Las noticias sobre un espionaje generalizado
por parte de los EEUU están levantando una polvareda mediática que,
políticamente hablando, no pasará de ser un remolino de aire sin mayor
importancia. El supuesto pinchazo de los teléfonos a 35 líderes mundiales,
entre ellos bastantes europeos, ha generado una serie de protestas en los
gobernantes de determinados países de la UE, pues, como dice Merkel, espiarse
“es inaceptable entre amigos y aliados” y, junto a Hollande, se ha erigido en
la jefe de gobierno europea más disgustada con la situación. El nuestro, es
decir, Rajoy, que no tiene “constancia” de haber sido espiado, se limita a
convocar al embajador de EEUU en Madrid para que explique si España ha sido
espiada o no. La respuesta, ya se la pueden imaginar. En fin, desde mi punto de
vista, mucho ruido y pocas nueces en un asunto nada baladí. Tampoco se puede
hacer mucho más. En un mundo globalizado, en que, entre otras cosas, el
terrorismo también lo está, la necesidad de contar con una previa información, es
fundamental para salvar a este o aquel país de un ataque monstruoso como los
vividos en EEUU o España, entre otros países. No es una cuestión de amigos o
enemigos, sino, en muchos casos, cuestión de supervivencia. EEUU que, con
arreglo a lo pactado, entre otros con la UE, espía con normalidad, tanto en
Europa como en el resto del mundo, mantiene que, gracias a ello, se ha
conseguido evitar más de un atentado que hubiese significado el horror
internacional como los anteriormente citados. Para que ello sea eficaz,
requiere gran derroche económico y tecnológico que, lamentablemente, otros
países, incluso desarrollados, no tienen. Y, obviamente, mediante acuerdos o
no, consienten y colaboran en la búsqueda de esta información en sus
respectivos territorios. Todo el mundo sabe que así es. Una especie de
“espíeme, pero un poquito” y ya que se trata de “servicios secretos”, que jamás
se sepa. Tengo la sensación de que la contrariedad, al menos en la UE, es más
por los detalles que se han publicado que por el hecho del espionaje en sí. La
tímida reacción así lo corrobora. Siga espiando, que lo necesitamos, pero evite
que se cometan excesos y, sobre todo, que se sepan. Además de ser un delito, a
nadie le gusta tener el teléfono pinchado, ni siquiera cuando es por orden
judicial, que, en todo caso, sigue siendo secreto para el afectado…. La
“indignación” por tanto es por la publicación del espionaje, más que por el
espionaje en sí que, al margen del alcance del mismo, todo el mundo sabe,
conoce y consiente, bien por conveniencia, bien por incapacidad de evitarlo. Y,
como daños colaterales, suele tener algún que otro exceso.
Por cierto, convendría averiguar qué métodos utilizan los
convocantes de las huelgas y la administración para dar cifras tan dispares
que, invariablemente, siempre ponen en evidencia dos mentiras, no sé, si
piadosas o no. La última huelga contra la “ley Wert”, para muchos contra Wert
ya que de lo que menos se hablaba era de la ley, ha sido un éxito o un fracaso,
según se mire. Los convocantes cifran su apoyo en el 80%, mientras que la
administración lo cifra en el 20%, mientras que los distintos medios de
comunicación, según sus preferencias, intentan venderlo como éxito o fracaso,
achacando en todo caso que los piquetes son quienes han impedido una mayor
asistencia a clase. Frases como “la huelga con sangre entra” o “derecho de
barricada en la universidad”, junto a otras como “el franquismo ha Werto” y
cosas por el estilo, ponen de manifiesto la incapacidad de entendimiento de
unos y otros en un tema esencial para nuestro futuro, cual es una Ley de
Educación consensuada que no esté sometida al zarandeo de las alternancias
políticas, tal como sucede en casi todos los países del mundo civilizado. En
fin, hablando de educación, algún día aprenderemos,
Sobre la “sentencia Parot”, para todos los gustos. Mientras
se va produciendo un chorreo de excarcelaciones como consecuencia de la misma,
algunos expertos juristas parece que defienden que la sentencia deja margen
legal para no derogar la “doctrina Parot” y que, por tanto, el fallo no obliga
a la excarcelación de todos los criminales a los que se les aplicó. Tratándose
de expertos y en temas jurídicos, apaga y vámonos. Lo blanco puede ser negro en
cualquier momento, y viceversa. Quienes no pertenecemos a ese exquisito
círculo, pero sabemos leer la sentencia y lo publicado sobre ella, entendemos
que para nada queda derogada la “doctrina Parot”, sino su aplicación
retroactiva, como sucede con cualquier norma o ley. Por tanto, seguimos
entendiendo que, podrá ser aplicada a todos los criminales condenados después
de que entrara en vigencia. Si es esto lo que defienden dichos expertos,
totalmente de acuerdo. En caso contrario tendrán que explicar meridianamente
claro por qué la retroactividad sería legal en unos casos u otros.
