Ya en la recta final de
campaña y en medio de una orgía de sondeos que, salvo los del CIS de Tezanos,
todos dan al PP como ganador al extremo de que, con Vox, puede incluso
conseguir mayoría absoluta, viene la Vicepresidenta Yolanda Díaz, a quien los
citados sondeos otorgan entre 25 y 38 escaños, en el mejor de los casos, es
decir, un diputado más o menos por cada uno de los casi treinta partidúsculos (cada
uno de su padre y de su madre) que conforman su personal invento de Sumar,
apoyado por Sánchez, como plataforma sustituta de la anterior Unidas Podemos, a
la que obviamente ella pertenecía, y como truco eufemístico, aun siendo los
mismos perros pero con distintos collares, para disimular el desmadre de su
experiencia gubernamental como parte del Gobierno Frankenstein de coalición, y,
al efecto, la lideresa comunista nos dice textualmente que de nuevo “vamos a gobernar
con el PSOE y lo vamos a hacer mejor” ya que “Feijóo no tiene escrúpulos ni
proyecto de país” y “haría lo que fuera para intentar ganar”, añadiendo que
“las mujeres van a decidir la campaña” pues “ya le ganamos a Gallardón y a
Rajoy”, para concluir preguntándose que “una ley puede ser buena, pero si no se
entiende…¿me equivoco yo o la ciudadanía”. En fin, unas declaraciones que no
tienen desperdicio, las mires como las mires, pues vienen a decir que los
partidos por mera esencia divina se dividen en buenos y malos, obviamente los
de su plataforma variopinta son los óptimos y los más alejados a su ideología,
en este caso populismo-comunista, vienen a ser los pésimos, casi perversos, ya
que sus dirigentes carecen de bondad y de escrúpulos porque salen a ganar las
elecciones a costa de hacer lo que sea (ella no sale a ganar de esa forma) y,
obviamente, desean el mal para los ciudadanos a los que quieren gobernar,
mientras ella descarta a casi la mitad de la población ya que las mujeres serán
las que decidan quién gobernará, minimizando a los hombres (cuestión de sexo,
pues), supongo que incluso a los que militan en los partidos de su plataforma,
para poner la guinda añadiendo que, en todo caso, cuando las leyes son buenas o
malas, la responsabilidad no es del gobernante que las hace (seguramente porque
es infalible, sobre todo si es ella), sino que es de la ciudadanía, incapaz de
entender el mensaje inapelable, casi divino, del gobernante que en su concepto
comunista siempre es poseedor de la verdad absoluta. No obstante, para nada
extraña la declaración de Yolanda ya que es fiel a su ideología totalitaria,
aunque olvida, que, si aciertan los sondeos, el PSOE no alcanzaría mayoría
absoluta con su nuevo invento electoral, Sumar, (los sondeos dan a los
socialistas entre 103 y 117 escaños en el mejor de los supuestos) y habrían de
recurrir de nuevo, como mínimo a ERC y EHBildu para apuntalarles en Moncloa,
mientras estos partidos le recuerdan que han conseguido ya, entre otras cosas,
los indultos a los condenados y adecuar el Código Penal a las conveniencias del
secesionismo, y que, si ahora repiten apoyo a Sánchez se disponen a exigir
muchas otras cosas y con mayor contundencia. Pero, en fin, no importa; ya ven,
según Yolanda, si las cosas al final no salen así, la culpa no será de ella y
de Sumar, pues será de los ciudadanos que, considerados menores de edad, no han
sabido, ni saben, ni sabrán entender la bonanza de las leyes y decisiones que
el Gobierno ha hecho o haya tomado en su sapiencia infinita y, por tanto, ellos
son los errados, no los gobernantes. En fin, algo impensable incluso en la boca
de los dirigentes de la derecha, incluida la extrema derecha, a los que
demoniza irremediablemente por su tendencia totalitaria, ni en la de los
dirigentes moderados del socialismo democrático, con quienes pretenden gobernar
si la matemática lo permite, para obligarles a que entren en la senda del
totalitarismo populista….y, si no, como ha sucedido ya con UPodemos, que los
socialistas voten lo que quieran y los populistas lo contrario, insólito en
cualquier gobierno democrático.
