miércoles, 30 de agosto de 2023

EL PARIPÉ

 

                        En víspera del encuentro Feijóo-Sánchez de hoy, claramente abocado a un desencuentro incomprensible, el Gobierno en funciones acusa de “paripé” al candidato propuesto por el Rey como líder de la lista más votada (ya que el Presidente en funciones tampoco le acreditaba tener asegurada la mayoría parlamentaria necesaria, sino incluso menos apoyos que los acreditados por Feijóo) y, dado que “paripé” significa “engaño o fingimiento para guardar las apariencias o para conseguir lo que se desea”, me temo que, si cabe aplicarlo a alguien, no es precisamente aplicable en este caso al candidato propuesto, quien desde el inicio ha dejado claro ante el Jefe del Estado que sólo contaba con 172 escaños (los de PP, Vox, CC y UPN, tal como le habían ratificado a Felipe VI), frente a un Sánchez que sólo pudo acreditarle en concreto 152 apoyos (los de PSOE y Sumar) o poco más, ya que buena parte de sus supuestos socios ni siquiera quisieron comparecer ante el Monarca para ratificarlo, y cuando en otras ocasiones con menos diputados de los que ahora acredita Feijóo han sido investidos otros presidentes como Rajoy en 2015 con 170 o como el propio Sánchez con 167 en 2019, lo que, en principio, avala que no es descabellado, ni es un “paripé” pretender ser investido con 172 escaños y siendo además claramente el líder del partido más votado por los españoles. ¿Quién engaña o finge para guardar las apariencias o conseguir lo que desea? Desde luego, en este caso, no es el PP ni Feijóo, quien ya ha dejado claro que le faltan cuatro escaños para ser investido y que, al efecto, se va a reunir con todos (menos con Bildu) para ver si los consigue, aunque comete el error garrafal de no excluir también al único que debiera ser excluido, Junts, dado que sus dirigentes están fugados de la Justicia o condenados por ella al haber cometido graves delitos contra el Estado de Derecho, por más indultos que luego Sánchez les haya regalado y se disponga ahora a concederle lo que sea para que le invistan a él. Es inadmisible y cínico pues que el Gobierno en funciones, por boca de su portavoz Isabel Rodríguez, califique de “paripé” las negociaciones emprendidas por el líder del PP tras ser designado candidato y diga que suponen una “pérdida de tiempo”, cuando el PSOE por su parte, hace lo propio por si, como se prevé y algunos ya sabemos o intuimos, fracasa la investidura de Feijóo, y de lo que se trate es de que, como algunos pensamos, quien realmente esté haciendo el “paripé” sea Sánchez al tener todo el pescado ya vendido y la investidura amarrada tras someterse al chantaje y conceder graves y problemáticas cesiones a Junts a cambio de sus imprescindibles votos para ser investido. Sólo así se puede entender que Moncloa desprecie, antes de escucharla, la oferta de pactos de Estado que Feijóo le propone en la reunión de hoy a la que Sánchez ha acudido, según él, por “pura cortesía”; oferta consistente en que sendos partidos mayoritarios se avengan a configurar un Gabinete de Concentración de sólo dos años para acometer juntos las reformas estructurales necesarias para una mejor gobernabilidad en el futuro y luego convocar elecciones, frenando con ello, entre otros, a un eufórico Puigdemont, que observa como el Ejecutivo ya anda enredado en buscar un torticero encaje legal para que, a cambio de sus votos, se conceda una especie de amnistía y, entre otros, él mismo no tenga que rendir cuentas a la Justicia (asunto que, en todo caso, sólo tiene sentido en los Estados Totalitarios pero no en los Democrático). Sólo así se puede llegar a entender que quienes están haciendo el “paripé” son el PSOE de Sánchez y el Junts de Puigdemont, para intentar ambos con ello vender de la mejor forma posible a los ciudadanos tal felonía contra el Estado de Derecho, pretendiendo además hacerlo de forma camuflada y sin control consultivo mediante una proposición de ley para evitar el control del Consejo de Estado. Una amnistía que ERC (otro que tal baila) ya da por hecha, mientras elude sentarse con el candidato Feijóo ni siquiera para hablar y mientras éste al final se resigna a liderar la oposición y avisa del “abismo político, territorial, existencial y económico”, aunque no ceje en su empeño de buscar su investidura hasta el final en su apertura del nuevo curso político tras las vacaciones avisando sobre la negociación de que “hablar sí, dialogar también; pero chantajes no, subastas no” y dejando claro que moverá todos los hilos políticos, sociales y económicos para intentar conseguir su investidura como le ha mandatado el Jefe del Estado, aunque sabe que ello será prácticamente imposible ante un Ejecutivo que está dispuesto a todo con tal de seguir en el poder al precio que sea a pesar de no haber ganado los comicios y pasar a ser segunda fuerza política, cuando era la primera antes de los comicios.

