lunes, 31 de julio de 2023

INDIGNIDAD POLÍTICA

 

                        ¿Se imaginan qué se estaría diciendo, y con toda la razón del mundo, si Feijóo estuviera intentando pactar con un hipotético Abascal fugado de la Justicia por presuntos graves delitos contra el Estado de Derecho? Pues nada menos que eso es lo que está intentando Sánchez con el fugado Puigdemont antes de reconocer que ha perdido las elecciones y que, guste o no guste, las ha ganado Feijóo, aunque sin la mayoría suficiente para ser investido, salvo que el PSOE, o alguno de sus aliados, colabore con una abstención o cualquier otra fórmula para dejarle gobernar como el candidato más votado, o salvo que, en su caso, Sánchez pueda presentar una alternativa clara, holgada, decente y digna para ser investido en el Congreso de los Diputados a pesar de haber perdido los comicios…. alternativa que, lamentablemente, tampoco tiene el actual Presidente del Gobierno, lo que debiera abocarnos, guste o no guste, a una repetición electoral para que los españoles nos pronunciemos de nuevo con mayor claridad, si cabe, sobre quién queremos que nos gobierne durante los próximos años. Sin duda, ante tan patética situación, lo menos indeseable es que votemos de nuevo, pues nada deseable sería que un nuevo Gobierno Frankenstein, más débil y condicionado que el actual, nos gobernara durante los próximos cuatro años cuando el mismísimo Sánchez ya adelantó por sorpresa las elecciones convencido de que era incapaz de sostener la situación de inestabilidad gubernamental hasta diciembre, que es cuando tocaban los comicios. Desgraciadamente, así las cosas, en este momento estamos en un indeseable bloqueo político, que sólo los ciudadanos pueden resolver de nuevo en las urnas, dado que, al parecer, la única alternativa aritmética, que no política ni deseable, es oscura, demasiado ajustada, indecente e indigna al tener que hacerla recaer en un partido, JxCat, con su cúpula condenada por graves delitos políticos (la de ERC, también) y con su jefe, Puigdemont, huido de la Justicia. Pero Sánchez parece estar dispuesto a tragar con todo ello, cuando incluso, tras el recuento de los votos del exterior (que ahora quiere revisar de nuevo sospechando que puede haber tongo en los votos nulos: ¡qué estaría diciendo si fueran otros quien cuestionaran el recuento!), pierde otro escaño por Madrid, con lo que el PSOE se queda con 121 (frente a los 120 que tiene ahora) en favor de Feijóo que alcanza los 137 (48 más que en 2019), y lo que, además, supone que ya no valga ni siquiera para la investidura la abstención de los votos de Puigdemont (que siempre se podía vender como cierta neutralidad casual) sino que ahora se requiere que Junts vote a favor de Sánchez, dado que el bloque que presuntamente podría apostar por Feijóo contaría con 172 diputados (PP, Vox, UPN y CC) y el de Sánchez, sin Puigdemont, quedaría con 171 (PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG) con lo que los siete diputados de JxCat son indispensables para una investidura exitosa, que, aunque legal, sería claramente indigna y, sin duda, estaría en contra del sentir mayoritario de los españoles. Ante esto, Feijóo ha solicitado a Sánchez por carta una reunión urgente esta semana proponiéndole un “diálogo responsable” ya que “España no merece una situación ingobernable”, pero Sánchez la rechaza en una réplica llena de reproches “hasta que el Rey designe candidato” y anticipa que tendrá los “apoyos necesarios” para ser investido, relegando a quien cuenta con más escaños propios que él mismo a las reuniones que tenga con “el resto de grupos”. Ya ven Sánchez, fiel a su egolatría, a su soberbia y a su interés personal por encima de todo, da vía libre a la indignidad política pactando la gobernabilidad del Estado no ya con radicales, que puede ser discutible pero no indigno, sino con verdaderos delincuentes, a los que previamente ha indultado, y también ahora incluso con los prófugos de la Justicia que escaparon en su día de España, todos ellos, unos y otros, dispuestos a desmantelar el Estado de Derecho como sea.

            Y para consolidar este empecinamiento irrefrenable de justificar lo injustificable con tal de conseguir sus objetivos personales, los aliados de Sánchez, convencidos de que la mejor situación para ellos es evitar la alternancia política, se ponen en marcha para convencer a Puigdemont de que acceda a investir al Presidente en funciones y para que éste allane el camino, como sea, para que ellos puedan justificar su apoyo a la variopinta e indigna investidura. El PNV, insta al PSOE a iniciar la negociación y pide a Sánchez “una oferta programática” y un pacto territorial para investirle, mientras presume de parar a la derecha (como si ellos fueran de extrema izquierda) y Ortuzar, su jefe, dice: “el PP es un regreso al pasado; el PSOE necesita a los partidos catalanes y vascos; no digo que acepten el 100% de nuestras peticiones”, que obviamente sería la independencia de Euskadi. Por su parte ERC incluso nombra equipo negociador de la investidura incluyendo en él a la fugada Marta Rovira, para no ser menos que el prófugo Puigdemont, dando por hecho que la indignidad saldrá adelante. Y Bildu con su jefe Otegi a la cabeza, “trabaja” para el PSOE allanando el diálogo de investidura con Puigdemont apelando a la “responsabilidad” (¡quién lo diría!) de Junts para impedir un “bloque reaccionario en el Estado”. Entretanto un crecido Puigdemont, que se siente protagonista de semejante indignidad política favorable a sus intereses totalitarios y es consciente de que Sánchez es cada vez más su rehén tras el recuento de votos del exterior en Madrid, pide que la negociación no se centre en su situación personal y, aunque sea por razones estratégicas frente a ERC, añade desde Waterloo que “no estamos para parchear legislaturas”, anunciando que no cederá a “chantajes”, cuando el chantajista es él, y que ata su voto a abordar el “conflicto político”, exigiendo ilegalidades.

            Por otro lado, en medio del avispero de indignidad en que se ha metido Sánchez, mientras Page descarta apoyar la investidura de Feijóo y no valora repetir las elecciones, aunque los socialistas teman que “no viene bien que parezca que Puigdemont tiene la llave” (lo que es una evidencia indiscutible, que hay que disimular), PSOE y Sumar buscan una pista de aterrizaje para Junts, mientras Sánchez estudia la fórmula a la espera de que Feijóo intente infructuosamente ser investido presidente (con Vox le faltan cinco votos) y, ante su fracaso, intentar vender la necesidad de que Puigdemont se decante por apoyar su candidatura, lo que todos dan ya por hecho, para evitar una repetición electoral, que, dadas las circunstancias, sería lo más sensato y digno. En todo caso, al efecto, el líder socialista del País Vasco, Eneko Andueza,  agita una cínica e imposible oferta de “reforma constitucional”, que requeriría una mayoría de tres quintos y es inviable sin que la apoye el PP, y dice “que es buen momento para cambiar la Carta Magna e ir a un modelo federal”, añadiendo que hay que consensuar con ERC y Junts (es decir, con los delincuentes), un “modelo territorial que permita vivir en concordia”, pero ignorando que carece, incluso con todos ellos, de la mayoría suficiente en el Congreso de los Diputados, lo que, de momento, sería una falacia; y mientras tanto el otro brazo filonacionalista del PSOE, el PSC, dirigido por Salvador Illa, algo menos cínico que el líder del PSE, se limita a convencer a ERC y Junts (no importa si son delincuentes o no) para que apoyen la investidura de Sánchez, con la oferta de una quita millonaria de la “deuda FLA” apoyando condonar “una parte importante” de los 70.000 millones que debe Cataluña, gobernada por ellos, del Fondo de Liquidez Autonómica, que, al final, asumiríamos el resto de españoles, pues ya se sabe que “la pela es la pela” y también cuenta a la hora de comprar voluntades.

            Por su parte, en la derecha, Moreno abronca a Vox considerando que “son el mayor aliado de Pedro Sánchez” y marca desde Andalucía la estrategia de confrontación frente a los de Abascal, acusándoles de movilizar a los socialistas con declaraciones “incendiarias” sobre Cataluña y otros asuntos, con lo que en el fondo Vox sigue al PSOE en su afán de derribar a Feijóo, prefiriendo un gobierno de Sánchez sometido a Junts al riesgo de perder más escaños en una hipotética repetición electoral, por lo que el PP cree que “no son útiles para la derecha” y chocarán con dureza en la próxima legislatura. Y al efecto Juanma Moreno añade “volveremos a gobernar si crecemos por el centro sin mirar a Vox”, pues “el partido de Abascal da más miedo al electorado que Bildu y ERC” aunque “ahora que Puigdemont es imprescindible, la investidura de Sánchez es imposible o indigna”. En definitiva, indignidad política cuando España ha pedido moderación en las urnas y ha quitado a los extremos casi dos millones de votos, justo todo lo contrario de lo que se pretende hacer por indigno que sea.

            Y mientras el juez Llarena espera a la UE para pedir la entrega de Puigdemont y Marlaska acata la sentencia del TS restituyendo al Coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos tras tres años de “cese político” por no obedecerle en una orden ilegal, el nuevo Presidente del CGPJ, Vicente Guillarte, urge un pacto para desbloquear el Consejo ya que “algo hay que hacer” y “los políticos tienen que asumir con claridad que hay que renovarlo” y, dada la incertidumbre política, habrá de hacerse con el actual sistema ya que el resultado electoral impide la modificación del modelo de elección.

            Por lo que respecta a otros asuntos, citar que España supera los 21 millones de trabajadores por primera vez al caer el paro en el segundo trimestre un 11´6%, el nivel más bajo desde 2008; que julio es el mes más cálido al batir todos los registros globales; que el PIB crece un 0´4% pero ya acusa la desaceleración exterior, mientras la inflación sube al 2´3% y el IPC subyacente se sitúa en el 6´2%, una décima más alto que en julio de 2021, cuando la inflación general se disparó al 10´8%, el mayor desde 1984; que Telefónica gana un 44´5% más en el segundo trimestre; que España cierra los Mundiales de Natación en el top-10 del medallero con tres oros; que los asesinatos de dos mujeres más eleva a 31 las víctimas mortales en lo que va de año por violencia de género; que el BCE lleva los tipos de interés a su nivel más alto en dos décadas y lo eleva al 4´25%; y que los bancos aplazan hasta 2024 subir la remuneración por el ahorro y hasta entonces no remunerará los depósitos por exceso de liquidez.

            Y del exterior, destacar que el dictador norcoreano presume de sus misiles ante sus aliados rusos y chinos; que Putin compra con cereal gratis la lealtad africana y mantiene los bombardeos sobre los puertos ucranianos mientras organiza una cumbre para ofrecer grano a cambio de fortalecer la presencia rusa en el continente africano, dando apoyo militar a más de 40 países de dicho continente; y que Ucrania recupera Staromayorske tras un asedio entre cadáveres y ataca Moscú con drones mientras Putin exhibe su fortaleza naval.

Fdo. Jorge Cremades Sena

jueves, 27 de julio de 2023

¿QUÉ HAN DICHO LOS ESPAÑOLES?

