En efecto, Rubalcaba anuncia que en
septiembre deja su escaño y se vuelve a su plaza de profesor en la Universidad.
Nada especialmente extraordinario. Decenas y decenas de personas han dejado la
política tras dedicarse a ella durante algunos años para volver, si es que la
tenían, a su profesión anterior. No obstante, como es costumbre que otros
muchos se eternizan amarrados al sillón hasta jubilarse, calentando asientos en
cualquier cargo que se le facilite, o instalándose en destinos dorados en
organismos internacionales o empresas públicas por arte de magia, hay que
reconocer que, si Rubalcaba vuelve a su puesto como profe, tal como dice, es
una decisión acertada a la que sólo se le puede reprochar que no lo haya hecho
unos años antes, a tenor de como deja el PSOE. ¿Qué puede empeorar el partido?
Cierto. Pero de aquellos polvos vienen estos lodos y Rubalcaba no ha sido
alguien que pasaba por allí por casualidad. La pelota queda ahora en el tejado
de Madina, supuestamente su “delfín”, y Sánchez, quienes se postulan como
candidatos, junto a otros con menos posibilidades, para dirigir el partido.
¡Ojala que la incapacidad de Rubalcaba para revitalizar el PSOE no siga con el
futuro nuevo Secretario General!
Entretanto, mientras el Parlament de Catalunya solicita
un referéndum, uno más, en este caso sobre Monarquía o República en España, el
nuevo Rey Felipe, en tierras catalanas, con un discurso mitad en catalán y
mitad en castellano, asegura que estará “más presente” allí, ofreciendo su “colaboración
sincera y generosa” para alcanzar todas las “metas colectivas” y reclamando “respeto,
entendimiento y convivencia”. Al tratarse del primer viaje de los Reyes tras su
proclamación, es un gesto positivo desde cualquier punto de vista y acertado en
su contenido. Pero, ya ven, a lo del Parlament, se añade que Artur Mas,
correcto con él en las formas, le pide al Rey una audiencia en la Zarzuela para
abordar la consulta, en este caso, la soberanista. ¡Cómo si Felipe VI tuviera
competencias al respecto! ¿Acaso no sabe Mas que salvo su labor de mediación
poco más puede hacer el Rey? Me temo que por impecables que sean los discursos
reales, por loables que sean sus intenciones, poco se conseguirá en el asunto
independentista, pues no hay más ciego que quien no quiere ver. ¿Le está
pidiendo Mas a Felipe VI una ilegalidad como le pide a Rajoy? ¿Romperá la
baraja como ha hecho con Rajoy por no ceder a sus ilegales pretensiones? Me
temo que por ahí seguirán los tiros.
Por lo demás, destaca, entre otros asunto, el ya
anunciado recurso a la imputación de la Infanta Cristina por parte del fiscal
que la califica de “inquisitoria”, acusando al juez Castro de hacer una “instrucción
a la carta” y que “culpabilizó” a Cristina de Borbón “antes de iniciar la
investigación” para “pescar” a la Infanta. Acusaciones gravísimas contra el
juez, quien ya ha retado al fiscal que acuda a los tribunales si tiene indicios
de que haya podido cometer prevaricación. En todo caso, la Audiencia resolverá
y, tal como está el patio, haga lo que haga se avecina una avalancha crítica de
unos u otros, no por razones jurídicas sino políticas. Al tanto pues. Según los
expertos en la materia ni el voluminoso auto de imputación del juez, ni el
recurso del fiscal se ajusta a lo que suele ser normal y cotidiano en estos
casos.
Como
no debiera ser normal que, al parecer, cuando Moncloa contaba con un acuerdo
PP-PSOE en el asunto del aforamiento de Juan Carlos, una serie de diputados socialistas
lo abortaran optando por una insípida abstención para no sufrir más desgaste
por el apoyo a la Corona. De ser así, no me extraña que el desgaste cada vez
sea mayor, pues lo peor que le puede pasar a un partido político es su
indefinición ideológica o programática, que el PSOE ya viene sufriendo desde
hace demasiado tiempo. Si estás de acuerdo con el aforamiento o con su
conveniencia, lo apoyas y lo defiendes o, en caso contrario, lo rechazas y lo
argumentas de forma convincente, pero abstenerse por mero formulismo
procedimental, ni lo entienden los votantes socialistas partidarios de aforar a
Juan Carlos, que los hay, ni los que están en contra. Ese es el pecado de los
socialistas, bueno de sus dirigentes, querer estar a la vez repicando y en
misa. Y así les va.
Y mientras los líderes de la UE, para disgusto de Pablo
Iglesias y compañía, deciden apoyar a Juncker como presidente de la Comisión,
Kiev y la UE firman el pacto de asociación que desató la crisis con Rusia, que
también lo han firmado Georgia y Moldavia, contemplando, entre otras ventajas, una
zona de libre comercio. Putin, que ha hecho todo lo posible por impedirlo,
incluido el apoyo a los secesionistas ucranianos, no ha podido conseguirlo,
pensando muchos que para semejante viaje no hacían falta alforjas, aunque otros
dirán que Crimea bien valía la pena.
También
vale la pena, especialmente para muchos católicos, que la Iglesia siga su
proceso aperturista, sin precedentes, reconociendo el descrédito de sus ideas
ante muchos de sus fieles en temas como las bodas gais, el aborto o la
contracepción. Si la Iglesia al final “acoge y no condena” a divorciados y
homosexuales, es, sin duda, una buena noticia. Son demasiados divorciados y
homosexuales católicos que, desde su fe, agradecerán el acogimiento que la
Iglesia hace de ellos, condenados hasta la fecha a una especie de repudio
incomprensible. El Papa Francisco, al parecer, va en serio.
Y
mientras el Barça gana la liga de baloncesto frente al Real Madrid, y mientras
Portugal vuelve a casa desde el mundial de futbol con un inservible gol de
Crisitano, al uruguayo Luis Suárez le ha caído un castigo ejemplar de cuatro
meses de sanción con su club y nueve partidos con Uruguay por el mordisco a un
rival italiano en la contienda para pasar a octavos. La polémica está servida
entre quienes defienden y atacan al reincidente Suárez que, siendo un gran
futbolista, todavía no aprendió que al futbol se juega con los pies y no con
los dientes. Injustificable su actitud y, a mi juicio, merecido el castigo ya
que no tiene ninguna excusa.
Jorge Cremades Sena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, gracias