            Y ante este panorama, obviamente, la reunión Feijóo-Sánchez acaba como el rosario de la aurora, con el rechazo del Presidente en funciones de las propuestas del líder del PP, mientras Sumar (eufemismo o “paripñe” del desprestigiado UPodemos) acaba de elaborar un primer informe técnico favorable a la torticera Amnistía basado en la actual Ley de Enjuiciamiento Criminal, aunque sus tesis choquen con la doctrina de los Letrados del Congreso y con las opiniones de no pocos magistrados expertos en Derecho Penal, pero ya se sabe que en política cuando algo interesa siempre hay un roto para un descosido. En todo caso, el PP estudia como impedir legalmente la amnistía que exige el prófugo Puigdemont, mientras las CCAA, gobernadas por el PP en su mayoría, se alarman ante las cesiones cada vez más atrevidas de Sánchez al secesionismo de Junts y de ERC, cuyo líder, Rufián, se jacta del fracaso del encuentro de Sánchez y Feijóo, diciendo que éste ha pasado de “derogar al sanchismo, a suplicar al sanchismo” con el que obviamente se encuentran tan cómodos los secesionistas, mientras las CCAA leales a la Constitución recuerdan que no se puede pactar unilateralmente lo que afecta a todos los españoles, como es la amnistía o el referéndum de autodeterminación, aunque éste, de momento, parece ser que Sánchez no se atreve todavía a concederlo. ¿Tragará Junts con ello? No obstante la pretendida cita de Feijóo con Junts enfrenta al líder popular en Cataluña con la dirección del PP y este choque con Génova acelera la renovación del PP catalán, con lo que el relevo de Alejandro Fernández, ya previsto tras los resultados del 23-J en tierras catalanas, se efectuará inmediatamente después de que se aclare la gobernabilidad. El PP con su estrategia, incluida la reunión de hoy de Feijóo con Sánchez, pretende demostrar ante los ciudadanos que el PSOE de Sánchez está dispuesto a gobernar a cualquier precio y ante una más que segura investidura fallida del líder popular en el PP ya asumen que “es el precio de tener principios, lo pagaremos gustosos”.

            Por otro lado ya se han constituido con diputados prestados los grupos parlamentarios de Junts y ERC en el Congreso (más pelas, más tiempo y más autonomía a favor del secesionismo), lo que el PP considera un “fraude electoral”, mientras intenta impedirlo en el Senado y pide un informe a los servicios jurídicos de la Mesa por “dudas serias” mientras Urkullu y Aragonés rechazan reunirse con Feijóo; mientras Otegi se postula para ser lehendakari en 2024 tras dar su apoyo a Sánchez; y mientras el nuevo gobierno de la popular Prohens en Baleares, cumple con su promesa electoral y elimina el requisito del catalán para poder ejercer de médico en las islas que impuso Armengol y ahora lo deja como mérito, triplicando los incentivos para atraer a los facultativos a la sanidad de las Islas. Y entretanto, según SigmaDos, Feijóo crece desde el 23-J, Sánchez se mantiene y el PNV se hunde frente a Bildu, aunque Puigdemont, en caso de elecciones, seguiría siendo imprescindible para la gobernabilidad de España pues los resultados serían PP el 34´2% de votos y 140 escaños, PSOE 31´7% y 119, Vox 12´7% y 32, y Sumar 12´4% y 31; además, según la misma encuestadora, un 10% de Vox y un 7% del PSOE se arrepienten ya del voto del 23-J, la izquierda teme más repetir elecciones y el 64% de afines al PP achaca la insuficiente victoria a los pactos con Vox. Ya ven, seguiremos teniendo “paripé” para rato.

