viernes, 29 de septiembre de 2023

FEIJÓO PIERDE, PERO GANA

 

                        Tras el debate de investidura cabe concluir que, como ya se sabía, el candidato Feijóo lo ha perdido (178 noes, 172 síes), pues es la consecuencia lógica desde que el bloquismo político populista se instaló en España con aquel famoso “no es no” de Sánchez a Rajoy, y, por tanto el líder popular no será Presidente del Gobierno, pero ha ganado sin lugar a dudas, pues son tantas las incongruencias, incoherencias, mentiras o cambios de opinión, cinismos, contradicciones, hipocresías y sinrazones instaladas en el bloque de Sánchez para dificultar la alternancia política que al candidato popular le ha sido fácil durante el debate retratarse a sí mismo y, sobre todo, retratar al resto de los políticos y grupos parlamentarios. En efecto, para comenzar, el líder popular comparecía en el Congreso señalado con críticas descalificadoras personales por parte del bloque defensor del Gobierno Frankenstein en funciones con el PSOE de Sánchez a la cabeza, que, de entrada, le negaba la legitimidad como candidato tras haber ganado las elecciones, acusándole de hacer perder el tiempo por no contar previamente con una mayoría parlamentaria suficiente para ser investido y adjudicándole además falta de liderazgo en su propio partido. En definitiva, cínicas descalificaciones fácilmente desmontables si comparamos, por ejemplo, este intento de investidura fallido con la investidura fallida de Sánchez en 2019, que pone en evidencia la demagogia más hipócrita, el cinismo más descarado y la incoherencia más reprobable. Vean si no: en aquella ocasión el candidato Sánchez como ganador de las elecciones se presentaba con el apoyo de 123 diputados y era líder de un partido roto tras su propia desobediencia a los órganos dirigentes del mismo, y nadie le cuestionó ya que era el pírrico vencedor de los comicios, ahora Feijóo se presentaba con sus 137 diputados tras ganar las elecciones y se le reprocha no tener mayoría absoluta y aceptar, como Sánchez hizo en su día, el encargo del Rey para intentar formar Gobierno; en aquella ocasión la investidura del candidato Sánchez obtenía en el Congreso 124 votos a favor (los suyos y uno más del PRC), y nadie le acusó de soledad, ahora el candidato Feijóo obtiene 172 síes (los suyos más los 33 de Vox, uno de UPN y otro de CC) y sí es acusado de soledad política absoluta y de elegir malos compañeros de viaje. ¿Alguien puede explicar por qué Sánchez no hacía perder el tiempo a nadie presentándose a la investidura fallida con 124 apoyos y Feijóo sí hace perder el tiempo cuando se presenta con 172 apoyos (sólo a cuatro de la mayoría absoluta), o por qué él no estaba sólo y aislado y el líder popular sí lo está? Es obvio que no hay explicación alguna, salvo que estemos jugando al más cutre cinismo populista, que sólo busca engañar a la ciudadanía para conseguir apoyos como sea. Pero es que además, con idéntico cinismo, ahora se descalifica al candidato popular por pactar con Vox a cambio de nada para formar un gobierno monocolor, mientras se avala al candidato socialista para que, buscando apoyos “hasta debajo de las piedras”, intente conformar un gobierno de coalición multicolor (sólo en Sumar hay más de una docena de partidos, a la greña entre ellos y contra el propio PSOE) a cambio de ceder a todos los chantajes habidos y por haber por parte de los radicalismos del más rancio nacionalismo secesionista, sea de izquierdas o de derechas y a la vez, pues caben ambos en el mismo cesto. ¿Es esto razonable y democrático? ¿Alguien puede explicar que se haga un cordón sanitario a Vox y no se le haga a Bildu, que no condena los asesinatos de ETA, de donde procede, y homenajea a los asesinos condenados? ¿Quién explica que, en todo caso, el cordón sanitario, si es que ha de aplicarse, no se aplique a Junts, cuyo líder anda fugado de la Justicia, o a ERC, cuyos dirigentes condenados por haber cometido graves delitos contra el Estado de Derecho, alardean, como los de Junts, de que los volverán a cometer a pesar de haber sido indultados por Sánchez? ¿Es higiene democrática esta forma de actuar? Evidentemente no; y por eso, algo tendrá que ver que el actual PSOE sanchista de aquellas elecciones de abril de 2019 haya pasado de tener aquellos 123 diputados a los 121 obtenidos en los recientes comicios del 23-J, mientras el PP ha pasado de los 66 escaños de entonces a los actuales 137 que tiene ahora….pero, ya ven, quien hace las cosas bien es Sánchez, mientras Feijóo las hace rematadamente mal.

            Es obvio pues que con estos planteamientos Feijóo tenía bastante facilidad para, sabiéndose perdedor de la investidura, sentirse ganador moral poniendo en evidencia a Sánchez con sus socios de gobierno y sus apoyadores, quienes podían por muy poco vencer matemáticamente pero no convencer políticamente, como así ha sido. Para desbaratar los malintencionados rumores de su falta de liderazgo en el PP, Feijóo entraba en el Congresos al frente de sus 137 diputados (el grupo mayoritario en la Cámara Baja), muchos de sus senadores (en el Senado cuenta con amplia mayoría absoluta) y en la tribuna le mostraban su apoyo casi todos los presidentes autonómicos populares (el PP gobierna en la mayoría de las CCAA) y otros barones territoriales. Y, una vez iniciado el debate de investidura, planteaba un largo discurso dividido en dos partes: una parte para salir al paso de la controvertida negociación de una amnistía a cambio de investir a Sánchez (así lo anuncian públicamente los secesionistas y así lo confirma la Vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz acudiendo a Waterloo para reunirse con el prófugo Puigdemont indecentemente) y para posicionarse obviamente contra dicha amnistía, tal como defendía Sánchez en la campaña electoral y ahora calla, diciéndole al líder socialista que “Puigdemont nos ha ofrecido lo mismo a PP y PSOE” pero yo “no acepto pagar el precio que me piden” para ser Presidente, porque tengo “principios, límites y palabra” y porque es la misma respuesta que habrían dado los anteriores presidentes, tanto del PP como del PSOE, incluyendo incluso seguramente a Zapatero, y para añadir que este debate parlamentario es el que “retrata a quien antepone el interés general a la ambición personal y a quien no lo hizo ni lo hará”; y la otra parte del discurso, para exponer su programa electoral con el que se presenta a la investidura, con medidas, entre otras, como “reforzar los instrumentos para proteger la dignidad del Estado”, incorporar en el Código Penal “un delito de deslealtad institucional, como ocurre en la mayoría de países de nuestro entorno”, recuperar el delito de sedición e “incrementar penas por delitos de malversación” con el objetivo de evitar “dejar sin efecto la Justicia en función de quien delinca”, dejando claro, como aviso a navegantes, que “promover iniciativas anticonstitucionales e inmorales, no reúne a ninguna mayoría de ciudadanos en España, es falso”.

            Y cuando, tras el discurso del candidato, debía comenzar el debate de investidura, Sánchez sorprende a propios y extraños, pues había pactado en secreto con un diputado no relevante de su grupo, Oscar Puente, que fuera él y no Sánchez ni nadie de la dirección del Grupo Socialista, quien saliera en la réplica, no para responder a Feijóo sino para arremeter contra él (ejemplo que después Yolanda Díaz imita cuando toca su turno) y con ello despreciar el debate parlamentario de investidura, evitando así debatir sobre la amnistía, mientras desde ERC, fuera del Congreso, se anunciaba que ya sólo faltaba negociar aspectos “técnicos” de la Ley de Amnistía (supongo que esos aspectos técnicos son los eufemismos adecuados para intentar camuflarla y encajarla en la Constitución). Así las cosas, un sonriente Sánchez escuchaba a su “vocero” Puente, ex alcalde de Valladolid, que siguió sus instrucciones más que al pie de la letra, con un discurso insultante, barriobajero y chulesco y con un tono de matón de poca monta, al que, obviamente Feijóo en la réplica no entraba al trapo y simplemente lo calificaba de “club de la comedia”, mientras afeaba a Sánchez su cobardía por no querer debatir con él simplemente porque es incapaz de defender lo indefendible, es decir, su apoyo marrullero a una “amnistía” que, como otras tantas cosas, había negado antes de las elecciones y en la campaña electoral con el objetivo de obtener votos para ahora decir que ha cambiado de opinión e imponerlas eso sí por vía “exprés” para no debatirlas en el Parlamento. No obstante, a ese silencioso Sánchez obnubilado por mantenerse en el poder a costa de lo que sea y obcecado en retratar la “soledad” de Feijóo (la de él en el 19 era saludable por lo visto) y en asegurar el frente contra el PP (no vaya a ser que si habla meta la pata y se jorobe su pacto “aberrante” con el independentismo), Feijóo le dejaba claro tras el show o farsa del fiel vocero Puente lo siguiente: “reclamo la vigencia de la Constitución, la Transición es lo mejor que hemos hecho porque lo hicimos juntos” y le recordaba que “la política no puede normalizar el engaño sistemático”, que “España nunca debió llegar a este punto de decadencia moral” y que “no hay democracia fuera de la Constitución”. Con ello la estrategia del encargo a Puente de que “había que poner a Feijóo en su sitio y cornearlo”, pues “Sánchez no puede soportar que Feijóo le humille”, hacía aguas por todas partes, mientras el candidato le reprochaba al Presidente “me pedía seis debates en campaña y ahora no es capaz de hacer el segundo” y éste mudaba su sonrisa por una mueca de preocupación, que fue aumentando después con los enfrentamientos dialecticos entre Feijóo y el resto de intervinientes, casi todos ellos socios o apoyadores de Sánchez, quienes fueron desfilando tras intervenir Abascal que reiteraba su apoyo a Feijóo a cambio de nada y cargaba duramente contra Sánchez.

            Feijóo ya se movía como pez en el agua debatiendo con el resto de grupos a quienes reprochaba sus rencillas internas y sus incoherencias políticas pactando con Sánchez asuntos antagónicos ideológicamente que obviamente son inviables a la vez, mientras éstos, a pesar del apoyo a Sánchez no dejaban de referirse a no pocas quejas sobre él, mientras Puente sostenía, eufórico por su faena, que “el partido agradece que alguien haya puesto pie en pared ante tanta falacia” cuando es Sánchez quien por meros intereses personales ha metido al partido en esta incomprensible falacia de pretender consolidar un gobierno de “izquierdas progresista” con el apoyo, entre otros, de secesionistas totalitarios de derechas. Feijóo acorralaba a Yolanda Díaz (bueno a quienes ella eligió para intervenir en nombre de Sumar tras decidir seguir el ejemplo de Sánchez de no intervenir en el debate) simplemente hurgando en la crisis interna de su grupo (Restar más que Sumar, con su resultado electoral) tras silenciar ella a Podemos, que la calificaba de autoritaria, y recordándole que hasta ahora nunca había ganado nada, ni en Galicia ni ahora tras haber sido designada sucesora de Podemos, por obra y gracia de Pablo Iglesias. El candidato además, agrupaba su réplica a ERC y Junts, con el pretexto de que formaban dos grupos parlamentarios por mero chantaje a Sánchez para apoyarle en la constitución de la Mesa del Congreso ya que no lo habían ganado en las urnas, y ponía de relieve sus contradicciones en políticas sociales o económicas, instando a los postconvergentes de Puigdemont a que digan si apoyarán las propuestas de la izquierda más radical de ERC que asuma el gobierno de “izquierdas y progresista” de Sánchez, o viceversa, pues semejante antagonismo ideológico es inviable. Y Feijóo remataba su faena contestando también a Bildu y PNV conjuntamente con el argumento de que no pensaba contestar a los abertzales (él único grupo que, según él, sería merecedor del “cordón sanitario”) pero que, tras la intervención del peneuvista Esteban entregándose a Sánchez, sí lo hacía, para decirle que vetaba a Bildu y que “hay un votante del PNV al que le provoca desazón que voten lo mismo que Bildu”, para preguntarle si el PNV “va a seguir siendo el clínex de Sánchez” tal como había dicho el líder peneuvista Ortuzar que los había tratado el Presidente, y para reprocharle haberse entregado a pesar de todo al bloque de Sánchez junto a partidos de extrema izquierda e independentistas cuando “el objetivo es sustituir al PNV por EHBildu” en el País Vasco. Sin duda, Feijóo pierde la investidura, pero, guste o no, gana políticamente, mientras Sánchez mete al PSOE en un berenjenal morrocotudo, mayor que el actual, sin entender que, después de él, el partido socialista debe proseguir su camino, pero, de momento, habrá de hacerlo con la pesada e incómoda mochila de haberse entregado al más rancio populismo, de izquierdas y de derechas, en el que cabe todo.  

