Mientras las protestas derriban al Gobierno
de Ucrania y provocan reformas legales, anulando las leyes que recortaban las
libertades sociales, en España el incendio político desencadenado en el PP no
para de avivarse. Por si ya no tuviese bastante combustible, Aznar echa más
leña al fuego anunciando que no asistirá a la Convención que se va a celebrar
en Valladolid este fin de semana. Tampoco acudirá Mayor Oreja, mientras que San
Gil acusa al partido de “consentir la pesadilla” que se vive ahora en Euskadi, donde,
por cierto, Bildu, que sí sabe a lo que juega, llama a sus militantes a
infiltrarse en la Administración navarra. Al margen de explicaciones y
justificaciones de unos y otros (Aznar achaca su ausencia a problemas de su
agenda), cada vez surgen más voces que apuntan a una escisión (o, al menos,
fisura) del partido. De momento, ante lo que se avecina, cada uno, con más o
menos razón, juega sus bazas que, en todo caso, generan graves incertidumbres.
En cuanto a lo económico, mientras De Guindos eleva ante
la UE el crecimiento de España para este año al 1%, Bruselas y el FMI piden
otra vuelta de tuerca en el asunto laboral. El paro sigue siendo la madre del
cordero, pero el problema es qué hay que hacer para que los trabajadores
encuentren empleo sin someterse más aún a nuevos recortes a sus derechos,
mientras observan cómo se han seguido acelerando los desahucios a lo largo de
2013 a pesar de las movilizaciones. Tampoco se sabe qué hacer para cuadrar el
déficit público asignado ya que Cataluña, por ejemplo, supera ya un 25% más de
lo autorizado, lo que supone que, si otras CCAA siguen su ejemplo, el derroche
y el caos está asegurado, sobre todo, teniendo en cuenta que la economía sumergida
sigue aumentando hasta el 24´6% del PIB, según los Técnicos de Hacienda,
ascendiendo el dinero negro en España a 253.000 millones de euros, unos 60.000
millones más que al inicio de la crisis en 2008.
Por si la opacidad económica no es suficiente se añade la
maraña territorial que hace inviable un normal funcionamiento del Estado. Mientras
las cinco CCAA no gobernadas por el PP (País Vasco, Cataluña, Canarias,
Andalucía y Asturias), que rechazan la ley Wert, dicen que es “imposible”
ponerla en marcha el próximo curso, dos de ellas, Cataluña y Andalucía, son las
que más han recortado en Sanidad desde el inicio de la crisis (el presupuesto
se ha reducido en 3.300 millones, el 68% en estas dos autonomías) y una de
ellas, Andalucía, es la que tiene menos camas por mil habitantes en hospitales
públicos. Curiosamente el PSOE, gobernante en Andalucía desde el inicio de la
democracia, paladín de la sanidad pública y motivador activo de las
movilizaciones en Madrid frente a la externalización, nada dice ante la
derivación de 300.000 pacientes a clínicas privadas en Andalucía que, por
cierto, cuenta con 29 hospitales públicos, 17 concertados y 42 privados. Un
ejemplo más de la coherencia política que se gastan los partidos en nuestro
país, en este caso, el PSOE. Justo cuando se conoce que Susana Díaz firmó con
UGT un acuerdo por el que el PSOE recibía dinero de los polémicos cursos de
formación; de que UGT-A hasta cambió el plan de una escuela-taller para tener “alicatadores”
para su sede; o de que Zapatero, según el Tribunal de Cuentas, adjudicó
contratos por 385 millones sin necesidad o motivo alguno, además de gastar 630
millones en contratos opacos durante sus dos últimos años de gobierno. En fin,
el cuento de nunca acabar.
Y hablando de cuentos nada mejor que el que algunos
intentan vender, como el de que Alemania, tras imponer la jubilación en España
a los 67 años, reserva para los alemanes la jubilación anticipada a los 63
años. Dicho así es el mejor ejemplo de que una verdad a medias es o puede ser
mucho peor que una mentira. Cierto lo de los 67 años, también para los
alemanes. Y cierto lo de los 63, pero sólo para quienes hayan cotizado durante
45 años y sólo contemplado para los nacidos antes de 1952, lo que, en ningún
modo, contradice el plan de aumentar gradualmente la edad legal de jubilación.
Es la decisión excepcional, que afecta como es lógico a muy pocos alemanes, de
un gobierno de coalición en Alemania entre la derecha de Merkel y el partido
socialdemócrata. La verdad, completa, detallada y aséptica es la única forma de
que la opinión pública conozca la realidad tal como es, sin máscaras o disfraces
interesados. ¿Por qué no se prodiga más? Otro gallo nos cantaría.
Jorge Cremades Sena
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