Con
los sondeos en la mano y las últimas declaraciones de los cuatro magníficos
cabe preguntarse si no estamos abocados los españoles a repetir las elecciones
generales por tercera vez después del 26-J, lo que sería ya el colmo de la
irresponsabilidad política. A pesar de que todos garantizaron en el debate que
habría gobierno y descartaron la convocatoria de otras elecciones, salvo que
los españoles demos un vuelco a los sondeos o, en caso contrario, salvo que se
produzca un milagro, que pasaría porque alguien se desdijera de lo que dice
ahora y actuara de forma contraria, todo apunta a que no habrá gobierno y, menos
aún, el gobierno sólido que España necesita para afrontar los retos que tiene
planteados. En efecto, mientras Rajoy mantiene la fórmula de la “gran
coalición” PP-PSOE, a la que incluso podría sumarse Ciudadanos y, en caso
contrario, propone garantizar, como mal menor, que se deje gobernar al partido
más votado, Sánchez se niega en rotundo y, buscando de nuevo su supervivencia,
mantiene pactar con Rivera y, sumando con él algún escaño más que el PP,
obligar a los populares a abstenerse, ya que Jordi Sevilla sostiene que
gobierne quien tanga más apoyos parlamentarios, a lo que se niega Rajoy,
considerando que lo más democrático es dejar que sea presidente el que más
votos tenga de los españoles. Y, entretanto, Rivera, se lanza a por los votos
de los indecisos del PSOE y despeja su ambigüedad de pactar con el PP de Rajoy
manteniendo el veto personal al Presidente aunque éste fuera quien más votos
tuviera de los españoles. Entretanto Iglesias, con la miel en los labios por el
“sorpasso” al PSOE que le dan las encuestas, pide el respaldo de Sánchez para
gobernar, mientras Jordi Sevilla y la mayoría de los barones rechazan una alianza
con Podemos si son la tercera fuerza y los socialistas moderados aceptan un
gobierno del PP si el maldito “sorpasso” se produjera. Con todo este embrollo,
si se confirman los sondeos, descartados lógicamente un gobierno PP-Unidos
Podemos, se podría llegar al absurdo de un gobierno de la tercera y cuarta fuerza
política, con la abstención o apoyo de la primera o segunda fuerza para
posibilitarlo (fórmula imposible desde la racionalidad democrática), que
obviamente no se va a dar, ya que la fórmula que defiende Sevilla y compañía
(que no gobierne el más votado sino el que más apoyos parlamentarios tenga),
totalmente constitucional, sólo tendría sentido si, en este caso, el tercero y
el cuarto partidos sumaran mayoría absoluta o quedaran muy cerca de ella, lo
que es obviamente imposible, pues pretender la colaboración o apoyo de los que
les han ganado porque la suma de parlamentarios da alguno más de los que
obtienen ellos es una entelequia y un bodrio democrático.
En
fin, o alguien se baja del burro o lo hacen bajar o, en caso contrario, no estaría
de más que nos planteemos la posibilidad de nuevas elecciones, las terceras,
salvo que entendamos los ciudadanos que por mera irresponsabilidad de nuestros
políticos hemos de diseñar con nuestro voto un escenario más clarificador del
que dibujan las encuestas para demostrarles que la ciudadanía es más
responsable que ellos, incapaces de entender lo que España necesita en estos
momentos. Y entretanto, cada vez menos días de campaña, en la que ninguno de
los partidos cree necesario hacer ajustes a pesar del déficit, tal como ponen
de manifiesto en un debate los responsables de Economía, remarcando sus
diferencias, eso sí, en materia fiscal, laboral y en políticas sociales. Sin
embargo temas fundamentales como el pacto de Estado por la Educación parecen
inviables tras el 26-J, así como las reformas constitucionales que todos
tenemos “in mente” y las concernientes a reforma de la ley electoral, etc etc.
Con semejantes mimbres es muy complicado hacer un cesto consistente. Ya nos
podemos dar con un canto en los dientes si se consigue salir de tan perjudicial
incertidumbre gubernamental, pues pensar en la política con mayúsculas, hoy por
hoy, es, como ven, simplemente soñar.
En
cuanto a otros asuntos cabe destacar que el PP llevará al fiscal a los
acosadores de sus militantes en Cataluña; que el fiscal de Nòos acusa al juez
Castro de “perseguir a la Infanta” y afirma que primó la conjetura sobre la
evidencia jurídica; que Madrid quiere limitar a 30 kmts por hora la velocidad
en el centro; que once campus universitarios reducen el número de sus
facultades y departamentos con el objetivo de simplificar la gestión, ahorrar y
eliminar reinos de taifas; y que la capilla de la Autónoma de Madrid es
asaltada y profanada con pintadas de “aborto libre”, como ya sucediera en la de
la Complutense con Rita Maestre, portavoz podemita del Ayuntamiento madrileño,
quien, por cierto, se niega a condenar este asalto a la Autónoma…. una forma
peculiar de defender derechos y libertades democráticas, en este caso, la
libertad religiosa.
Y
en cuanto a acontecimientos del exterior destaca sobremanera la visita de
Cameron a Gibraltar para defender su posición política en contra del Brexit,
sobre el que alerta de que si gana el sí obligaría inevitablemente a nuevos
recortes y a subir impuestos. La citada visita de Cameron, la primera de un “premier”
desde 1968, enoja a España, aunque por mera prudencia Moncloa elude una crisis
con el Gobierno de Reino Unido, limitándose a mostrar su “posición contraria” a
la misma, mientras García-Margallo cree que en caso de Brexit la solución más
sensata sería una “cosoberanía” sobre el Peñón, la última colonia existente en
Europa, evitando en todo caso tomar medidas más duras por la trascendencia del
referéndum y las consecuencias negativas que puede acarrear no sólo a los
británicos, cuyo Gobierno entra en pánico ante las encuestas y advierte de un
recorte de 39.000 millones, sino también el resto de miembros de la UE,
especialmente en el plano político al crear un precedente de que quien quiera
puede salir del club según le convenga. No en vano Sarkozy, ex presidente de
Francia, manifiesta que “hace falta un nuevo Tratado Europeo” analizando la
situación europea y la situación francesa en estos momentos; un nuevo tratado,
dice, al margen en todo caso de lo que resulte tras el referéndum sobre el
Brexit, abogando por la expulsión inmediata de los extranjeros y binacionales
con vínculos terroristas ya que “no los queremos”, afirma rotundo, proponiendo
además que los campos de refugiados se reinstalen en los países del sur del
Mediterráneo y no en Europa, y remata con que, si llega al poder de nuevo,
restablecerá la autoridad ante las protestas sindicales.
Jorge Cremades Sena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, gracias