Fdo. Jorge Cremades Sena

martes, 26 de septiembre de 2023

NO A LA IMPUNIDAD

 

                        Comienza hoy el debate de una investidura fallida, en este caso la de Feijóo, en plena crispación por la presunta “amnistía” que, según los propios socios de Sánchez, ya está acordada a cambio de que finalmente el investido sea Sánchez tras el intento frustrado del líder del PP, mientras el líder del PSOE no lo desmiente y se limita a decir “buscaré votos hasta debajo de las piedras”, sin reparar en que debajo de las piedras, si no se anda con cuidado, suele haber alacranes que te pueden picar. Así las cosas, el PP moviliza a los ciudadanos en la calle con el argumento de “vamos a liderar la revuelta de la España de la igualdad” y, al efecto, reúne unas 60.000 personas en Madrid para responder a “los privilegios a la carta independentista” mientras desde el PSOE de Sánchez le acusan de alentar el transfuguismo, porque líderes populares como Gamarra o Moreno Bonilla instan a los diputados socialistas, muchos de ellos contrarios a la “cacicada” de Sánchez, a que apoyen la investidura de Feijóo o, al menos, se abstengan para permitirla, mientras Moncloa ve “desesperación” en esos llamamientos pero no considera desesperación alguna en suplicar a los secesionistas que apoyen la investidura de Sánchez a cambio de lo que sea. La realidad es que en vísperas de la frustrada investidura de Feijóo, ya que todo el independentismo sea de izquierdas, derechas o mediopensionista ve a Sánchez como más facilón para someterle a un chantaje irresponsable, el líder popular reivindica su liderazgo interno al ser arropado en la manifestación madrileña por miles y miles de personas contra la amnistía, cuando algunos ya consideran que empieza a ejercer la oposición con un mayor tono de crispación y Sánchez dice “se manifiestan contra un gobierno del PSOE, pero, lo siento, habrá otro”, dando ya por hecho de que la amnistía, con el nombre que sea, ya está pactada, tal como dice ERC y nadie lo desmiente. En tales circunstancias el PP toma la calle contra la “indignidad” de la amnistía mostrando músculo territorial y unidad en torno a Feijóo, arropado por sus trece presidentes autonómicos y los expresidentes Aznar y Rajoy, contra los “privilegios para una élite” que Sánchez quiere conceder y advirtiendo de más actos si se cede a Puigdemont pues “se multiplicarán por diez cuando se consume”. Y es que el asunto de la amnistía trasciende toda discrepancia ideológica pues va más allá de lo estrictamente ideológico entre los demócratas ya que afecta directamente al acatamiento de la Constitución, es decir, a la democracia y cuando esto lo pretende el mismísimo Gobierno en funciones sólo cabe decir un no rotundo a la impunidad para defender el constitucional principio de españoles “libres e iguales”, que Ayuso manifiesta que su vulneración no se puede consentir “de ninguna manera” y Feijóo añade “no voy a negociar los fraudes; defenderé la igualdad aunque me cueste la presidencia” y desde la oposición se dispone a organizar su poder institucional y a movilizar la calle ante semejante felonía, para atacar la “indignidad” del PSOE por pretender amnistiar el procés. Por su parte Vicente Guillarte, el presidente del CGPJ, advierte de que “la amnistía política que se plantea es ajena al interés general”, mientras el Tribunal de Cuentas ya da por perdidos hasta 10´3 millones de euros con la amnistía, y mientras Feijóo deja bien claro que “Sánchez no está autorizado para negociar con la dignidad de los españoles”, que sería un gran fracaso “político y personal no ir a la investidura” y que por ello convoca “a quienes no acepten que haya una élite que no se someta a la ley”, algo que cualquier demócrata, al margen de la ideología que tenga, debiera defender por encima de cualquier otra consideración ya que es la garantía de una convivencia en igualdad, paz y libertad.

            Entretanto Sánchez, obnubilado por su afán personal de permanecer en el poder a costa de lo que sea, busca “garantías” para una larga legislatura y atar unos presupuestos en su indecente negociación con Junts y el prófugo Puigdemont, denunciando en la fiesta de la rosa en Cataluña que los populares apelen a la “corrupción” del transfuguismo, mientras desde Moncloa ordena a sus ministros que “mimen” al prófugo imponiéndoles una mordaza para no interferir en las negociaciones, pero confiando en colarle algún gol como a ERC, aunque al ex president fugado le preocupa que los jueces descafeínen las concesiones que consiga de Sánchez, cuyos vaivenes en Cataluña han ido nada menos que de la rebelión a la amnistía, pasando por los indultos, la eliminación del delito de sedición y la rebaja del delito de malversación….todo ello como consecuencia del interés personal del Presidente peo no del interés general de todos los españoles. Y por si no fuera poco el peligro para la democracia de negociar con semejantes apoyadores del gobierno minoritario de coalición PP-Sumar, a la rebelión de Podemos contra Yolanda Díaz, se suma también la de IU contra ella, pidiéndole que ceda poder (ya ven, lo esencial es el poder por el poder), uniéndose así a los podemitas de Pablo Iglesias, en la reclamación de compartir el control de la macro-coalición electoral y de que Sumar sea sólo “un partido más” en ella donde, como ven, hay más capitanes que soldados. Y por si no fueran pocos los chantajes de los secesionistas para apoyar la investidura, Sumar quiere eliminar el enaltecimiento del terrorismo del Código Penal y se estrena en el Congreso con una iniciativa para suprimir también las injurias a la Corona (como ven cada vez más leña al fuego), mientras expertos en la lucha antiterrorista desmonta la entrevista de Évole al terrorista Ternera considerando que “miente, es cínico y cae en contradicciones” pues no es creíble que “tras 50 años en la banda” no sea “responsable de los asesinatos” cuando “ni se arrepiente ni lo hará”, mientras Ternera justifica las matanzas de ETA en el Festival de San Sebastián, diciendo cínicamente “soy una persona cualquiera, he cumplido el mandamiento de no matarás” y añadiendo que el Estado actuó tarde para evitar muertos como los de Hipercor.

            Un Estado en grave riesgo diseñado en nuestra Constitución, que desde las instituciones del mismo se socava permanentemente desde que los totalitarismos secesionistas se blanquearon para satisfacer egoísmos personales a costa de lo que sea, mientras Estrasburgo pregunta a España si avala o no al Supremo en la causa del procés, pues el Tribunal de Derechos Humanos examina los recursos de los líderes secesionistas…..y en buena lógica, vista la trayectoria de Sánchez, lo que el Gobierno debiera contestar en honor a la verdad es que depende del momento y de las circunstancias, no de los hechos, pues el aval o rechazo a los recursos depende si ello favorece en cada momento al Ejecutivo y no si se ajusta o no a la legalidad constitucional, al interés general de los ciudadanos o al propio Estado de Derecho……ya ven “estos son mis principios y, si no les gusta, tengo otros”. En todo caso, de momento, Bruselas no ve riesgos de inestabilidad política en España, aunque el Tribunal Supremo espera la dichosa Ley de amnistía, con el nombre que sea para engañar a la gente, para activar una “reacción” en contra ya que los magistrados defienden que “no es posible” encajar una propuesta que el Congreso rechazó hace dos años…..sin duda los magistrados olvidan que con este gobierno minoritario populista de coalición social-comunista y apoyado por todo tipo de radicalismos anticonstitucionalistas, cabe todo, absolutamente todo.

            Y en semejantes circunstancias de total desencuentro entre PSOE y PP, se desarrolla en estos momentos contra viento y marea un debate de investidura que, visto lo visto, será inviable (a Feijóo le faltan cinco escaños para la mayoría absoluta en el Congreso y nadie está dispuesto a abstenerse para que en segunda vuelta pueda gobernar como lista más votada) y que, sin duda, nos traerá más incertidumbres que certezas respecto a la gobernabilidad futura de nuestro país (a Sánchez, salvo que en secreto ya lo tenga pactado como dice ERC, le faltan los votos de Junts salvo que a cambio el PSOE y Sumar le concedan la amnistía al procés para salir del trance y la promesa de que también se convocará un referéndum de autodeterminación en Cataluña)…..como ven, un verdadero desastre para la gobernabilidad de España y para su solidez democrática.

Fdo. Jorge Cremades Sena

viernes, 22 de septiembre de 2023

EL DISIDENTE ES PEDRO SÁNCHEZ

 

                        Como ciudadano, demócrata y socialista suscribo de la A a la Z las declaraciones de Felipe González y Alfonso Guerra con motivo de la presentación de un libro de éste en Madrid, en las que ambos vienen a coincidir en que los disidentes del PSOE no son ellos (ni otros tantos socialistas de toda la vida) sino que el disidente es Pedro Sánchez y quienes le siguen ciegamente y callan ante la gravedad de lo que está sucediendo en nuestro país. Vean si no, y analicen si coinciden o no conmigo en esto. Dice Alfonso exactamente y yo lo suscribo en su totalidad que una persona si es de izquierdas “tiene la obligación de no callarse si ve injusticias, arbitrariedades, errores, los vea en la zona conservadora o en la zona progresista” y que por ello, como “demócrata y socialista”, pide al Gobierno que no se otorgue una amnistía “que falsificaría la historia” y supone “una humillación deliberada de la generación de la Transición” y “una condena de dicha transición y de la democracia”. Y recalca literalmente “yo solicito, como ciudadano de la democracia y como socialista, que no se dé ese paso, que no se otorgue una amnistía que falsificaría la historia, que convertiría en represores a los demócratas y presentaría como demócratas a los felones que atentaron contra la libertad y la democracia y que repiten cada día que volverán a hacerlo”, pues la amnistía sería “decir que no delinquieron, que fueron justos cuando se alzaron contra la legalidad porque esta era injusta”, lo que “es una criminalización que un demócrata no puede aceptar”. Y Felipe, allí presente, asiente y añade que “la amnistía significa la condena de la democracia”, que “no podemos dejarnos chantajear por nadie y mucho menos por minorías en vías de extinción” y que “lo que uno no puede es saltarse la legalidad”, acusando al prófugo Puigdemont de “cargarse la Constitución” y “el Estatuto”. Y además de todo lo anterior, Guerra añade que, en todo caso, “la amnistía no se hace con medio Parlamento en contra del acuerdo”, en referencia a la hipotética norma que el PSOE sacaría con el respaldo de Sumar, ERC, Junts, PNV y Bildu. Sin duda, declaraciones tranquilizadoras y responsables para los demócratas, hechas por políticos con un alto y estricto sentido del Estado de Derecho democrático, que me recuerda cuando en 1982 el PSOE (aquel PSOE y no éste) alcanzó el poder por vez primera pero heredando, entre otras cosas, la patata caliente de que el Presidente Calvo Sotelo acababa de firmar un Tratado de ingreso de España en la OTAN, al que nosotros, los socialistas, nos opusimos con el famoso eslogan “OTAN, de entrada no” pero ahora, desde el gobierno, lo razonable y conveniente para España (por varias razones de tipo estratégico y defensivo, entre otras) era no salirnos de la Alianza (una cosa era no entrar y otra salir), por lo que en el PSOE, ante asunto tan trascendental desplegamos un intenso debate interno para resolver el conflicto y poder avalar con argumentos ese cambio de opinión justificado del flamante y mayoritario gobierno de Felipe González, apoyado por 202 diputados socialistas en el Congreso (al que tuve el honor de pertenecer), resolviéndose al final el conflicto con un referéndum al respecto para dejar las cosas como estaban y asumir la permanencia de España en la Alianza, un referéndum que por cierto ganamos tras hacer, como diputados y cargos del PSOE, una intensa campaña interna y externa explicándole a militantes y a los ciudadanos en general con pelos y señales las razones de ese puntual “cambio de opinión” en el sentido de que lo más aconsejable y conveniente para España era olvidarse del famoso “OTAN de entrada no” ¡Qué forma tan distinta de resolver las contradicciones en temas fundamentales de Estado de aquel PSOE de Felipe y éste de Sánchez!; ¿estará Sánchez dispuesto a someterse a un referéndum de todos los españoles para avalar su manifiesto “cambio de opinión” sobre la amnistía?....estoy seguro de que no, aquello era democracia, muy débil todavía, pero democracia, y esto lamentablemente es otra cosa, populismo puro y duro. Es obvio que el disidente del PSOE es Sánchez.

