Vaya, vaya, quién lo iba a decir. Resulta que
Rosell, tras sacar pecho por haber fichado a Neymar por cuatro perras, mientras
varios clubes lo querían, entre ellos el eterno rival, el Real Madrid, y
estaban dispuestos a pagar por él un pastizal, mintió públicamente al pagar
casi el doble de lo que públicamente dijo por
traerse al Barça al jugador brasileño. Teniendo en cuenta que los
dirigentes del Barça, tanto Laporta en versión ERC como Rosell en versión CiU,
han jugado un papel importante a la hora de poner al club (que, ya se sabe “es
mes que un club”) al servicio del independentismo, Artur Mas debiera al menos
de tomar ejemplo de Rosell y dimitir de su cargo ya que, en paralelo, sus
falacias soberanistas tienen cierto parecido con las que venden los dirigentes
barcelonistas acerca de las virtudes del club en contraposición con las del
Real Madrid. Ahora resulta que no es sólo Florentino quien dilapida el dinero
con el fichaje de Bale, que es una barbaridad, sino que Rosell dilapida más aún
por Neymar que, de comprobarse judicialmente, sería el jugador más caro del
mundo. Pero, siendo ambos fichajes una vergüenza tal como está la situación en
España, es peor aún que se pretenda engañar a la ciudadanía y, de paso, a
Hacienda (o viceversa), así como a la afición culé diciendo que Neymar ya nació
culé en el lejano Brasil, que estaba loco por venir a Barcelona y, por ello,
eligió jugar en el Barça por mucho menos dinero que el que se disponían a
pagarle los clubes que lo pretendían.
En todo caso, hay que reconocer que, al menos, Rosell,
cuando le han pillado con el carrito del helado, se va, aunque no lo haga de
forma elegante. Lo anuncia en rueda de prensa sin admitir pregunta alguna y
echándole la culpa a sus rivales tras la admisión por parte del juez de la
denuncia interpuesta por un socio del Barça, cuando ayer mismo manifestaba y
solicitaba al juez que admitiera a trámite la querella, que califica de “injusta”,
para demostrar su inocencia, ya que es causada por una contratación que “ha
provocado envidias” entre sus adversarios. Sólo nos falta que, al igual que
hace Mas refiriéndose a Cataluña, la culpa de lo que sucede en el Barça la
tenga una especie de contubernio judeo-masónico de la maldita España que lo
único que hace es tener múltiples peñas y aficionados culés en todos los
rincones, especialmente por las virtudes deportivas del club, gestionado al
parecer, como sucede con Cataluña, por personajes que se mueven en el engaño y
la mentira como método de ataque a los demás y para ocultar los borrones de sus
responsabilidades. En fin, ya veremos en que queda dicho culebrón. Esperemos
que no sea aprovechado por los independentistas para venderlo como el enésimo
agravio a Cataluña.
Entretanto parece que tanto Rajoy como Mas inician la
batalla por ganar la opinión pública catalana aportando datos fehacientes de
una realidad adulterada hasta la fecha, mientras que, por su parte, en el País
Vasco se inicia una batalla por el acercamiento de los presos. Cada uno a lo
suyo y, si es posible, para que el pueblo se despiste cada vez más. Es lo que
sucede con los análisis sobre las últimas cifras de empleo que, según se mire,
dan pie a tirarse de los pelos de desesperación o dar saltos de alegría. Esperemos
que al manuscrito inédito de una comedia de Lope de Vega se le conceda
autenticidad y no suceda como con El Quijote que según los independentistas
catalanes fue escrito por el catalán Cervantes, obviamente en su lengua
vernácula. Tal como están las cosas en nuestro país todo es posible. Todo,
menos que dimita Artur Mas, aunque sólo sea por imitar a Rosell.
Jorge Cremades Sena
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