 

                        ¿Qué han dicho los españoles en las urnas? Es, sin duda, la pregunta del millón en un sistema democrático parlamentario proporcional, en el que no hay mecanismos electorales para decidir quién debe gobernar si no se alcanzan mayorías absolutas, como sí sucede, por ejemplo, en los sistemas presidencialistas o mayoritarios en los que, con una segunda vuelta entre los dos partidos más votados, son los ciudadanos quienes deciden de nuevo directamente, quien les gobernará, si, como es el caso, el pueblo ha decidido en los comicios no otorgar mayoría absoluta a ninguno de los partidos que se presentan y, en este caso, han de ser los parlamentarios elegidos, y no el pueblo directamente, quienes por mayoría deciden en la Cámara Legislativa quién será el futuro Presidente del Gobierno suponiéndose, obviamente, que decidirán en base a los resultados electorales obtenidos para que, en la medida de los posible, se aproxime a lo que interpreten que han sido los deseos de los ciudadanos en las urnas, pues, en caso contrario, tocaría repetición electoral. La realidad, la única certeza, es que el 23-J el pueblo español ha decidido no otorgar mayoría absoluta a ninguno de los once partidos que han obtenido representación parlamentaria, por lo que ahora toca a los diputados elegidos decidir quién gobernará España en los próximos años, decisión no exenta de dificultades ya que debiera tomarse, no a la ligera, sino en base a datos concretos que, en todo caso, la aproximen al máximo a lo que los ciudadanos han dicho en las urnas más allá de la opción personal elegida por cada uno de ellos. Y ello, salvo que queramos prostituir la misma esencia de la democracia, ha de hacerse responsablemente y con parámetros políticos concretos basados exactamente en los datos electorales, única fórmula que podría aproximarnos a lo que realmente es la opción más favorable y menos alejada del deseo mayoritario de la ciudadanía. Y los datos concretos, sin aditivos interesados ni interpretaciones subjetivas, dicen que, utilizando el parámetro derecha-izquierda, los españoles, guste o no guste, se han decantado mayoritariamente por la derecha el 23-J en el número de diputados en el Congreso (PP 136, Vox 33, JxCat 7, PNV 5, CC 1 y UPN 1) al obtener 183 diputados, 26 más que los actuales; mientras la izquierda (PSOE 122, Sumar 31, ERC 7, EHBildu 6 y BNG 1) se ha quedado en 167, 10 menos que en 2019, lo que avalaría que el pueblo español ha apostado mayoritariamente por la derecha y además que esa es su tendencia respecto a la situación actual. Pero además, por otro lado, en un país como el nuestro, con grandes tensiones separatistas, cabe añadir al parámetro anterior el de constitucionalismo-secesionismo y los españoles, pese a quien pese, se han decantado muy mayoritariamente por el constitucionalismo (PP, PSOE, Vox, Sumar, CC y UPN) con 324 escaños, 23 más que en 2019; mientras que el secesionismo (JxCat, ERC, EHBildu, PNV, BNG) sólo obtiene 26 diputados, 7 menos que los que tiene ahora, lo que avalaría que el pueblo español rechaza el secesionismo y que esa es su tendencia actualmente; un secesionismo, por cierto, insolidario y totalitario, que participa y decide sobre el futuro de los españoles, mientras niega a éstos que puedan decidir sobre el futuro de sus demarcaciones territoriales. Con estos resultados electorales, que no opiniones, cabe entender que la opción gubernamental más identificada con la mayoría de los ciudadanos sería un gobierno moderado de la derecha y sin interferencias ni alianzas con el secesionismo radical y, menos aún si, como es el caso de JxCat tiene a su jefe, Puigdemont, fugado y huido de la Justicia, siendo un más que presunto delincuente cuyos compañeros de aventuras fueron condenados (aunque después indultados por Sánchez) por pretender conseguir la independencia de Cataluña al margen de la Ley y además mantiene como condición para facilitar el futuro Gobierno ilegalidades anticonstitucionales como la amnistía o un referéndum de autodeterminación. Es obvio que la inmensa mayoría de españoles, incluida la mayoría de catalanes, no ha elegido esto y, por tanto, no lo entendería, pues, con los datos del 23-J en la mano, supondría casi un fraude electoral, por más razones que se quieran inventar para avalarlo.

            Hablaron los españoles y ahora les toca hablar a sus representantes, los políticos, que debieran obrar de forma responsable para ajustar sus decisiones lo más posible a lo que han dicho las urnas. Así las cosas, Sánchez dice que “la democracia encontrará la fórmula para la gobernabilidad” (supongo que basándose en lo dicho en las urnas), mientras Feijóo, ganador de los comicios, reconoce que no se han cumplido las expectativas al no conseguir ni siquiera una hipotética mayoría absoluta con Vox, la única opción en la derecha que, como vencedor en los comicios, tiene para conformar gobierno ya que las derechas nacional-secesionistas (PNV y JxCat) le niegan su apoyo y prefieren pactar con Sánchez, perdedor en los comicios, pero, eso sí, a cambio de contrapartidas de dudosa legalidad que afiancen su objetivo separatista. Por otro lado, el PSOE de Sánchez tampoco está dispuesto a buscar soluciones con el PP de Feijóo ya que busca sumar como sea una mayoría con todos los partidos (menos PP y Vox), sean de derechas o izquierdas, constitucionalistas o separatistas, para conseguir ser investido en el Congreso, aunque sea por un voto más que Feijóo, y poder seguir liderando su ya conocido “gobierno Frankenstein” en condiciones peores aún que las actuales ya que ahora, de momento, necesitaría para conseguirlo negociar incluso hasta con fugados de la Justicia por haber cometido delitos contra el Estado de Derecho…..¿es esto lo que nos han querido decir o nos han dicho los ciudadanos en las urnas? Sinceramente creo que no y, si tampoco han dicho con claridad que gobierne Feijóo, lo razonable sería ir a una repetición electoral para que los españoles decidan con mayor claridad. Pero ese no parece que sea el objetivo de nuestros representantes políticos. El PNV cierra la puerta a Feijóo mientras Junts exige a Sánchez negociar una amnistía y un referéndum de autodeterminación (ambos ilegales, salvo que se modifique la Constitución con la pertinente mayoría cualificada de tres quintos), ilegalidades que debieran ser rechazados de plano por parte de Sánchez en vez de seguir mareando la perdiz para ver si consigue como sea el necesario apoyo que pretende.

            Y en esta búsqueda de la cuadratura del círculo Feijóo reivindica la victoria del PP para ir a una fallida investidura (quiere evitar el ejemplo de Rajoy o Arrimadas, e irá a una investidura si el Rey se lo propone), donde expondría su programa, se asegura el respaldo de sus barones, advierte que no debe permitirse que España se “balcanice”, y promete que si Sánchez consiguiera gobernar no abandonaría la dirección del partido ya que sería “una irresponsabilidad abrir esa crisis”. Por su parte Sánchez permite que Sumar (su socio más a la izquierda) se encargue de negociar con Puigdemont, paradigma de la derecha secesionista catalana, y, al efecto, Yolanda Díaz designa a Asens, amigo del fugado, para acordar los términos con Junts, que, además de una amnistía, exige un “referéndum acordado y vinculante”, ya que el líder socialista, aunque en campaña prometió no dar a Junts “ninguna de las dos cosas”, está dispuesto ahora a negociar un “precio” con el fugado Puigdemont que se dispone a negociar con el Presidente para “doblegar al Estado” ya que su plan es “desbordar” al Gobierno y forzar una “negociación real” sobre la autodeterminación, como respeuesta el paripé de la inútil mesa de diálogo que el Gobierno mantiene cínicamente para marear la perdiz con ERC, quien, tras el batacazo en las urnas, ahora pretende pactar una estrategia con su enemiga Junts para tener más fuerza frente a Sánchez, cuyo PSOE, insólitamente, asume, sin división ni crítica interna alguna, la dependencia de ERC y Junts, limitando las líneas rojas de los pactos a un escueto y confuso “perímetro de la Constitución” (¡faltaría más!), en vez de exigir tajantemente que, para negociar, se retiren previamente las exigencias anticonstitucionales e ilegales; y por su parte Otegi, otro de los socios indispensables para Sánchez, le advierte que “la pelota está en su tejado” y que él, en todo caso, impedirá que el “reaccionario bloque” PP-Vox gobierne en España, mientras con el PSOE negocia la gobernabilidad de Navarra.

            En fin, así andan los dirigentes de los diferentes partidos mientras capean el temporal de los resultados electorales. Los barones del PP lamentan los errores del final de campaña y piden un giro a Feijóo entendiendo que “abonar el miedo a Vox” fue un error y el PP culpa a Abascal de movilizar al PSOE, sobre todo en Cataluña, y se lamenta de no haberlo frenado como hicieron Moreno o Ayuso; por su parte Podemos rompe la tregua con Yolanda Díaz, culpándola de no haber superado los escaños que obtuvo UPodemos y la desafía reclamándole un papel propio dentro de Sumar; y Sánchez celebra haber perdido las elecciones ante la posibilidad de reeditar de nuevo su Gobierno Frankenstein, mientras los mercados rechazan un Gobierno inestable y apuestan por la repetición electoral y la Banca de Inversión desconfía de que PP y PSOE logren un pacto que clarifique la situación y prevé incertidumbres. Y mientras el PP acelera el diálogo con Vox para gobernar en Murcia y Aragón cerrando así la gobernabilidad de las CCAA (salvo la de Navarra que la están pactando el PSOE y Bildu), Ayuso y Moreno cierran filas con Feijóo acallando los rumores de lucha interna porque, según la madrileña, “no se puede aplaudir el jueves y tirarlo por un puente el martes, no somos podemitas” y denuncia el pacto de Sánchez con Puigdemont para “vender la nación”. Ya ven, como está el patio.

            Entretanto el incierto resultado electoral eleva el riesgo de parálisis económica, pues si hay algo que deteste el dinero es la incertidumbre ya que el capital es miedoso y necesita certezas y seguridad. No obstante el FMI calcula que España crecerá el triple que la Eurozona, pero es el segundo país de la UE en que menos crece el PIB per cápita, ya que la riqueza promedio de los españoles sólo ha repuntado un 16´5% desde el año 2007. Por otro lado la subida sin fin de la cesta de la compra genera demasiado malestar mientras estamos ante un año más de precios caros que se normalizarán a mediados de 2024 pero sin llegar a niveles precrisis, mientras el 77% de los fondos UE están a la espera de un nuevo Gobierno ya que España debería cumplir más de 300 compromisos aún para poder recibir el dinero……En fin, como para andar jugando al gato y al ratón o a la estrategia de aquí te pillo y aquí te mato.

            Por lo que respeta a otros asuntos cabe citar que la debilidad de Vox tras el 23-J trastoca el proyecto ultra de Meloni en Europa; que los Reyes inauguran el museo que traza la historia de la Corona y Sánchez acapara el acto de inauguración de la Galería de Colecciones Reales sin invitados autonómicos (casi todos serían del PP) ni apenas miembros de la oposición; que Don Juan Carlos regresa a Galicia para participar en las regatas de Sansenxo; que un Informe de la Comisión Europea revela el riesgo que supuso Puigdemont para Europa, ya que un documento publicado por el Centro Común de Investigación señala que Rusia se valió del prófugo para debilitar a España y al conjunto de la UE; y que el Mediterráneo arde, pues los incendios, espoleados por las temperaturas extremas, se están cebando especialmente en Grecia, Italia y Argelia, donde ya han muerto 34 personas.