            Un disidente peligroso porque una de sus habilidades consiste en hacer de la necesidad personal una virtud y, mintiendo descaradamente (él dice que cambiando de opinión), intenta hacer ver que su interés privado personal es el interés general, importándole un rábano las incoherencias que ello conlleve. En efecto, si con rotundidad extrema dijo en la oposición que el prófugo “se le escapó a Rajoy” y añadió “me comprometo a traer de vuelta a España a Puigdemont” para que “comparezca ante la Justicia Española”, si él gobernara (lo que todos los socialistas históricos, incluidos Guerra y González, avalamos,), él es el disidente al decir ahora, sin ruborizarse, sin debate interno previo alguno y sin someterlo a referéndum, que lo que ahora llama “crisis política” y no rebelión, como sostenía entonces, “nunca tuvo que derivar en una acción judicial”, cuando fue él mismo quien avaló en el Senado aplicar el artículo 155 de la Constitución, que activó Rajoy, y cuando fue él quien echó en cara al PP con absoluta rotundidad que “a ustedes, señor Casado, se les fugó Puigdemont, y yo me comprometo hoy y aquí a traerlo de vuelta a España y que rinda cuentas ante la justicia española”; es decir, entonces defendía la postura del PSOE en la que confiábamos todos los demócratas, socialistas o no. Pero es que además Sánchez, cuando ya era Presidente con el actual gobierno de coalición, seguía manteniendo el mismo criterio y para avalarlo añadía que “nadie está por encima de la ley; Puigdemont es un prófugo de la Justicia; trabajaremos para que el sistema judicial español, con todas sus garantías, pueda juzgarlo con imparcialidad; la Fiscalía cuenta con el respaldo del gobierno”, postura socialista oficial que sostuvo hasta el día antes del 23-J (hace cuatro días), aunque ya sorprendiera que por su cuenta y riesgo indultara, contra lo que también prometió, a los secesionistas condenados, eliminara el delito de sedición y rebajara las penas por malversación. Y hete aquí que, tras perder los comicios el 23-J pero calculando que si cambiaba de opinión tenía la posibilidad de ser investido presidente por los pelos, ahora con el mayor cinismo del mundo dice “voy a ser coherente con la normalización en Cataluña”, abriendo así la puerta a la amnistía con el argumento secesionista de que “la crisis política no tuvo que derivar en acción judicial”. ¿Quién es el disidente y desleal en el PSOE? Juzguen ustedes. No en vano Felipe dice a Guerra “la paradoja, Alfonso, es que nosotros defendemos al partido”, es decir, a lo que defendía tradicionalmente el PSOE y su Secretario General Pedro Sánchez, cuya Ejecutiva acusa ahora de “desleales” a quienes critican y no siguen con orejeras el caprichoso e interesado cambio de opinión repentino para satisfacer únicamente los deseos personales del Presidente, que con su ejemplo ratifica una vez más que va a seguir mintiendo siempre que lo necesite para llegar o para mantenerse en el poder. ¿Es fiable un Presidente de Gobierno así? Júzguenlo ustedes.

            Así las cosas, García-Page, el único gobernante socialista, crítico con Sánchez, que mantiene mayoría absoluta en su territorio, alerta con toda razón de que el pacto con Junts (es decir, con el prófugo Puigdemont) “carece de base moral” y exige “no formar Gobierno a cualquier precio”, mientras reúne apoyos frente a Sánchez por la crisis provocada en el PSOE con el asunto de la amnistía, pero, a pesar de reunirse con Feijóo para analizar la crítica y preocupante situación, no se atreve a pedir una rebelión (como la que hizo Sánchez desobedeciendo al Comité Federal para hacerse con el poder en el PSOE al estilo de Podemos) con el leal objetivo de impedir la deriva antidemocrática del Presidente, con lo que Page, al fin y al cabo, se hace cómplice de él en las cesiones que el Gobierno hace a Junts y ERC, mientras el PP, y seguramente el propio Page, cree que la despenalización del totalitario 1-O puede llegar a ser “la condena de la democracia”. Entretanto, abierta la veda de la felonía por parte de Sánchez, los totalitarios Junts y ERC, eufóricos por la disposición del Gobierno a tragar con lo que sea para seguir gobernando (o desgobernando, como ustedes gusten), rivalizan por alcanzar también un “pacto fiscal” millonario para Cataluña (a los demás que les parta un rayo), mientras el líder socialista asegura que el 23-J, en que tanto él como los secesionistas catalanes perdieron las elecciones, avala su estrategia de “diálogos” en Cataluña (cuando no son diálogos, sino chantajes del secesionismo que no renuncia a nada), por más que él, mientras cede a las exigencias totalitarias, replique a Junts y ERC que el 90% de catalanes rechaza la unilateralidad, que, paradójicamente, ya no necesitan los secesionistas si continúa la deriva de concederles desde el Gobierno sus exigencias totalitarias, como la amnistía, que ellos le imponen para apoyar su investidura. Por su parte Feijóo acusa a Sánchez de “fraude electoral” por negar por activa y pasiva la amnistía antes del 23-J, conseguir con ello los votos de los ciudadanos que le respaldaron, y hacer ahora justo lo contrario, lo que considera un “ataque a la democracia” y tacha de “karaoke” el uso de lenguas cooficiales en el Congreso a lo que curiosamente también se opuso el PSOE de Sánchez hace bien poco, mientras Sortu en Euskadi, puesto ya en fila a la espera del desenlace en Cataluña, considera que el pacto de su investidura será el “campamento base hacia la república vasca”…..y, mientras Aragonés da por hecho que Sánchez cederá a sus exigencias (si no, no hay investidura que valga), el PSC ofrece al prófugo Puigdemont una “hacienda federal” para Cataluña y abrir una negociación de la “deuda histórica” que reclama Junts.

            Es la kafkiana situación en que el egoísmo personal del disidente Sánchez nos ha metido, mientras el Secretario de Organización del PSOE, dirige desde Ferraz la ruptura con los “padres fundadores” del partido a quienes acusan de “desleales” y de servir a poderes económicos, considerando, como hace Sumar, que su pasado desacredita a Guerra y González y creyendo que ya no tienen tirón entre las bases, agitadas por Ferraz para blindar la amnistía y corresponsabilizarlas, como hace Podemos, de la felonía que la Ejecutiva pretende cometer, aunque el aparato socialista no expedientará, como hace con otros, ni a Guerra ni a González, mientras crecen las voces para que, ante esta situación impresentable de someterse al chantaje totalitario y oponerse a investir a Feijóo como vencedor de los comicios, lo mejor sería repetir las elecciones y que cada uno diga con claridad lo que propone y con conocimiento de causa, no con mentiras, los ciudadanos decidan….Ya ven, Sánchez tiene fácil salir del oscuro agujero en que se ha metido, máxime cuando el CIS de Tezanos en su primer sondeo tras el 23-J sitúa al PSOE 1´8 puntos por delante del PP; con un poco de suerte, si Tezanos acierta, Sánchez hasta podría ser investido, que es lo único que le importa, sin tener que ceder al indecente chantaje del prófugo Puigdemont, con ello, al menos, volveríamos a la normalidad democrática. Bueno, también podría conseguirlo si explica a los ciudadanos las razones ineludibles que tiene para amnistiar los delitos del procés cuando defendió lo contrario y, al efecto, convoca un referéndum para que los ciudadanos decidan sobre tan inesperado cambio de opinión y no lo imponga él caprichosa e interesadamente. ¿Lo hará el disidente Sánchez? Me temo que no, entre otras cosas porque no tiene razones convincentes para justificar lo injustificable. De momento dijo que haría traer al prófugo a España, pero no nos dijo que en vez de para ponerlo ante los tribunales, pretende traerlo para exonerarlo de cualquier responsabilidad penal y pactar con él su investidura. Así es el disidente Sánchez.

Fdo. Jorge Cremades Sena

miércoles, 20 de septiembre de 2023

POR PURO SENTIDO COMÚN

 

