Por fin, tras cinco días
de incertidumbre (aunque no pocos, conociendo al personaje, tenían bien claro
el asunto), Sánchez baja de los cielos de Moncloa para revelar a los mortales
sus sacros designios benefactores para la ciudadanía (no sólo para la española,
sino también para la europea), designios que, al parecer, ni siquiera ha
consultado con su sanedrín sanchista, y que, después de unos días de reflexión
individual y profunda, él ha tomado personalmente. Y al efecto, después de
trasladarse a La Zarzuela para comunicar al Jefe del Estado, que no pasa nada y
que todo va a seguir igual, comparece solemnemente en Moncloa ante los medios
de comunicación y declara públicamente: “he decidido seguir” al frente del
Gobierno (eso sí, sin opción a preguntas
que puedan despejar dudas), desatando con ello el éxtasis en las filas
sanchistas, con lágrimas incluidas, al verse abducidas por el amado jefe o el
“puto amo” que diría Puente, mientras el resto de los mortales infieles a su sapiencia
casi divina considera esta puesta en escena (una más) una farsa intolerable y
se pregunta ¿y ahora, qué?, cuando nada ha cambiado y todo sigue igual que días
atrás, cuando optó personalmente por anunciar su dimisión pero sin dimitir, ya
que le era imposible seguir un día más, soportar la, según él, la dura “campaña
de acoso y derribo” orquestada contra él y su familia por la maldita derecha y
extrema derecha, que vienen a ser lo mismo, la “fachosfera”. La solución a tan
insoportable afrenta la da Sánchez en su anunciada comparecencia, diciendo, entre
otras cosas, que busca un pacto para la “regeneración democrática”, que
defiende “la libertad de prensa pero no los bulos”, que va a seguir pero “que
esto es un punto y aparte, se lo garantizo” y proclamando que “pondrá fin al
fango”…. Ya ven, Sánchez, como salvador de la patria, va a solucionar él solito
los problemas de este país consumando con semejantes promesas esta “farsa”
intolerable, pero olvidando que, en todo caso, para hacer todo lo que dice se
requiere en democracia suficientes votos que él no tiene ya que ni siquiera fue
capaz de ganar las elecciones y, por tanto, para ello necesita entenderse con
el PP, al que sitúa en la extrema derecha y, por tanto, descarta como
interlocutor válido suyo desde su famoso “no es no” que diera en su día a Rajoy
desde la oposición y que usó sistemáticamente hasta acabar desalojándole de
Moncloa con la ayuda de partidos minoritarios secesionistas y radicales. Evidentemente
la respuesta a sus palabras no se ha hecho esperar, mientras el PSOE se siente
aliviado y cierra filas (no hacerlo hubiera sido mucho peor) pero está incómodo
por la gestión de esta insólita crisis provocada por el Presidente del Gobierno
ya que se corre el “riesgo de perder la credibilidad que le quedaba” y con el
temor de que “esto pasará factura”. Así las cosas, por un lado Feijóo le acusa
de hacer el “ridículo”, de “usar al Rey como actor secundario” de su obra de
teatro y alerta de que “intentan colar un cambio de régimen por detrás”,
mientras Vox incluso pide personarse en el caso de Begoña Gómez. Por otro lado
sus socios de Gobierno ya piden empezar la anunciada reforma por el Poder
Judicial y exigen medidas inmediatas para acabar con “la estrategia golpista de
la derecha”, aunque ERC lamenta su estrategia victimista y, coincidiendo con
Junts, habla de “comedia” para “interferir en los comicios” catalanes y ganar
votos, Aragonés dice que “cuando se reveló que me espiaba el CNI, no me fui
cinco días a casa” y Bildu le pide “levantar el régimen del 78” (ya ven, todos
ellos de absoluta solvencia democrática). Pero es que, además de estas
reacciones de los partidos políticos, el CGPJ alerta del “ataque en toda regla”
y ve “desproporcionada” la reacción del Presidente a la investigación de su
mujer, con lo que, ya ven, nadie, salvo los miembros del sanedrín sanchista,
entiende esta maniobra del Presidente que agudiza y tensa el modelo autocrático
de obediencia al líder, mientras convierte su supuesta reflexión en una
ofensiva política y culmina su mayor farsa (hay otras anteriores de órdago)
abriendo paso a una “limpieza” y dando la sensación de usar Zarzuela, Moncloa,
su partido y a su propia familia para su último golpe de efecto, colocando a
jueces y periodistas en la diana y, como ángel purificador, anunciando que se
queda para emprender “una regeneración democrática pendiente” que no concreta
cómo la conseguirá.
