o una mascarada indecente.
En efecto, Jorge Verstrynge, profesor de la Complutense, ex
Secretario General de Alianza Popular y colaborador actual de Pablo Iglesias (también
profesor de la Complutense), es detenido, junto a otras seis personas en una
concentración ilegal, convocada por la Coordinadora 25-S en favor de la
República y el “derecho a decidir”, que ni siquiera había sido comunicada, como
es preceptivo, a la Delegación del Gobierno. El motivo de la detención no es su
participación en la concentración ilegal (por estas cuestiones en España ni se
pide la identificación), sino porque, ante unas doscientas personas, que
multitudinariamente acudieron a la convocatoria, Verstrynge, entre otros,
decide rebasar por la fuerza el cordón policial al grito de “¡Esto me lo salto
yo!”. Ya ven, pa chulo, mi pirulo. Seguro que con su provocada pertinente
detención, como ha hecho en otras anteriores, se ha ganado, como mínimo, un
merecido puesto en alguna tertulia televisiva, para despotricar contra el
régimen opresor español y alabar al régimen chavista venezolano. No estaría de
más que, desde la tele, incluso reivindicara la condecoración a la Universidad
Complutense de Madrid por su ingente labor en la formación de Podemos que, con
un poco de suerte, hasta podría llevarnos a los españoles al éxtasis del
chavismo bolivariano, tan elogiado por Iglesias y sus colegas, incluido
Verstrynge. No en vano los manifestantes plantean que “la nueva monarquía
empieza como terminó la anterior, odiando al pueblo” y ante el multitudinario
éxito de la convocatoria (supongo que frente al ridículo éxito de la
proclamación del nuevo rey), así como ante el mayoritario apoyo ciudadano, que
no electoral, a su mágico proyecto, concluyen que “vamos a seguir luchando,
decidiendo y ganando” ya que no aceptan la proclamación de Felipe VI porque “lo
ha elegido un Gobierno que es más que sospechoso de estar financiado
ilegalmente”. Como ven, la culpa es de Rajoy que, como todo el mundo sabe, es
el encargado de elegir al Rey. Sin comentarios. Y, para colmo, en otra de las
movidas callejeras antisistema se ha identificado al conocido ultra Ricardo
Saenz de Ynestrillas. Como ven, una vez más, los extremos se tocan.
Entretanto llega la noticia de que en Venezuela, el rico
país iberoamericano, entre otras causas por el petróleo, que ya quisiéramos
nosotros (aunque me temo que algunos, como sucede en Canarias, preferirían
comprarlo a precio de oro y no extraerlo), ni siquiera hay ataúdes suficientes
para enterrar debidamente a los muertos, cuando uno de sus más graves problemas
es el de las muertes violentas, cada vez más frecuentes. Por tanto, a los
venezolanos, resignados ya a hacer colas para gran cantidad de productos,
incluso algunos básicos, por un desabastecimiento de materiales indecente e
intolerable, se les condena incluso a hacer colas para ser enterrados tal como
manifiesta la Cámara de Funerarias de Venezuela, cuyos clientes, ante la caída
de fabricación de urnas a la mitad, han tenido que turnarse en las cajas
funerarias y reciclarlas para luego incinerar a los fallecidos, pero la
incineración, más barata que el enterramiento tradicional, se ha disparado al
extremo de que hay que hacer cola ya que más de la mitad del público, por
razones económicas, opta por esta vía. En fin, menos mal que a diferencia de
nuestra Monarquía, que odia al pueblo, la República Bolivariana ama al suyo,
razón suficiente para que los venezolanos hagan semejante sacrificio. Lo hacen
por amor.
Y, en otro escenario, Podemos acusa a IU, que no asistió
a la proclamación del Jefe del Estado en las Cortes, de vetar a Pablo Iglesias
para ocupar una de las tres vicepresidencias del Grupo de la Izquierda Unida
del Parlamento Europeo que, como era de esperar, había solicitado previamente
Podemos ya que, una vez dentro de la “casta”, cuanto más alto y con más poder, tanto
mejor. Las delegaciones españolas (IU, Bildu y Podemos), en este grupo de
izquierdas tan mal avenido, no sólo en España
sino en toda Europa, se queda pues sin ninguna vicepresidencia. Meyer
desmiente que haya vetado a nadie y que simplemente optó por un debate para
conseguir un acuerdo “por consenso”, que al final ha sido en favor de la
izquierda francesa, pero Bustinduy, el coordinador del equipo de Podemos en
Bruselas, mantiene que “Willy Meyer mostró una oposición frontal que supuso en
la práctica un veto” quejándose de que “IU en España no para de hacer
llamamientos a la confluencia y nos veta en Europa”. ¿No hubiera sido mejor y
más democrático convocar un referéndum de todos los europeos? ¡Vaya forma de
secuestrar el “derecho a decidir”!, dirán los más puristas.
Me temo que, de seguir así, ni Pablo Iglesias, ni
Verstrynge, ni Monedero, ni Errejón, todos ellos profes de la Complutense, ni
el resto de la casta, que no es casta por decisión propia, conseguirá el
objetivo de que los españoles disfrutemos de la democracia plena que pretenden.
Es decir, de la democracia bolivariana. De la buena y auténtica. De la que
muchos de ellos son o han sido consejeros y para la que trabajan o trabajaron,
obviamente a cambio de compensaciones económicas directas o indirectas, pues lo
cortés no quita lo valiente. El régimen en que sus dirigentes no odian al
pueblo, como en esta Monarquía nuestra que detestan. Sus dirigentes aman al
pueblo de verdad, profundamente y velan por su bienestar hasta la muerte.
Lo que muchos no entienden es qué hace IU en este
berenjenal, menos aún qué hace el PSOE dándoles el mínimo crédito. La respuesta
puede estar en Monedero, uno de los principales ideólogos y mentores de
Podemos, militante de IU durante 25 años, cuando dice que “hay un sector de IU
que se ha hecho régimen” y con argumentos razonados, dignos de su alta
cualificación profesional como docente universitario, remata tajantemente que
“PP y PSOE no son la misma mierda pero cagan parecido”. En su autoproclamada
potestad de distinguir entre lo bueno o lo malo, trata de llevarse a su paraíso
ideológico a la mitad de IU, salvo al sector convertido en “casta” y a los
socialistas que, en vez de cagar parecido al PP, supongo que en el retrete
democrático, prefieran cagar en su idolatrado estercolero totalitario.
¿Se
imaginan este tétrico escenario político pilotando los destinos de España en el
futuro? Mejor ni imaginarlo, pero sí tenerlo cada día presente. Las pesadillas
a veces se convierten en realidad.
Jorge Cremades Sena
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