                        Dicen que “el sentido común es el menos común de los sentidos” y a veces no cabe duda de que es así, como sucede con la amnistía que por mero sentido común habría de ser rechazada sin más en un Estado de Derecho libre y democrático, donde la esencial división de poderes establece que las conductas supuestamente delictivas se dirimen en los tribunales de Justicia tras los pertinentes procesos judiciales con todas las garantías procesales aseguradas, para, en caso de sentencia firme, como sucede en el famoso “procés”, los condenados cumplan sus respectivas penas, salvo que, en el mejor de los casos para ellos, el Ejecutivo de turno, es decir el Consejo de Ministros, les aplique individualmente un indulto o perdón, si así lo considera, con arreglo a lo establecido, pero jamás puede borrar colectivamente el delito cometido, como si no hubiera existido, que es lo que con una amnistía se pretende (borrón y cuenta nueva), pues el poder Ejecutivo carece de esa potestad. Así pues, por puro sentido común, en este caso democrático, la pretendida amnistía que exige el secesionismo totalitario debiera ser rechazada de forma contundente en España al tratarse de amnistiar delitos contra el Estado de Derecho, lo que trasciende lo estrictamente jurídico por las graves consecuencias que su aplicación acarrearía para la solvencia de nuestro sistema democrático. Al efecto, juristas de prestigio, eméritos del Tribunal Constitucional, vienen a ser unánimes en que borrar el procés, como se pretende, supone reconocer que la sedición fue justa y los tribunales de justicia no; en definitiva, que esta amnistía que exige el prófugo Puigdemont y que no descarta tajantemente el Presidente del Gobierno supone “la quiebra del Estado de Derecho”. Y a mayor abundamiento, desde su solvencia y probada autoridad jurídica, tan prestigiosos juristas rechazan la presunta amnistía con los siguientes argumentos: “significa la deslegitimización de la Constitución que la propia Carta Magna no puede soportar” (Rodríguez Bereijo), “la Constitución no lo prohíbe siempre y cuando estuviera motivado y tuviera como fin la convivencia” (Pascual Sala), “resulta disparatado poner en circulación un olvido de delitos que sin duda se cometieron” (Rodríguez Arribas), “ni tiene encaje constitucional ni tiene interés general” (Encarnación Roca), “sería contraria a la igualdad ante la ley, a la seguridad jurídica y a la independencia judicial” (Manuel Aragón), “si lo que se pretende es eliminar la pena, la siguiente pregunta es porqué se castiga” (Ollero), “no es una amnistía para arreglar Cataluña, sino para sacar siete votos que necesita Sánchez” (Rodríguez Zapata)…. Argumentos todos ellos que en su conjunto avalan un rechazo total a la amnistía que, entre otras cosas, exige el prófugo Puigdemont a cambio de su apoyo a una investidura de quien sea, mientras Sánchez calla (y quien calla, otorga) pero anuncia que va a “buscar votos hasta debajo de las piedras” (más claro, agua), mientras  Feijóo rechaza la amnistía y defenderá “la libertad y la igualdad cueste lo que cueste” porque ”el PP es un partido de Estado” y así “quedará concretado próximamente”, y mientras Yolanda Díaz apuesta claramente por apoyar la amnistía (cuestión distinta sería qué diría si la otorgara un partido de la derecha) y trabaja para allanar a Sánchez el camino, que es el suyo propio, diciendo que hay tres tipos de amnistía (la de cambio de régimen, la utilitarista y la que resuelve conflictos), dándose curiosamente el caso de que, descartado obviamente el cambio de régimen, como sucedió en la Transición, ninguno de los otros dos supuestos se dan tampoco en la pretendida amnistía actual, salvo que se entienda como utilitarismo ceder al chantaje de Puigdemont para hacer presiente a Sánchez, ya que hay que rechazar también la resolución de conflictos pues los propios secesionistas consideran que con la amnistía nada se resuelve y dicen que volverán a intentar en el futuro repetir los hechos por los que fueron condenados. Es más, a pesar de que el Gobierno se moviliza indecentemente para pedir un gesto del prófugo, que haga menos despreciable ante la ciudadanía la ilegal amnistía, Puigdemont replica que “quien pide ayuda” no pone condiciones, ya ven, las condiciones las pone él, mientras Moncloa, como prepagos al secesionismo, aviva el autogobierno de Cataluña y País Vasco al cederles el 61% de los traspasos, al extremo de que ya asumen más competencias que incluso algunos estados federales.

            Y, hablando de prepagos, como prepago esencial de Sánchez a Puigdemont y al resto del secesionismo totalitario para conseguir su investidura destaca la concesión de un Congreso de Diputados “plurilingüe”,  que curiosamente el PSOE (junto a PP, Vox y Ciudadanos) rechazó tramitarlo en 2022 cuando al Presidente no le eran imprescindibles los siete votos del prófugo para mantener su cargo, que es lo único que realmente le interesa ahora. En efecto, el Pleno del Congreso esta semana comienza sorprendentemente con sus señorías hablando en lenguas cooficiales, aceptadas en el Reglamento del Senado pero no en el de la Cámara Baja, incluso antes de que se aprobara su reforma para permitirlo, que se aprobó después por 179 votos (incluido el de CC), obedeciendo así a las exigencias y prisas impuestas por el secesionismo, que, ya ven, obligan incluso a no respetar ni las formas democráticas pues la Presidenta Armengol debiera haber exigido que los diputados esperaran al menos algunas horas hasta que se convirtieran las lenguas cooficiales de España en lenguas oficiales de toda España, equiparándolas al castellano o español, que, según la Constitución (cada vez más pisoteada), es la lengua oficial común de todos los españoles; con esto se da la paradoja de un sinsentido común alguno por el que nuestros parlamentarios, conocedores todos ellos de la lengua oficial común de todos los españoles, no tengan problema alguno para entenderse entre ellos hablando en castellano por los pasillos y estancias del Congreso, pero cuando se ponen a trabajar en el Pleno o en las Comisiones sufran de repente una amnesia lingüística del castellano al extremo de que todos tengan que usar pinganillos para entenderse, lo que supone, además del pertinente coste de los aparatos y los traductores, que sería lo de menos en caso de que fuera necesario, un sinsentido común difícil de explicar, pues por puro sentido común natural cuando se reúnen varias personas utilizan de forma natural la lengua que todos ellos conocen si es que quieren entenderse entre ellos, lo que demuestra que lo que se pretende con este asunto, no es el fomento de las diversas lenguas en los respectivos territorios, donde es lógico que se utilicen y se fomenten, sino que es la indecente estrategia de hacer de la lengua un arma electoral arrojadiza para dividir a los españoles y hacer más difícil su convivencia en paz y libertad, cuando a ello se añade la patética estrategia de ningunear la lengua común, el castellano, en algunos territorios bilingües. Pero hay más, nuestro Gobierno, también por expresa exigencia de Puigdemont, presiona en la UE para que con urgencia sean oficiales allí las lenguas cooficiales españolas, a lo que la Unión da largas; y entonces para ver si puede encajar como sea la petición del prófugo decide exigir sólo la oficialidad del catalán y que las demás (gallego, euskera, aranés, bable….) que esperen, dándose el caso de que el Ministro de Exteriores en su afán de meter con calzador el catalán alega que lo hablan más de diez millones de personas, lo que supone que da como catalanoparlantes a valencianos y baleares, quienes, ya saben, consideran sus lenguas como propias y no como catalán, frente a lo que defienden los partidarios de los “Païssos Catalans”, que nunca existieron. Como ven, poco importa hacer el ridículo, caer en incoherencias manifiestas, meterse en cualquier charco o avivar y reavivar conflictos ya superados con tal de contentar al prófugo Puigdemont para que preste sus siete votos y que Sánchez sea investido presidente….luego, ya veremos qué pasa.

            Entretanto en el PSOE sanchista, poseso con la investidura de Sánchez, despachan las críticas de Felipe González con un escueto “su tiempo ya pasó”, mientras en el PP Feijóo manifiesta que “defenderemos la igualdad de los españoles aunque nos cueste la Presidencia” y rechaza la amnistía, a lo que se une la CEOE, cuyo presidente, Garamendi, dice “estamos con la unidad de España y con la Constitución” mientras Ayuso arenga al PP a unirse para “alzar la voz” y reta a Sánchez a repetir elecciones con la amnistía en su programa, en tanto que Semper desconcierta al PP al utilizar el euskera en el Congreso, y Vox abandona el hemiciclo. En Europa, los grandes de la UE, donde todas las lenguas oficiales son obviamente lengua oficial en su respectivo país y no sólo cooficiales, ven “sorprendente” el despliegue del Gobierno español para contentar a Puigdemont, Bruselas frustra el intento de aprobar por la vía rápida que el catalán sea oficial, pese al esfuerzo de Albares país por país para convencerles de lo contrario, aunque Moncloa sabe que “a Puigdemont le basta con que ganemos tiempo; sabe que es prácticamente imposible”.

            Así las cosas, mientras incluso el sector progresista del TC advierte que nadie puede dar por hecho su apoyo a la amnistía, y tras el hito del independentismo al imponer la discordia lingüística, que ERC, Junts y Bildu celebran con euforía (no es para menos), el indultado Junqueras se jacta en la Cámara, no se arrepiente de nada y dice que en agosto pactó la amnistía con el PSOE y Noguera añade que lo próximo será la “autodeterminación”, mientras los socios de Sánchez reivindican que son “naciones diferentes”. Y mientras Yolanda Díaz trata sin éxito reunirse con Marta Rovira en Ginebra y el Gobierno prioriza el catalán en la UE, Junts insta al PSOE a aparcar el debate sobre la vía unilateral y exige primar la negociación sobre la amnistía y quitar el foco ahora de las condiciones al independentismo (es consciente de que esta especie de reventa a plazos de nuestro Estado de Derecho democrático puede fracasar si se convierte en una liquidación instantánea por cierre), aunque el prófugo Puigdemont prefiere seguir apretando la tuerca. En definitiva, tiempos difíciles para la democracia en España, cuando la única noticia positiva al efecto es que, después de 17 años, la ciudad de Barcelona recupera la normalidad institucional con el Rey, ya que, tras los intolerables pero tolerados desplantes de Colau y del secesionismo Felipe VI, nuestro Jefe de Estado, recibe en Audiencia en la Ciudad Condal a su alcalde, el socialista Collboni….¿hasta cuándo?, esa es la cuestión, pues es inadmisible que el Jefe de Estado sea vetado y desairado en un Estado de Derecho democrático por los gobernantes de las instituciones del mismo, como impunemente hacen algunos de ellos en nuestro país sin que ello les impida ser socios del mismísimo gobierno de la nación. Y para poner la guinda a tanto desmadre democrático, según SigmaDos, Otegi está bien cerca de convertirse en el próximo lehendakari del País Vasco ante la fuerte caída del PNV, pues EHBildu obtendría 27 escaños, dos más que Urkullu, que cede seis, mientras el PSOE vasco repunta y sería clave para que gobierne uno de los dos, pues ambos son sus socios en Madrid, al margen de que uno sea de izquierda radical y otro de la derecha más tradicionalista y conservadora, lo que para Sánchez no supone problema alguno para su Gobierno “progresista”….¿que decidirá en Euskadi si tiene que optar entre el “progresista” PNV y el “progresista” EHBildu? Misterios sin resolver.

            En lo que se refiere a otros asuntos cabe citar que en las CCAA gobernadas por el PP anuncian rebajas fiscales en Sucesiones e IRPF en pleno debate sobre la financiación; que la Economía creció 1´3 puntos más de lo calculado tras la covid; que la mayoría de las jugadoras de futbol de la Selección rechazan que se las convoque pero Montse Tomé llama a 23 de ellas sin que se hay resuelto el conflicto con la Federación; que las CCAA gobernadas por PP y Vox recortan en educación pública y elevan su apoyo a la concertada, que también es pública; y que decenas de menores son víctimas de fotos falsas suyas de desnudos elaboradas mediante inteligencia artificial y que han sido denunciadas en Almendralejo por las familias de los alumnos y, al efecto, la policía investiga todo este feo asunto.