Fdo. Jorge Cremades Sena

lunes, 24 de julio de 2023

FEIJÓO GANA, SÁNCHEZ RESISTE

 

                        España votó; y votó masivamente (el 70´4% del censo), a pesar del calor infernal de la jornada electoral, que se desarrolló con absoluta normalidad. España votó y el PP de Feijóo ganó las elecciones, tal como vaticinaban todas las encuestas, salvo la del CIS, que le consideraba perdedor, y el PSOE de Sánchez, contra el vaticinio de Tezanos, perdió, pero no por la diferencia que apuntaban todos los sondeos, por lo que cabe concluir que, en definitiva, Feijóo gana las elecciones y Sánchez resiste, y que, con ello, se dibuja un panorama político de inestabilidad gubernamental, pues a derecha e izquierda de sendos partidos, respectivamente, Vox y Sumar pierden fuerza y son incapaces de garantizarles una mayoría sólida en el Congreso de los Diputados. La realidad es que estos cuatro partidos de ámbito nacional ven frustradas las expectativas, por más que sus respectivos líderes quieran vender la burra de la mejor manera posible para salvar sus personales responsabilidades: Feijóo no logra, ni sumando con Vox, la mayoría absoluta que pretendía y que la mayoría de encuestas le daban; Sánchez no logra la remontada que buscaba y auguraba tras el fiasco del 28-M, pero tampoco se hunde contra el vaticinio de muchos sondeos;  Abascal no consigue ser decisivo para gobernar y Yolanda Díaz no logra mejorar los resultados que obtuvo UPodemos ni ser la tercera fuerza política relegando a Vox. Frustración generalizada pues a causa de los resultados que, comparados con los de 2019, han sido los siguientes: PP, 8´09 millones de votos, el 33%, y 136 diputados (47 más que en 2019); PSOE, 7´76 millones, el 31´7% y 122 (2 más); Vox, 3´03 millones, el 12´4%, y 33 (19 menos); Sumar, 3´01 millones, el 12´3%, y 31 (7 menos que UPodemos, a la que sustituye); y Otros, 7´2% y 28 (23 menos). ¿Y quiénes son esos Otros que con el 7´2% de votos y 28 diputados serán quienes al fin decidan la Gobernabilidad de España? Pues son los siguientes y tienen el siguiente respaldo: ERC, 462.883 votos, el 1´9% y 7 diputados (6 menos que en 2019); JxCat, 392.634, el 1´6%, y 7 (1 menos); EHBildu, 333.362, el 1´4% y 6 (1 más); PNV, 275.782, el 1´1%, y 5 (1 menos); BNG, 152.327, el 0´6%, y 1 (queda igual); CC, 114.718, el 0´4%, y 1 (1 menos); y UPN, 51.764, 0´2%, y 1 (1 más); dándose además la circunstancia de que, menos UPN y CC, el resto busca la independencia de sus respectivos territorios como sea y cualquier apoyo al Gobierno Central será a costa de concesiones intolerables, insolidarias con el resto de España, que vayan en esa dirección aunque sean inconstitucionales o rocen la inconstitucionalidad. En todo caso, frustración también para el secesionismo catalán, que pierde siete escaños (es la mejor noticia de estos resultados) y para el PNV que es sorpasado por EHBildu en el País Vasco. Y, en definitiva, frustración para España que ve amenazada su gobernabilidad, pudiendo estar abocada a repetir el bloqueo político, que en su día puso de moda Sánchez con su insólito “no es no” y “qué parte del no, no entiendes”, o, en todo caso, a gobernar él mismo en condiciones más precarias que con su actual gobierno minoritario de coalición ya que ahora incluso necesitaría pactar con la derecha secesionista catalana del fugado Puigdemont, al contar la previsible coalición PSOE-Sumar con menos fuerza que la actual PSOE-UPodemos: si antes, habiendo ganado el PSOE las elecciones, contaba con los 120 diputados socialistas más los 38 de UPodemos (158 en total), ahora, habiendo perdido además las elecciones, sólo cuenta con sus 122 escaños, más los 31 de Sumar (153, en total); una situación, sin lugar a dudas, bastante peor para España y para el PSOE que la de los comicios de 2019 se mire como se mire…y menos mal que, gracias a que el PSC ha conseguido muy buenos resultados en Cataluña, convirtiéndose probablemente en el único partido que puede sentirse realmente satisfecho con los resultados electorales, se ha evitado la debacle absoluta del PSOE de Sánchez a nivel nacional y se ha propiciado la resistencia de Sánchez. Está clarísimo, Feijóo gana, Sánchez resiste y España pierde.

            España pierde porque su sistema democrático, una democracia parlamentaria y no presidencialista, permite que un 7´2% de españoles (es decir, poco más de 1.780.000 votantes), beneficiados incluso por la ley electoral al votar sólo en ámbito autonómico y no nacional, imponga su criterio secesionista y la gobernabilidad de España mediante el chantaje de sus minoritarios votos frente a más del 89% de españoles (es decir, casi 22 millones de votantes), que optaron obviamente por partidos nacionales, sean de derechas o izquierdas, contrarios sin duda al proyecto secesionista de algunos territorios de España que defienden los nacionalistas-separatistas. Una democracia parlamentaria que tiene todo el sentido siempre que los aspirantes a gobernar España, es decir, los líderes de los partidos más votados, entiendan que a la hora de conformar la mayoría parlamentaria para ser investidos y gobernar, ha de prevalecer el sentido común y el interés general frente a sus legítimos intereses personales o partidarios, ya que la mayoría parlamentaria jamás debiera consistir en una mayoría aritmética sin orden ni concierto, ni proyecto común alguno, a base de sumar elementos contradictorios y con intereses opuestos como puede ser el soberanismo con el constitucionalismo, las derechas con las izquierdas, o los radicalismos de todo tipo por antagónicos que estos sean entre ellos, pues, en ese caso, aunque sea legal, sencillamente estamos prostituyendo lo que realmente quiere la mayoría de los votantes, es decir, impidiendo incluso que gobierne el partido más votado si entre todos los perdedores son capaces de hilvanar una mayoría, sin orden ni concierto, basada en chantajes para que prevalezcan sus minoritarios proyectos por rechazables que sean para la mayoría. Así lo entendieron hasta hoy los partidos mayoritarios, PSOE y PP, no dificultando que gobernara el más votado y, menos aún, sustituyendo dicha mayoría con falsas mayorías aritméticas anti-natura y por eso siempre gobernó el partido más votado, pero esto pasó a la historia y, visto lo visto, por primera vez cabe la posibilidad de que no gobierne quien ganó las elecciones sino quien las perdió, si es capaz de concitar más votos aritméticos aunque sea sometiéndose a chantajes intolerables perjudiciales para la mayoría de los ciudadanos.

            Así las cosas el PP, con casi todas las CCAA bajo su gobernanza, tras el batacazo del PSOE en las autonómicas, y con el Senado arrebatado al PSOE al haber conseguido amplia mayoría, el ganador de las elecciones es incapaz de tejer una mayoría con Vox, su única opción, si todo el resto de partidos del arco parlamentario así lo hilvanan con el PSOE, tal como ya hicieron en esta pasada legislatura, aunque en ese caso cabía al menos la justificación de que los socialistas eran los más votados….y, en caso contrario, todo apunta a un bloqueo político y, en definitiva, a una repetición de elecciones. De momento Feijóo, como ganador de los comicios, quiere ir a la investidura, aunque no tenga los apoyos para sacarla adelante, e insta al PSOE a facilitarle la gobernabilidad, mientras Sánchez, que sólo podría gobernar como líder de una coalición de perdedores con Sumar y el apoyo de ERC, JxCat, EHBildu y PNV, se muestra eufórico por haber conseguido un resultado algo mejor de lo esperado. Entretanto Yolanda Díaz celebra su cuarto puesto como si fuera una victoria mientras desde Podemos, que ahora forma parte de Sumar, le afean los pobres resultados obtenidos, que ni siquiera igualan a los que consiguió UPodemos la pasada legislatura; y, por su parte, desde Junts ya avisan a Sánchez de que su apoyo, ahora imprescindible para reeditar el Gobierno Frankenstein, “no será a cambio de nada”, pidiéndole de entrada un “referéndum” de autodeterminación y la “amnistía”, ambas cosas anticonstitucionales y, por tanto, imposibles de conceder por parte del Gobierno.

            La cruda realidad es que tras estos comicios cabe la incertidumbre sobre la gobernabilidad de España mientras lo más razonable sería un pacto por el que PSOE y PP apostaran por cambiar democráticamente lo antes posible algunos asuntos de Estado y de procedimientos institucionales para atajar como sea esta especie de deriva antidemocrática que, de seguir así, puede incluso dar al traste con el tiempo a nuestro sistema democrático, ya que, lo votado por los españoles ha de ser ahora interpretado por los parlamentarios y, desde luego, tras las últimas experiencias, no parecen ser los más acertados para interpretaciones, que suelen ser interesadas y para arrimar el ascua a sus respectivas sardinas, generando cada vez más frustración de los españoles. De momento no parecen ir los tiros por ahí cuando comienza el aquelarre para conformar las pertinentes mayorías y buscar la gobernabilidad o desgobernabilidad de España, que es lo que debiera importar, así como los argumentos para vendernos la película de que unos y otros aciertan en sus decisiones sobre pactos, chantajes y prebendas. De entrada Feijóo dice “pido que nadie tenga la tentación de volver a bloquear España”, lo que, de entrada, es mucho pedir conociendo el percal; añade Sánchez “somos muchos más los que queremos que España avance”, sin que se sepa bien si en ese “muchos” incluye a los radicales y separatistas de derechas o izquierdas; manifiesta Yolanda Díaz “creo que hemos hecho lo imposible, la esperanza venció al miedo”, sin que sepamos si en esa esperanza está Sumar que ha perdido votos respecto a la esperanza que representaba UPodemos; y remata Abascal culpando a Feijóo del “fracaso” por desmovilizar al electorado de derechas, vendiendo una victoria holgada antes de ganarla y olvidando que, seguramente, lo que también ha funcionado ha sido una movilización del electorado de izquierdas al funcionar su estrategia del miedo a Vox tras los pactos autonómicos con el PP y las desacertadas e indeseables declaraciones de muchos de sus dirigentes. Al final, con todas estas mimbres, Feijóo gana las elecciones pero el fugado Puigdemont, paradigma de la derecha y del secesionismo más radical y totalitario, podría hacer Presidente a Sánchez, que las pierde, pues la formación del Gobierno queda abierta tras los comicios en los que el PP, aunque los gana, no alcanza la mayoría que buscaba y que vendía, quedándose ahora sin apenas opciones de gobernar ante el retroceso de Vox en las urnas en una estrategia desigual, instalada en buena parte de la sociedad, según la cual es pernicioso e indeseable que el PP de Feijóo pacte con Vox, pero es saludable y deseable que el PSOE de Sánchez, si lo necesita, pacte con quienes le venga en gana tras erigirse como adalid del progresismo, cuando algunos con los que ha pactado son paradigmáticos de ideologías rancias y trasnochadas, más que superadas en Europa y entre sus objetivos está liquidar lo que llaman “régimen del 78”, es decir, nuestro actual proyecto democrático enmarcado en nuestra Constitución, cada vez más ultrajada y no respetada. No cabe duda alguna de que Sánchez pese a la derrota y la diferencia de escaños a la baja, (136 PP-122 PSOE ),  que los españoles le han dado en las urnas ante Feijóo intentará repetir su pacto con Sumar, los populismos de extrema izquierda y los independentistas de derechas o izquierdas, en un escenario incierto que deja a nuestro país en manos de Otegi y Puigdemont….. Es obvio, Feijóo gana, Sánchez resiste y España, cuyo gobierno depende de un perseguido de la Justicia española fugado, Puigdemont, pierde sin lugar a dudas. Y todo acaba de comenzar.  

