Ante las críticas a
Sánchez por parte de los históricos líderes socialistas (y algunos no tan
históricos) a una posible amnistía, que el Presidente no desmiente
tajantemente, sale a la palestra la Ministra y Vicesecretaria General del PSOE,
María Jesús Montero, para arremeter contra la vieja guardia del partido,
diciendo que ahora, en este PSOE, “el que se mueva sí sale en la foto”,
parodiando la famosa frase atribuida en su día al entonces Vicesecretario
General Alfonso Guerra de que “el que se mueva no sale en la foto”, es decir,
que sería excluido de la ostentación de cualquier cargo. Y bien podría haberse
ahorrado la Ministra la ingeniosa respuesta pues pocos días después de responder
la Ejecutiva del PSOE, de la que ella misma es Vicesecretaria General, toma la
decisión de expulsar al ex líder socialista vasco Nicolás Redondo Terreros
(hijo del mítico sindicalista Nicolás Redondo) por “su reiterado menosprecio a
las siglas del partido”, purgando con ello a los críticos a Sánchez con el objetivo
de acallar sus críticas a la probable amnistía que el Presidente está dispuesto
a conceder a Puigdemont (y al resto de totalitarismos periféricos
secesionistas) a cambio de su investidura cuando falle la de Feijóo, como ya ha
hecho con los indultos a los condenados, con la eliminación del delito de
sedición y la rebaja del de corrupción, a pesar de haber dicho antes
reiteradamente que jamás lo haría. Cabe pues pedir a Montero que aclare si es
cierto que ahora “el que se mueva si sale en la foto” o es otra mentira más
como las múltiples a que nos tiene acostumbrados su jefe (bueno, mentiras no,
perdón, según él son “cambios de opinión”) y que, casi con disciplina castrense,
acatan y divulgan sus ministros y miembros de su Ejecutiva. Obviamente ante
esta expulsión las reacciones no se han hecho esperar y el clamor democrático
contra la amnistía tampoco. “Quien no es controvertido es que traga con todo”
dice Felipe González, recordando que cuando él gobernaba, el propio padre de
Terreros, entonces diputado y líder de UGT, convocó contra su Gobierno una
huelga general y no fue expulsado del PSOE por ello; y menos aun cuando la
expulsión de Terreros no se ajusta a lo estipulado en los Estatutos del PSOE en
que cualquier sanción de expulsión o suspensión de militancia requiere incoar
un expediente y que la Comisión Federal de Ética y Garantías lo estudie y lo
eleve al Comité Federal para que lo apruebe o rechace, pero jamás es la
Ejecutiva del partido la que decide al respecto y menos aún el Secretario
General por su cuenta y riesgo sin ni siquiera debate interno de la Ejecutiva…..pero
claro, pedir peras al olmo, conduce a la melancolía pues ya fue el propio
Sánchez quien en su día desobedeció al Comité Federal actuando al margen del
mismo para hacerse con el poder en el PSOE con el apoyo de un grupo de fieles
incondicionales que hoy le siguen a ciegas. No en vano, desde Ferraz, el núcleo
duro de Sánchez se empeña como una piña en desprestigiar a los socialistas
históricos y, haciendo uso del populismo que le ha contagiado sus socios
podemitas y secesionistas (todos ellos, como se sabe, con un marcado sentido
“constitucionalista”) cualquier crítica o discrepancia la convierten en basura
para desprestigiarlos y al efecto ven incluso a Guerra y a González en un
complot con afines del PP, al extremo de haber tenido la osadía de valorar en
la Ejecutiva la conjura de los ex dirigentes, mientras culminaban de forma
irregular la expulsión de Redondo, considerando que las críticas de los
históricos por la amnistía están “organizadas perfectamente y planificadas”,
cuando de lo que se trata es de hacer ver a Sánchez que, según él mismo ha
defendido, la amnistía no cabe en la Constitución. Así las cosas, Cándido
Méndez, ya ven, otro facha de toda la vida (entiendan la ironía) manifiesta que
“comparar a los amnistiados en el 77 merecidamente y a la situación actual es
abominable”; Ibarra pide al PSOE que no pacte con los independentistas y que se
extienda la mano al PP y añade en un acto con exministros socialistas que “se
menosprecia al partido”; Page recuerda que Sánchez rechazó la amnistía el 23-J
y considera enormemente grave cambiar de criterio “de un día para otro”; y Juan
José Laborda, ex presidente socialista del Senado, dice, tras la expulsión de
Redondo, que “la amnistía abriría una crisis en el PSOE de magnitud
imprevisible” y añade “dos ministros del Gobierno me han dicho que no están de
acuerdo con la amnistía”, que “la inclusión de las lenguas cooficiales en el
Congreso es volver a la Edad Media lingüística” y que “el futuro de España no
puede estar decidido por tener un voto más”…. Ya ven, siguiendo la ironía, una
caterva de “fachas” que no se pliegan a las órdenes del Jefe Sánchez y que,
como Redondo habrán de ser expulsados por “menosprecio al partido”.