Fdo. Jorge Cremades Sena

domingo, 17 de septiembre de 2023

MENOSPRECIO AL PARTIDO

 

                        Ante las críticas a Sánchez por parte de los históricos líderes socialistas (y algunos no tan históricos) a una posible amnistía, que el Presidente no desmiente tajantemente, sale a la palestra la Ministra y Vicesecretaria General del PSOE, María Jesús Montero, para arremeter contra la vieja guardia del partido, diciendo que ahora, en este PSOE, “el que se mueva sí sale en la foto”, parodiando la famosa frase atribuida en su día al entonces Vicesecretario General Alfonso Guerra de que “el que se mueva no sale en la foto”, es decir, que sería excluido de la ostentación de cualquier cargo. Y bien podría haberse ahorrado la Ministra la ingeniosa respuesta pues pocos días después de responder la Ejecutiva del PSOE, de la que ella misma es Vicesecretaria General, toma la decisión de expulsar al ex líder socialista vasco Nicolás Redondo Terreros (hijo del mítico sindicalista Nicolás Redondo) por “su reiterado menosprecio a las siglas del partido”, purgando con ello a los críticos a Sánchez con el objetivo de acallar sus críticas a la probable amnistía que el Presidente está dispuesto a conceder a Puigdemont (y al resto de totalitarismos periféricos secesionistas) a cambio de su investidura cuando falle la de Feijóo, como ya ha hecho con los indultos a los condenados, con la eliminación del delito de sedición y la rebaja del de corrupción, a pesar de haber dicho antes reiteradamente que jamás lo haría. Cabe pues pedir a Montero que aclare si es cierto que ahora “el que se mueva si sale en la foto” o es otra mentira más como las múltiples a que nos tiene acostumbrados su jefe (bueno, mentiras no, perdón, según él son “cambios de opinión”) y que, casi con disciplina castrense, acatan y divulgan sus ministros y miembros de su Ejecutiva. Obviamente ante esta expulsión las reacciones no se han hecho esperar y el clamor democrático contra la amnistía tampoco. “Quien no es controvertido es que traga con todo” dice Felipe González, recordando que cuando él gobernaba, el propio padre de Terreros, entonces diputado y líder de UGT, convocó contra su Gobierno una huelga general y no fue expulsado del PSOE por ello; y menos aun cuando la expulsión de Terreros no se ajusta a lo estipulado en los Estatutos del PSOE en que cualquier sanción de expulsión o suspensión de militancia requiere incoar un expediente y que la Comisión Federal de Ética y Garantías lo estudie y lo eleve al Comité Federal para que lo apruebe o rechace, pero jamás es la Ejecutiva del partido la que decide al respecto y menos aún el Secretario General por su cuenta y riesgo sin ni siquiera debate interno de la Ejecutiva…..pero claro, pedir peras al olmo, conduce a la melancolía pues ya fue el propio Sánchez quien en su día desobedeció al Comité Federal actuando al margen del mismo para hacerse con el poder en el PSOE con el apoyo de un grupo de fieles incondicionales que hoy le siguen a ciegas. No en vano, desde Ferraz, el núcleo duro de Sánchez se empeña como una piña en desprestigiar a los socialistas históricos y, haciendo uso del populismo que le ha contagiado sus socios podemitas y secesionistas (todos ellos, como se sabe, con un marcado sentido “constitucionalista”) cualquier crítica o discrepancia la convierten en basura para desprestigiarlos y al efecto ven incluso a Guerra y a González en un complot con afines del PP, al extremo de haber tenido la osadía de valorar en la Ejecutiva la conjura de los ex dirigentes, mientras culminaban de forma irregular la expulsión de Redondo, considerando que las críticas de los históricos por la amnistía están “organizadas perfectamente y planificadas”, cuando de lo que se trata es de hacer ver a Sánchez que, según él mismo ha defendido, la amnistía no cabe en la Constitución. Así las cosas, Cándido Méndez, ya ven, otro facha de toda la vida (entiendan la ironía) manifiesta que “comparar a los amnistiados en el 77 merecidamente y a la situación actual es abominable”; Ibarra pide al PSOE que no pacte con los independentistas y que se extienda la mano al PP y añade en un acto con exministros socialistas que “se menosprecia al partido”; Page recuerda que Sánchez rechazó la amnistía el 23-J y considera enormemente grave cambiar de criterio “de un día para otro”; y Juan José Laborda, ex presidente socialista del Senado, dice, tras la expulsión de Redondo, que “la amnistía abriría una crisis en el PSOE de magnitud imprevisible” y añade “dos ministros del Gobierno me han dicho que no están de acuerdo con la amnistía”, que “la inclusión de las lenguas cooficiales en el Congreso es volver a la Edad Media lingüística” y que “el futuro de España no puede estar decidido por tener un voto más”…. Ya ven, siguiendo la ironía, una caterva de “fachas” que no se pliegan a las órdenes del Jefe Sánchez y que, como Redondo habrán de ser expulsados por “menosprecio al partido”.

            Y si éstos socialistas de toda la vida son los “fachas” imaginen lo que son los partidos democráticos que están a la derecha del PSOE sanchista y que confluyen con ellos en asuntos de Estado en el “canal constitucionalista” anti-amnistía, alentado por el Presidente con sus pactos con el secesionismo totalitarista, cuando hasta hace cuatro días participaba también del mismo el propio Sánchez (y obviamente todos sus fieles ministros socialistas, que no los comunistas) hasta darse cuenta de que sólo con el apoyo de todos los secesionistas totalitarios, pidan lo que pidan, es posible su investidura, que, para él, es lo único que importa. Al efecto, por el mero hecho de que Feijóo, haciendo uso de todo su derecho a manifestar su rechazo a la amnistía convocando una concentración ciudadana, pasa de ser un “facha” a un “golpista” según la portavoz del Gobierno Isabel Rodríguez, que ahora no ve golpismo alguno en que su Jefe Sánchez y su compañera ministerial Yolanda Díaz, se entiendan con el prófugo Puigdemont y Junts, su partido totalitario condenado precisamente por haber cometido graves delitos contra el Estado de Derecho, como el de sedición y el de malversación de fondos públicos, que ya, por cierto, se ha encargado Sánchez de eliminar como delito en el Código Penal, en el primer caso, y de rebajar sus penas, en el segundo caso. Ya ven, el golpista es Feijóo y los constitucionalistas son los socios y amigos de Sánchez, expertos en convocar manifestaciones violentas, quemar banderas españolas y cuadros del Jefe del Estado, destrozar los bienes públicos o privados que se encuentran a su paso y declarar unilateralmente la independencia de Cataluña. No obstante, y siguiendo con la ironía, a esa concentración pacífica “golpista” convocada por Feijóo el día 24 en Madrid para protestar contra la presunta amnistía ilegal (aunque ahora Sánchez busque encajarla como legal y como sea) acudirán siete barones o presidentes de CCAA, mientras Ayuso, que ya no se considera “golpista” sino lo siguiente aunque gane elecciones por mayoría absoluta (ya ven, los ignorantes son los ciudadanos que la votan), ofrece reunir unos 200.000 personas en la protesta, en ese pretendido “gran acto” de legítima protesta al que acudirán los expresidentes Aznar y Rajoy para arropar a Feijóo, quien exige al Presidente Sánchez y Secretario General del PSOE que dé marcha atrás y no ceda al “chantaje” del fugado Puigdemont para continuar en La Moncloa.

            Entretanto Puigdemont y Ortuzar, es decir Junts y PNV (los partidos de derecha más tradicionalistas y conservadores de España) acercan posturas y estrategia forjando un frente común para investir a Sánchez y, al efecto, imitando a Yolanda Díaz, el peneuvista vasco visita al prófugo catalán en Waterloo para analizar el papel decisivo de las dos formaciones de derecha en la investidura del “progresista” Sánchez, mientras, al igual que Yolanda Díaz, Ortuzar niega que ejerza como mediador con el fugado. Por su parte ERC, para facilitar la operación de investir a Sánchez, ya considera viable la investidura antes de que se apruebe la amnistía, contra lo que pide Junts, y, asumiendo que no habrá amnistía previa, se conforma con un compromiso por parte de Sánchez, eso sí, que sea un documento y un calendario firmados como garantía, ya que están convencidos que el Presidente no es de fiar, mientras Defensa mueve el desfile en Madrid del 12-O a una zona “antiabucheos”, escudándose en las obras en La Castellana, y lo traslada a un lugar más controlable, que el mismísimo Zapatero ya eligió en su día para controlar mejor las protestas ciudadanas contra sus políticas y ocurrencias. Por parte de la derecha, mientras Vox prepara un “gran desembarco” e la manifestación del 8-10 en Barcelona, el PP decide rebajar a categoría de “mitin” su concentración en Madrid para evitar tener que invitar a los de Abascal, en tanto que los socialistas le acusan de incitar al “enfrentamiento cívico” pues conocido es el daño electoral que en su día causó al PP la famosa “foto de Colón”, que ahora quieren evitar.  

            En todo caso, lo cierto es que la inconstitucional “amnistía” despierta al constitucionalismo y la Societat Civil Catalana busca reeditar en octubre la marcha de 2017 contra la autodeterminación y el PP sale a la calle ante las cesiones de Sánchez pero sin quitarse el estigma de la “foto de Colón”, mientras Sánchez trata de que Junts renuncie expresamente a otro “próces” pero el partido del prófugo dice de momento que no cederá “ni un milímetro”, pues quiere que el pacto con Sánchez le dé ventajas en Cataluña sobre ERC para recuperar la Generalitat con lo que, de seguir así, no se descarta que al final haya una repetición electoral, mientras Sánchez, que él solito se ha metido en este berenjenal, irrita a la CEOE al usar su sede para un mitin aprovechando un acto ante 25 embajadores para cargar contra Feijóo, quien responde a los ataques del Gobierno con un “no nos van a silenciar” mientras aumentan quienes, ante las ensoñaciones de Sánchez, consideran que al Presidente “se le ha ido la olla”, frente a un Jefe de la Oposición que alerta a empresarios y sindicatos de los riesgos de una ley de amnistía. Por otro lado Fiscalía descarta investigar una entrevista al terrorista etarra Josu Ternera al no ver indicios delictivos y descarta asimismo una “censura previa” por lo que ni pedirá la cinta para analizarla, mientas victimas del terrorismo, policías, guardias civiles y partidos de la oposición exigen a Bildu, otro de los socios de Sánchez, que ayude a esclarecer 376 crímenes de ETA tras la confesión de Ternera en la entrevista reconociendo que participó en un crimen por el que no fue juzgado y, al efecto, piden al Gobierno que “lo que debe negociar con Bildu es esclarecer 376 asesinatos de ETA”. Además, ex diputados y ex senadores del PSOE critican la reforma exprés (todo exprés y por vía de urgencia para que no se debata en las Cortes) para usar las lenguas cooficiales en el Congreso, que exigen los secesionistas, manifestando en un manifiesto dirigido a Armengol que “nunca usaríamos un pinganillo para hablar en el Congreso con un compatriota”, pues “esta modificación contradice la Constitución, no se adecúa a nuestra realidad lingüística y no es razonable”. Lo razonable, ya ven, es que, como lo exigen los secesionistas hay que hacerlo, mientras, hablando de exigencias, Podemos exige a Sánchez que Irene Montero siga siendo Ministra de Igualdad, así lo pide Belarra y advierte a la líder de Sumar Yolanda Díaz que el pacto de coalición “no se puede llamar de unidad” y de que “acuerdos en estas condiciones no se pueden volver a repetir”, y entretanto un varonil sujeto, corpulento y cachas, consigue un cambio de sexo exprés para pedir el indulto tras maltratar a dos novias acudiendo al Registro Civil para inscribirse como mujer en cuanto conoció que la Audiencia de Sevilla confirmaba su condena a prisión. Ya ven, en este circo esperpéntico en que hemos convertido la política en España de cara a la investidura, “por si éramos pocos parió abuela”….y Belarra tan contenta, reivindicativa y solidaria con su compañera Irene.

Los demás asuntos, pueden esperar y los relegaremos a otra ocasión, ya tenemos bastante con los anteriormente citados.