Fdo. Jorge Cremades Sena

jueves, 20 de julio de 2023

LA TRACA FINAL

 

                        A sólo tres días de comparecer los españoles ante las urnas en pleno tórrido verano y en plenas vacaciones, porque así lo ha querido Sánchez al adelantar los comicios aunque había reiterado que agotaría la Legislatura, especialmente porque en el semestre correspondía a España la Presidencia rotatoria de la UE, los diversos partidos políticos activan la traca final de esta especie de fuegos artificiales en que se ha convertido la campaña electoral. Una traca final no exenta de incoherencias, reproches, mentiras y medias verdades, cuando todo apunta a que, al final, se trata de dirimir quien será el vencedor en este nuevo bipartidismo (bloque de derechas-bloque de izquierdas) a cuatro (PP-Vox y PSOE-Sumar), sustituto, para empeorarlo todo, del tradicional bipartidismo PSOE-PP que ha liderado la gobernanza de España en el actual sistema democrático establecido en 1978, pero con el ingrediente añadido de los partidos territoriales nacional-secesionistas (hoy más secesionistas y anti-constitucionalistas que nunca), tanto de izquierdas como de derechas y todos ellos más o menos radicales, que pretenden conseguir como sea la independencia de sus respectivos territorios y entienden que para ello, tras la experiencia vivida con su apoyo interesado al Gobierno de coalición PSOE-UPodemos (de cara al futuro PSOE-Sumar, por razones estratégicas), les conviene inclinarse a la reedición de otro “gobierno Frankenstein” en vez de apoyar, aunque ganara las elecciones, un gobierno de derechas PP-Vox, salvo que éste obtuviera mayoría absoluta y no hubiera ya nada que hacer, por lo que de lo que se trata es precisamente de frustrar semejante objetivo en las urnas el próximo 23-J. Al efecto, la traca final consiste en hacer ver a la ciudadanía la perversidad, real o inventada, que supone el radicalismo de Vox en un hipotético Gobierno de coalición con el PP, y, a la vez, la bonanza de un progresista Ejecutivo de coalición PSOE-Sumar, apoyado en el secesionismo y el radicalismo, tanto de izquierdas como de derechas, que, vista su actual experiencia, se disponen a llevar al extremo sus reivindicaciones independentistas, pues, tanto ERC como Bildu (sus principales protagonistas, aunque también hay otros) anuncian públicamente que “subirán el precio” a Sánchez si vuelve a gobernar y necesita su apoyo, por lo que, como si ya no hubieran cobrado lo suficiente en esta legislatura, Otegi, Junqueras y Rufián refuerzan su alianza en un gran acto en Barcelona para mantener atado al PSOE de Sánchez, mientras el PSE y el PSC (brazos territoriales del PSOE con ramalazos nacionalistas) pactan con ellos en Euskadi y Cataluña, pero, como hace el PSOE de Sánchez, demonizan los acuerdos del PP de Feijóo con Vox en las CCAA en que han acordado gobernar en coalición. La traca consiste pues en una verdadera incoherencia estratégica que supone en la práctica impedir que se pueda producir la alternancia política, imprescindible en democracia, ya que, si, de un lado, es loable que el PSOE de Sánchez pacte con quien considere oportuno, por radical o antidemocrático que éste sea, y, de otro lado, es detestable que el PP pacte con Vox, única opción que le queda al haber desaparecido una oferta centrista y constitucionalista entre socialistas y populares, la alternancia política es obviamente casi imposible, salvo que el mayor partido de la derecha obtenga por sí sólo mayoría absoluta, y por esta regla de tres siempre gobernaría el PSOE, pierda o gane las elecciones, lo que, desde el punto de vista democrático es totalmente intolerable. Así las cosas, Feijóo aparca las siglas del partido para disparar el voto útil con la esperanza de una mayoría absoluta o bien cercana a ella, que, al menos sea mayor que la suma de PSOE, Sumar, ERC y Bildu juntos para ponerle difícil a Vox un bloqueo, como ha sucedido en Murcia en que los de Abascal ni siquiera están dispuestos a abstenerse cuando al PP le falta la abstención sólo de dos diputados para materializar la gobernabilidad que mayoritariamente han decidido los murcianos de forma clara y contundente, aunque no sea absoluta matemáticamente. Y así las cosas Sánchez, por su parte, reivindica una coalición “de perdedores” con Yolanda Díaz con la intención de pactar con ERC y Bildu, mientras acusa a los medios de comunicación de desmovilizar al electorado con las encuestas, mientras Díaz, en total sintonía con él se lanza contra la pinza ERC-Bildu, que alienta Iglesias, y busca un Sumar fuerte para reeditar la alianza con los secesionistas.

            En este contexto se produce un curioso debate a tres entre Sánchez, Abascal y Díaz ya que Feijóo desiste de asistir al no aceptar que en el mismo también esté el resto de líderes que, aliados con Sánchez, han sostenido a éste en el poder. Un debate “entre perdedores”, según algunos, en que Sánchez y Díaz exhiben unidad casi absoluta ante Abascal y el ausente Feijóo, a quien, estando ausente, mencionaban con frecuencia y para alinearle con Abascal como extrema derecha, aunque, seguramente por fallo del subconsciente, Sánchez cayera en la contradicción diciendo que “Feijóo no está aquí porque le da vergüenza estar con Abascal”, cuando es el PSOE, según el líder popular, el que se ha negado a un debate a siete, como propuso el PP, para “ocultar” los pactos de Sánchez con los secesionistas….y mientras, Díaz desafiaba al líder ultra en la pugna por el tercer puesto y éste atacaba a la coalición con la “ley Trans” y los efectos del “sólo sí es sí”. Un “debate de perdedores”, sin pena ni gloria, en que el líder socialista, tras su amarga experiencia con el “cara a cara”, utiliza un tono presidencialista, evita caer en la bronca y se centra en los pactos PP-Vox; en que la lideresa de Sumar protagoniza un duro enfrentamiento con Abascal pero no consigue diferenciarse de Sánchez; y en el que Abascal expone su ideario contra las leyes ideológicas del Gobierno de coalición y sólo reprocha al PP que no quiera pactar con él. Y en esta traca final ni siquiera falta Zapatero, el pionero del populismo socialista, que se dedica a reunir firmas de apoyo a Sánchez entre ex ministros socialistas colocados hoy en el Ibex como consejeros (ya saben, aquello de las puertas giratorias), entre ellos, por ejemplo, Montilla o Blanco, que firman un manifiesto pidiendo el voto para Sánchez pese a la etiqueta de “independientes” que mantienen en las empresas cotizadas y que fueron nombrados en 2020 por el actual Presidente del Gobierno, cobrando por ello más de 160.000 euros anuales, que no están nada mal. Por otro lado el Presidente del Eurogrupo se desmarca de Calviño y evita apoyar a Sánchez, desmintiendo que en la UE haya inquietud por un eventual cambio de gobierno en España al declinar pronunciarse en favor del PSOE asegurando su “pleno respeto al proceso electoral democrático” español.

            Y para que en esta traca final de campaña no falte de nada Correos, a pocas horas ya del plazo, no logra localizar a más de 450.000 solicitantes de voto, con lo que la documentación electoral permanece guardada en sus oficinas, pues unas 280.000 personas que solicitaron la documentación no la han recogido al encontrarse ausentes de sus domicilios y otras 190.000 todavía no han emitido la papeleta; mientras tanto, se disparan como nunca las peticiones para no formar parte de las mesas electorales en esta insólita y tórrida jornada electoral decidida por Sánchez (las peticiones de permiso para no estar en las mesas ha crecido un 76% respecto al reciente 28-M y más de mil mesas aún no se han cerrado, cuando a 5.379 personas aún no se les ha contestado si se acepta o rechaza su petición); y la solución del Gobierno, que nos ha metido en este insólito berenjenal en plenas vacaciones masivas, para paliar el insoportable calor en las mesas, se reduce y concreta en 1´2 euros de agua fresca por persona para una jornada de doce horas y con temperaturas que en muchos lugares superarán los 40 grados….menos mal que el Ejecutivo ha tenido la delicadeza de advertir a los municipios que esa es la subvención fijada al respecto. Pero es que además, en plena presidencia rotatoria de España en la UE, Sánchez, para asistir a los mítines del PSOE, que al principio de campaña sustituía por comparecencias en televisión pero ahora ha cambiado de opinión (es lo suyo), se ve obligado a dar plantón a líderes europeos y americanos en una comparecencia de la UE y el PP considera que su ausencia es una “irresponsabilidad” ya que “compromete el papel de España” en plena cumbre UE-Latinoamérica.

            Mientras tanto Feijóo se enreda con la subida de las pensiones diciendo que el PP “siempre” las subió con arreglo al IPC (que es falso, no fue “siempre”) y que nunca las congeló como hizo Zapatero (lo que es cierto) y se ve obligado a rectificar, por lo que el PSOE ve en estos errores del líder popular una vía para remontar en los sondeos. Por otro lado el Govern intenta blindar la inmersión antes del 23-J sancionando a los profesores que utilicen el castellano y Feijóo se vuelca en Cataluña para ser la “nueva resistencia” ante el separatismo y promete garantizar el 25% de clases en castellano, mientras Abascal vaticina más tensión en Cataluña si gobierna PP y Vox y plantea una “intervención duradera” de la autonomía ante una nueva escalada, abogando por usar “todos los resortes del Estado” para “convencer a la población”. Además cabe señalar que el PP prepara el relevo rápido de los jefes del CIS, RTVE y Correos y promete que, si gana, pondrá a “independientes” en los organismos públicos para evitar la imagen de politización de los mismos; que miembros del CNI planean su regreso a País Vasco y Cataluña; que Feijóo hará depender directamente de él las competencias de Igualdad y ya tiene elegidos a sus ministros de Economía y Justicia; que Feijóo anuncia que auditará el CIS y que quiere bajar el IVA de las peluquerías; que Otegi asegura que sus votos irán en la buena dirección para “evitar un gobierno de derechas” y el derechista Esteban del PNV añade que “con Vox nada de nada y con quien se apoya en Vox tampoco” pues el PNV “busca siempre la estabilidad”; que el PP considera que “es imposible que Vox se atreva a dejar a Sánchez en Moncloa, lo pagarían”;  y que Moncloa veta a Belarra en las ruedas de prensa posteriores a los Consejo de Ministros y la líder de Podemos lleva ya seis meses sin participar en ellas, aferrándose el Ejecutivo a criterios de “oportunidad”.

            Así están las cosas en esta traca final de campaña con Feijóo pidiendo un resultado electoral que “impida el bloqueo de Sánchez” y permita “parar el independentismo y el populismo en España” ya que le gustaría “refundar un partido amplio de centro derecha”, mientras Mazón en Valencia y Guardiola en Extremadura toman posesión como presidentes de sendas autonomías, en esta España en que el Gobierno renegocia con Bruselas los peajes que había ofertado a la UE; en que los hogares españoles están a la cola de la UE en alza de renta; en que cocho de cada diez Pymes reprueban la gestión económica de Sánchez y su Gobierno; en que el Ejecutivo de coalición deja al país un 27´5% más endeudado, al pasar la deuda pública de 1´20 a 1´54 billones de euros durante su lustro gubernamental; y en que el Gobierno incumple con sus trabajadores su propia reforma laboral al multiplicar la temporalidad en la Administración, desoyendo la advertencia de la UE por el abuso de este tipo de contratación, que escala hasta el 31´2% frente al 14´8% del sector privado, pues ocho de cada diez empleos públicos son interinos en esta Legislatura. Y tras la traca final, a votar el próximo día 23.

