Cada vez se entiende menos que lo que es
bueno para los países de nuestro entorno, socios nuestros en la UE, sea malo
para España y viceversa. No cabe duda, España es diferente. Y así nos va. Así
lo manifiestan algunos políticos, como Rubalcaba, admitiendo que, siendo bueno
un gobierno de concentración entre la derecha y la izquierda en Alemania, aquí
sería malo y asegurando por ello que mientras él sea el líder del PSOE, jamás
habrá en España, pase lo que pase, un gobierno de concentración entre
socialistas y populares. Ni siquiera “si el país lo necesita” como dice Felipe
González que, afortunadamente, discrepa de Rubalcaba, en caso de que así fuera.
España es diferente al extremo de que, tal como se publica hoy, es el único
país en el que la Junta Electoral prohíbe que la UE inste a sus ciudadanos (los
españoles) a votar, con el argumento de no menoscabar el derecho a la
abstención. Por tanto es el único país que no puede hacer campaña institucional
con papeletas, urnas o carteles pidiendo “vota”, por ejemplo. En fin, que un
Estado democrático, no pueda instar institucionalmente a que sus ciudadanos
participen y utilicen uno de los pilares básicos que lo sustentan, como es el
voto, obviamente sin interferir en su decisión por cualquiera de las opciones
políticas que se presenten (incluido el voto en blanco o nulo), es el colmo del
absurdo. Seguramente por ello ni la propia UE lo entiende. Que un estado
democrático, entre otras cosas por su consolidación, no pueda hacer campaña
institucional para incitar simplemente a la participación en unos comicios, es
tan absurdo como si se impidiera a cualquier partido político pedir a los
ciudadanos que le voten. Seguramente el primer sorprendido sea Martin Schulz, candidato
socialista a presidir la Comisión Europea, cuyo partido gobierna en coalición
con Merkel en Alemania, mientras acompaña a su compañera ideológica Valenciano
aquí en España. En fin, allá cada quien con sus incoherencias. Y luego nos
preguntamos por qué no remontamos.
Entretanto IU dice “no” a la moción de censura que el
socialista Vara ha presentado contra el gobierno autónomo del PP de Monago y
tacha al PSOE de electoralista, mientras que Rajoy estudia llevar las generales
a 2016 ya que la ley le da margen hasta el 10 de enero, lo que facilitaría
apreciar mejor la recuperación impulsada por su partido. Me temo que, si
seguimos así, tendremos PP para rato.
Y en esta España diferente, no sólo IU desaprueba el uso
del fichero de datos bancarios, sino que incluso jueces y fiscales recelan del
mismo. Si ayer, al conocer la noticia, me temía que esto sucedería, teniendo en
cuenta que es el modelo de Francia o Alemania, me gustaría que argumentarán por
qué allí no es perniciosa la medida y aquí sí. Luego nos rasgamos las
vestiduras ante la opacidad de las cuentas bancaria y los chanchullos que
gracias al secretismo se pueden hacer.
También convendría analizar si es típico sólo de esta
España diferente que organizaciones terroristas como ETA inscriban a EH Bildu
como partido que suceda a Batasuna, al formalizar sus dirigentes recientemente
en el registro una nueva federación integrada por Eusko Alkartasuna, Sortu,
Aralar y Alternatiba, cuyos estatutos establecen que la autodeterminación es
irrenunciable, previendo sanciones para quienes discrepen en público de su
ideario. Curiosamente, simpatizantes abertzales convocan una marcha para
convertir la Mezquita de Córdoba en centro de estudios de Al-Andalus.
Tengo
la certeza de que en esta España diferente hay cosas que debiéramos hacernos
mirar. Y no me refiero, aunque también, a que Iberdrola pida al Gobierno que le
pague por impedir cerrar la central de gas infrautilizada, sino más bien a que
Fomento haya pagado 10.000 millones de sobrecostes en seis años. Sobrecostes
causados por errores, corrupción o prisas para lucirse los políticos que
dispararon el precio de las obras públicas de forma indecente, al extremo de
que con lo pagado de más se podrían haber evitado, por ejemplo, los recortes en
Sanidad y Educación que Rajoy hizo en abril de 2012. ¿Quién paga por estos
errores, corrupciones o prisas? El pueblo con el sudor de su frente. En
cualquier otro lugar, si sucede algo de esto, pagan los responsables directos
de haberlos provocado.
Y
fuera de esta España diferente, en Ucrania los prorrusos llevan a cabo sus
ilegales referéndums con una masiva participación y una altísima decantación
por el sí a la segregación (un 89% en la región de Donetsk, por ejemplo).
Lástima que las autoproclamadas autoridades en las zonas, sin que nadie las
haya elegido, no hayan sido escrupulosas en la limpieza de las votaciones, en
el censo como votantes y en su identificación, al extremo que, incluso en la
televisión, se han visto votantes votando en varias urnas o metiendo varias
papeletas en la misma rendija. Todo un espectáculo antidemocrático de primera
magnitud, intolerable para cualquier sociedad medianamente democrática. Y
¿ahora, qué? Un aviso a navegantes.
Para finalizar, el título de Liga se decidirá en el Camp
Nou, mientras el Real Madrid, en otro partido deplorable ante el Celta, dice adiós
definitivamente al mismo, dándole la enésima oportunidad al Barça, incapaz de
ganar en Elche, que seguirá en primera división; por su parte el Atlético de
Madrid puede que lamente su incapacidad de ganar en su estadio al Málaga.
Felicitar a Nadal por conseguir el Masters de Madrid al retirarse lesionado el
japonés Nishikori, así como lamentar que Alonso no acabe de despegar mientras
Hamilton consigue su cuarta victoria seguida y, por supuesto, el liderato.
Jorge Cremades Sena
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