La
Audiencia de Palma abre la vía para que la Infanta Cristina se siente en el
banquillo de los acusados al imputarla como “cooperadora necesaria” de los
delitos fiscales supuestamente cometidos por su marido en 2007 y 2008 que suman
un fraude de 337.143 euros, exonerándola de los delitos de blanqueo de
capitales. Por tanto, al margen de la decena de delitos que se le imputan a
Urdangarín, el juez Castro tiene finalmente en sus manos la decisión de sentar
o no a la Infanta en el banquillo, en tanto que cabe la posibilidad de
aplicarle el criterio de la “doctrina Botín” que, en su día se aplicara
sorprendentemente al ya fallecido banquero. Ya ven que siempre hay un resquicio
jurídico, legal por supuesto, que escapa al sencillo sentido común de la
mayoría de los mortales y que, en el caso que nos ocupa, permite librar de
juicio a un acusado por delito fiscal, como es el caso, si sólo lo pide la
acusación popular. En fin, que, después de tanto tiempo y tanto revuelo en su
momento, todavía estamos sin conocer al cien por cien cual será el recorrido
judicial que tendrá que afrontar la hermana del Rey en puertas del juicio oral
del “caso Nóos”. Por su parte Zarzuela, que deja en la Infanta la decisión de
renunciar o no a sus derechos dinásticos, aunque ya lleva tiempo apartada de
toda actividad de la Casa Real y sin percibir ningún tipo de dinero, muestra,
como no puede ser de otra forma, respeto absoluto por el fallo de la Audiencia
y, obviamente, por la decisión que finalmente adopte la Justicia al respecto.
Lamentablemente no hace lo propio la Generalitat de Cataluña con Mas a la
cabeza que, en vísperas del circo montado para mañana con el pseudoreferéndum
del 9-N, delega su ejecución final en grupos de voluntarios para eludir su
responsabilidad, incluida la penal, aunque, al parecer, el recuento de votos y
la logística estarán en sus manos. Mas, de forma vergonzosa e irresponsable, se
oculta así tras la ANC, mientras algún que otro director de los centros
educativos catalanes mantiene que está “recibiendo presiones de la Generalitat
para abrir el instituto” que supondría un claro desacato a lo acordado por el
Tribunal Constitucional. Increíblemente la Generalitat, es decir, el Gobierno
de Cataluña, somete a sus gobernados, los catalanes, a incertidumbres y
presiones que en ningún caso debieran soportar, después de haberse gastado más
de 200.000 euros de su dinero, que no del dinero de Artur Mas, para captar
voluntarios que, al final, sean los aparentes protagonistas de la farsa, pues
los verdaderos protagonistas se esconden de forma vergonzosa entre las
bambalinas precisamente el día de su representación.
Y, hablando de
representaciones, menudo peliculón se ha montado con el asunto de los
frecuentes viajes a Canarias del Presidente de Extremadura, Sr. Monago, cuando
era senador. Al parecer, más de 30 viajes, concretamente a Tenerife, donde
reside una empresaria, la Sra. Henao, militante por lo visto del PP que, para
colmo, sale a la palestra y dice: “Yo nunca le pedí a Monago que viniera a
verme a Tenerife”. Obviamente Monago, como cualquier otra persona, es libre de
viajar como y donde quiera para verse con quien considere conveniente, ya que
ello obedece a su estricto ámbito privado. El problema político y público es
que dichos viajes fueron supuestamente a cargo del Senado, que Monago justifica
diciendo que los hacía por razones de trabajo como senador, añadiendo “si he
hecho un viaje privado lo he pagado yo”, pero sin aportar las correspondientes
pruebas. Como era de esperar, el PSOE pide su dimisión e IU valora romper el
pacto que permite a Monago gobernar en Extremadura. Máxime cuando otro
parlamentario, en este caso diputado por Teruel, dimite a instancias de la Sra.
Rudi, presidenta de Aragón, dejando su escaño y su militancia en el PP. Hasta
aquí, todo perfecto, pero me temo que, si se llega al fondo del asunto, serán
bastantes los senadores y diputados que habrán de dimitir a poco que se les
exija dar explicaciones sobre sus viajes a costa de las Cortes Generales; sabido
es que, la gratuidad de los viajes (salvo que las cosas hayan cambiado desde
que yo tuve el honor de formar parte del Congreso) de los parlamentarios es un
hecho y que no se exige ningún tipo de justificación, al menos por territorio
español, con lo que la supuesta ética de usarlos sólo por razones del cargo,
como debiera ser, queda al libre albedrío de cada uno. Si el abuso de Monago
sirve para exigir desde ahora mayor trasparencia mediante la exigencia de
justificaciones de dichos viajes, bienvenido sea el asunto, pero, si sólo va a
servir para generar un cínico revuelo político, uno más, me parece una
indecencia intolerable por parte de los partidos aprovechar el abuso manifiesto
de Monago, pues bien saben todos ellos que, en mayor o menor medida, ninguno
podría poner la mano en el fuego por sus parlamentarios, ni tirar la primera
piedra, sobre el uso supuestamente correcto de la gratuidad de dichos viajes.
Ya en mi época de diputado saltó la noticia de algún que otro parlamentario que
utilizaba el talonario de viajes (sistema utilizado entonces para sacar el
billete) incluso para algún familiar. Basta acudir a la hemeroteca para
comprobarlo. Lo indecente es que después de tanto tiempo las cosas sigan igual
o incluso peor.
Si no peor, al menos,
sí me parece malo, o al menos inadecuado, que dos artistas renuncien, como ha
sucedido, a los premios nacionales que les han sido concedidos, como forma de
protesta política u oposición a las políticas del Gobierno (de éste o de
cualquier otro). A mi juicio, es confundir las churras con las merinas, pues se
trata de una distinción que se les concede por su trabajo tras el dictamen de
un jurado solvente y no de una concesión caprichosa por parte de ningún
gobernante, pues, de ser así, lo que habría que hacer sería suprimir los
premios nacionales y destinar su dotación a otro tipo de menesteres. Pero, en
fin, cada uno entiende las cosas como le conviene. En democracia hay muchas
formas de manifestar la discrepancia con los gobernantes sin necesidad de
confundir la gimnasia con la magnesia.
Y, mientras en el 25º
aniversario de la caída del muro de Berlín (¡quién lo diría!) se sustituye el
cemento por la luz, la Fiscalía mejicana da por muertos a los 43 estudiantes
desaparecidos que, al parecer, fueron asesinados y quemados, algunos de ellos
incluso con vida, generando una verdadera conmoción en Méjico y poniendo en
evidencia, una vez más, los intolerables muros, tan indecentes como el de
Berlín, sin cemento y sin luz, sino inmersos en la más aterradora oscuridad.
¡Ah! Y la justicia europea corrige a Almunia y avala las ayudas a España.
Jorge Cremades Sena
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