Menos mal que el debate entre los cabezas de
lista de las europeas del PP y PSOE no fue visto por demasiada gente, lo que
supone un cierto alivio para que no sean muchos más los que se sumen a las
filas de los desencantados. Como supongo que la mayoría de los televidentes
serían miembros de sus respectivas parroquias, al menos habrá servido como un
motivo más de reflexión sobre el descrédito que cada vez más españoles tienen
hacia ambas formaciones políticas. Se mire como se mire, el debate entre Arias
Cañete y Elena Valenciano ha sido decepcionante de principio a fin. Parece
increíble que unos u otros polemicen ahora sobre quién ganó o perdió el debate,
cuando, en realidad, ambos lo perdieron. Desde la pobreza de argumentos para
rebatir al contrario, pasando por la ausencia de propuestas (salvo la de crear
un seguro de desempleo europeo que hizo Elena), hasta la abundancia de tópicos
trasnochados, ambos candidatos perdieron la oportunidad de ilusionar y convencer
a los españoles de que el día 25 de este mes nos jugamos mucho y hay que acudir
a las urnas a votar. Por si todo ello fuera poco, al margen de algunos
titulares incomprensibles y encuestas increíbles, Cañete remata su
desafortunada faena con una torpeza machista de primera magnitud, manifestando,
más o menos, que no quiso usar su superior inteligencia para no dar la
sensación de machismo, asunto siempre complejo en debates entre un hombre y una
mujer. Sólo por este detalle absurdo, quien menos perdió fue Valenciano, cuando
todos intuían que por su experiencia, que no por su inteligencia, ganase
Cañete, cuya torpeza quedó sobradamente demostrada.
Que en un debate sobre la Unión Europea, coincidiendo con
la noticia, ni siquiera saliese a relucir que, hoy por hoy, quienes lastran el
crecimiento de la zona euro son Francia e Italia, en tanto que Alemania y
España lideran el crecimiento, al margen del rédito político que uno u otra
pudieran haber sacado, es inadmisible, teniendo en cuenta que precisamente el
PIB de España está creciendo el doble que la media de la UE, ocupando en
porcentaje de crecimiento el segundo lugar, tras Alemania. Que en un debate
sobre la UE, cuyo objetivo, supongo, es animar a los votantes para que no se
queden en casa, ni siquiera se haya sido pródigo en estos buenos datos para
animar al personal es totalmente absurdo. Que Elena lo ocultase al estar en la
oposición, tiene cierto sentido, pero que Cañete no lo exhibiese a bombo y
platillo es incomprensible. Y así, tantos y tantos otros detalles que sería
prolijo enunciar en este espacio. En fin, cuando precisamente en Europa los
márgenes de actuación y diferenciación entre izquierda y derecha son mínimos
(basta ver lo que sucede en Alemania o en Francia), plantear un debate europeo
ideologizado carece de sentido, pues, como dice Monago (aunque se refiera a
otro tipo de circunstancia política) la vieja “división derecha-izquierda ha
quedado bastante obsoleta” y, especialmente, en Europa, mucho más.
En el PP, que anda envuelto en una nueva guerra entre las
autonomías que gobierna por la reforma de la financiación de las mismas, así
como por otras reformas, como la de Hacienda, que, por cierto, reducirá a cinco
tramos el IRPF y rebajará Sociedades, sólo falta que en la campaña de las
europeas le sigan saliendo granos como el de ayer en el debate. En el PSOE, que
tampoco anda como para tirar cohetes, con debates como el de ayer puede
bastarle, al menos, para no seguir perdiendo votos, salvo que Rubalcaba siga
empeñado en exhibir sus escasas dotes como hombre de Estado y Madina siga
basando la petición del voto para Valenciano en que se reconoce “en la mirada y
la sonrisa de Elena y no en un señor comiendo ensaimadas”.
En
otros asuntos, mientras se sigue investigando el asesinato de la Presidenta de
la Diputación de León y se conocen nuevos detalles, como amenazas previas
(“esto no va a quedar así” le dijo Triana al número dos de Carrasco),
precisamente ha sido detenido el primer twittero, acusado de apología para
matar y amenazas a políticos, que publicó en Twietter tras el asesinato en
León. “¡Así se hace, ostia; a matarlos a todos; más tiros a la cabeza de
Pperos!” escribió este joven de 19 años. Otro, una especie de “cantautor”
siniestro, no se queda atrás en cuanto a hacer “apología de la violencia” que
incluso el actual Código Penal contempla como delito penado hasta con dos años
de cárcel. Incluso otras dos noticias aparecen relacionadas con violencia
política, en este caso ya que, al parecer, un grupo extremista “abertzale”
intenta reactivar el terrorismo, captando jóvenes para un “relevo
generacional”, mientras que, por otra parte, el alcalde de Benidorm está siendo
amenazado por un sujeto, al extremo de tener que solicitar al juzgado una orden
de alejamiento del mismo. Actos violentos inadmisibles que han de ser
erradicados de inmediato y, si con el Código Penal actual no fuera suficiente,
refórmese al extremo de que jamás la violencia triunfe sobre la paz. O la
democracia acaba radicalmente con la violencia o, en caso contrario, será la
violencia la que acabe definitivamente con la democracia. Y con tan grave
asunto no se puede andar con demagogias de ningún tipo.
Y,
fuera de aquí, mientras en EEUU se abre la vía a un internet de pago más veloz,
dando así luz verde a una red de dos velocidades, en Turquía una serie de
revueltas, huelgas y protestas se suceden como protesta a la chapuza en el
rescate de los mineros atrapados en la mina accidentada que eleva ya el número
de muertos a cotas realmente inaceptables, poniendo incluso al presidente en
una difícil situación.
Jorge Cremades Sena
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