Fdo. Jorge Cremades Sena

lunes, 17 de julio de 2023

SEGÚN YOLANDA, NADA QUE TEMER

 

                        Ya en la recta final de campaña y en medio de una orgía de sondeos que, salvo los del CIS de Tezanos, todos dan al PP como ganador al extremo de que, con Vox, puede incluso conseguir mayoría absoluta, viene la Vicepresidenta Yolanda Díaz, a quien los citados sondeos otorgan entre 25 y 38 escaños, en el mejor de los casos, es decir, un diputado más o menos por cada uno de los casi treinta partidúsculos (cada uno de su padre y de su madre) que conforman su personal invento de Sumar, apoyado por Sánchez, como plataforma sustituta de la anterior Unidas Podemos, a la que obviamente ella pertenecía, y como truco eufemístico, aun siendo los mismos perros pero con distintos collares, para disimular el desmadre de su experiencia gubernamental como parte del Gobierno Frankenstein de coalición, y, al efecto, la lideresa comunista nos dice textualmente que de nuevo “vamos a gobernar con el PSOE y lo vamos a hacer mejor” ya que “Feijóo no tiene escrúpulos ni proyecto de país” y “haría lo que fuera para intentar ganar”, añadiendo que “las mujeres van a decidir la campaña” pues “ya le ganamos a Gallardón y a Rajoy”, para concluir preguntándose que “una ley puede ser buena, pero si no se entiende…¿me equivoco yo o la ciudadanía”. En fin, unas declaraciones que no tienen desperdicio, las mires como las mires, pues vienen a decir que los partidos por mera esencia divina se dividen en buenos y malos, obviamente los de su plataforma variopinta son los óptimos y los más alejados a su ideología, en este caso populismo-comunista, vienen a ser los pésimos, casi perversos, ya que sus dirigentes carecen de bondad y de escrúpulos porque salen a ganar las elecciones a costa de hacer lo que sea (ella no sale a ganar de esa forma) y, obviamente, desean el mal para los ciudadanos a los que quieren gobernar, mientras ella descarta a casi la mitad de la población ya que las mujeres serán las que decidan quién gobernará, minimizando a los hombres (cuestión de sexo, pues), supongo que incluso a los que militan en los partidos de su plataforma, para poner la guinda añadiendo que, en todo caso, cuando las leyes son buenas o malas, la responsabilidad no es del gobernante que las hace (seguramente porque es infalible, sobre todo si es ella), sino que es de la ciudadanía, incapaz de entender el mensaje inapelable, casi divino, del gobernante que en su concepto comunista siempre es poseedor de la verdad absoluta. No obstante, para nada extraña la declaración de Yolanda ya que es fiel a su ideología totalitaria, aunque olvida, que, si aciertan los sondeos, el PSOE no alcanzaría mayoría absoluta con su nuevo invento electoral, Sumar, (los sondeos dan a los socialistas entre 103 y 117 escaños en el mejor de los supuestos) y habrían de recurrir de nuevo, como mínimo a ERC y EHBildu para apuntalarles en Moncloa, mientras estos partidos le recuerdan que han conseguido ya, entre otras cosas, los indultos a los condenados y adecuar el Código Penal a las conveniencias del secesionismo, y que, si ahora repiten apoyo a Sánchez se disponen a exigir muchas otras cosas y con mayor contundencia. Pero, en fin, no importa; ya ven, según Yolanda, si las cosas al final no salen así, la culpa no será de ella y de Sumar, pues será de los ciudadanos que, considerados menores de edad, no han sabido, ni saben, ni sabrán entender la bonanza de las leyes y decisiones que el Gobierno ha hecho o haya tomado en su sapiencia infinita y, por tanto, ellos son los errados, no los gobernantes. En fin, algo impensable incluso en la boca de los dirigentes de la derecha, incluida la extrema derecha, a los que demoniza irremediablemente por su tendencia totalitaria, ni en la de los dirigentes moderados del socialismo democrático, con quienes pretenden gobernar si la matemática lo permite, para obligarles a que entren en la senda del totalitarismo populista….y, si no, como ha sucedido ya con UPodemos, que los socialistas voten lo que quieran y los populistas lo contrario, insólito en cualquier gobierno democrático.

            Por su parte en el bloque de la derecha, el PP busca acercarse a la mayoría absoluta para verse lo más libre posible de la dependencia de Vox, aunque sendos partidos exhiben sintonía contra el Gobierno PSOE-UPodemos (desde ahora PSOE-Sumar, si consiguen revalidarlo) y sus necesarios aliados secesionistas vascos y catalanes, quienes, por cierto, en el debate a siete de los portavoces, exhibían sus discrepancias no solo con el socialista Patxi López, a quien dejaban claro que, como ya habían hecho, seguirían arrancando cosas favorables a su independentismo totalitario (Rufián le recordó que las cosas no eran mejor en Cataluña, sino diferentes), sino también las discrepancias contra la portavoz de Sumar, aliada ahora de Colau, mientras el peneuvista Esteban (insólito aliado derechista de la coalición izquierdista de Sánchez) manifestaba “nosotros con Vox, nada de nada, no somos muletas de nadie” en plena pugna con Otegi para evitar que en el País Vasco el blanqueado EHBildu saque más escaños que el PNV. En todo caso, el PP, animado por los sondeos, apela al voto útil en su pugna con Vox y Moreno Bonilla manifiesta que “España se juega que Feijóo no dependa de populismos” y que “la repetición electoral es un drama económico y no podemos permitirnos esa opción”, mientras Feijóo hace hincapié en el voto útil que frene un posible pacto de Sánchez entre perdedores, por lo que apela a una mayoría absoluta para tener estabilidad y evitar una alianza entre socialistas y separatistas, en tanto que el PSOE cambia ahora el foco de Vox al PP para cortar el voto útil a Feijóo, quien sostiene que “nos faltan veinte votos para gobernar en solitario” y acusa a Sánchez de “perturbar la democracia”, reprochándole que su aspiración sólo sea un pacto de perdedores y no ganar las elecciones.  

            Y es que, en realidad, a tan pocos días de las elecciones se percibe un cierto desánimo y bloqueo en el PSOE pues Sánchez o revive, o “tendrá que irse” mientras él, optimista por naturaleza, intenta convencer a los suyos de que la derrota anunciada por los sondeos no es inevitable, aunque es obvio que, si bajara de los 90 escaños o incluso de 100, se vería obligado a dejar la Secretaría General del PSOE, tras dos batacazos electorales consecutivos que dejarían a los socialistas en la más mínima expresión. Por eso el Presidente se lanza a por el voto de indecisos y abstencionistas, mientras Yolanda Díaz arenga contra Feijóo para movilizar a la izquierda en esta recta final de campaña, en tanto que PNV trata de alejarse tanto del PSOE como del PP (los malditos partidos españolistas mayoritarios) para no quedar por detrás de Bildu en Euskadi, y ERC anuncia que volverá con otro 1-O tras derogarse el delito de sedición ya que, hundida en las encuestas, agita el procés para recuperar apoyos. Es obvio que cada partido se juega lo suyo y responderá a los aciertos y errores que haya cometido, aunque Yolanda Díaz entienda que son los ciudadanos los equivocados si eligen mal, entendiendo que elegir bien es elegirla a ella y a su variopinta plataforma. Pero también es obvio que quien más se juega es el PSOE, protagonista principal de lo acaecido durante la Legislatura, de las decisiones tomadas y de las mentiras de Sánchez, que él considera cambios de opinión….y la realidad es que los sondeos apuntan a que Feijóo le arrasa en las grandes ciudades y Vox sigue bajando y no logra sumar apoyos en los pueblos pequeños, mientras los socialistas admiten que la estrategia del miedo contra los pactos PP-Vox no les da votos y los populares se centran en 18 provincias para intentar superar ellos solos los 160 escaños, más que PSOE y Sumar juntos. Así las cosas, los socialistas, resignados, dan por terminada la campaña considerando que “esto es una agonía” y “cuanto antes se acabe, mejor”, mientras los populares eufóricos siguen ganando confianza respecto a la posibilidad de que el resultado, como sucedió en las elecciones territoriales, supere sus propias expectativas….y entretanto Podemos se rearma, dentro de Sumar, pero evita implicarse de lleno en la campaña pues Belarra, la lideresa podemita, limita a dos actos su apoyo a Yolanda Díaz. No obstante parece que la fuga de votos de Díaz a Sánchez se acelera últimamente; que Vox se desinfla en sus feudos aunque pedirá ministros si es clave; y que, por tanto, el PP crece gracias a Madrid, Andalucía y Valencia (donde, por cierto, ya ha sido investido Mazón con apoyo de Vox e incluye Igualdad en una Vicepresidencia) y será la fuerza más votada en 44 provincias) mientras el PSOE recoge voto útil a costa de Sumar, pero sólo será la fuerza más votada en cuatro circunscripciones, cuando pocos días quedan ya para enderezar entuertos.

            Por otro lado, mientras el PP consuma también su alianza con Vox en Extremadura tras el choque inicial de Guardiola, ahora nueva presidenta extremeña, y mientras el socialista Fernández Vara manifiesta que “Txapote está ayudando mucho al PP, es indiscutible”, dos asuntos irrumpen en campaña electoral. El primero consiste en que Sánchez negó rotundamente a Feijóo en el “cara a cara” que fueran a imponerse peajes en las autopistas cuando el Director de la DGT le contradice y reconoce que habrá que imponerlas en 2024 por “imposición de Bruselas”, aunque inmediatamente rectificó, seguramente, a instancias de Moncloa, pues lo cierto es que Sánchez incluyó los peajes en dos reformas prometidas a la UE y la medida está prevista en el Plan de Recuperación remitido a Bruselas para recibir los fondos europeos y cuando Nacho Álvarez, Secretario económico de Podemos y portavoz de Sumar, manifiesta que “se habló en el Gobierno de poner peajes, pero nosotros nos negamos”. Y el segundo asunto es que más de un millón de votos por Correo siguen sin repartirse cuando se acaba el plazo, pues la empresa pública, que ya ha entregado 1´5 millones de votos no da abasto y ha tenido que contratar a 20.000 personas y ampliar horarios para garantizar el voto por correo, más numeroso que nunca dada la fecha veraniega de los comicios que Sánchez ha querido, lo que ha suscitado la inquietud de Feijóo que pide expresamente que se garantice y ante la acusación de Sánchez de que lo que quiere es “embarrar” la campaña el líder popular responde que él no insinúa “pucherazo” alguno, sino que simplemente se preocupa de que se garantice a todos su derecho a votar.

            Y por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que el Defensor del Pueblo ampara a un funcionario a quien el Govern ordenó dejar de usar el español; que muere Ibáñez, el padre de Mortadelo y Filemón y de otros destacados personajes de historietas; que Alcaraz, con sólo 20 años, gana a Djokovic en la hierba de Wimbledon y se consolida como nuevo rey del tenis mundial; que son aportados al juez los mensajes de Tito Berni en el “caso Mediador” entre el ex diputado socialista y su sobrino, cuando ya estaban siendo investigados por tráfico de influencias; y que el 40% del trabajo creado en esta Legislatura que agoniza es empleo público (y, por tanto, no productivo) pues el sector privado ha generado sólo la mitad de los puestos de trabajo que se impulsaron durante el mandato en que Rajoy estuvo en Moncloa.

