Era inevitable. Tras el nuevo traspiés
electoral (y ya van tres o cuatro, a cual peor), Rubalcaba, después de
reconocer los “malos resultados sin paliativos”, anuncia su retirada y decide
convocar un Congreso Extraordinario para mediados de julio en el que los
socialistas decidirán quién llevará las riendas del PSOE desde ese momento.
Esperemos que la tan cacareada como necesaria renovación o regeneración del
partido esta vez sea en serio, de verdad, sin trampas ni cartón. Por el bien de
los socialistas en primer lugar, pero también de todos los españoles, es urgente
y necesario que así sea. De momento ya parece abrirse un debate entre quienes,
como Chacón o Madina, por ejemplo, preferían priorizar la convocatoria de
primarias, que queda abierta y pendiente de ponerle fecha, y quienes, como Felipe
González o Patxi López, que también se va de la dirección del PSE, están
conformes en que primero sea el Congreso y después las primarias. Son las
primeras escaramuzas de una más que previsible guerra interna por hacerse con
el poder, aunque, de momento, nadie se atreve a ponerle un pero a Susana Díaz,
tras su inapelable triunfo en las elecciones ante el PP en Andalucía. ¿Jugará
Susana a la política nacional o se quedará en la autonómica? Esta es una de las
incógnitas, aunque ella diga que su prioridad es Andalucía. En todo caso suerte
a los socialistas, son ya demasiados descalabros sufridos por el PSOE, aunque
no sólo es cuestión de suerte. Ya hace casi dos años y medio, yo mismo en un
artículo titulado “¿POR QUÉ NI RUBALCABA NI CHACÓN”, publicado el 31 de enero
de 2012 en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/, ya
intuía lo que podría suceder en caso de optar, como así fue, por uno o la otra.
Y, desgraciadamente, así ha sido.
Algo mejor anda Rajoy con el PP, pues, al ganar las
elecciones, tiene más fácil camuflar la hemorragia de votos y escaños que, como
los del PSOE, se fueron a dormir el sueño de los justos. En todo caso los
barones, como es lógico, le reclaman autocrítica ante la pérdida importante de
votos. Ante la situación parece que Rajoy no piensa mover ficha en el partido
antes del verano en que reforzará su discurso patriótico y una mayor actividad
mediática, con el objetivo de revitalizar el PP ante la esperanza, más o menos
fundada, de que de la legislatura queda lo mejor y, por tanto, la ciudadanía
entenderá que se está en el camino correcto.
Por su parte, Oriol Junqueras asegura que “en 2016, como
muy tarde, podremos proclamar la República Catalana”, en tanto que Pablo
Iglesias, mientras afronta el reto de consolidar Podemos como partido político,
asegura tajante que “los mayordomos de los ricos son los que nos están
gobernando”. Dos personajes eufóricos por su ascenso electoral que, en todo
caso, sigue siendo abismalmente inferior al que mantiene tanto PP como PSOE,
aunque ello, por lo visto, les traiga sin cuidado.
A quienes parece no importarle el terremoto político
electoral europeo y español es a los mercados que siguen batiendo records, al
extremo de que Villar Mir, presidente de OHL, dice categórico que le “preocupa
el resultado de las europeas, pero el pueblo verá que el buen gobierno es lo que
ayuda a crecer” y que “habrá más expansión económica si se impulsan más
reformas”. Y hablando de reformas, Vals en Francia decide urgentemente bajar
los impuestos tras el triunfo desconcertante de Marine Le Pen con su partido de
extrema derecha Frente Nacional, que ha hundido a los socialistas franceses.
Menos mal que el italiano Renzi salva al centro izquierda en Europa, lo que, ante
la deriva radical en Francia, refuerza el papel de Italia y España en Europa.
Dejando a un lado las consecuencias de los resultados
electorales, mientras el CGPJ pide a Gallardón que despenalice el aborto en
caso de malformación del feto, la Fiscalía investiga el negocio de una
fundación supuestamente engañando a los enfermos de alzhéimer.
Y, una vez más, reconocer la labor reformadora que está
haciendo el Papa Francisco que condena el uso de Dios (tan utilizado a lo largo
de la historia y en la actualidad) para justificar el terrorismo, mientras
consigue un histórico abrazo de católicos, musulmanes y judíos ante el Muro de
las Lamentaciones y no tiene inconveniente en aceptar que el asunto del
celibato de sacerdotes es perfectamente discutible ya que no es dogma de fe y,
por tanto, es posibles suprimir su obligatoriedad.
Jorge Cremades Sena
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