Si la pena de muerte ya es una condena
inhumana en sí misma, cuando su ejecución además es chapuzera, se convierte en
una aberración intolerable. Es lo que ha sucedido en EEUU, al extremo de
reabrir el debate sobre la abolición de tan cruel comportamiento social por
parte del propio Estado. Un documento oficial relata el caos de la ejecución de
un reo en Oklahoma, dejando al ejecutado medio moribundo. “¿Hay otra vena para
poderle inyectar?” evidencia la desesperación de los verdugos al observar la
ineficacia de su desgraciado trabajo. Los medios de comunicación recogen este
espeluznante episodio e, incluso en alguno de ellos, se habla de “Cómplices de
la pena de muerte en EEUU”, apoyándose en la denuncia de una ONG que acusa a una
empresa catalana de suministrar a prisiones estadounidenses fármacos para
inyecciones letales. Como en otros muchos asuntos de delicado tratamiento, es
intolerable difuminar los perfiles o extender responsabilidades vaya usted a
saber con qué intención. Los únicos responsables de que en un Estado siga
vigente la pena de muerte son los gobernantes del mismo y, si es un estado
democrático, la mayoría de sus ciudadanos por apoyar a los partidos que lo
contemplan en sus programas electorales. La pena de muerte, además de estéril
socialmente hablando (no aporta a la sociedad ventaja alguna), es una crueldad
humana injustificable e inadmisible desde cualquier punto de vista que se
contemple. Un atentado, en toda regla, contra el principal derecho humano, el
derecho a la vida. Ahora bien, señalar como cómplices a los españoles (o a
cualquier otro pueblo) porque empresas españolas se dediquen a la fabricación,
venta o distribución legal de cualquiera de los instrumentos o productos que,
entre otro tipo de usos, se utilizan para semejante crueldad, es un
despropósito inadmisible.
También es inadmisible la millonaria deuda de RTVE que
pone al ente al borde de su disolución, pues con una deuda de 800 millones
entra directamente “en causa de disolución” tal como publica algún medio. El
Gobierno está obligado a tomar serias medidas para reconvertir el modelo de
financiación, aprobado en 2009, que, a todas luces no funciona. No es cuestión,
como parece que se está estudiando, de conceder un crédito extraordinario de 120
millones ya que, si la gestión sigue por los mismos derroteros, es alargar la
agonía y agravar la enfermedad. En todo caso, al Consejo, presidido por
Echenique, habrá que pedirle las explicaciones pertinentes lo antes posible.
Como inadmisible es la falta de regulación, control y
persecución de los delitos cibernéticos. Un primer informe de Interior señala
que en 2013 hubo nada menos que 42.437 denuncias y que el 95% de los delitos
cibernéticos quedan impunes. Cómo sigan así hasta van a superar la impunidad de
los delitos por corrupción o los del mundo del fútbol. Por cierto, hablando de
futbol, la histórica final de Champions entre Atlético y Real Madrid, no sólo
inyectará una buena dosis a la ciudad de Lisboa, donde se jugará, sino que ya
está relanzando la imagen de España. Su repercusión mediática es tal que su
valor propagandístico es incalculable, teniendo en cuenta que, a diferencia del
resto de finales de la historia, la gloria se la repartirá un solo país,
España, y, dentro de ella, una sola ciudad, Madrid, su capital.
Buena noticia para España es también que el primer
ministro japonés, Shinzo Abe, que visita Santiago, haya manifestado
públicamente que está “impresionado con la recuperación económica española”.
Otro importante personaje a nivel internacional que considera que la salida de
la crisis es un hecho, que los datos son positivos en general y, al margen de
las dificultades existentes, así hay que valorarlos. Seguramente así lo entienden
cada vez más ciudadanos, pues, valorando una encuesta de SigmaDOS, por la que
el PP mantiene su tendencia al alza respecto al PSOE, al que aventajaría en 4´6
puntos (un 34´3% frente a un 29´7%), la campaña popular, basada en el fin de la
crisis, es más eficaz que la del PSOE, dedicada a la penosa situación laboral.
Seguramente entienden que sin la salida previa de la crisis (que avalan muchas
variables macroeconómicas) es imposible generar empleo suficiente (aunque ya se
esté generando tímidamente) y, sobre todo, porque el panorama siniestro del
paro, aunque también, no es ni de lejos responsabilidad exclusiva del gobierno
de Rajoy. De seguir esta tendencia en las encuestas, me temo que el PSOE, una
vez más, cambia el tiro errando en su estrategia.
En asuntos internacionales, mientras China está a punto
de desbancar a EEUU como primera potencia mundial (según el Banco Mundial se
materializará a final de año), Ucrania sigue ahogada en el caos. Salvo que
siguen los combates y que los siete inspectores militares de la OSCE han sido
liberados, poca variación respecto a estos últimos días. Odessa partida por el
odio, como las regiones del este, y mientras Kiev acusa a Moscú de estar detrás
de que la ciudad sureña sea hoy el nuevo polvorín, Putin culpa a Kiev de la
matanza llevada a cabo en la misma. Nuestro ministro de exteriores
García-Margallo, dice, con razón, que “en Ucrania deben buscar la
reconciliación nacional” alertando del peligro real de que el conflicto acabe
en “guerra civil” e insistiendo en que si el referéndum de Crimea incumplió la
legalidad internacional, el catalán también lo incumpliría por ser contrario a
la Constitución, por lo que “Mas debe asumir su derrota pero lo preocupante es
la desafección y el desencuentro de parte de los catalanes con el resto de
España”. Cierto, pero se olvida Margallo de que esas cosas no surgen por
generación espontánea, sino por la absurda permisividad a una reiterada
política antiespañola por parte de los dirigentes de la Generalitat cuando,
como representantes del Estado Español en Cataluña,
debieran hacer todo lo contrario. Eso es lo realmente preocupante.
Jorge Cremades Sena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, gracias