Hoy
se publica la última encuesta electoral permitida por la ley antes de la
celebración de elecciones el próximo domingo, coincidiendo con las publicadas
ayer en las tres grandes líneas: que el PP gana las elecciones, que Unidos Podemos
consigue el “sorpasso” frente al PSOE y que la gobernabilidad de España para
nada está garantizada. En efecto, según NCReport, el PP ganaría las elecciones
y obtendría entre 126-131 escaños, seguido de Unidos Podemos con el 25´4% y
entre 82-87, PSOE con el 21´2% y entre 80-83, quedando en cuarto lugar
Ciudadanos con el 13´2% y entre 33-35 diputados. Nada nuevo bajo el sol, punto
porcentual o escaño arriba o abajo, desde que se iniciara la campaña que entra
ya en su recta final. Según la encuesta, como ven, el PP puede romper la
barrera del 31%, afianzándose como fuerza más votada, Podemos se convierte en
la única alternativa, PSOE se hunde como tercera fuerza y Ciudadanos pasaría a
ser irrelevante, con lo que, objetivamente hablando, la gran coalición, que,
salvo el PP, nadie quiere, es la única opción que suma holgadamente mayoría
absoluta, aunque la de Unidos Podemos-PSOE no anda muy lejos de alcanzarla, pero requeriría del apoyo de PNV o ERC. Concluye además el sondeo que en esta
última semana de campaña decidirán su voto unos 2´8 millones de ciudadanos; que
el 21% de los votantes de Rivera aún duda si votar PP, que está a punto de dar
también el “sorpasso” al PSOE en comunidades como Andalucía y Extremadura,
feudos tradicionalmente socialistas; y que los escaños clave, por aquello de
los restos, están en Teruel, Zaragoza, Las Palmas, Toledo, Salamanca,
Barcelona, Gerona, Álava y Vizcaya (en fin una decena de diputados que, de ir
hacia un lado u otro, puede aliviar las penas de algunos o hundir sus
expectativas). Si además, según SigmaDos, el PP supera en Andalucía al PSOE,
Iglesias arrasa en Cataluña y País Vasco, mientras los “populares” conservan
sus feudos tradicionales y ganan un escaño en Madrid y los socialistas no
logran ser primera fuerza en ninguna comunidad autónoma, no es descabellado
afirmar que en este tramo final de campaña los nervios de los candidatos y sus
equipos electorales están a flor de piel ya que cualquier despropósito,
cualquier error de bulto, puede torcer el rumbo de sus expectativas en unas
elecciones tan reñidas y ajustadas. Pero, como siempre digo, sólo son
encuestas, aunque éstas ya sean las últimas que se publiquen. Veremos a ver
cuál de ellas se aproxima más a la realidad.
Y
en este ambiente de nervios a flor de piel el PSOE niega los sondeos y deja en
el aire los pactos, mientras PP y Podemos, según algunos, montan una campaña en
las redes contra Pedro Sánchez y Albert Rivera dice que “votar al PP y a
Podemos es votar el bloqueo”, en tanto que, para otros, los bloqueadores serían
los otros dos con sus vetos previos a cualquier negociación. Por su parte,
Rajoy insiste en que en 25 provincias “votar a C´s no sirve para nada” ya que
en dichas circunscripciones supone “que la izquierda gana el diputado” en
disputa, por lo que lo inteligente es “concentrar el voto moderado”.
Entretanto, bancos extranjeros (como Morgan Stanley, Unicredit, Citi, Barclays
o Natixis) alertan de una recesión si gana Podemos las elecciones, advirtiendo
a sus clientes del deterioro económico que sufriría España tras el inminente
26-J si se abandona la lucha contra el déficit y las reformas. Para unos,
dichas advertencias apelan al voto del miedo, para otros, a una previsible
realidad, como sucede en Grecia con el populismo de Tsipras y su empeño, incluido
referéndum, de remar contra corriente para después plegarse a una realidad peor
aún que la anterior. Los griegos así lo decidieron cuando se les advertía en
campaña (y en el referéndum posterior) del riesgo que corrían, que algunos
vendían como apelación al voto del miedo mientras se le prometía el paraíso.
Los españoles decidiremos nuestro futuro el próximo domingo. ¡Ojalá que
acertemos!
Por
cierto España encabeza el rechazo de los europeos al Brexit; la mayoría en los
cinco grandes países de la UE defiende la permanencia de Reino Unido, donde se
reanuda la campaña con empate en las encuestas, dibujando un escenario tan
preocupante como el que dibujan los sondeos para España tras el 26-J. En
efecto, a la pregunta de si debería Reino Unido permanecer en la UE en Francia
dice “sí” el 41% y “no” el 25%, en Alemania el 54% frente al 20%, en Italia el
55% frente al 22%, en Polonia el 61% frente al 14% y en España el 64% frente al
15%, con lo que es el más firme defensor entre las grandes economías europeas
de la permanencia británica en la UE. No en vano, las empresas españolas se
juegan 48.000 millones de euros con el Brexit, mientras Cameron reactiva la
campaña, tras el asesinato de la diputada laborista proeuropea, con un duro
ataque a los euroescépticos de su propio partido, en tanto que el debate sobre
la inmigración divide a los partidarios de salir de la UE, ya que, entre ellos,
unos son partidarios de una amnistía a los sin papeles mientras otros defienden
medidas más duras incluida la expulsión del país. En tres días, para bien o
para mal, saldremos de dudas sobre tan trascendental asunto para todos los
europeos.
En
todo caso se tiene la sensación de que, como en España o Reino Unido, en buena
parte de otros países europeos hay una tendencia a complicarse la existencia
con nuevos experimentos políticos de corte populista radical. Tal es el caso de
Italia, donde Matteo Renzi, se ha llevado un serio revés en la segunda vuelta
de las elecciones municipales italianas. Virginia Raggi, candidata del Movimiento
5 estrellas, el partido contra la casta, ha doblado en votos a Roberto
Giachetti, el aspirante del Partido Democrático, con lo que será la primera
alcaldesa en la historia de Roma. También en Turín, Chiara Appendino, la
candidata de la formación de Beppe Grillo, ha dado la sorpresa al imponerse al
partido del Primer Ministro, a quien dan un aviso y un serio revés (como
sucediera en España en las municipales) y, al mismo tiempo, consolidan al
populista Movimiento 5 Estrellas como alternativa de Gobierno. ¿Qué está
sucediendo en esta Europa privilegiada, aunque con dificultades por la crisis,
para que sus pueblos opten por los caminos más inciertos? Esa es la cuestión.
Jorge Cremades Sena
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