Sin
pena ni gloria pasó el debate a cuatro frustrando de alguna forma las
expectativas de unos u otros. Ninguno de los cuatro brilló con luz propia
destacando claramente sobre los demás, por más que, como sucede en estos casos,
cada uno de los partidos proclame a su candidato como vencedor del debate. En
fin, nada nuevo bajo el sol, nada que ya no supiéramos de antemano y, por
tanto, todo según el guion previsto, intentando al menos cada uno de ellos no
perder y menos por goleada. Cierto que la salida en tromba de “todos contra
Rajoy”, como ya es habitual, en el capítulo inicial de economía y paro, el más
favorable para el Presidente por la evolución positiva durante su mandato, le
propició una inicial ventaja, más equilibrada, en líneas generales, durante el
capítulo de regeneración democrática y corrupción, el más incómodo para el
líder del PP, en el que se dieron varios rifirrafes entre los distintos
intervinientes, saliendo a relucir los conocidos trapos sucios de unos y otros
(Bárcenas, Gürtel, Griñán y Chaves, Eres de Andalucía, dinero procedente de la
Venezuela de Maduro….), que en algunos momentos elevaron la tensión de forma
exponencial. Baste trascribir los titulares de las portadas de los principales
periódicos para tener en conjunto una visión bastante aproximada de lo que
supuso el ansiado debate: “Recortes, empleo y corrupción centran un debate sin
ganadores”; “Sánchez, Rivera e Iglesias regalan el debate a Rajoy”; “Rajoy
resiste mientras Sánchez desaprovecha su gran oportunidad”; “los pactos pierden
el debate”; “los candidatos evitan el riesgo y sólo se crispan por la
corrupción”; “el debate no aclara cómo pactarán”; “todos contra todos”… y así
sucesivamente. Con semejantes apreciaciones periodísticas, podríamos concluir
que, en términos electorales, el resultado bien puede ser un empate técnico con
ligera ventaja para Rajoy, aunque en los medios audiovisuales, tertulianos
parciales en programas parciales, que todos conocemos, haya versiones para
todos los gustos y ganadores y perdedores a gogo por goleada.
Algunos
medios recogen algunas de las frases de los candidatos que denotan los mensajes
que querían transmitir a la ciudadanía. Rajoy, reivindicando con datos su
política económica, manifiesta que “los españoles saben que la situación es
mejor; aquí dicen todos que van a arreglar las cosas, como hacía Tsipras” y añade
“no se viene a hacer prácticas”, diciéndole al líder socialista “sería usted un
pésimo Presidente”. Por su parte Sánchez, probablemente el más débil tras su
fracasada investidura, recrimina a Iglesias manifestando que “los extremos han
bloqueado el cambio a un gobierno progresista; no tropecemos de nuevo en la
misma piedra”. Iglesias, que empezó enfrentándose a Rajoy y tendiéndole la mano
a Sánchez, acaba, cuando éste le hace reproches, con “no soy yo, Pedro, te
equivocas de adversario, el adversario es el Partido Popular, el adversario es
Mariano Rajoy”. Y Rivera, que ataca duramente a Rajoy diciéndole “no pido su
dimisión, sino que reflexione sobre si debe seguir”, sentencia que “el
populismo va a seguir creciendo en España si no conseguimos que se regenere la
vida pública” y arremete contra las proclamas de Iglesias sobre la pureza de
Podemos diciéndole “usted no debe dinero a los bancos porque le financia
Maduro”. Son algunas de las pinceladas de un debate marcado por la experiencia
del Presidente y por los futuros pactos, que sólo desvelan Rajoy (con la gran
coalición) e Iglesias (con pactar con el PSOE), mientras Sánchez y Rivera
mantienen una prudente ambigüedad calculada, en una pugna electoral en la que
los ataques de Rivera y la batalla por ocupar el liderazgo de la izquierda
entre Sánchez e Iglesias dejan en el aire si habrá gobierno tras el 26-J, a
pesar de que todos ellos asegurasen que no habría una tercera repetición de elecciones.
Hay
que reconocer que, aunque algunos destacan la oportunidad perdida por parte de
Sánchez, la posición de partida del líder socialista no era la más deseable y
lo lógico, al margen de estrategias erradas o no, es que no ganara el debate.
Se frustró la gran esperanza lamentablemente. Son tales las incoherencias
político-ideológicas de este PSOE desnortado que es muy difícil que levante
cabeza de forma rápida a pesar de ser el partido con más solvencia y antigüedad de todos y con un historial que,
con luces y sombras, como los demás, aporta un balance ampliamente positivo en
la Historia de España. Pero hoy lo tiene muy difícil. Baste fijarse en algunos
momentos del debate. Cuando intenta Sánchez arremeter contra el PP por corrupción
en vez de dejar que lo haga Rivera o Iglesias, no sólo se encuentra enfrente a
éstos sino también con el fácil recurso de Rajoy de perdonarle la vida con el
no quiero entrar en la situación de Chaves y Griñán (es decir en la corrupción
que lamentablemente también hay en la mochila socialista), cuando intenta
atacar por la situación económica y el alto nivel de paro se enfrenta al fácil
recurso de recordar la catastrófica situación heredada de Zapatero, cuando
reprocha a Iglesias su fallida investidura y su apuesta por el “derecho a
decidir” el propio líder comunista le recuerda que qué hace pactando con Colau,
uno de los socios de Podemos, que incluso apoya la independencia…. Y así
sucesivamente, unos y otros, le van desmontando todos sus argumentos por causa
de su indefinición e incoherencia ideológico-programática. Y, por si fuera
poco, la cabeza de lista del PSOE por Cataluña, Meritxell Batet, defiende
pactar con Podemos tras el 26-J, desmarcándose de los líderes territoriales y
abogando por la alianza de izquierdas, con lo que le hace más de media campaña
a Podemos. Cierto que Unidos Podemos tiene tremendas contradicciones (Rivera le
recordaba a Iglesias que IU apuesta por la salida de la UE, Colau por el
independentismo….) y un discurso diferente en cada momento y en cada
territorio, pero cierto también que dichas contradicciones e indefiniciones
ideológicas no se pueden combatir por quienes las sufren en su propia casa,
pues siempre, puestos a apostar por la sinrazón es preferible hacerlo por el
original y no por la copia. Por más que me duela, el actual PSOE tiene un grave
problema…. E Iglesias diciéndole “no soy yo, Pedro, te equivocas de adversario,
el adversario es el Partido Popular, el adversario es Mariano Rajoy”.
En
cuanto a otros asuntos cabe citar que la trama de Acuamed llegó a verter ácido
en el río Ebro; que Microsoft paga 23.000 millones por Linkedin; y que el
respaldo a la salida británica de la UE se dispara en los sondeo, reapareciendo
Gordon Brown como último recurso contra el “Brexit”. Y entretanto se van
conociendo datos sobre Omar Mateen, el asesino de Orlando, de quien el FBI cree
que era un lobo solitario y que se radicalizó a través de Internet, aunque
acudía a la misma mezquita que el primer kamikaze de EEUU que se inmoló en
Siria, mientras Trump utiliza la matanza para levantar sospechas sobre Obama y
Clinton.
¡Ah,
y a causa del despliegue mediático sobre el debate casi pasa desapercibido que
la Selección Española de Fútbol se estrena en la Eurocopa con una victoria
sobre República Checa en la recta final del partido con un gol de Piqué!
Jorge Cremades Sena
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