Fdo. Jorge Cremades Sena

jueves, 13 de julio de 2023

SÁNCHEZ NO ESTUVO A LA ALTURA

 

                        En los debates “cara a cara” pocas veces se consigue la unanimidad sobre quién los gana o los pierde pues siempre hay voceros interesados que “a posteriori” se mueven entre matices para valorar el resultado arrimando el ascua a su sardina; sin embargo en este “cara a cara” entre Sánchez y Feijóo hay unanimidad en los medios de que, en el mejor de los casos, Sánchez no estuvo a la altura de las circunstancias y, por tanto, Feijóo ganó el debate cuando nos tenía acostumbrados a perder los debates con Sánchez en el Senado, obviamente con un formato distinto en que el reglamento concede al Presidente ventajas en los turnos de palabra y en los tiempos, por lo que, tras el “cara a cara” en Atresmedia, el líder del PP, satisfecho, manifestó haberse sentido muy cómodo durante el debate en igualdad de condiciones con el Presidente, quien se había aislado varios días para prepararlo, siendo consciente de que era una oportunidad única para cambiar las tendencias de cara al 23-J y así encarrilar las encuestas a su favor. No fue así pues, desde el inicio del debate, vimos a un Sánchez tenso y nervioso, que parecía el inexperto aspirante, frente a un Feijóo distendido y tranquilo, que parecía el Presidente y no el Jefe de la Oposición, atacando desde el inicio a un Sánchez a la defensiva que buscaba por todos los medios interrumpir el discurso demoledor del líder del PP sin respetar los turnos de palabra establecidos, mientras éste le instaba a que le dejara hablar y le pedía que se tranquilizara. Comenzaba así un debate bronco en que sendos contendientes se acusaban mutuamente de mentir desde el inicio y en el que Feijóo desactivaba los reproches de Sánchez por los pactos con Vox, que venía a ser casi el único argumento para atacar al líder popular mientras éste le afeaba que, en todo caso, él no tenía credibilidad para hablar de pactos tras haber pactado (contra lo que prometió a los ciudadanos) con Pablo Iglesias, ERC, Bildu y compañía quienes, en definitiva, eran los que le habían apuntalado durante la legislatura a cambio de concesiones de todo tipo….Y en medio de este mar de contradicciones e incoherencias por parte de Sánchez, cuando el Presidente dijo, seguramente para animar a los suyos, que el PSOE iba a ganar las elecciones, Feijóo aprovechó la situación y sacó un documento, que firmó en directo, comprometiéndose a que, en ese caso, si Sánchez ganaba las elecciones como decía, él favorecería su investidura para acabar con los extremismos, si es que era eso lo que le preocupaba al Presidente, siempre que, obviamente, Sánchez hiciera lo propio si no ganaba las elecciones y, como él, se comprometiera firmando el documento, a lo que Sánchez, cogido por sorpresa, se negó reiteradamente y sólo acertaba a decir que hablara con Fernández Vara en Extremadura, olvidando que la oferta de favorecer que gobierne la lista más votada ya fue rechazada por el PSOE en plena campaña de los comicios locales y autonómicos…. Y Sánchez, desactivado su argumento de que él puede pactar con quien sea pero Feijóo no, simplemente se limitó a decir “yo acuerdo con partidos avanzar en derechos sociales, no el retroceso” y “usted quiere aprobar amnistías fiscales, sobre todo para sus amigos” mientras Feijóo le recordaba que era responsable de que con su Ley del “sólo sí es sí”, cientos de violadores habían visto aliviadas sus penas de cárcel por lo que “estos machistas que violaron a las mujeres están en la calle por usted” que “pasará a la historia como el que aprobó esa infamia”, desmontando con ello las acusaciones que Sánchez hacía a Feijóo de “claudicar ante el machismo con acuerdos vergonzosos”. Ya ven, el debate estaba perdido para Sánchez, mientras Rufián, en un mitin con Otegi y Junqueras, recordaba que ellos “elegirán lo que pase” si gana el PSOE las elecciones, presumía de su influencia sobre Sánchez y prometía, si repiten pacto, impulsar sendas “republicanas independientes”. Feijóo por su parte atacaba el triunfalismo de Sánchez en Economía y, entre otras cosas, le reprochaba que “dejará el pufo a los españoles”, que no haya explicado su cambio sobre el Sahara, que haya eliminado la sedición e indultado a los condenados por el procés o que no haya despolitizado el CGPJ, dejándole claro, dijo, que “seré un presidente de fiar, no voy a mentir a los españoles” y me ocuparé “de sus problemas, dificultades e ilusiones” ante un Sánchez desnortado que se limitaba a reiterar el mantra populista de que “nos estamos jugando seguir avanzando o pasar a un túnel del tiempo”, un débil argumento genérico apelando al voto del miedo, ya superado, para ganar un debate cara a cara con el jefe de la oposición.

            Y, tras la resaca del cara a cara con el revés a Sánchez, se acentúa la desmotivación en la campaña socialista, mientras Ferraz asume que el Presidente no ganó el debate y perdió así una oportunidad de oro para la esperada remontada en las urnas mientras la desmovilización se extiende en los cuadros territoriales, pues, obviamente, “no se puede disfrazar lo que todo el mundo ha visto”, reconociendo algunos dirigentes y ministros que “nada salió como estaba previsto” y señalando al equipo de Sánchez pues “es evidente que lo preparó mal”, mientras Moncloa, a pesar de todo, defiende su estrategia y culpa al “formato” del debate y a las “mentiras” que esgrimió Feijóo, y, por lo tanto, no hará cambios en la estrategia de campaña electoral, en tanto que Errejón, candidato de Sumar, dice que “hoy es más evidente que Sánchez no puede solo, que necesita a Yolanda” y añade que “con ella el debate hubiera sido diferente, fue un error de Sánchez postularse como un héroe solitario frente a las derechas”. Por su parte el PP se crece tras el debate, aunque el PSOE huye del derrotismo, y Feijóo confía en que su dureza contra Sánchez ayude a arrebatar votos a Vox, mientras el Presidente arremete contra la “montaña de mentiras” de su rival, cuando él, acusado de mentir casi permanentemente a los españoles, manifiesta que no ha mentido sino que sólo ha cambiado de opinión. Es obvio que, al margen de las culpas de unos u otros sobre la derrota en el cara a cara, la realidad es que el berenjenal de alianzas, mentiras o rectificaciones e incoherencias en que Sánchez se ha metido durante la Legislatura para poder gobernar (o desgobernar, según se mire) le restan mucha credibilidad sobre lo que prometa o diga ahora. Entretanto los sindicatos denuncian la situación límite en Correos para votar y critican la falta de personal y que las oficinas “están desbordadas” ante el final de los plazos y Feijóo exige que se aseguren todos los votos pese a los “jefes” del organismo, mientras ministros socialistas señalan a Oscar López, jefe del gabinete de Sánchez, por el “error de la estrategia” en el debate y el Presidente retoma su ofensiva tras el fiasco del “cara a cara”, justo cuando Feijóo vuelca su campaña hacia el “territorio Vox” enfocando sus esfuerzos hacia la veintena de provincias en las que Abascal ya tenía escaños en el aire, aunque le estén diciendo que su crecimiento por la izquierda aún tiene margen.

            Así las cosas, mientras el cara a cara de Sánchez y Feijóo descoloca a Vox, los sondeos demoscópicos posteriores al debate, intentan pulsar la opinión de los españoles a pocos días ya de los comicios. Según GAD3, el 71% cree que el ganador será el PP y sólo el 13% da por vencedor al PSOE, que recobra un escaño pero a costa de Sumar, y por primera vez los apoyos al partido caen del 28% y se quedan en 109 diputados, mientras el PP recupera dos escaños y llega a 153. Según 40dB, el PP avanza dos escaños, con lo que la derecha se refuerza pero no llega a alcanzar la mayoría absoluta, mientras Feijóo alerta contra la euforia y aspira a captar votos de Vox. Y, según NCReport, el PP obtendría el 36´3% de votos y entre 149-151 diputados, PSOE 27´7% y 105-108, Vox 12% y 30-32, y Sumar 11´9% y 29-31, con lo que Vox y Sumar se disputan la tercera fuerza, aunque pierden dos y tres escaños respectivamente desde el domingo, la izquierda no podría gobernar y la derecha superaría la mayoría absoluta. Mientras tanto fracasa la investidura del popular López Miras en Murcia por las exigencias de Vox, por lo que Feijóo y Aznar atacan a los de Abascal por semejante bloqueo y alertan sobre la pinza de Vox con el PSOE vaticinando que “lo pagarán en las urnas” mientras piden el voto útil al PP para impedir el bloqueo y que la situación murciana no se repita a nivel nacional. Por otro lado, PP y Vox sellan hoy su pacto en los gobiernos valenciano y extremeño, arrebatados al PSOE, en tanto que Feijóo intenta desmarcarse de Abascal a pesar de que sus respectivos partidos preparan las dos sesiones de investidura; la Presidenta de las Cortes Valencianas se quita de la pancarta contra la violencia machista en Valencia; y Baleares y Rioja suprimen las consejerías de Medio Ambiente e Igualdad, considerando que sendas políticas se pueden aplicar desde otros departamentos sin necesidad de una expresa Consejería instituida ex profeso, como sucederá con los ministerios si el PP gana las elecciones generales.

            Entretanto, tras quince meses de subida de los alimentos por encima del 10%, el IPC general baja en junio situándose en el 1´9% y el subyacente se queda en el 5´9%, pero el de los alimento se queda en el 10´3%, lo que mantiene casi inasequible para muchas familias una cesta de la compra en condiciones. Por otro lado, el Gobierno en plena campaña electoral aprueba un oferta de empleo público record de 39.000 nuevas plazas de funcionarios, disparando así la Ministra de Hacienda por decreto la contratación pública, mientras los treintañeros caen a la mitad en un mercado laboral que dominan los cincuentones, por lo que Funcas advierte del “envejecimiento intenso” de los trabajadores y reclama que se fomente la natalidad.

            En lo que se refiere a oros asuntos cabe citar que los repetidores se multiplican un 102% más en Bachillerato y un 81% en la ESO; que Marlaska planea restar competencias a la Guardia Civil en las fronteras; que Rusia dobla la venta de gas a España y se afianza como gran abastecedor, pues el combustible ruso ya es el 20% del que se importa, pese a la guerra con Ucrania y las restricciones; que España se suma al G-7 en sus compromisos de seguridad con Ucrania y los aliados tratan de rebajar el malestar de Kiev, que exige el ingreso en la OTAN; que la Audiencia trata de frenar el trato de favor de Interior al etarra “Kantauri”, imputado por la muerte de Blanco y que tenía derecho a salidas de prisión sin control; que España promete más ayuda militar a Ucrania como el G-7 cuando es el antepenúltimo país de la OTAN en gasto militar pese a que Sánchez elevó un 25% la inversión en Defensa contra el criterio del sector podemita de su Gobierno; y que la red de “embajadas” catalanas supera ya con creces la que se desmontó con la aplicación del 155 en tiempos de Rajoy, pues con Sánchez en La Moncloa la Generalitat alcanza ya las 21 delegaciones en el exterior frente a las 13 de 2017, con un coste casi cuatro veces superior…..es obvio que si no se le impide contundentemente, la burra siempre vuelve al trigo.