Por su parte en el bloque de la
derecha, el PP busca acercarse a la mayoría absoluta para verse lo más libre posible
de la dependencia de Vox, aunque sendos partidos exhiben sintonía contra el
Gobierno PSOE-UPodemos (desde ahora PSOE-Sumar, si consiguen revalidarlo) y sus
necesarios aliados secesionistas vascos y catalanes, quienes, por cierto, en el
debate a siete de los portavoces, exhibían sus discrepancias no solo con el
socialista Patxi López, a quien dejaban claro que, como ya habían hecho,
seguirían arrancando cosas favorables a su independentismo totalitario (Rufián
le recordó que las cosas no eran mejor en Cataluña, sino diferentes), sino
también las discrepancias contra la portavoz de Sumar, aliada ahora de Colau,
mientras el peneuvista Esteban (insólito aliado derechista de la coalición
izquierdista de Sánchez) manifestaba “nosotros con Vox, nada de nada, no somos
muletas de nadie” en plena pugna con Otegi para evitar que en el País Vasco el
blanqueado EHBildu saque más escaños que el PNV. En todo caso, el PP, animado
por los sondeos, apela al voto útil en su pugna con Vox y Moreno Bonilla
manifiesta que “España se juega que Feijóo no dependa de populismos” y que “la
repetición electoral es un drama económico y no podemos permitirnos esa opción”,
mientras Feijóo hace hincapié en el voto útil que frene un posible pacto de
Sánchez entre perdedores, por lo que apela a una mayoría absoluta para tener
estabilidad y evitar una alianza entre socialistas y separatistas, en tanto que
el PSOE cambia ahora el foco de Vox al PP para cortar el voto útil a Feijóo,
quien sostiene que “nos faltan veinte votos para gobernar en solitario” y acusa
a Sánchez de “perturbar la democracia”, reprochándole que su aspiración sólo
sea un pacto de perdedores y no ganar las elecciones.
Y es que, en realidad, a tan pocos
días de las elecciones se percibe un cierto desánimo y bloqueo en el PSOE pues
Sánchez o revive, o “tendrá que irse” mientras él, optimista por naturaleza,
intenta convencer a los suyos de que la derrota anunciada por los sondeos no es
inevitable, aunque es obvio que, si bajara de los 90 escaños o incluso de 100,
se vería obligado a dejar la Secretaría General del PSOE, tras dos batacazos
electorales consecutivos que dejarían a los socialistas en la más mínima
expresión. Por eso el Presidente se lanza a por el voto de indecisos y
abstencionistas, mientras Yolanda Díaz arenga contra Feijóo para movilizar a la
izquierda en esta recta final de campaña, en tanto que PNV trata de alejarse
tanto del PSOE como del PP (los malditos partidos españolistas mayoritarios)
para no quedar por detrás de Bildu en Euskadi, y ERC anuncia que volverá con
otro 1-O tras derogarse el delito de sedición ya que, hundida en las encuestas,
agita el procés para recuperar apoyos. Es obvio que cada partido se juega lo suyo
y responderá a los aciertos y errores que haya cometido, aunque Yolanda Díaz
entienda que son los ciudadanos los equivocados si eligen mal, entendiendo que
elegir bien es elegirla a ella y a su variopinta plataforma. Pero también es
obvio que quien más se juega es el PSOE, protagonista principal de lo acaecido
durante la Legislatura, de las decisiones tomadas y de las mentiras de Sánchez,
que él considera cambios de opinión….y la realidad es que los sondeos apuntan a
que Feijóo le arrasa en las grandes ciudades y Vox sigue bajando y no logra
sumar apoyos en los pueblos pequeños, mientras los socialistas admiten que la
estrategia del miedo contra los pactos PP-Vox no les da votos y los populares
se centran en 18 provincias para intentar superar ellos solos los 160 escaños,
