Vaya por
delante mi enhorabuena a Pablo Iglesias que, como estaba previsto, se ha
convertido en Secretario General de Podemos y, junto a sus más estrechos
colaboradores, sobradamente conocidos como tertulianos permanentes en más de
una cadena de televisión, asume todo el control del nuevo partido. Si ya en su
día le felicité por su irrupción en la política y su abandono de la movida
callejera (Ver “Bienvenido a la casta” colgado el 29-5-14 en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/, y publicado en los diarios alicantinos La
Verdad e Información los días 28 y 31 respectivamente), le reitero mi
bienvenida como nuevo miembro de esa “casta” política, esa especie de oligarquía
partidista, que conforma las cúpulas de los distintos partidos. Y, como con los
del resto de partidos, estoy impaciente por conocer pormenorizadamente el
programa político que ofertará a los ciudadanos para que, con conocimiento de
causa y no a lo loco, podamos tomar la mejor decisión a la hora de depositar
nuestro voto. Lástima que no lo pueda hacer en las primeras elecciones, las
locales, a las que, al parecer, frente a lo que opinaba el sector perdedor de
Echenique, la triunfante cúpula de Podemos no está por la labor de concurrir,
frustrando las expectativas de miles y miles de ciudadanos que en los distintos
municipios andan ansiosos por votarles. Parece mentira que hayan olvidado que,
si, como dicen, lo que pretenden es acabar con el “régimen” de la Transición,
fueron precisamente una elecciones municipales las que dieron la puntilla
definitiva al régimen monárquico dando paso, tras la huida de Alfonso XIII, a
la Segunda República Española. Si, como dicen, “Podemos es resultado del
fracaso del régimen, de sus oligarcas y de sus partidos” y su esencial objetivo
es “un proceso constituyente para abrir el candado del 78” que, en todo caso,
ha dado lugar al más largo periodo de paz, libertad y prosperidad de toda la
historia de España, sin lugar a dudas, muy alto habrá de poner el nivel Podemos
para cargarse el sistema y sustituirlo por otro aún mejor. No es cuestión de
que, como dice, el Presidente de Jazztel, “si gana Podemos nadie querrá
invertir en España” o que el líder de Siryzia, amigo y valedor de Iglesias,
ponga en jaque a la UE desde Grecia, es cuestión de que expliquen la viabilidad
de sus proyectos para, derribando el sistema español y europeo, todos podamos
vivir sustancialmente mejor. Y estoy seguro de que así lo harán, aunque, a mi
juicio, no debieran hacerlo anunciando que se trata de que el miedo cambie de
bando o de que la que tiene que tener miedo ahora es Merkel, pues, en ese caso,
en vez de hablar de política estaríamos hablando de otra cosa. En todo caso, al
parecer, Podemos lo puede todo, ya que, por más que la crisis impulse el
arraigo de formaciones populistas por toda Europa, unas de extrema izquierda y
otras de extrema derecha, Podemos hasta es capaz de superarlo y, según
Iglesias, no se define ni de izquierdas, ni de derechas… ni de centro, si me
apuran. Pero, eso sí, con un programa que nos lleva al paraíso. Ya ven, sí
podemos.
En todo caso, sí
debiéramos poder finiquitar la corrupción y no precisamente con los curiosos
exámenes de Aguirre que, al parecer, incluso estaban amañados ya que los
candidatos del PP a alcaldes ensayaron las respuestas en la sede de Génova con
un experto en telegenia. Ni tampoco con la negativa de Ferraz de no pagar la
defensa de Chaves y Griñan que pide el PSOE-A, pues ya se entiende que así hay
que proceder. Ni diciendo Monago que prefiere “morir políticamente que airear”
su “vida privada”, que nadie le pide ni le debe pedir, y menos aun cuando en
este asunto ni se trata de un presunto caso de corrupción sino, en todo caso,
de corruptelas legalizadas. La corrupción se finiquita con enérgicas medidas
políticas y judiciales, investigando a fondo y en serio los casos, como, por
ejemplo, hace ahora Anticorrupción con el perdón de 3.000 millones a las
eléctricas, y, si se ha delinquido, aplicándolas sin piedad, pues en temas de
corrupción, el perdón jamás debiera existir.
En otros asuntos,
mientras el barco de Repsol, que sólo tiene un 19% de posibilidades de
encontrar petróleo, perforará hasta 3.000 metros el fondo marino canario, dos
embarcaciones de Greenpeace se enfrentan a barcos de la Armada en una operación
contra las prospecciones petrolíferas, resultando heridas dos personas. Y
mientras se aproxima la celebración de la manifestación antiabortista, una
menos denuncia a su padre por obligarla a interrumpir su embarazo y
amenazándola diciéndole “como no abortes mato a tu novio”; ni siquiera es
asunto del debate político sobre el aborto, en este caso, es asunto del juzgado
de guardia.
Bueno, y mientras
Jorge Fernández Díaz, el Ministro de Interior, dice que “hay riesgo de que la
frustración independentista degenere en violencia” y que quiere “descartar que
se emprenda un camino que obligue a tomar decisiones que no serían buenas ni
deseables para Cataluña ni para el resto de España”, según sondeo de NCReport,
en caso de elecciones autonómicas, CiU obtendría 34 escaños (16 menos que los
de 2012); ERC, 32; PSC, 16; C´s, 15; Podemos, 14; PP, 13; ICV, 7; y CUP, 4, en
tanto que el 76´3% de los que no acudieron a la pseudoconsulta hubiera votado “no”.
Sin comentarios, que cada quien saque sus conclusiones.
Y en la cumbre del
G-20 en Australia, mientras se busca un 2´1 de crecimiento global hasta 2018,
se hacen tan duras críticas a Putin por la crisis de Ucrania que el mandatario
ruso amaga hasta con abandonar Brisbane tras ser advertido de nuevas sanciones.
Entretanto Rajoy pide medidas para consolidar la recuperación económica,
mientras los dirigentes mundiales ponen como ejemplo la “transformación
española” certificando el “cambio de ciclo” en España.
Por cierto, España
reencuentra su estilo futbolístico y gana con claridad a Bielorrusia por 3-0.
Jorge Cremades Sena
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