Fdo. Jorge Cremades Sena

lunes, 10 de julio de 2023

CARA A CARA; PARA SÁNCHEZ, CARA O CRUZ

 

                        Con la campaña iniciada con ventaja demoscópica para el PP de Feijóo, ganada a pulso por el rechazo a las políticas radicales del minoritario Gobierno de coalición de los socialistas con comunistas y con el resto de radicalismos nacionalistas, al PSOE de Sánchez sólo le vale un verdadero golpe de suerte para frenar la tendencia y hacer olvidar en pocos días los despropósitos gubernamentales cometidos con el único objetivo de mantener en Moncloa al Presidente Sánchez y a su equipo a costa de lo que sea, lo que, sin duda, hace bastante difícil la situación para los socialistas, que llegan al único “cara a cara” televisado de la campaña entre Sánchez y Feijóo, convertido en realidad en un patético “cara o cruz” para el Presidente que, por méritos propios, se juega a una carta no ya su propia suerte sino la de un PSOE necesitado de volver a encontrar el norte de una socialdemocracia, moderada y progresista, de la que le han alejado sus socios populistas, radicales y secesionistas, tanto de izquierdas como de derechas. En definitiva, un debate televisado que, para muchos, vale una campaña y que llega cargado de tensión, enfocado especialmente en los pactos pues Sánchez, pionero en pactar lo que sea y con quien sea, arremete contra Feijóo porque simplemente, contra lo que él hizo, deja claro que, si lo necesita, se verá obligado a pactar con Vox ya que no hacerlo le supondría renunciar a gobernar el país salvo que el PP consiga mayoría absoluta, lo que, de entrada, parece improbable, por lo que la teoría de Sánchez de dar por válido sus pactos con cualquiera pero a su vez rechazar los que haga Feijóo supone sencillamente cortar de raíz la alternancia política, imprescindible en cualquier democracia. Así las cosas, Sánchez se lo “juega todo” a “cara o cruz” si en el “cara a cara” con Feijóo consigue convencer a los ciudadanos, especialmente a los indecisos, de que él puede pactar con radicales, comunistas, populistas de izquierdas, nacionalistas de derechas, bilduetarras, antisistemas y secesionistas de izquierdas o derechas (en fin, con quien sea), pero su contrincante, Feijóo, no puede pactar con los populistas de derecha o la extrema derecha, es decir, con Vox ya que con ellos se avecinarían las siete plagas de Egipto en España. No obstante, el PP se dispone a marcar más distancias con Vox y ve “posibles” los 165 escaños que le harían acreedor a gobernar en solitario en minoría (Sánchez logró gobernar tras su tercer intento por mayoría simple de sólo dos votos de diferencia, sólo con 120 diputados socialistas y 33 podemitas), pues el PP considera que ya está superada la crisis de los pactos autonómicos con Vox y Feijóo centrará su esfuerzo en buscar el voto de centro, pedirá el voto del PSOE “no sanchista” y evitará la bronca en el debate para buscar el voto útil, confiado en lograr el diputado en liza en 15 provincias que le posibilitaría gobernar en solitario, ya que el talante y la seguridad de los candidatos van a ser piezas clave para captar a los indecisos, mientras Yolanda Díaz pisa el acelerador en los territorios en los que el PSOE pierde fuerza. En todo caso, todo apunta a que Feijóo se lo tendrá que currar, cuando esperaba un paseo triunfal, y mientras sale a la calle haciendo mítines, Sánchez, que lleva encerrado varios días para preparar el “cara a cara” de hoy, es decir, su “cara o cruz”, le planta cara con una intensa estrategia mediática, pues el PSOE está convencido de que aún “hay partido”, por lo que el PP pide luchar en cada territorio ya que, tal como está el panorama, no sólo se trata de ganar las elecciones sino de intentar sacar más votos que toda la izquierda junta, lo que no es tarea fácil.

            Entretanto los sondeos son contundentes y todos dan ganador de los comicios al PP. Para 40dB la derecha inicia la campaña con ventaja pero sin llegar a una mayoría suficiente, mientras la distancia entre PP y PSOE se sigue acortando y ya es inferior a dos puntos, cuando Vox y Sumar pelean por la tercera posición que será clave para el conjunto de los bloques y el Presidente necesita un golpe de timón en el debate de hoy si quiere remontar en los sondeos, mientras Feijóo pide un “Gobierno libre” frente a los extremismos; los resultados serían PP 127 diputados, PP 113, Vox 42, Sumar 37 y Otros 31. Para GAD3 el 8% de quienes votaron a Sánchez en 2019 apoyarán ahora a Feijóo que no solo se queda con el 60% de los votos de Ciudadanos sino que además logra el 13% de los de Vox, con lo que el PP ganaría en 43 provincias, siendo el más votado en el 83% de las circunscripciones, mientras el PSOE sólo conseguiría ser el más votado en cinco de ellas, pues Sánchez frena su ascenso con 114 escaños, mientras las formaciones de derecha siguen superando los 180 diputados. Para SigmaDos Feijóo pega un estirón a costa de Vox y amplía su ventaja sobre Sánchez, ya que el PP sube cuatro décimas y se sitúa en 145 escaños, Vox baja del 13% y está casi empatado con Sumar para la tercera plaza, mientras Andalucía, Madrid y Galicia apuntalan la mayoría de Feijóo, pues el PP logra triunfos amplios en las Autonomías donde gobierna, se consolida en Valencia y tiene un respiro en Cataluña, donde con Navarra ganaría el PSOE, mientras Vox desaparece de Castilla y León, y Sumar no existe en la España rural. Y para NCReport el PP roza los 159 escaños y Vox continúa a la baja con 32-34, con lo que los alineamientos electorales se mantienen estables en esta recta final de campaña, pues Sánchez se consolida en torno a los 100 diputados a cota de Yolanda Díaz que se queda en 29-31, con lo que los resultados serían: PP el 35´7% de votos y entre 147-149 diputados, PSOE 27´4% y 103-105, Vox 12´6% y 32-34, Sumar 12´4% y 29-31, ERC 2´8% y 10-11, JxCat 2´1% y 8-9, PNV 1´4% y 6, EHBildu 1´3% y 5-6, CUP 0´7% y 1-2, y para Otros a repartirse los 5 escaños restantes (cabe apuntar, como pueden comprobar, que los partidos nacionalistas con un 8% de votos entre todos, obtendrían entre 30-34 diputados, mientras Vox o Sumar con el 30% de votos entre los dos, casi cuatro veces más, conseguirían entre 61-65, es decir, sólo el doble, lo que pone en evidencia la necesidad de un acuerdo para adecuar mejor la representatividad de los partidos minoritarios en las Cortes Generales, donde, aprovechando su ventaja, se dedican a condicionar las políticas nacionales de España como acabamos de ver en esta legislatura que agoniza).

            Y en tales circunstancias prosigue la campaña electoral en la que vamos conociendo las distintas propuestas de los diferentes partidos. El PP se vuelca en la España que retorna al bipartidismo y Feijóo pone el foco en las provincias de hasta cinco escaños donde compite a solas con el PSOE y deja claro que “estamos en los últimos días del sanchismo”, mientras propone que “hay que subir más el salario mínimo” y llama a concentrar el voto para tener opciones de mayoría absoluta y con la extremeña Guardiola exhibe unidad reivindicando, si fuera necesario, los pactos con Vox tras rectificar ella las descalificaciones al partido de Abascal y promete desactivar la mesa de diálogo con los secesionistas catalanes. El PSOE, cuyo principal problema de campaña es el liderazgo de Sánchez, enclaustrado todo el fin de semana para preparar el “cara a cara” o su “cara o cruz” de hoy, fía La Moncloa a la “remontada” y es consciente de que es una campaña “corta, especial e importante”, mientras sus socios trabajan ya en hacer oposición a Feijóo y los socialistas confían en neutralizar el rechazo a Sánchez y en alentar con éxito el voto del miedo a Abascal, en tanto que el Presidente traza su hoja de ruta de “la derrota de los que defienden el retroceso de España” y promete transporte urbano gratis hasta los 24 años y ampliar la cobertura sanitaria, pero, eso sí, con más sanchismo al ignorar la despolitización del Poder Judicial, que exige la UE, o la bajada de impuestos, mientras promete perseverar en su política con los secesionistas ya que, según él, “España está más cohesionada” y se atribuye él solito el fin del “procés” y de ETA, mientras se lanza a por el votante del PP que reniega de los pactos con Abascal. Por su parte Vox ahonda en su perfil ideológico para intentar crecer y en la disyuntiva de dar apoyo al cambio u ocupar sillones tiene claro que ninguno de sus votos “sale gratis”, mientras en su programa máximo echa un pulso a Feijóo previendo “desmontar” el modelo autonómico del Estado, derogar las leyes del aborto y la eutanasia, recentralizar competencias de Educación o Sanidad, suprimir los cuerpos de Mossos y Ertzaintza, bajar sustancialmente los impuestos, derogar las leyes “ideológicas” y montar un “bloqueo naval” contra la inmigración irregular, buscando desactivar el voto útil que pide el PP. Y finalmente Sumar, a quien el CIS de Tezanos sitúa en tercer lugar, lo que Yolanda Díaz tendrá que revalidar o exponerse a la revancha de Podemos, se lanza a por el votante socialista desencantado y promete crear diez millones de viviendas de alquiler barato en diez años mientras Yolanda rectifica en doce horas su promesa de “expulsar” a periodistas ya que proponía en su programa al Consejo Estatal de Medios Audiovisuales como “órgano regulador, supervisor y sancionador” para imponer “graves sanciones y la expulsión” a quien “manipule y desinforme”, es decir, un hachazo en toda regla a la libertad de expresión, una censura que, por fin, ha entendido que, siendo adecuado para su ideología comunista, no cabe en el sistema democrático.

            Entretanto el Banco de España calcula que 1´6 millones de hogares españoles no pueden asumir gastos esenciales, pues la pobreza entra en 376.000 hogares más en la Legislatura, con lo que casi 1´7 millones de familias ya no pueden pagar la comida, la luz o el agua con normalidad, pues la inflación y la subida de tipos se ceban con las capas más frágiles, disparándose un 30% la pobreza de quienes no pueden llegar a final de mes, mientras muchos españoles exprimen los ahorros para un verano turístico de record, insoportablemente caluroso, anticipando con ello un otoño de absoluta austeridad, cuando la temporalidad laboral se ha vuelto “indefinida” con la última y polémica reforma laboral, mientras los trabajadores que retrasan su jubilación reciben un cheque medio de 20.500 euros y el número de ocupados que posterga su retiro se dispara de enero a mayo y la cifra de familias que no puede asumir los gastos básicos sube un 9%....ya ven, todo ello, en esta España en que, según el Gobierno, la economía va viento en popa.

            Por lo que respecta a otros asuntos, citar que Sanidad y las CCAA quieren profundizar en el uso racional de los medicamentos; que muere el mítico futbolista Luis Suárez, único español con Balón de Oro; que España está a la cola de la OTAN como el tercer país que menos gasta en Defensa; que otro nuevo asesinato por violencia machista supone el sexto en seis días; que la princesa Leonor se estrena en la Academia Militar acompañando a los Reyes en la entrega de despachos de tenientes en Zaragoza, donde ingresará en agosto para continuar su formación militar; que Vox  lleva al extremo la inestabilidad en Murcia y vota contra el PP a pesar de que sólo le faltan dos escaños para gobernar y tiene más votos que toda la izquierda junta, y a pesar de que López Miras les pedía que “no se apropien del voto del 43% de los murcianos que me votaron a mí y no a Vox para gobernar”; y que, mientras se conoce que el número tres del PSOE, Santos Cerdán, participó, junto a una veintena de diputados y asesores, en una fiesta en el local de la trama de Tito Berni, La Carmela, investigada por el juez del “caso Mediador”, la Audiencia Nacional investiga un supuesto fraude en Uatae, pues el Ministerio de Trabajo otorgó una subvención fraudulenta a la citada organización de autónomos ligada a Unidas Podemos….y es que aquí, ya ven, quien no corre vuela.