Fdo. Jorge Cremades Sena

miércoles, 13 de septiembre de 2023

LA AMNISTÍA NO BASTA

 

                        Dice Aragonés que la amnistía no basta para resolver el conflicto catalán y Dolores Feliú, presidenta de la ANC, añade que “la amnistía da pie a la independencia, ahora toca otra oleada”, afrontando así una Diada devaluada en manifestantes pero con el objetivo, más cercano y alcanzable que nunca gracias a las cesiones del Gobierno de coalición de Sánchez, de impulsar otro patético 1-O, cuyos protagonistas ya han sido indultados por el Gobierno de España al que, tras el gratuito perdón sin contrapartida democrática alguna, exigen ahora una especie de borrón y cuenta nueva con el propósito de someter a la Justica a los intereses particulares de algunos, es decir, lo contrario al más elemental principio democrático. Entretanto el Govern refuerza su campaña en el exterior convocando a sus corresponsales extranjeros en su internacionalización del apoyo a los según él represaliados, mientras Sánchez desactiva la diplomacia cuando como Presidente debería insistir en que Puigdemont, en vez de ser blanqueado, sea entregado a España para comparecer ante los tribunales, con lo que los secesionistas recuperan sus canales políticos en una insólita Diada (para muchos, una Liada), convertida en termómetro para la investidura del próximo Presidente del Gobierno de España, a la que ERC y Junts (es decir, la izquierda y la derecha secesionista radical y totalitaria) concurren divididas (a ver quién consigue más para liderar el totalitarismo en Cataluña) mientras la ANC, brazo civil de ambos y de algunos otros, pide una declaración unilateral de independencia en el Parlament y rechaza cualquier pacto, a lo que Aragonés se niega con el argumento de que “no serviría de nada” si no viene acompañada de un reconocimiento internacional mientras Puigdemont, según SigmaDos, rentabiliza la negociación con Sánchez y supera a ERC en caso de repetición electoral ya que sería el partido independentista más votado, consiguiendo un escaño más en el Congreso, aunque, en caso de elecciones autonómicas, ganaría el equidistante PSC pero el secesionismo sumaría mayoría en el Parlament. Ya ven, la “Liada” catalana está servida, pues la amnistía, sin duda, envenena el debate político y aviva la incertidumbre sobre la gobernabilidad de España, que es lo que realmente debiera importar, cuando los socialistas, liderados por Sánchez, tras decir por activa y pasiva en la campaña electoral que la amnistía sería inconstitucional, buscan ahora un encaje de dicha medida en la Carta Magna a pesar de no haberse hundido del todo el 23-J gracias a semejantes argumentos, y, por el contrario tratan ahora de reconducir las exigencias secesionistas para encajarla con calzador en la Constitución y pueda tener, contra lo dicho en campaña, apariencia de legalidad, mientras ERC y Junts urgen a Sánchez a ultimar una ley “de perdón” y a “avanzar en el derecho a decidir”, es decir, lo de siempre y más de lo mismo, mediante esta ceremonia de la confusión orquestada adrede, pues el perdón incomprensiblemente ya se dio con los indultos y la amnistía (un paso totalitario más) es algo mucho más inasumible en democracia ya que lleva implícito reconocer, como dice el secesionismo, que España no es una democracia al uso occidental, que hay represión política y que la Justicia es arbitraria….en definitiva que no hay Estado de Derecho ni democracia en nuestro país, lo que supone dar la razón de forma miserable a las tesis secesionistas para desacreditar a España y avalar sus pretensiones antidemocráticas, pues en ningún otro país civilizado, libre y democrático cabe la amnistía ya que es la Justicia, como decía cínicamente el Gobierno antes del 23-J, la que se encarga de dirimir los conflictos en el contexto de la “separación de poderes” exigible, tal como hasta anteayer sostenían los ministros socialistas y el propio presidente del Gobierno.

            Una Diada o “Liada”, como prefieran, que pierde fuelle a pesar del balón de oxígenos que el Gobierno de España presta al secesionismo en plena negociación de la investidura, ya que congrega en la manifestación unas 115.000 personas la cifra más baja de los últimos años, en medio de un cruce de acusaciones entre ERC y Junts que, a pesar de sus discrepancias mutuas siguen ambos con los contactos y las negociaciones con el PSOE, para facilitar la investidura de Sánchez y recrear de nuevo ese gobierno “progresista”, mientras Sumar, la tercera pata del banco, asume las tesis socialistas de que la amnistía necesita más tiempo…..no vaya a ser que a todos estos demócratas de toda la vida se les vea el plumero demasiado al saltarse la legalidad vigente en temas tan sustanciales. No obstante los secesionistas, del color ideológico que sean, dan por hecho que el PSOE les concederá la amnistía y reclaman que también se pacte un referéndum, mientras Aragonés abandona la mermada manifestación entre abucheos y, para no quedarse atrás (ahora está contento de presidir el Govern y no lo quiere echar a perder) radicaliza su discurso contra los jueces, mientras el PSOE quiere que sus bases voten el pacto con Junts para legitimarlo y así aplacar las críticas de viejos dirigentes del partido, cuando el mismísimo Sánchez se vanagloriaba de haber desobedecido al Comité Federal, máximo órgano socialista entre congresos, para hacerse con el control de la organización sin atenerse a los procedimientos reglamentarios. Entretanto, mientras PNV y Bildu también reivindican su “derecho a decidir” (como si catalanes y vascos no decidieran en todos los niveles), ni la llave de la investidura evita las fratricidas luchas entre Junts y ERC, al extremo de que los postconvergentes, herederos del corrupto Pujol y Artur Mas, acusan a Aragonés de vetarles en la mesa de diálogo, en plena contienda por ver quien se hace con el protagonismo de la sinrazón totalitaria que, al parecer, Sánchez está dispuesto a conceder.

            Así las cosas, Feijóo, quien también admite haber tenido contactos discretos con Junts aunque sin aclarar quienes dialogaron por ambos bandos, da por perdida su investidura tras rechazar sus exigencias y lanza una campaña contra la más que probable ley de amnistía para obligará al PSOE a retratarse sobre el asunto en todos los niveles, ya que, teniendo el PP la mayoría en las CCAA y grandes ciudades, usará su poder territorial para plantear mociones a favor de la igualdad de todos los españoles (y, por tanto, contra la amnistía) contemplada en la Constitución, forzando así a que todos los cargos socialista en los distintos niveles territoriales se pronuncien concretamente al respecto, estando dispuesto incluso a llevar el asunto a Europa para parar este desafío independentista, con lo que todo el PSOE asumiría este desgaste al que Sánchez somete al partido por sus intereses personales, mientras el equipo del Presidente apela a su apoyo en su día al 155 con la intención de despejar dudas, pero no explica qué razones tiene ahora para dar semejante giro, indigno de cualquier demócrata que se precie. Un cambio de opinión, tras el resultado de los comicios del 23-J, que debería explicar a los españoles con todo lujo de detalles si es que dicho cambio de opinión, tan radical, tiene alguna explicación convincente. Y mientras el Tribunal Constitucional, con su mayoría progresista, rechaza la petición del PSOE de revisar el recuento de los votos nulos en Madrid al no ver indicio alguno de alguna irregularidad (imaginen lo que algunos socialistas, los populistas de Sumar y los secesionistas de todo pelaje estarían diciendo si en vez del PSOE fuera el PP quien pusiese en cuestión o duda el recuento de votos), el ex presidente Aznar entra de lleno en la polémica sobre la dichosa amnistía posicionándose a favor de un rechazo contundente a la misma con el antiguo lema antiterrorista de “¡Basta ya¡” y el Gobierno le acusa por ello de tener actitudes “golpistas” por pedir una “enérgica” movilización cívica contra lo que considera un “proyecto de disolución nacional” de Sánchez, cuando precisamente tanto el PSOE de Sánchez como sus socios de UPodemos (hoy disfrazados y diluidos en Sumar) fueron especialistas de todo tipo de movilizaciones cívicas contra el Gobierno de Rajoy hasta que consiguieron derribarlo mediante una triunfante moción de censura, gracias a la traición del PNV con quien incluso ya había aprobado los presupuestos. En fin, es lo que tienen los populismos, incapaces de ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.

            Entretanto en esta España nuestra, cada vez menos nuestra (me refiero a todos los españoles en su conjunto), en lo que se refiere a la violencia de género un miembro de la siniestra “manada” de violadores en las fiestas de los sanfermines, que dio lugar a la polémica ley del “sólo sí es sí”, ve reducido en un año su condena gracias a la aplicación de esta chapucera ley que paradójicamente nació para luchar contra la violencia machista pero que ya ha permitido acortar penas a más de 1.150 agresores sexuales y excarcelar anticipadamente a 117 presos, mientras la Ministra Montero, protagonista de la ley pero no la única responsable, admite que la decisión de la Audiencia de Navarra es “dolorosa” y asegura, como en los casos anteriores, que no se ajusta al mandato de la ley, pues sabido es su convencimiento de que los jueces españoles son “machistas”…..ya ven, sucede como con los que sentenciaron el “procés” que son represores en vez de justos. Por su parte Rubiales por fin dimite por sorpresa como Presidente de la RFEF a causa del beso robado a la futbolista Jenni Hermoso y acuciado por el proceso penal, señalando a los “poderes fácticos” y a la FIFA de su caída, mientras Víctor Francos, presidente del Consejo Superior de Deportes (nombrado por el Consejo de Ministros y con rango de Secretario de Estado) dice que “un gobierno no puede estar al albur del TAD o de la FIFA” y defiende que el futbol necesita una “democracia más directa” e “instrumentos para poder intervenir” en casos como el de Rubiales…. Cabe preguntar, ¿es que tanto Irene Montero como Francos no son parte de ese Gobierno que tiene la responsabilidad de resolver los problemas en vez de empantanarlos o eternizarlos? En fin, sin más comentarios.

            Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que cuatro jóvenes fallecen arrollados por un tren en Barcelona; que hay vía libre para que la Princesa jure la Constitución (o lo que quede de ella) el 31 de octubre ya que Zarzuela, Gobierno y Congreso no ven problema en que coincida con su cumpleaños; que muere una voluntaria española durante un ataque ruso en Ucrania; que la OCDE confirma que España lidera el abandono escolar pues el 26´5% deja los estudios a los 16 años, cuando 1´4 millones de jóvenes no tienen estudios mínimos para poder trabajar; que Telefónica decide “máxima prudencia” con el grupo saudí ante la división, una más, en el Gobierno; que Sanidad recomienda la vacuna de gripe y covid a la vez para los más vulnerables; que Bruselas quiere reducir a 30 días el plazo de pago de las empresas a sus proveedores cuando en España se permite hacerlo en 60 días; y que España crecerá este año un 2´2%, tres décimas más de lo previsto, pero el IPC vuelve a subir y la cesta de la compra lleva ya 17 meses encareciéndose por encima del 10% dejando un IPC general en el 2´6%, el subyacente en el 6´1% y el de los alimentos en el 10´5%.....en fin, es lo que hay.

            Y del exterior destacar que Putin recibe al dictador norcoreano para cerrar un acuerdo de armamento; que en EEUU los republicanos lanzan el impeachment contra Biden y acusan a su familia de amasar 20 millones de dólares; que el ciclón “Daniel” deja Libia devastada con miles de muertos y unos 10.000 desaparecidos; y que Marruecos busca a la desesperada bajo los escombros del terremoto en poblaciones arrasadas mientras no da abasto para enterrar a sus más de 2.300 fallecidos y socorrer a sus más de 2.400 heridos, a quienes por fin visita Mohamed VI, tras cuatro días de ausencia, en un hospital de Marrakech, mientras rechaza la ayuda que pretenden prestarle algunos países, aunque si acepta la ayuda de España entre algunos otros.