Y para finalizar, no quiero dejar pasar por alto las
obviedades expresadas por el Príncipe Felipe en la entrega de los premios
“Príncipe de Asturias” como “lo que necesitamos es recuperar la confianza”,
“vale la pena luchar por España” que califica de “gran nación” que vale la pena
vivir y querer, elogiando a los ciudadanos que lo están pasando tan mal. Y no
quiero dejarlo pasar por alto ya que, una vez más, se pone de manifiesto, a mi juicio,
la torpeza de algunos a la hora de tratar el problema de Artur Mas, que él
solito se ha buscado. Si es cierto que PP y PSOE están buscándole una salida
airosa del berenjenal en que se ha metido, se equivocan de arriba abajo. NI Mas
sabe salir, pero, lo peor, es que tampoco quiere. Por tanto la única solución
es que, quienes están jugando al escondite dejen de hacerlo de una vez por
todas y en este juego es esencial sacarlos de su refugio. Rubalcaba le ofrece
una reforma de la Constitución, que no depende de él, para que no haya
consulta, que es lo que quiere Mas, y, por tanto, éste desdeña la oferta.
Rubalcaba revela que esta semana ha hablado con Rajoy largo y tendido sobre
Cataluña ya que es un “tema de Estado”. Muy bien, como debe ser. Además, ya era
hora. Pero, desgraciadamente, tiene que haber sido un diálogo de sordos o de
besugos. Tras la visita del socialista a Mas haciéndole el ofrecimiento citado,
ya que “o votamos en una consulta para romper o votamos un proyecto para seguir
juntos”, Rajoy contesta que ahora no toca hablar de reformas constitucionales.
Por tanto, la oferta de Rubalcaba a Mas, afortunadamente, no es producto de la
conversación con Rajoy, sino de su propia cosecha, demostrando que le valió de
poco la conversación sobre el “tema de Estado”. Es lógico que hasta la propia
Carmen Chacón haya regresado de allende los mares para pedir públicamente
“tripular” un PSOE “claro” contra el separatismo, acusando directamente a los
independentistas de pretender que “Cataluña se ampute una parte de sí misma”,
mientras Tomás Gómez, al que ha venido a apoyar, solicita primarias para
febrero, como otros barones del partido. Rubalcaba por lo visto no se ha
enterado todavía que lo que pretende Artur Mas, sí o sí, es esa amputación de
la que habla Chacón que, sin ser santa de mi devoción, tiene más razón que la
copa de un pino. Una amputación sin pasar por el quirófano y sin prescripción
médica, sino de un hachazo salvaje. Ofrecer a Mas y Junqueras terceras vías o
reformas constitucionales, sabiendo que son juegos florales debidos al chantaje
a que tienen sometido al estado, es como pretender cazar elefantes con
tirachinas. No se trata de “votar” en una consulta para romper o “votar” un
proyecto para continuar juntos. ¿Es qué no estamos juntos? ¿Cómo estamos
entonces? Entre la disyuntiva que plantea Rubalcaba de votar una u otra
cuestión falta la única opción viable y
democrática, clara y contundente, que es la de “no votar”, salvo que todos los
españoles, juntos y sin estar sometidos a chantajes totalitarios, decidan
hacerlo para mejorar su situación, la de todos, y no la de unos pocos,
añadiendo que quien pretenda lo contrario sólo podrá tener como respuesta el
peso de la ley y la repulsa de todos los demócratas. De esto es de lo que hay
que hablar para que todo el mundo sepa lo que nos estamos jugando. Cuando los
demócratas claudican frente a los chantajes totalitarios, de uno u otro signo,
sólo se empeoran las cosas y el tiempo llega a hacerlas irreversibles. Para
comprobarlo sólo basta darse un pequeño paseo por la Historia. Y si es la
nuestra mucho mejor. En mi blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/acabo
de colgar un artículo titulado “La pregunta sobre el referéndum catalán”,
asunto sobre el que, para empezar, ni los promotores del mismo se ponen de
acuerdo.
Menos mal que Maduro
en Venezuela parece ser que ha creado el Viceministerio de la Suprema Felicidad
Social. Nosotros todavía no llegamos a tanto nivel, probablemente porque no
contamos con el pajarito que trasmite a Maduro las cosas del más allá. Pero no
se desanimen, con poco más que nos esforcemos, seguro que lo conseguimos.
Jorge Cremades Sena
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