Fdo. Jorge Cremades Sena

jueves, 6 de julio de 2023

LA HERENCIA UNIVERSAL

                        No cabe duda de que en campaña electoral hemos de estar preparados para escuchar todo tipo de milongas y ocurrencias ya que éstas endulzan los oídos de quienes piensan que todo el monte es orégano o creen que existen los gnomos; no obstante estas milongas y ocurrencias sirven a veces para atraer el foco de atención mediática hacia quienes las hacen como ha sucedido con la ideada por Yolanda Díaz prometiendo 20.000 euros a todos los jóvenes que cumplan dieciocho años, justo cuando les llega la edad de votar, en concepto de “herencia universal” pero, eso sí, olvidando la trágica “herencia real y verdadera” que les vamos a dejar a las próximas generaciones con la mayor deuda pública de la historia que, obviamente, alguien tendrá que pagar alguna vez, pues, ni la prometida “herencia universal” de Sumar, ni otros tantos dispendios electoralistas, muchos de ellos innecesarios, caen gratis por la chimenea y, curiosamente, es precisamente lo que olvidan los generosos proponentes como si todas sus ocurrencias crematísticas nos cayeran directamente del cielo por intervención divina…. ¿Nos apuntamos a la propuesta de Yolanda o la rechazamos? Es obvio, a nadie le amarga un dulce y además ya se sabe que no apoyarle sería de fachas perversos y despiadados que pretenden la ruina de nuestros jóvenes a los que, por cierto, con las políticas practicadas por el Gobierno se les condena al paro juvenil, que en España es el mayor de toda Europa, y esa sí que es la peor herencia que pueden recibir, aunque, para no ser tratados de fachas indeseables y, ya puestos a recibir la propuesta con todo entusiasmo, cabe preguntarse ¿por qué 20.000 euros en vez de 50.000 o más? y argumentar ¿es que no lo van a pagar los ricos con sus impuestos aunque sus hijos, ricos como ellos, también reciban dicha herencia y no quede restringida a los más pobres y vulnerables?... En fin, un poco de seriedad no estaría de más a la hora de ofertar semejantes ocurrencias que rechazan incluso los ministros socialistas, compañeros de la Vicepresidenta comunista Yolanda, y que, en todo caso, requeriría al menos mayores dosis de realismo político en un país en que, al margen de lo que se quiera vender, hay graves problemas para que muchísimos de sus ciudadanos puedan llegar con cierta holgura a final de mes y pagar sus alimentos, su vivienda y la energía que necesitan, cada vez más caros e inaccesibles para ellos, salvo que se entienda, que, con adaptarse a una alimentación más barata y pobre en nutrientes, con okupar una vivienda ilegalmente o engancharse a la red eléctrica del vecino ya está todo arreglado. Pero, ya ven, estamos en campaña y todo vale, al extremo de que, hecha pública la ocurrencia de Yolanda, algunos incluso dicen que ya era hora de que la precampaña tratara de propuestas y no de otros asuntos, cuando otros partidos ya las vienen haciendo pero, eso sí, con propuestas más realistas y viables que la de Sumar y, por tanto, menos llamativas y espectaculares para los medios. Así pues, mientras Calviño cuestiona la “herencia universal” de su compañera Yolanda Díaz, y Sánchez en sus entrevistas autocomplacientes a sus ministros en Ferraz va desgranando su programa y defendiendo las políticas que ha llevado a cabo su Gobierno de coalición, Feijóo presenta también su programa que, guste o no, contiene 350 propuestas (no se puede decir que no hay propuestas), entre las que cabe destacar, prohibir los beneficios a presos de ETA que no colaboren, prisión permanente revisable para asesinos que oculten el cadáver, poner límites a los indultos, castigar los referéndums ilegales, reformar el sistema de elección del CGPJ y devolverle las competencias que le ha quitado Sánchez, desvincular del Gobierno al Fiscal General del Estado, recuperar el delito de sedición, no pactar con quienes se hayan levantado contra la Constitución, derogar las leyes de memoria, vivienda y trans, una ley para blindar la independencia de las instituciones y descolonizar organismos públicos, apoyar al campo y a la clase media trabajadora, pactos de Estado en vivienda, agua y violencia de género, bajar impuestos como el IRPF o IVA, aprobar un plan antiokupa, prorrogar las nucleares, imponer un “equilibrio lingüístico” para que el castellano (lengua oficial en toda España) sea vehicular, una selectividad común en toda España….etc etc; en definitiva, según él, un “contrato” con los españoles para que haya un cambio real; por tanto, puede gustar más o menos, pero, obviamente, no se le puede achacar que no haga propuestas, aunque no sean tan escandalosas, electoralistas y llamativas como la de Yolanda.

            Entretanto está el asunto de los pactos en las CCAA en los que, por cierto, ya PP y Vox han cerrado casi todos, menos Murcia en que el PP requiere la abstención de Vox y que, al igual que hace el PSOE en Navarra, que necesita la abstención de Bildu, se deja para después de los comicios generales para que no interfiera en la campaña, cuando la realidad es que los ya pactados se utilizan como arma arrojadiza para demonizar el presunto pacto posterior que se avecina en España si Feijóo no consigue la mayoría absoluta, mientras la alternativa pasa por otra reedición del actual Gobierno de coalición, aunque Sánchez venda el asunto como la disyuntiva entre PP-Vox o Sánchez, olvidando que, en todo caso, la disyuntiva sería PSOE-Sumar, es decir reeditar el Gobierno Frankenstein, según lo calificó el socialista Rubalcaba. En todo caso a diferencia de Sánchez, que dijo que no pactaría con los que luego pactó, Feijóo sí admite que gobernará con Vox si necesita sus votos y considera “lógico” un gobierno conjunto a cambio del sí de Abascal, considerando que es el PSOE quien le obliga a pactar con la extrema derecha si Sánchez reedita su intransigente estrategia de su famoso “no es no” que utilizara con Rajoy, mientras cada vez son más socialistas los que, como Felipe González y otros, abogan por que se deje votar a la lista más votada en vez del bloqueo, aunque otros, como Zapatero aboguen por lo contrario…..en todo caso, siempre cabe obviamente repetir los comicios. De momento Feijóo manifiesta: “prefiero una mayoría como la de Ayuso o Juanma Moreno” y está convencido de que la campaña del sanchismo será “el último de sus engaños”, asegura que “en política lo importante no es tener razón sino que se la den a uno” y promete “no usaré el Falcon para ningún acto de partido, ni para asuntos familiares, e informaré de su uso”, descarta la involución frente a la “violencia machista” se compromete con el Convenio de Estambul y asegura que si gana las elecciones llamará a los barones socialistas “uno por uno” para forzar al PSOE a que su líder, “sea cual sea”, facilite su investidura sin necesidad de pactar con Abascal, y asegura que “sólo serán miembros del Consejo de Ministros quienes acrediten máxima formación y menos sectarismo”.

            Por su parte la izquierda inicia la campaña con el foco en la economía, evitando otros asuntos de peor digestión todavía, y, al efecto, PSOE y Sumar compiten en anuncios de medidas sociales para aliviar a los hipotecados o luchar contra la desigualdad, aunque Sánchez rebaja la apelación al voto útil para no debilitar el voto de Sumar de Yolanda Díaz ya que podría ser esencial la gobernabilidad de España a manos del PP o del PSOE si Sumar ocupa en los comicios el tercer o cuarto lugar por la diferencia de escaños que ello supone. Así las cosas, Sánchez repite las mentiras sobre las encuestas que desmontó la Junta Electoral y pese al archivo de las denuncias que el PSOE presentó contra ABC y GAD3, intensifica su descalificación los sondeos que pronostican su derrota, cuando, insólitamente, hasta el CIS de Tezanos ya vaticina que los comicios los ganará Feijóo aunque deja claro que el bloque de izquierda y de la anterior investidura conseguirá mayoría para gobernar frente al bloque de la derecha, lo que algunos consideran como una victoria “trampa” que Tezanos regala ahora al Presidente. Y mientras Rufián, aliado de Sánchez, dice en televisión “me da más miedo Yolanda Díaz que Santiago Abascal”, el Presidente anula mítines para centrar su campaña en entrevistas de televisión que considera más favorables a sus intereses. La realidad es que la campaña oficial comienza con los siguientes pronósticos demoscópicos, además del de Tezanos: según GAD3, Feijóo supera a Sánchez en 48 escaños, pues el voto útil le aúpa a los 155 escaños y deja a Vox en 27, mientras Sánchez obtendría 107, y la batalla Vox-Sumar para el tercer puesto está en 31-28 escaños; y, según SigmaDos, Feijóo suma más que toda la izquierda junta pero Sánchez está ganando votos aunque hoy esté a 5´5 puntos de desventaja, mientras Vox y Sumar andan a la baja, sabiendo que pueden ser esenciales a la hora de decidir el Gobierno de España.

            Y justo cuando empieza la campaña oficialmente y las fiestas de San Fermín, la Justicia Europea da un varapalo a Puigdemont al retirarle la inmunidad que tenía como eurodiputado, por lo que el juez Llarena ya podría activar una nueva euroorden de entrega a España para ser juzgado por el procés; no obstante Puigdemont, que aún está en plazo para recurrir la sentencia del TGUE maniobra para no ser entregado a España y culpa ahora a la UE de sus desgracias que él solito se buscó al actuar desde la Generalitat contra la Constitución Española….y ya ven, si antes la culpable para él era España, ahora lo es Europa, él y los suyos no son culpables de nada; y para colmo, dice que desde el PSOE le dijeron más de una vez que se entregara a la Justicia Española y que, tras poco tiempo en prisión, se le concedería el indulto como al resto de sus compañeros de aventuras totalitarias. Pero además de este varapalo a Puigdemont y al secesionismo totalitario, Bruselas da un triple varapalo a la judicatura española reprochando al Gobierno Español y al PP el bloqueo judicial y afeando a Sánchez la politización de la Fiscalía, la asfixia del Supremo y los ataques a los magistrados desde el Ejecutivo. No estaría de más que, en campaña, los diversos candidatos se tomaran el asunto de la Justicia en serio de una vez por todas y nos dijeran qué pretenden hacer con ella si es que gobiernan.

            Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que López Miras dice que “Murcia no es Extremadura, espero que Vox no se pierda en exigir sillones”; que Von der Leyen advierte contra el “extremismo” ante Sánchez en el inicio de la presidencia española de la UE y confía en la “eficacia” española de la misma a pesar de los comicios; que el empleo crece hasta un record de 20´87 millones de ocupados y el paro baja en junio en 50.000 personas, siendo el peor junio desde 2015; que hay record de venta de casas de lujo pese a caer un 6´7% el mercado inmobiliario, mientras se construye seis veces menos que hace quince años y el precio de vivienda nueva sube un 6´4%; que la princesa Leonor y la infanta Sofía visitan Gerona con motivo de la entrega de Premios “Princesa de Girona” que por fin vuelve a entregarse en la provincia catalana; que el Gobierno aprueba el decreto que pone fin a la obligatoriedad del uso de las mascarillas; que la violencia machista deja cuatro nuevas víctimas en cinco días; que el Gobierno contenta a ERC blindando 1.114 millones para infraestructuras en Cataluña; que son denunciados tres sacerdotes por abusar de una mujer durante 36 años; que el TC ordena indemnizar a una mujer que no pudo abortar en Murcia, mientras otras 4.000 mujeres tuvieron que hacerlo en otras provincias en 2021 ya que en doce provincias no se practican abortos; y que Francia pasa de ser modelo integrador migratorio a la ruptura social de un sistema fallido, mientras la violencia y las revueltas callejeras dan alas a Marine Le Pen y mientras en España Vox capitaliza el discurso contra los suburbios porque “España va en esa dirección”.

Fdo. Jorge Cremades Sena