No le falta razón a Rajoy al afirmar que
Artur Mas “está haciendo el ridículo”, después de que, como era de esperar, el
mismísimo Barroso le haya contestado a su carta indicándole que el asunto “soberanista”
que el President plantea a la UE es, como bien sabe cualquiera con dos dedos de
frente, un asunto interno de España en el que la UE (como cualquier otra
organización internacional o cualquier otro estado) no puede intervenir y lo
que está más claro que el agua es que, en caso de que Cataluña se independizara
de España, se convertiría en un país tercero respecto a la UE pues, obviamente,
el estado español resultante, aunque quedara amputado, seguiría siendo, como
firmante de los Tratados Europeos, el depositario de la titularidad dentro de
la Unión. Que a un gobernante, aunque sólo sea de una autonomía, se le tengan
que aclarar semejantes obviedades es sobrada razón para afirmar que, tanto a nivel
interno como exterior, está haciendo un ridículo espantoso.
Y mientras el President hace semejante ridículo,
Rubalcaba revela que le ha confesado que no hará una consulta ilegal, al tiempo
que se reúne con Pere Navarro para promover el federalismo, que venden como el
bálsamo alternativo al reto rupturista de Mas. Inmediatamente CiU, ERC e
ICV-EUíA salen al paso del modelo de Estado socialista-nacional (mejor así ya
que suena fatal decir nacional-socialista) como alternativa al debate
soberanista que, para Jordí Turull, líder de CiU en el Parlament, es la “escenificación
definitiva de una tomadura de pelo a los catalanes”; mientras Marta Rovira,
secretaria general de ERC, reta a los socialistas a dejar su proyecto de
reforma constitucional y les pide que aclaren si están dispuestos a hacer “lo
que haga falta” para que los catalanes se pronuncien en una consulta, y Juan
Herrera, líder parlamentario de ICV-EUíA, lamenta que PSOE y PSC “vayan muy por
detrás de lo que pide la gente”. En definitiva, un ridículo casi generalizado,
por no decir algo peor, en el que participan a su manera la mayoría de las
fuerzas políticas de ámbito catalán, llevando casi al esperpento a las que,
como federaciones territoriales de partidos de ámbito español, tienen que hacer
juegos malabares entre el anticonstitucionalismo de ERC-CiU y el
constitucionalismo de PSOE-IU para no incurrir en el más absurdo discurso de la
más absurda incoherencia. No en vano, el líder de C´s, Matías Alonso, acusa a
las sucesivas cúpulas del PSC y del PSOE de ser parte de la génesis del “problema
catalán” al cuestionar el actual modelo de estado y proponer un federalismo
asimétrico de difícil encaje. Entretanto Mas, acusando al Gobierno español de “dramatizar”
como si fuera “la Guerra Civil”
Por lo demás, sigue el culebrón de la imputación de la
Infanta Cristina, que si el auto de Castro se excede en apreciaciones no
jurídicas, que si Hacienda informa para que no se la impute, que si son falsas
las facturas que Hacienda da por válidas, que si es mejor o peor que se la
impute, que si el fiscal valora no recurrir la imputación…..que bla, bla, bla.
Un encubierto debate (monarquia-república) al que el mismísimo Urkullu se
apunta para manifestar que una república “armonizaría las naciones del Estado”
ya que es “más representativa” que la monarquía, poniendo así en cuestión la
representatividad de ingleses, noruegos o suecos, entre otros, al haber
adoptado la monarquía, al igual que nosotros, como la forma de sus respectivos
estados. En fin, un concienzudo razonamiento sobre la representatividad
democrática.
Y, dejando el asunto de la corrupción (por cierto que un
concejal de Rivas de IU pone de relieve que el asunto no es privativo de ningún
partido al descubrirse que su familia directa y el mismo tienen cuatro
viviendas de protección oficial) y del soberanismo, los barones del PP siguen
discrepando sobre la ley del borto de Gallardón, mientras Rajoy les pide “unidad
en el asunto del aborto” e insta al ministro a pactar su ley, ordenando que
sólo se hable de economía. ¡Quién lo diría! En todo caso tiene bastante razón
ante el goteo de buenas noticias al respecto ya que la prima de riesgo y la
banca aúpan el IBEX al máximo desde julio de 2011, mientras el éxito del Tesoro
rebaja la prima de riesgo a 175 puntos y al bono hasta mínimos de 2006, como se
ha demostrado en la primera subasta de este 2014 que, al menos en lo económico,
empieza a caminar con buen pie, no así, como ven, en otros muchos asuntos.
Jorge Cremades Sena
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