En esto del
independentismo, como dice el refrán, por si éramos pocos, parió la abuela. Por
si no fuera suficiente con lo de Escocia, País Vasco, Cataluña y, ahora,
Crimea, nos sale el gobernador de la región italiana de Véneto, convocando un
referéndum, eso sí, por internet (puede ser una salida para Artur Mas), para
que sus habitantes decidan si quieren independizarse de Italia. Luca Zaia, que
así se llama el personaje, argumenta que “si Barcelona obtiene su
independencia, Venecia también puede”. Entretanto Putin, desoyendo las
sanciones de EEUU y la UE, sigue a lo suyo, es decir, a incorporar a Crimea al
dominio ruso, si es que alguna vez no la dominó, reconociendo dicha península
como “país independiente y soberano”, mientras el Parlamento ruso tramita su
incorporación a Rusia. El Gobierno español por su parte, utiliza las tímidas
sanciones impuestas a las autoridades de Crimea por su ilegal referéndum, para
advertir a Artur Mas, como si ello sirviera de algo. Margallo dice que el “paralelismo”
entre ambos procesos es “absoluto” cuando, salvo en su ilegalidad, nada tiene
que ver uno con otro, y Morenés califica de “inaceptable” una declaración unilateral
de independencia con toda la razón del mundo. Y Mas… a mí plín, yo duermo en pikolín;
aunque desde CiU le digan que no habrá declaración unilateral de independencia.
De sobra sabe Mas que de ahí no pasan y que, al final, lo que él diga es lo que
vale tanto para CDC como para UDC. Como ven, en este esperpéntico circo
soberanista sólo faltaba la guinda veneciana, bueno, la que acaba de poner su
gobernador, aunque, visto lo visto, no está exento de razón. Si se trata de
saltarse las leyes nacionales e internacionales a la torera, cualquiera puede
hacerlo, sobre todo si sabe que al final no pasa nada de nada y nadie impone la
legalidad.
En fin, menos mal que los
científicos, en este caso los astrónomos, andan mejor encaminados que los
políticos. Acaban de hallar desde el Polo Sur las primeras pruebas del Big Bang
que algunos denominan el primer latido del Universo. Al parecer un telescopio
ha captado ondas que dan una clave básica para entender los primeros instantes
del Universo hace nada menos que unos 13.800 millones de años. Una buena noticia,
sin duda; ya que somos incapaces de ponernos de acuerdo sobre la génesis de los
Estados que conforman el mapa político de la Tierra, que, al menos, nos
pongamos de acuerdo en la génesis del Universo. Tal como está el panorama
político seguro que esto último será mucho más fácil.
Tampoco parece fácil el desenlace
final sobre la justicia universal, cuya reforma, ya en vigor, está más que
cuestionada y no sólo políticamente hablando. Pedraz mantiene que seguirá con
el caso Couso, basándose en argumentos jurídicos. Si se esperaba que los seis
jueces de instrucción de la Audiencia Nacional archivaran los casos que no se
ajustan a la nueva redacción de la ley, tres de ellos no lo entienden así al
entender que los tratados internacionales suscritos por España tienen primacía
sobre la legislación interna. Al final nadie entiende este guirigay, como nadie
entiende que un fiscal de la Audiencia Nacional se mofe de sus superiores en
Twitter.
Mientras tanto Alaya sigue con su
tema e investiga si Lanzas pagó con dinero de los ERE falsos la sede del PSOE
de su pueblo; el chino más rico ofrece a Botin 260 millones por el emblemático
edificio España de Madrid; y, finalmente, el hijo de Tejero, militar como su
padre, ha sido destituido por celebrar el 23-F con su padre en un cuartel de la
Guardia Civil, aunque, lo extraño, es que el Gobierno se haya enterado de tan
pintoresco evento por la prensa.
Lo dicho, un esperpéntico circo en
toda regla. ¿Lleva o no lleva razón el pintoresco Luca Zaia? Júzguenlo ustedes.
Jorge Cremades Sena
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