Fdo. Jorge Cremades Sena

domingo, 10 de septiembre de 2023

POR UN PLATO DE LENTEJAS

 

                        La popular frase viene como anillo al dedo para describir lo que el Gobierno de Sánchez está haciendo con la democracia española y con el Estado de Derecho, que tanto ha costado consolidar, pues cada vez está más claro que lo está vendiendo a cambio de permanecer como sea en el poder, es decir, por un plato de lentejas. Y, como buena parte de sus socios “progres” y algunos socialistas de nuevo cuño para avalar su felonía contra la Constitución, tildan de fascistas a los viejos socialistas y a otros demócratas que trabajamos en su día para traer a España nuestro actual sistema democrático y los descalifican así por el mero hecho de que criticamos tamaña irresponsabilidad por parte de este autoproclamado “gobierno progresista” de coalición con cualquiera y pivotado por el nuevo PSOE de Sánchez, voy a pasar por alto las declaraciones de esos antiguos dirigentes socialista, que comparto absolutamente, contra la pretendida amnistía para centrarme estrictamente en las declaraciones que, hasta hace cuatro días, hacían estos nuevos dirigentes socialistas sanchistas coincidiendo totalmente con los anteriores, pero que ahora cambian radicalmente para conservar su patético plato de lentejas, pues no cabe otra explicación a tan drástico e irresponsable giro copernicano. En efecto, en plena polémica sobre la concesión de indultos a los condenados por el “procés” con el claro objetivo de que el secesionismo apoyara a Sánchez (a pesar de que él había asegurado que no los indultaría), el propio Presidente defendía personalmente con insistencia que “no cabe en la Carta Magna” la amnistía que le exigía entonces Puigdemont (auto-amnistía, diría yo para borrar su fuga de la Justicia metido en un maletero), cuando los votos del prófugo derechista no eran imprescindibles para sostener al “progre” socialista Sánchez en el poder y sus ministros socialistas se alineaban con él en la misma dirección que también sostenían los líderes socialistas de la Transición, hoy tildados como fascistas por mantener los mismos criterios, aunque entonces ya recelaban de la flagrante concesión de indultos, la eliminación del delito de sedición y la rebaja del de malversación. Así las cosas y a modo de ejemplos para corroborarlo, Marlaska, juez y ministro, decía el 4-11-19 que “la amnistía no está reconocida en nuestro ordenamiento jurídico”; Carmen Calvo, hoy relegada a un segundo plano, añadía el 27-5-21 que “la amnistía no es planteable en un Estado Constitucional y Democrático porque eso sería suprimir literalmente uno de los tres poderes del Estado, que es el Poder Judicial”; el 23-6-21 añadía Juan Carlos Campo, hoy destinado en mejores ocupaciones, que “la amnistía no cabe, es el olvido, y aquí no hay olvido, hay perdón para construir un Estado mejor”; y para colmo, poco antes de que Salvador Illa asegurara el 24-7-23 (hace cuatro días) que “el PSOE no aceptará ni la amnistía ni la autodeterminación y no negociará con Puigdemont”, el propio Sánchez en persona remataba la cínica faena gubernamental diciendo el 20-7-23 que “el independentismo pide la amnistía, algo que este Gobierno no va a aceptar y que desde luego no entra en la legislación ni en la Constitución”….. sólo faltaban días para la celebración de los comicios y había que cosechar los máximos votos posibles en las urnas. Ya ven, visto lo visto, mentiras, una tras otra, para intentar ganar las elecciones, aunque Sánchez diga que él no miente (ni sus ministros tampoco) y que sólo se trata de “cambios de opinión”, pero lo cierto es que hoy, como el prófugo exige la amnistía, por parte de todos estos personajes, con Sánchez a la cabeza, “donde dije digo, digo Diego”, mientras la Vicepresidenta Díaz va a visitar al prófugo a su guarida y el Ejecutivo busca sea como sea justificar lo injustificable para aparentar que la amnistía sí es constitucional, contra todo lo dicho hasta el día antes del 23-J por los actuales dirigentes del PSOE, por miembros socialistas del Gobierno y por el mismísimo Presidente, loco por ver si al final consigue con la revisión de los votos nulos en Madrid un diputado más que no haga tan imprescindible y exigente al prófugo y poder con ello, al rebajarle el precio, disimular ante la ciudadanía lo de “estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”. Y mientras viejos dirigentes socialistas se van sumando a la crítica y por ello pasan a engrosar las filas del “fascismo” (todo el que critique a este gobierno progresista apoyado por la derecha más rancia y radical es un “fascista”), nadie explica qué ha pasado para que por arte de magia la amnistía sí sea ahora constitucional, cuando, que se sepa, la Constitución y la legalidad vigente no ha cambiado ni una coma respecto a cuándo todos ellos decían justo todo lo contrario.

            Mientras tanto Isabel Rodríguez, la ministra y portavoz del Gobierno, defiende tamaña incoherencia, agradeciendo a Felipe González (y al resto de antiguos dirigentes críticos socialistas, cada vez más numerosos) su trayectoria pero recordándole que “ahora hay otra generación” al frente del PSOE liderada por Pedro Sánchez, como si ello fuera un buen argumento para avalar esta subasta de liquidación de la democracia por lotes (indultos, sedición, malversación, amnistía, referéndum de autodeterminación….y lo que sea), cuando sus propios compañeros del Consejo de Ministros lo rechazaban por inconstitucional y, como tal, se lo vendían a los ciudadanos para rebañar votos. Dice un proverbio oriental que “cuando la sombra de los enanos veas crecer, es que se acerca el crepúsculo”… y cabe preguntarse ¿será esto lo que está sucediendo? No lo sé, pero me temo que nadie nos va a explicar esta indecente y peligrosa metamorfosis política para vender nuestra democracia por un plato de lentejas y obviamente ponerla, en el mejor de los casos, en grave riesgo, pues con esta deriva antidemocrática el atropello de nuestros derechos ciudadanos cada vez es más evidente. De momento, al préstamo de diputados socialistas y de Sumar para que Junts y ERC tengan un inmerecido grupo parlamentario propio en el Congreso, más la reforma exprés (todo es “exprés” para secuestrar el debate parlamentario) para que se utilicen en la Cámara todas las lenguas cooficiales, allana en parte la negociación con Junts, pretendiendo que ya en el debate de investidura de Feijóo se pueda usar el catalán, gallego, euskera o aranés (asunto de menor importancia pero que se venderá como un logro esencial del secesionismo arrancado al Gobierno), aunque el partido del prófugo quiere más e insiste en que la amnistía entre en vigor antes de votar a Sánchez, provocando que ya se esté buscando la vía rápida para aprobarla con el mínimo debate parlamentario posible, no vaya a ser que algún parlamentario entre en razón, le dé un ataque de democracia y se jorobe el invento, mientras la socialista Batet, la ex Presidenta del Congreso sustituida por Armengol a petición del secesionismo, anuncia que deja su escaño y la política. ¿Es todo esto y lo que queda el precio a pagar por ese maldito plato de lentejas, cada vez más caro?.

            Lo indecente, intolerable y cínico es que, aunque Sánchez y once de sus ministros rechazaron hasta ayer mismo la amnistía por ser inconstitucional, ahora Moncloa presione incluso para pactarla con Puigdemont, si puede ser incluso antes del 26-S, porque Sánchez quiere dinamitar la investidura de Feijóo mostrando en el debate que tiene votos suficientes para ser él investido, mientras el prófugo traslada a su entorno que el acuerdo ya está cerrado y que Díaz fue a verle en nombre del Presidente. Y así las cosas, el Supremo alerta del panorama “desolador” de la Justicia por el bloqueo y la judicatura se inquieta ante la perspectiva de una ley de amnistía ya que “la amnistía abre un irreparable boquete en el Estado de Derecho” y el Alto Tribunal advierte que “vulnera la igualdad entre los españoles” y “legitima el intento de secesión del 1-O” cuando las instituciones han de estar por encima de los “intereses” de los partidos….en definitiva, un Tribunal Supremo con “respiración asistida” que urge a renovar ya el CGPJ y su Presidente interino insta a PP y PSOE a aparcar “tribalismos” para rescatarlo de una “situación crítica”, mientras el Fiscal General (que, ya saben, según Sánchez está al servicio del Gobierno, que lo nombra, y no al del interés general del Estado) pide que la Fiscalía asuma la investigación penal en lugar de los jueces, mientras ve agotamiento en el independentismo violento y sostiene en plena negociación de la amnistía que la democracia “no es ni puede ser un sistema inmóvil” sino que “evoluciona” y “aprende”, pero, siendo cierto lo que dice, se olvida de advertir que, en todo caso, esa movilidad, evolución y aprendizaje debe hacerse siempre bajo el marco legal establecido, pues la violencia no siempre se ejerce con el garrote, sino que a veces es más peligrosa incluso cuando se ejerce desde las instituciones y al margen de la ley.

            En fin, las reacciones de tirios y troyanos contra este alarmante espectáculo que estamos soportando no dejan de aumentar, mientras Feijóo insta a Sánchez a una nueva reunión para buscar un “encaje territorial al problema catalán” sin amnistía e insiste en que España no está condenada a “decidir sobre el chantaje” de Puigdemont o “nuevas elecciones”, como si repetir los comicios fuera perverso; ya ven, otro que olvida que los secesionistas, como ya han reiterado, no quieren “encaje” alguno en España sino la independencia de sus territorios y conseguirla sea como sea. Obviamente Sánchez descarta la petición de Feijóo, mientras el PSOE diseña los detalles de la amnistía y admite contactos informales con Junts; mientras Feijóo avisa a Pumpido, el presidente del TC, de que puede “romper el Estado de Derecho”; mientras Moncloa calma a sus socios ante las voces críticas por la amnistía y ERC avisa al PSOE que “no den por descontados nuestros votos a Sánchez”; y mientras el Gobierno apunta a la Ley de Enjuiciamiento Criminal como resquicio indecente para amnistiar por esa vía el patético 1-O. Obviamente, como no podía ser de otra forma tras este giro copernicano de Sánchez, las críticas a la amnistía, internas o externas, agitan al PSOE pues “vamos a vivir días muy duros”, en tanto que Feijóo manifiesta que “Sánchez no puede negociar con la dignidad de España” y que “si hay ley de amnistía, habrá respuesta judicial, política y electoral”, añadiendo que “el PNV tiene que decidir si quiere ser uno más de los satélites del sanchismo”, añade “estoy encantado con que Ayuso o Moreno sean vistos como dirigentes con liderazgo nacional” y desvela que “antes de las elecciones desde ERC hicieron llegar varios mensajes para hablar con el PP”. Dicho queda; y dicho queda también lo expresado por Weber, el Presidente del Partido Popular Europeo, el más grande y antiguo del Europarlamento, manifestando que “Sánchez provoca inestabilidad en la UE por no pactar con Feijóo”, que “si quiere frenar a Vox, tiene que hacer ya presidente a Feijóo por responsabilidad con la UE”, que “en los países que respetan su Estado de Derecho la amnistía no es una herramienta, se ocupan los jueces” y remata añadiendo “mi opinión sobre Puigdemont es la que tenía antes Sánchez: debe ser juzgado”…..pero, ya ven, esto es lo normal en Europa, España es diferente.

            En cuanto a otros asuntos cabe citar que los despidos de trabajadores con contratos indefinidos alcanzan el 46% del total, tras veces más que antes de entrar en vigor la reforma laboral de Yolanda Díaz; que Jenni Hermoso denuncia a Rubiales ante Fiscalía por agresión y coacciones; que se hallan los cuerpos de los dos desaparecidos en Madrid por la Dana; que muere la cantante María Jiménez, símbolo feminista donde los haya; y que Arabia Saudí asalta Telefónica sin que el Gobierno español se entere y ahora examinará la operación al prestar la compañía “servicios fundamentales para la Defensa”. Y del exterior destacar que un terremoto devasta Marruecos dejando más de 2.000 muertos y aún más heridos; y que el G-20, reunido en Nueva Delhi, evita condenar explícitamente a Rusia, aunque exige el respeto de la integridad territorial de los países, mientras Putin siembra el terror atacando un mercado de una ciudad del este de Ucrania en plena hora punta y deja 17 civiles muertos y otros heridos.