más que PSOE y Sumar juntos. Así las cosas, los socialistas, resignados, dan
por terminada la campaña considerando que “esto es una agonía” y “cuanto antes
se acabe, mejor”, mientras los populares eufóricos siguen ganando confianza
respecto a la posibilidad de que el resultado, como sucedió en las elecciones
territoriales, supere sus propias expectativas….y entretanto Podemos se rearma,
dentro de Sumar, pero evita implicarse de lleno en la campaña pues Belarra, la
lideresa podemita, limita a dos actos su apoyo a Yolanda Díaz. No obstante
parece que la fuga de votos de Díaz a Sánchez se acelera últimamente; que Vox
se desinfla en sus feudos aunque pedirá ministros si es clave; y que, por
tanto, el PP crece gracias a Madrid, Andalucía y Valencia (donde, por cierto,
ya ha sido investido Mazón con apoyo de Vox e incluye Igualdad en una
Vicepresidencia) y será la fuerza más votada en 44 provincias) mientras el PSOE
recoge voto útil a costa de Sumar, pero sólo será la fuerza más votada en cuatro
circunscripciones, cuando pocos días quedan ya para enderezar entuertos.
Por otro lado, mientras el PP
consuma también su alianza con Vox en Extremadura tras el choque inicial de
Guardiola, ahora nueva presidenta extremeña, y mientras el socialista Fernández
Vara manifiesta que “Txapote está ayudando mucho al PP, es indiscutible”, dos
asuntos irrumpen en campaña electoral. El primero consiste en que Sánchez negó
rotundamente a Feijóo en el “cara a cara” que fueran a imponerse peajes en las
autopistas cuando el Director de la DGT le contradice y reconoce que habrá que
imponerlas en 2024 por “imposición de Bruselas”, aunque inmediatamente
rectificó, seguramente, a instancias de Moncloa, pues lo cierto es que Sánchez
incluyó los peajes en dos reformas prometidas a la UE y la medida está prevista
en el Plan de Recuperación remitido a Bruselas para recibir los fondos europeos
y cuando Nacho Álvarez, Secretario económico de Podemos y portavoz de Sumar,
manifiesta que “se habló en el Gobierno de poner peajes, pero nosotros nos
negamos”. Y el segundo asunto es que más de un millón de votos por Correo
siguen sin repartirse cuando se acaba el plazo, pues la empresa pública, que ya
ha entregado 1´5 millones de votos no da abasto y ha tenido que contratar a
20.000 personas y ampliar horarios para garantizar el voto por correo, más
numeroso que nunca dada la fecha veraniega de los comicios que Sánchez ha
querido, lo que ha suscitado la inquietud de Feijóo que pide expresamente que
se garantice y ante la acusación de Sánchez de que lo que quiere es “embarrar”
la campaña el líder popular responde que él no insinúa “pucherazo” alguno, sino
que simplemente se preocupa de que se garantice a todos su derecho a votar.
Y por lo que respecta a otros
asuntos cabe citar que el Defensor del Pueblo ampara a un funcionario a quien
el Govern ordenó dejar de usar el español; que muere Ibáñez, el padre de
Mortadelo y Filemón y de otros destacados personajes de historietas; que
Alcaraz, con sólo 20 años, gana a Djokovic en la hierba de Wimbledon y se
consolida como nuevo rey del tenis mundial; que son aportados al juez los
mensajes de Tito Berni en el “caso Mediador” entre el ex diputado socialista y
su sobrino, cuando ya estaban siendo investigados por tráfico de influencias; y
que el 40% del trabajo creado en esta Legislatura que agoniza es empleo público
(y, por tanto, no productivo) pues el sector privado ha generado sólo la mitad
de los puestos de trabajo que se impulsaron durante el mandato en que Rajoy
estuvo en Moncloa.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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