Y si éstos socialistas de toda la
vida son los “fachas” imaginen lo que son los partidos democráticos que están a
la derecha del PSOE sanchista y que confluyen con ellos en asuntos de Estado en
el “canal constitucionalista” anti-amnistía, alentado por el Presidente con sus
pactos con el secesionismo totalitarista, cuando hasta hace cuatro días
participaba también del mismo el propio Sánchez (y obviamente todos sus fieles ministros
socialistas, que no los comunistas) hasta darse cuenta de que sólo con el apoyo
de todos los secesionistas totalitarios, pidan lo que pidan, es posible su
investidura, que, para él, es lo único que importa. Al efecto, por el mero
hecho de que Feijóo, haciendo uso de todo su derecho a manifestar su rechazo a
la amnistía convocando una concentración ciudadana, pasa de ser un “facha” a un
“golpista” según la portavoz del Gobierno Isabel Rodríguez, que ahora no ve
golpismo alguno en que su Jefe Sánchez y su compañera ministerial Yolanda Díaz,
se entiendan con el prófugo Puigdemont y Junts, su partido totalitario
condenado precisamente por haber cometido graves delitos contra el Estado de
Derecho, como el de sedición y el de malversación de fondos públicos, que ya,
por cierto, se ha encargado Sánchez de eliminar como delito en el Código Penal,
en el primer caso, y de rebajar sus penas, en el segundo caso. Ya ven, el
golpista es Feijóo y los constitucionalistas son los socios y amigos de
Sánchez, expertos en convocar manifestaciones violentas, quemar banderas
españolas y cuadros del Jefe del Estado, destrozar los bienes públicos o
privados que se encuentran a su paso y declarar unilateralmente la
independencia de Cataluña. No obstante, y siguiendo con la ironía, a esa
concentración pacífica “golpista” convocada por Feijóo el día 24 en Madrid para
protestar contra la presunta amnistía ilegal (aunque ahora Sánchez busque
encajarla como legal y como sea) acudirán siete barones o presidentes de CCAA,
mientras Ayuso, que ya no se considera “golpista” sino lo siguiente aunque gane
elecciones por mayoría absoluta (ya ven, los ignorantes son los ciudadanos que
la votan), ofrece reunir unos 200.000 personas en la protesta, en ese
pretendido “gran acto” de legítima protesta al que acudirán los expresidentes
Aznar y Rajoy para arropar a Feijóo, quien exige al Presidente Sánchez y
Secretario General del PSOE que dé marcha atrás y no ceda al “chantaje” del
fugado Puigdemont para continuar en La Moncloa.
Entretanto Puigdemont y Ortuzar, es
decir Junts y PNV (los partidos de derecha más tradicionalistas y conservadores
de España) acercan posturas y estrategia forjando un frente común para investir
a Sánchez y, al efecto, imitando a Yolanda Díaz, el peneuvista vasco visita al
prófugo catalán en Waterloo para analizar el papel decisivo de las dos
formaciones de derecha en la investidura del “progresista” Sánchez, mientras, al
igual que Yolanda Díaz, Ortuzar niega que ejerza como mediador con el fugado.