Y, dado que en su comparecencia no
ha permitido pregunta alguna a los periodistas para aclarar las dudas surgidas
tras sus palabras, cabe preguntarle: ¿con quién va a emprender esa regeneración
democrática de la que habla, con sus socios de investidura que pretenden acabar
con el régimen del 78 al margen de la Constitución y alardean de ello o con el
PP que es el partido más votado y que se ha alternado el poder con el PSOE
durante este ya largo periodo democrático? ¿va a finiquitar solamente la
campaña de acoso y derribo contra él y su familia o también acabar con otras campañas
similares contra otros gobernantes territoriales? ¿considera todos los partidos
a su derecha, a los que llama “fachosfera, como únicos enemigos de la
democracia y no a los que están a su izquierda y quieren finiquitar lo que
llaman “régimen del 78”? ¿quién va a decidir lo que en libertad de prensa es
noticia veraz o bulo para justificar la censura a determinados medios y
noticias? ¿forma parte de ese fango del que habla pactar con delincuentes
condenados por la Justicia? ¿es saludable desautorizar las sentencias judiciales
mediante indultos y amnistías a los condenados a cambio de apoyos
gubernamentales? ¿forma parte de esa “máquina del fango” de la que habla
legislar abusando de la vía de urgencia para evitar verdaderos debates en el
Parlamento? ¿es fango mentir o cambiar de opinión frecuentemente en asuntos
fundamentales o no cumplir promesas electorales?....ya ven, son preguntas,
entre otras muchas, sobre las que imagino habrá reflexionado Sánchez durante su
retiro espiritual, cuyas respuestas la ciudadanía espera conocer para saber a
qué atenerse ante su pretendida “regeneración democrática” que, obviamente, es
necesaria….pero quizá en sentido contrario de lo que le exigen sus aliados
populistas, radicales y secesionistas tanto de derechas como de izquierdas, lo
que, en sí mismo, supone una contradicción que obviamente no tiene solución.
En fin, con esta misteriosa
meditación del Presidente se pretende poner fin y superar una patética farsa,
finalizando con ello las manifestaciones en su apoyo y obteniendo finalmente
respuestas los fieles sanchistas a preguntas de “¿cómo es posible que nadie lo
viera venir?”, mientras Feijoo vaticinaba que “irse o quedarse es lo de menos;
Sánchez está marcado por la decadencia y la ruptura que ha traído a España” y
mientras Illa, en plena campaña electoral en Cataluña, aseguraba que “lo de
Sánchez no es una decisión en clave electoral, es personal” y añadía que “en
todo sistema democrático tiene que haber los oportunos controles al poder pero
sin que se deshumanice al adversario”, que “el planteamiento de PSC es que
Cataluña se implique en el ámbito político español para ayudar al progreso del
país” pues “no queremos irnos” y que “la amnistía va en la dirección de que se
normalice la situación política y social, pero entiendo que haya gente que
tenga dudas”. Todo ello mientras Sánchez instalaba al PSOE en el “populismo”
más rancio y sus socios populistas lo veían “más débil y expuesto” y el partido
se preparaba (o decía estar preparándose) ante su posible renuncia (incluso el
mismo Puente no veía fácil que “el puto amo” continuara ya que “está muy
tocado”, decía) y los asesores creían que había sido un error la decisión de
que el Presidente se enclaustrase, mientras organizaban movilizaciones para
forzar su continuidad y las asociaciones judiciales alertaban de la presión que
se ejerce sobre el juez Peinado, que es quien investiga a la mujer de Sánchez.