Fdo. Jorge Cremades Sena

miércoles, 6 de septiembre de 2023

INDIGNIDAD DEMOCRÁTICA

 

                        Con alevoso cinismo, nada menos que la Vicepresidenta Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y el fugado de la Justicia española, Puigdemont, escenifican a bombo y platillo una obscena indignidad democrática reuniéndose bien sonrientes en Bruselas, dado que el prófugo, cuya insólita condición ya debiera hacerle indigno para negociar con él, tiene prohibida su entrada en España y, ya se sabe, quien quiera algo de él ha de pasar por reunirse en su esperpéntica guarida. Y ante ello, para mayor recochineo, el socio mayoritario del Gobierno, el PSOE de Sánchez, manifiesta que su socia Yolanda lo hace no como Vicepresidenta del mismo sino como líder de Sumar, mientras Podemos, socio mayoritario de Sumar, se queja de que la visita a Puigdemont de Yolanda ni se le ha comunicado previamente, al igual que, según dicen, tampoco se le comunicó ni siquiera al Presidente del Ejecutivo, lo que sería algo casi peor que si se le hubiese comunicado y éste lo hubiera avalado, que es lo que muchos piensan que ha pasado, dado que, mientras se celebraba la indignante reunión, Sánchez y su PSOE aparentaban desvincularse de tamaña indignidad democrática, pero a la vez curiosamente (¡oh casualidad!), sostenían que hay que “pasar página” en Cataluña, sin reparar en el daño que se hace a la dignidad democrática desbloquear los asuntos que atentan contra el Estado de Derecho (en este caso el “procés”) sin límites constitucionales, que es la única garantía que tienen los hombres libres, los ciudadanos, para no convertirse en súbditos o esclavos. Así está el nivel de nuestros gobernantes democráticos. El caso es que, si el Presidente del Gobierno conoce los indignantes manejos de su Vicepresidenta, malo; pero si, no conociéndolos, no la cesa “ipso facto” o la descalifica públicamente por su indignante deslealtad ante asunto tan esencial, peor. La cruda realidad es que, ante semejante insólita indignidad democrática, nadie explica qué hace la Vicepresidenta Díaz, a título personal o como líder de Sumar, prestando pleitesía a un fugado de la Justicia con el objetivo de buscar su imprescindible apoyo a la investidura de su Jefe, Pedro Sánchez, quien para colmo dice no saber nada del ignominioso encuentro para nuestra democracia. ¿Está preparando la Vice otro futuro ignominioso encuentro del prófugo con Sánchez? Lo cierto y grotesco es que, tras la indecente reunión, además de la indignidad que supone para la solvencia de nuestra democracia, lo intenten justificar con cínicos y falsos argumentos para engañar a los ciudadanos, como si éstos fueran idiotas, al decir el prófugo (sin que nadie le corrija) que “es parte de la normalidad democrática en la UE” y aclarar ella que seguirán “hablando y buscando salidas en el diálogo y la democracia”, acordando ambos “explorar todas las soluciones democráticas para desbloquear el conflicto político” en Cataluña, pues “la política debe hacerse desde el diálogo y los principios democráticos” y, según Puigdemont (ya saben, paradigma de la democracia) “dialogar y mantener relaciones políticas entre formaciones de diferentes ideologías no debería ser ninguna sorpresa ni excepcionalidad”. Pero ¿de qué normalidad en la UE habla el prófugo cuando la excepcionalidad en toda la UE es su huida de la Justicia, siendo esto insólito en cualquier país democrático? ¿de qué diálogo habla la Vicepresidenta para buscar salidas en democracia, cuando para ello es obligado hacerlo dentro del marco constitucional y, desde luego, no con prófugos o condenados por la Justicia? y ¿qué desbloqueo político pactan ambos explorando todas las soluciones democráticas mediante el diálogo y los principios democráticos, cuando ambos saben, o deberían saber, que estos principios pasan por la observancia estricta de la legalidad vigente y no por atajos o vulneraciones de la misma? La normalidad democrática en la UE y las “salidas” de los conflictos basadas en el diálogo y la democracia de la que hablan semejantes personajes entre risas y cordialidad mutuas son justo todo lo contrario de lo que dicen, pues no hay ningún otro Estado europeo en que quepa este preocupante esperpento en el que un prófugo de la Justicia tiene en jaque a todo un Gobierno que, por otro lado, no le exige que para empezar a hablar lo que tiene que hacer el fugado es someterse y entregarse para ser juzgado como se le exige a cualquier hijo de vecino.

            Y, ante semejante panorama, Puigdemont, envalentonado por el sometimiento de todo un gobierno democrático a sus totalitarios intereses, expone en Bruselas, al día siguiente de su encuentro con Yolanda, en una rueda de prensa (eso sí, sin admitir pregunta alguna a los periodistas) y rodeado por toda la plana mayor de Junts, sus condiciones para apoyar la investidura del Presidente del Gobierno de España (ya sea del PP o del PSOE) que se resumen en lo siguiente: una ley de amnistía aprobada antes de la investidura, un mediador internacional para pactar el ilegal referéndum y la reserva de la vía de la “unilateralidad” si el líder del PSOE no cumple, amenazando varias veces con que si no se tiene en cuenta sus condiciones (o chantajes totalitarios) estaremos abocados a repetir las elecciones, mientras exige “respeto a la legitimidad democrática del independentismo” (como si alguien dijera que no es legítimo: lo ilegítimo es que pretenda conseguirlo al margen de la legalidad y los procedimientos democráticos legalmente establecidos) y encima muestra su malestar con el PSOE y Sumar (¡qué más indecente pleitesía les exige tras tratarlos como gobernantes de una república bananera y a España como tal!). Ya ven, una chantajista declaración que sirve como excusa a Feijóo para salirse del indignante avispero negociador con el totalitarismo en que incomprensiblemente se había metido al anunciar que hablaría con Junts y que sólo descartaba a Bildu de su ronda negociadora, diciendo ahora que, ante las exigencias de Puigdemnt, “nos podemos ahorrar la cita” pues “no hay mucho que hablar”. Sin embargo, incomprensiblemente, el PSOE de Sánchez no hace lo mismo y, tras haber prestado sus diputados para que Junts tenga grupo propio en el Congreso de los Diputados (lo que avala que la negociación con Junts ya está más que cerrada), dice que ve margen para seguir negociando con el prófugo a pesar de su desafío indecente y aunque el Gobierno sostenga que está en las “antípodas” pues ve positivo que la exigencia del referéndum ya no sea una condición de salida. 

            Así las cosas, aunque Puigdemont reclama impunidad absoluta para sentarse a negociar, Sánchez sigue viendo viable su investidura gracias a él pese a su chantaje mientras su PSOE irreconocible defiende que el prófugo “está dispuesto a hablar” y al efecto busca “fórmulas” para cumplir sus totalitarias exigencias y, aunque el Gobierno no aclara si la pretendida amnistía (insólita en cualquier país democrático) encaja en la Carta Magna, Yolanda Díaz y su equipo ya trabajan a destajo en el torticero engranaje constitucional de la misma para que Puigdemont y el procés queden impunes, cuando, como gobernantes democráticos, lo que debieran hacer es exigir con contundencia su entrega a España para que comparezca ante la Justicia, como hicieron sus colegas de aventuras secesionistas ya condenados aunque luego, lamentablemente, fueran indultados por el “generoso” Pedro Sánchez, a quien cabría recordar que la benevolencia, interesada o no, con los totalitarismos radicales al final trae malas consecuencias, quepa como ejemplo, entre otras, la amnistía de Sanjurjo, que se exilió a Estoril, concedida por Lerroux en 1934, sobre la que el socialista Negrín dijo “el gobierno ha cometido el mayor error de su vida indultando a Sanjurjo; desde ahora será cómodo y barato conspirar, ¡ojala la República no muera en manos de los militares!”….. En esto, no se equivocó Negrín, todos sabemos lo que pasó después, esperemos que el actual Estado Español no muera a manos del secesionismo radical y gracias a la estúpida benevolencia interesada de nuestros gobernantes con los liberticidas. De entrada la pretendida amnistía supone pasar página sobre el procés e implica perdón de la pena y extinción del delito, obligando a reconocer que hay “presos políticos” en España y poniendo al pie de los caballos a la Justicia Española, democrática, mientras desde el Supremo señalan a la ministra Díaz como “cómplice” de un fugado de la justicia y ERC recuerda también a Sánchez que su investidura pasa por amnistía y autodeterminación en Cataluña, en tanto que hasta Felipe González se pronuncia en contra de todo este asunto y por ello es tildado casi como fascista.

            Y mientras el PSOE considera que Sumar es ya una especie de apéndice socialista y relega pactar con Díaz ya que no es prioritario, por lo que los socialistas están molestos con las exigencias de la lideresa de Sumar, considerando que “puede perder toda la credibilidad, como Podemos” y que “hay que llegar a un acuerdo antes con los demás” (con ella ya se da por hecho esta especie de simbiótico “frente popular”), Moncloa sostiene que su desleal encuentro con Puigdemont es sólo una foto porque lo que quiere Junts es “reunirse con el PSOE”, que para satisfacerle acelera para que en el debate de la investidura de Feijóo ya se hable catalán y euskera en el Congreso (y, si puede, ser, como sucede en las instituciones catalanas que se relegue el castellano). Por su parte Feijóo sigue su ronda de contactos y en su reunión con Abascal consigue el apoyo de éste a su investidura a cambio de nada, consolidando así los 172 diputados con los que defenderá su investidura para liderar un gobierno monocolor. Por cierto, según NCReport, Feijóo mejora el resultado del 23-J, la investidura de Sánchez seguiría dependiendo de Puigdemoont y las expectativas de acuerdo con Junts, ERC y Bildu perjudican a los socios de coalición; los resultados serían PP 35´5% de votos y entre 143-146 escaños, PSOE 31% y 121-124, Vox 11´4% y 27-29, Sumar 11´2% y 26-28, ERC 1´7% y  6-7, JxCat 1´7% y 7, EHBildu 1´4% y 6, PNV 1´1% y 5, y Resto 1´3% y 3.  

            Entretanto la inflación en España repunta hasta el 2´6% por el alza de la energía y el BdE alerta de que las rentas bajas sufren dos puntos más de inflación que las altas, mientras los precios siguen con su escalada y la cesta de la compra sube un 11´3% más para adquirir casi lo mismo. Además el fin del verano lleva a la destrucción de casi 185.000 empleos, tras haber pasado el record de afiliados, 20´7 millones de personas, en agosto, evidenciando el desplome de la contratación a tiempo completo que se desploma un 21%, cuando los mayores de 55 años son el 20% de los que trabajan o buscan empleo, siendo el talento senior el salvavidas del tejido empresarial.

            En cuanto a otros asuntos se refiere cabe citar que el temporal deja en España grandes destrozos en viviendas e infraestructuras y lo peor, varios muertos y desaparecidos; que el acoso de las lanchas británicas deja a los pescadores de La Línea sin lugares en los que faenar; que Francia exige e Calviño que sea “pronuclear” para aceptarla en el BEI y evita pronunciarse sobre si prefiere a la española o a Vestager para presidir el Banco Europeo de Inversiones; que el Estado saudí se convierte en el principal accionista de Telefónica; que muere la periodista María Teresa Campos; que los jugadores de la Selección de Futbol masculina dicen por fin que lo de Rubiales “es inaceptable” mientras la Federación destituye a Vilda que es sustituido por su mano derecha Montse Tomé, y mientras el juez acusa de soborno al Barça por el caso Negreira, creyendo que hubo “corrupción sistémica” en el arbitraje; que un hombre degüella a su ex en Sevilla y otro mata a tiros a la suya en Jaén y luego se suicida, lo que supone que 42 mujeres han sido asesinadas en lo que va de año, doce más que en 2022, mientras Igualdad reclama que la policía acompañe a las víctimas a recoger sus pertenencias; y que las CCAA del PP desactivan la “ley Celáa” al 70% del alumnado, pues doce de las diecisiete autonomías frenan la Lomce al recuperar la calificación numérica y reforzar la Historia de España, la Valenciana y la Balear blindan el castellano tras haber dejado de ser vehicular por petición de ERC y los populares se disponen a imponer su mayoría en la Conferencia Sectorial de Educación para vetar decisiones del Gobierno.

Fdo. Jorge Cremades Sena