Como ya habrá tiempo para el desánimo a lo
largo del año que comienza, prefiero quedarme en su inicio con las buenas
noticias que destacan los medios de comunicación que, para coger fuerza, no
están nada mal. Por tanto voy a intentar el esfuerzo de ver las cosas en
positivo, aunque en algunas me va a ser difícil lograrlo.
Si
las muertes en carretera durante 2013 están en el mínimo histórico desde 1960,
aunque las 1.130 personas fallecidas en accidentes de circulación supongan un
drama de envergadura que hay que seguir desactivando, hemos de reconocer que se
están haciendo bien las cosas al respecto, pues se mantiene la tendencia a la
baja de forma consecutiva en los diez últimos años, siendo el 2013, fatídico
para muchos (especialmente para los supersticiosos), el de menor registro de
fallecidos desde que existen las estadísticas al respecto.
Si el sector automovilista ha vuelto a crecer tras dos
años de caída, gracias a las ayudas públicas a la compra de automóviles, según
confirman las asociaciones de fabricantes y vendedores, consiguiendo un alza de
ventas del 3´3% respecto al catastrófico 2012, que supuso el peor balance desde
1986, es para albergar cierto optimismo de que, aunque lentamente, el cambio de
tendencias da pie a albergar ciertas esperanzas.
Y si la prima de riesgo, indicador fiable de la salud
financiera de cualquier país, sigue a la baja, estrenándose en 2014 con cifras
cercanas a los 200 puntos, cuando hemos llegado a estar en los 600, e inaugurando
el año con una bajada de unos 16 puntos básicos y situarse en un diferencial de
205 aunque luego haya quedado en algo más, es la mejor de las noticias en el
terreno económico, teniendo presente, por otra parte, que el Tesoro tendrá que
colocar este año entre los inversores unos 244.000 millones, casi un 17% más
que en 2013.
En fin, datos positivos en definitiva que nos alientan a
seguir teniendo esperanza en una salida de la crisis económica lo más pronto
posible, asunto que, trasladado a la jerga taurina, provoca división de
opiniones.
Donde no hay división de opiniones es en el suspenso
generalizado de toda nuestra clase política, tal como se desprende de las
encuestas. Ningún líder político obtiene un 5 (aprobado por los pelos) en la
valoración ciudadana; es más, ninguno es capaz de llegar a más de un 4, siendo
los más valorados Rosa Díez, Albert Rivera y Cayo Lara, justo, tal como he
mantenido en varias ocasiones, quienes carecen de currículo como gobernantes.
Es obvio que en el país de los ciegos, los tuertos son los reyes. Pero además
el PP de Rajoy aventaja casi en 9 puntos al PSOE de Rubalcaba, lo que, teniendo
en cuenta el lastre del gobierno popular (recortes, ley de educación, aborto,
rebeldía de sus barones, Bárcenas………), es para ellos como echar las campanas al
vuelo por recuperar casi 3 puntos frente a estimaciones anteriores, situándose
en el 33´3% de apoyos frente al 24´4% de los socialistas. Y todo ello, a pesar
de que sólo el 8´6% tiene buena opinión del Gobierno…. ¡mejor no preguntar por
la opinión de la oposición! Por más buena intención que tenga en edulcorar las
noticias me es imposible hacerlo con ésta, sólo se me ocurre que menos mal que
no siguen en caída libre con lo que, si se empeñan un poquito en mejorar, hasta
pueden ser capaces de detener esta especie de derrape de mediocridad en el que
están inmersos. Cuando uno mira hacia atrás y decide comparar liderazgos, es
como para echarse a temblar.
Por esta vez, prefiero
pasar de largo sobre los asuntos de siempre que, inevitablemente, nos seguirán
acompañando casi a diario. Los presos de ETA inician el goteo de solicitudes de
reagrupamiento, mientras las víctimas piden a la Audiencia que se prohíba el
anunciado acto etarra del próximo fin de semana; el tradicional chapuzón
invernal en Barcelona deriva en una exhibición de esteladas independentistas,
mientras Artur Mas pide apoyos para su referéndum a los líderes internacionales;
el PSOE cuando gobernaba compró diez sedes al ICO por debajo de su valor de
mercado…..; en fin, lo de siempre.
Sin embargo no quiero dejar pasar la
noticia de que La Junquera se ha convertido en el paraíso sexual de los
franceses tras la legislación restrictiva francesa acerca de la prostitución.
Me ha parecido el mundo al revés. No sé por qué me ha venido el recuerdo de
aquellos años en que los reprimidos españoles veían en la frontera francesa la
línea que separaba la represión española de la libertad francesa, aunque sólo
fuera para ver la película “El último tango en París”. Aunque nada tenga que
ver con el asunto de La Junquera, salvo la temática del erotismo y el sexo, es
inevitable cuestionar la imagen de libertad de Francia en todos los sentidos, incluido
la sexual, y al extremo de que los franceses consideren paraíso sexual a
España, máxime en un momento en que Francia está gobernada por la izquierda
progresista y tolerante, mientras España lo está por la derecha más retrógrada,
carca e intolerante, según dicen algunos. Al final va a llevar razón Zapatero
cuando decía que estábamos a punto de superar a Francia. Ya ven que en algunos
asuntos la superamos con creces. ¡Lástima que fallara en esto!
Acabo de conocer que el paro en diciembre
ha descendido en 107.570 personas, que dejan la cifra de parados en 4.701.338
personas. Aunque este asunto del paro siga siendo la losa más insoportable que
aplasta a todos los españoles, esta bajada histórica (es la primera vez que en
diciembre la caída del desempleo alcanza los seis dígitos), es otro dato
positivo más de que poco a poco se está yendo por el buen camino. Es la última
de las algunas otras noticias que, obligadamente, hay que calificar como “buenas”
y desear que se sigan prodigando en el futuro.
Jorge
Cremades Sena
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