No me
refiero al viaje de Rajoy a Barcelona, sino al que él mismo se ha referido
desde allí, al anunciar de forma rotunda que rechaza el “viaje a ninguna parte”
de Artur Mas, es decir, el viaje independentista. Por si alguien tenía alguna
duda, el Presidente ha dejado bien claro su rechazo a negociar semejante viaje
sin rumbo, que, no sólo conduce a un destino incierto, sino que además va dejando
graves heridas a lo largo del itinerario, especialmente cuando se quiere
recorrer sin orden ni concierto. Rajoy, como es su obligación, ha manifestado
que el “desgobierno” en Cataluña no afectará a los ciudadanos y les ha asegurado
que nunca tendrán que “elegir entre ser catalanes o ser españoles”. Una
verdadera declaración de intenciones en toda regla frente a otro tipo de
discursos que con una dosificada ambigüedad calculada buscan la equidistancia
entre los independentistas y los constitucionalistas (entre estos discursos el
de Podemos que de forma exquisita utiliza su ambigüedad para ir ocupando
espacios del nacionalismo o el del PSOE con su ambiguo proyecto federalista).
Como era de esperar la reacción por parte de los soberanistas se traduce en
acusaciones de “frentismo” desde CiU, que cree que con ello se refuerza la vía
de las elecciones anticipadas, mientras que la ANC apoya la lista única para la
independencia, en tanto que Rajoy mantiene que el plan soberanista de Mas “ha
fracasado en toda regla”. Ahora resulta que el “frentismo” es culpa del
Gobierno democráticamente elegido por negarse a negociar lo innegociable y por
mantener la legalidad establecida; o del partido, en este caso el PP, que en su
legítimo derecho (al igual que otros optan por otro tipo de objetivos) decide
situarse contra cualquier modificación constitucional que pueda abrir el melón
para que las distintas CCAA, si lo prefieren, puedan decidir una tras otra
separarse de España a través de convocatorias de referéndums o de plebiscitos
al respecto. Pero ese “viaje a ninguna parte” del que habla Rajoy y cualquier
persona con dos dedos de frente, se hace más incierto todavía cuando algunos
dirigentes políticos adoptan posturas confusas o difusas al respecto,
defendiendo no se sabe bien qué tipo de negociación con quienes lo único que
quieren conseguir, con negociación o sin ella, es desgajar un territorio del
Estado de Derecho al que pertenece. Y así las cosas, el viaje del que habla
Rajoy no es a “ninguna parte”, sino que va directamente al caos.
Y en este maremágnum
hasta es posible que un presunto delincuente canjeé su condición por el de “víctima
política”, que es como se autodefine la vocal de CiU en el CGPJ que acaba de
dimitir al ser pillada in fraganti cruzando la frontera de Andorra con una
pasta gansa de varios miles de euros. Menos mal que Lesmes, el Presidente del
TS y del CGPJ, tiene bien claro que “una persona con principios no mete la mano
en la caja”, en referencia a la caterva de chorizos que nos sorprenden casi a
diario. Es obvio que eso de los principios no cuenta en muchos de nuestros
políticos, mucho más partidarios de los fines (obviamente, los particulares y
en beneficio propio). Bueno, nuestros políticos, y algunos de los jefes
sindicales. Precisamente, tras 21 años de mandato sindical, Cándido Méndez
abandona UGT sumida en una fuerte división interna y con algunos de sus
dirigentes investigados por presuntas corrupciones indecentes.
Por otro lado es
paradójico que, frente a esta voraz ambición y lucha despiadada por conseguir
un espacio egoísta de bienestar derrochador, los expertos adviertan seriamente
de que el cambio climático está ya en la cuentas atrás y que, lamentablemente,
el Planeta Tierra (la casa que debiera ser de todos) se asfixia a pasos
agigantados, alcanzando los gases efecto invernadero su máximo histórico en
2013 y, curiosamente, atajar este viaje hacia el absurdo requiere cambiar
drásticamente nuestro estilo de vida. ¿Está la Humanidad dispuesta a hacerlo?
Esa es la vital cuestión.
En cuanto a otros
asuntos, mientras el Vaticano agiliza los trámites en casos de abusos para
imponer tolerancia cero (ya era hora, aunque más vale tarde que nunca), la
yihad recauda 7´5 euros por cada gramo de coca que se vende en España a través
de la nueva ruta de la droga por el Sahel, que deja un 15% de comisión por la
venta de cocaína a los contrabandistas de Al Qaeda. Entretanto, en nuestra
vecina Francia, Sarkozy inicia la reconquista del poder y tras ser elegido
líder del partido de centro derecha Unión por un Movimiento Popular, afirma que
su misión “es reagrupar a la derecha para frenar a Le Pen” ya que nunca había visto
a Francia “tan tensa” y que su prioridad será cortar el gasto público y reducir
el número de funcionarios (no hay que olvidar que el FN de Marine Le Pen es, según
todas las previsiones, la primera fuerza política francesa en votos).
Y en cuanto al deporte se refiere, el Madrid
de Ancelotti sigue de récords ganando en Málaga, 1-2, su 16ª victoria
consecutiva. Enhorabuena a los madridistas.
Jorge Cremades Sena
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