Por su parte ERC, para facilitar la operación de investir a Sánchez, ya
considera viable la investidura antes de que se apruebe la amnistía, contra lo
que pide Junts, y, asumiendo que no habrá amnistía previa, se conforma con un
compromiso por parte de Sánchez, eso sí, que sea un documento y un calendario
firmados como garantía, ya que están convencidos que el Presidente no es de
fiar, mientras Defensa mueve el desfile en Madrid del 12-O a una zona
“antiabucheos”, escudándose en las obras en La Castellana, y lo traslada a un
lugar más controlable, que el mismísimo Zapatero ya eligió en su día para
controlar mejor las protestas ciudadanas contra sus políticas y ocurrencias.
Por parte de la derecha, mientras Vox prepara un “gran desembarco” e la
manifestación del 8-10 en Barcelona, el PP decide rebajar a categoría de
“mitin” su concentración en Madrid para evitar tener que invitar a los de
Abascal, en tanto que los socialistas le acusan de incitar al “enfrentamiento
cívico” pues conocido es el daño electoral que en su día causó al PP la famosa
“foto de Colón”, que ahora quieren evitar.
En todo caso, lo cierto es que la
inconstitucional “amnistía” despierta al constitucionalismo y la Societat Civil
Catalana busca reeditar en octubre la marcha de 2017 contra la
autodeterminación y el PP sale a la calle ante las cesiones de Sánchez pero sin
quitarse el estigma de la “foto de Colón”, mientras Sánchez trata de que Junts
renuncie expresamente a otro “próces” pero el partido del prófugo dice de
momento que no cederá “ni un milímetro”, pues quiere que el pacto con Sánchez
le dé ventajas en Cataluña sobre ERC para recuperar la Generalitat con lo que,
de seguir así, no se descarta que al final haya una repetición electoral,
mientras Sánchez, que él solito se ha metido en este berenjenal, irrita a la
CEOE al usar su sede para un mitin aprovechando un acto ante 25 embajadores
para cargar contra Feijóo, quien responde a los ataques del Gobierno con un “no
nos van a silenciar” mientras aumentan quienes, ante las ensoñaciones de
Sánchez, consideran que al Presidente “se le ha ido la olla”, frente a un Jefe
de la Oposición que alerta a empresarios y sindicatos de los riesgos de una ley
de amnistía. Por otro lado Fiscalía descarta investigar una entrevista al
terrorista etarra Josu Ternera al no ver indicios delictivos y descarta
asimismo una “censura previa” por lo que ni pedirá la cinta para analizarla,
mientas victimas del terrorismo, policías, guardias civiles y partidos de la
oposición exigen a Bildu, otro de los socios de Sánchez, que ayude a esclarecer
376 crímenes de ETA tras la confesión de Ternera en la entrevista reconociendo
que participó en un crimen por el que no fue juzgado y, al efecto, piden al
Gobierno que “lo que debe negociar con Bildu es esclarecer 376 asesinatos de
ETA”. Además, ex diputados y ex senadores del PSOE critican la reforma exprés
(todo exprés y por vía de urgencia para que no se debata en las Cortes) para
usar las lenguas cooficiales en el Congreso, que exigen los secesionistas,
manifestando en un manifiesto dirigido a Armengol que “nunca usaríamos un
pinganillo para hablar en el Congreso con un compatriota”, pues “esta
modificación contradice la Constitución, no se adecúa a nuestra realidad lingüística
y no es razonable”. Lo razonable, ya ven, es que, como lo exigen los
secesionistas hay que hacerlo, mientras, hablando de exigencias, Podemos exige
a Sánchez que Irene Montero siga siendo Ministra de Igualdad, así lo pide
Belarra y advierte a la líder de Sumar Yolanda Díaz que el pacto de coalición
“no se puede llamar de unidad” y de que “acuerdos en estas condiciones no se
pueden volver a repetir”, y entretanto un varonil sujeto, corpulento y cachas,
consigue un cambio de sexo exprés para pedir el indulto tras maltratar a dos
novias acudiendo al Registro Civil para inscribirse como mujer en cuanto
conoció que la Audiencia de Sevilla confirmaba su condena a prisión. Ya ven, en
este circo esperpéntico en que hemos convertido la política en España de cara a
la investidura, “por si éramos pocos parió abuela”….y Belarra tan contenta,
reivindicativa y solidaria con su compañera Irene.
Los demás asuntos, pueden esperar y los relegaremos a otra ocasión, ya tenemos
bastante con los anteriormente citados.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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