Según
la Ley Orgánica del Régimen Electoral General “durante los cinco días
anteriores al de la votación queda prohibida la publicación y difusión de
sondeos electorales por cualquier medio de comunicación” por lo que los
diversos sondeos publicados hoy por varios periódicos sobre intención de voto
el día 26-J puede que sean los últimos ya que sólo queda un par de días para
publicar legalmente cualesquiera otros. Y dichos sondeos coinciden en tres
cosas: la victoria insuficiente del PP para gobernar, el “sorpasso” en votos y
escaños de Unidos Podemos al PSOE y un escenario de ingobernabilidad si los
cuatro partidos más importantes cumplen a rajatabla lo que le están diciendo a
los ciudadanos en campaña sobre pactos postelectorales. Así pues estos últimos
sondeos hasta que llegue el sondeo verdadero con el resultado electoral
vaticinan lo siguiente: según Metroscopia (El País), el PP con el 29% de los
votos obtendría entre 113-116 escaños, Unidos Podemos con el 26% entre 92-95,
PSOE con el 20´5% entre 78-85 y Ciudadanos con el 14´5% entre 37-41; según GAD3
(ABC), el PP con el 30´3% de los votos obtendría ente 121-124 escaños, Unidos
Podemos con el 24´6% entre 84-85, PSOE con el 21´4% entre 80-83 y Ciudadanos
con el 14´4% entre 38-40; y, según Sigma-Dos (El Mundo), el PP con el 30´5% de
los votos obtendría entre 124-129 escaños, Unidos Podemos con el 24´8% entre
86-92, PSOE con el 20% entre 73-78 y Ciudadanos con el 14´1% entre 35-40. Para
poder comparar cualquiera de estos escenarios con el deplorable panorama tras
el 20-D, basta recordar los resultados de entonces que hicieron ingobernable el
país: el PP con el 28´7% obtuvo 123 diputados; el PSOE con el 22%, 90; Podemos
con el 20´7%, 69; y Ciudadanos con el 13´9%, 40. Para tener más conocimiento de
causa a la hora de hacer comparaciones con el 20-D hay que añadir que IU, hoy
en la coalición Unidos Podemos, obtuvo con las siglas UP el 3´6% de los votos y
dos escaños, con lo que Unidos Podemos partiría de unos resultados del 24´3% de
votos (suma de ambas formaciones) y de 71 escaños.
Por
tanto, al margen de las desviaciones al alza o a la baja de unos u otros
respecto a lo acaecido el 20-D, que sirven para comprobar las tendencias de
apoyo o rechazo por parte de los votantes, lo cierto es que, en el mejor de los
casos y tomando la opción más favorable de la horquilla de votos para todos los
partidos (lo que por lógica es bastante improbable) y descartando otros
partidos minoritarios, salvo el pacto de gran coalición o colaboración PP-PSOE,
que da mayoría absoluta en todas las encuestas, más aún si se suma Ciudadanos a
la misma, sólo Metroscopia dibuja una mayoría absoluta de 180 escaños entre
Unidos Podemos-PSOE para consolidar ese supuesto gobierno de izquierdas
progresista y de cambio (para GAD3 alcanzaría 168 escaños y para Sigma-Dos 170)
frente al otro supuesto gobierno de centro-derecha y moderado PP-C´s que
obtendría 157 escaños (para GAD3 sería de 164 y para SigmaDos de 169). Pero si
optamos por el escenario dialéctico entre partidos constitucionalistas o no,
bien con una gran coalición de gobierno, bien con un acuerdo de estabilidad
para afrontar las reformas previamente pactadas que España necesita, el bloque
nítidamente democrático para Metroscopia sería de 242 escaños y para GAD3 y SigmaDos
de 247, una sólida mayoría absoluta sin lugar a dudas, que generaría
tranquilidad dentro y fuera de nuestro país. Otras opciones no caben y por
tanto la gobernabilidad dependerá de si nuestros líderes se mueven en los
parámetros clásicos izquierda-derecha o en los parámetros reales de defensa del
constitucionalismo democrático, descartado tras el 20-D, tras sus peculiares
análisis interesados sobre lo que los españoles hemos elegido en las urnas,
adobados con ingredientes abstractos, como cambio sin más, para avalar los
vetos a una gran parte de esa derecha o centro-derecha que encima es la más
votada por los españoles. Ya sólo quedan siete días para saberlo.
Y
entretanto, con la mirada puesta en los sondeos, los distintos candidatos
hablan sobre cómo serán los pactos tras el 26-J, eso sí, unos con más claridad
que otros, aunque todos apelan al dialogo mientras algunos curiosamente
mantienen el bloqueo y ninguno de ellos admite que se irá si sufre un peor
resultado del obtenido el 20-D. Rajoy dice, no exento de razón, “si con casi un
30% de los votos me tengo que ir ¿qué tendrían que hacer ellos?” mientras sigue
ofertando la gran coalición en torno al partido más votado como la mejor
solución para España. Sánchez manifiesta, avalado por la experiencia propia,
“el 20-D me demostró que para pactar no basta con afinidades, hace falta
voluntad de acuerdo”, mientras mantiene su veto al PP de Rajoy y considera que
no tiene porqué nuclearse el gobierno en torno a la lista más votada, sino a
quien sea más capaz de sumar más apoyos parlamentarios. Iglesias propone,
convencido de que será la segunda fuerza, que “todos deberían decir en la
campaña con quien pactarían; nosotros lo hemos hecho”, mientras con su
variopinta coalición aboga por desalojar como sea a Rajoy. Y Rivera,
manteniendo su ambigüedad calculada, sostiene que “algunos han pensado más en
sus sillones que en los españoles, espero que cambien”, mientras el sigue
manteniendo el veto a Rajoy y a cualquier otro miembro de su equipo. Ya ven,
estas son las mimbres con las que construir el cesto.
Y
en Reino Unido, mientras la juez pide un examen psiquiátrico del presunto
asesino de la diputada Cox, los líderes británicos reanudan la campaña sobre el
Brexit y piden ahora moderar el tono. Por su parte Cameron dice “no quiero
dejar a mis hijos un Reino Unido fuera de Europa”. Y digo yo ¿y por qué
prometiste en campaña electoral el esquizofrénico referéndum pensando en tener
más votos? ¿había alguna obligación de hacer semejante arriesgada promesa? En
fin, ahora toca apechugar con lo que venga y la mayoría de las veces no suele
ser nada bueno y conveniente cuando se ponen los burros detrás de los carros.
Jorge Cremades Sena
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