De entrada felicitar a Susana Díaz por su
elección como Secretaria General del PSOE en Andalucía, deseándole que todas
las expectativas que ha levantado, desde que Griñán la eligiera como su
sucesora al frente de La Junta, se hagan realidad, pues, por el bien no sólo de
los socialistas, sino de todos los españoles es necesario que el PSOE salga de
la UCI y pase a planta lo antes posible. Si tras el estrepitoso fracaso del
zapaterismo se hubiese hechos un relevo generacional, una liquidación de tan
nefasta forma de gestionar, tal como algunos dijimos públicamente, hoy el PSOE
estaría ya dado de alta y fuera del Hospital. Menos mal que, aunque tarde, los
responsables del mayor descalabro socialista, mientras aclaman a Díaz en el
Congreso, se han dado cuenta de que, si ellos han sido quienes crearon el
problema, no pueden ser la solución, tal como manifiesta Griñán (“Nuestro
tiempo ha pasado”) o el mismísimo Zapatero (“El que viva en el pasado se
perderá el futuro”) en clara alusión a que entienda lo propio su estrecho
colaborador en el desastre, Rubalcaba, con todo el equipo que aún sigue
dirigiendo el partido a nivel nacional. Si además, tanto Madina como Chacón,
ponen como ejemplo de renovación generacional a Andalucía, bien podían
aplicarse el cuento y dejar paso a quienes, al margen de la edad, no estuvieron
en la primera línea apoyando sin fisuras la consolidación del desastre pivotada
por Zapatero. Por cierto, Zapatero, por fin reconoce que gobernar no es plasmar
las ocurrencias que se le ocurran al gobernante, por maravillosas e
irrealizables que sean, ya que supone estar con los pies en el suelo y optar,
muchas veces, no entre lo bueno y lo malo, sino entre lo malo y lo peor…Aunque
en su día no hiciera caso a Solbes, según éste dice y él desmiente, y aunque
Solbes, consciente del desastre siguiera como ministro haciendo lo contrario a
lo que sería correcto, no está nada mal que Zapatero diga ahora que sobre el
asunto del déficit, la situación “era reformar la Constitución o acabar en un
gobierno técnico”, tal como sucedió a Grecia o Italia. Si sus sucesores llegan
a ser capaces de entender que los gobernantes, al margen del color político que
tengan, se ven a veces obligados a hacer lo que no les gusta, recuperaremos de
momento una oposición responsable capaz de ofertar alternativas creíbles y
viables para poner en práctica cuando lleguen a gobernar de nuevo, en vez de
humo purificador inexistente que sólo sirve para quienes tienen vocación
testimonial y minoritaria.
Entretanto, de aquellos años de “ilusión” nos quedan unos
600.000 pisos nuevos en múltiples urbanizaciones fantasmas adornados en sus
fachadas con el cartel de “se vende” sin que nadie los compre ni a precio de
saldo, a la espera de unos “brotes verdes” que no aparecen, ya que estos
primeros indicios de recuperación económica que hoy se vislumbran en el
horizonte, parece que están reservados a las grandes empresas y, especialmente,
a las del sector financiero. El común de los mortales tendrá que esperar y
seguir apechugando con las consecuencias de tener que pagar una deuda pública
que crece y crece sin parar (un 30% desde que está Rajoy), alcanzando ya los
955.000 millones de euros, que suponen una deuda por familia de unos 56.000 euros,
además de las que cada familia deba de forma particular, incitada a inversiones
desorbitadas en aquellos tiempos de “bonanza” que, aunque irreales, jamás
volverán. Quienes puede que no tengan mucha preocupación al respecto, son,
además de los “chorizos”, los casi sesenta cargos públicos de la Generalitat de
Artur Mas que ganan más que el propio presidente del Gobierno, así como los que
en otras administraciones están en parecida situación.
Para finalizar, cabe mencionar que la Francia de Hollande
en vez de ser el motor de la recuperación de la UE por la vía de la izquierda,
se está convirtiendo en el lastre que lo impide; el socialista Hollande,
aferrado a un absurdo inmovilismo social y económico, está en las encuestas bajo
mínimos, en una Francia que, icono tradicional de libertad e igualdad, hasta
protesta en las calles por la ley del “matrimonio” gay, aprobada hace apenas un
año y, sobre todo, por la posibilidad de que puedan adoptar niños, apelando
especialmente a los derechos de éstos. Se hunde Francia y se hunde Venezuela
con el visionario Maduro que acaba de encarcelar a la mano derecha de Capriles,
el jefe de la oposición, que le reta diciéndole “si quieres meterme preso, no
seas cobarde”. Esperemos que el periquito, encarnación genuina del difunto
Chaves, esté ocupado en otros asuntos y no se le pose en el hombro para decirle
lo que hay que hacer con Capriles.
Quien cada vez consigue más crédito a nivel mundial es el
Papa Francisco que, por cierto, acaba de ser invitado para que el próximo año
visite Ávila con motivo del V centenario de Santa Teresa. Si tenemos en cuenta
que, según una encuesta, casi el 72% de españoles pide que las administraciones
apoyen más a la Iglesia (frente a quienes quieren impedir que libremente
decidan incluso donar una parte del IRPF), o que, a diferencia de lo que dicen
algunos, casi el 70% entiende que la defensa de la vida es más bien un tema
ético que religioso, lo normal es que Francisco acepte gustoso dicha invitación
que, en todo caso, esperemos que nadie aproveche en beneficio propio, con
claros ribetes delictivos, como ya sucediera antaño en otra memorable visita
del Papa, aunque no fuera Francisco.
Jorge Cremades Sena
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