Pues ¡claro que, como dice Illa, debe haber controles y contrapesos al poder en
democracia y que han de respetarse y regularse las reglas de juego!, ¡claro que
la inmensa mayoría de españoles quiere que Cataluña se quede como parte de
España que es lo que es!, y ¡claro que se ha de pretender normalizar la
situación política y socia! Pero lo que no es claro es que dichos objetivos se
pretendan conseguir cediendo a los chantajes de los totalitarios secesionistas
concediéndoles, a cambio de nada, indultos y amnistías o acomodando el Código
Penal a sus espurios intereses sólo a cambio de cuatro votos, mientras ellos no
ceden a cambiar ni un ápice su objetivo de separar Cataluña de España como sea,
sino que siguen exigiendo que al margen de la Constitución el Ejecutivo les
conceda lo que no puede conceder ya que es patrimonio de todos los españoles y
no sólo de los catalanes. No exigírselo desde el Ejecutivo, no es populismo, es
algo mucho peor….y así le va a los españoles.
Pero Sánchez, como salvador de la
patria, tiene las respuestas y las soluciones a su manera y, finiquitado su
pintoresca reflexión profunda, pasa de amagar con irse y dejar abandonados a
los ciudadanos (especialmente a los sanchistas) a cerrar el posible debate
sucesorio, lanzando al PSOE un menaje de continuidad ya que, renacido de las
cenizas como el Ave Fénix, está dispuesto a seguir como candidato en las
próximas elecciones generales, diciendo ahora sentirse “con ánimo para estos
tres años y lo que quieran los españoles con su voto”, mientras nos aclara que
fue el pasado sábado cuando tomó la
decisión de seguir y no dimitir, tras ver como el Comité Federal del PSOE y las
masas en la calle le imploraban que siguiese. Vamos ni su ex socio Pablo
Iglesias lo hubiera hecho mejor. En definitiva, Sánchez trata ahora de cortar
en seco el debate sobre su sucesión (por si alguien está tentado a sustituirle),
mientras que la Junta Electoral le expedienta otra vez por haber elogiado a
Illa como su candidato el 12-M durante una declaración institucional (por
cierto, cabe preguntarle también si la utilización de las instituciones en
favor propio o de partido forman parte del fango antidemocrático del que
habla). Mientras tanto el PP le propone al PSOE regular, como hacen en otros
países, la figura del cónyuge de los gobernantes, en línea con las
recomendaciones del Consejo de Europa; en tanto que los socialistas se lanzan
en señalar a periodistas y medios de comunicación y vinculan a los populares
con “fake news” y el Gobierno asegura que está dispuesto a renovar el CGPJ sin
la mayoría cualificada que le obliga a pactar con el PP, porque así lo
decidieron los españoles en las urnas.
Y por lo que respecta a otros
asuntos cabe citar que la economía española demuestra su resistencia y crece al
2´4%; que Feijóo suma a Adrián Vázquez y otras dos diputadas de Ciudadanos a
las listas europeas; que el Gobierno vasco concede el tercer grado al ex jefe
de ETA “Susper”, cuya documentación propició un centenar de arrestos; que el
BBVA vuelve a intenta su fusión con el Sabadell para crear el mayor banco en
España y el tercero más grande de Europa; que Santos Cerdán comparece en la
comisión del Senado sobre el “caso Koldo” y se desmarca tanto de Ábalos como de
su asesor, aunque reconoce que fue él quien lo trajo a Ferraz y que comía “dos
o tres veces” al mes con el ex ministro y que a veces acudía con su chofer y
asesor; y que, según NCReport, Salvador Illa ganará las elecciones catalanas, pues
los resultados serían: PSC el 27´3% de votos y entre 38-39 escaños, Junts 21% y
32-33, ERC 17´6% y 27-28, PP 9´8% y 13-14, Vox 7´4% y 11, CUP 5´1% y 6-7, y
Ciudadanos 5´9% y 6……. y como la mayoría absoluta en el Parlament de Catalunya
está en 68 diputados, sumen y hagan cálculos sobre quién va a gobernar la
Generalitat.
Fdo. Jorge Cremades Sena