            Y por si lo anterior fuera poco, para que nos vayamos acostumbrando de nuevo a las luchas internas del Gobierno Frankenstein, faltaba el “caso Rubiales”, sobre el que la Vicepresidenta Díaz, como si ella no tuviera nada que ver y fuera mera espectadora, acusa a su Ejecutivo y especialmente a Iceta, su compañero de gabinete, de haber “actuado con lentitud” y le exige que tome “medidas urgentes”, mientras el ministro, que había intentado el fin de semana convencerla para que rebajara el tono de las críticas, sostiene que se ha obrado correctamente sobre el caso. El Gobierno en funciones sigue con los codazos entre ministros, como ha venido haciendo estos cuatro años y como preludio de lo que nos espera con la reedición del mismo, cuando todos sus miembros saben que Rubiales ya debiera haber sido sancionado severamente o cesado por otros muchos motivos durante su gestión (algunos escandalosos sin lugar a dudas) y nada se hizo ya que miraron para otro lado, hasta que ha tenido que ser el “pico” con la jugadora Jenni Hermoso lo que le pone en graves aprietos justo cuando semejante comportamiento indecente del Presidente de la Federación nubla un éxito indiscutible de nuestra Selección Femenina de Futbol como es haber conseguido ganar el Mundial. En efecto, la FIFA, que no el Ejecutivo español (incluida Yolanda en él) es la que suspende a Rubiales durante tres meses, siendo sustituido por Pedro Rocha como presidente interino de la RFEF, mientras los seleccionadores De la Fuente y Vilda (el masculino y el femenino respectivamente) quedan a la espera de los acontecimientos, tras haber aplaudido fervientemente en la Asamblea convocada por Rubiales su decisión de no dimitir como le pedía ya casi todo el mundo, para, tras la decisión de la FIFA pasar a criticarle (ya ven, como dice Sánchez, no es ninguna mentira, sino un “cambio de opinión”), mientras se desataba una polémica sobredimensionada sobre la violencia machista por el comportamiento impresentable y repudiable de Rubiales, cuya madre, llega a encerrarse en una iglesia de Motril donde se pone en huelga de hambre como protesta por las acusaciones que se hacen a su hijo, cuando todo el mundo sabe la trayectoria de este personaje.      Entretanto, el Tribunal del Deporte pide más datos para abrir expediente, mientas en una manifestación en Madrid a la que acuden Yolanda Díaz y las ministras Alegría e Irene Montero, se grita “¡no es un pico, es una agresión!”, en tanto que Fiscalía abre una investigación a Rubiales por “agresión sexual” y pregunta a Jenni Hermoso si quiere adherirse a la denuncia….en fin, es la consecuencia de mantener en las instituciones a personajes impresentables, hasta que luego, pasa lo que pasa. El esperpento continúa y los codazos en el Ejecutivo, también (no hay que desperdiciar el momento).

            Por lo que respecta a otros asuntos citar que la natalidad no deja de bajar y España está a la cola de Europa; que la OCDE crece trece veces más que España tras la pandemia; que España choca con Reino Unido por incidentes en aguas junto a Gibraltar y Exteriores denuncia la “intromisión injustificable” de buques británicos en ellas; que el Euribor da una tregua en agosto pero no corta la caída de las hipotecas; que las pensiones de viudedad cuestan un 38% más en diez años y las de jubilación 920 millones de euros más cada mes, con un gasto en agosto casi un 12% superior al de 2022, ascendiendo la pensión media a 1.532 euros; y que sigue creciendo de forma preocupante la violencia y los atentados contra agentes de la autoridad mientras policías y guardias civiles reclaman ante el incremento de las agresiones que se les dote de pistolas táser, cámaras y mayor seguridad jurídica……¿hacemos el esfuerzo o seguimos con el paripé?, esa es la cuestión.

Fdo. Jorge Cremades Sena

sábado, 26 de agosto de 2023

FEIJÓO, CANDIDATO

 

                        El Jefe del Estado, como no podía ser de otra forma, propone a Feijóo, líder del partido más votado, como candidato en primera instancia para intentar formar gobierno, tarea harto difícil (cuando no imposible), dado el boicot que el resto de partidos, salvo Vox, UPN y CC le hacen al PP provocando con ello casi la imposibilidad de una alternancia política en España. Y Felipe VI propone a Feijóo tras constatar en la ronda de consultas que, aunque a Feijóo le faltan cuatro escaños para llegar a la mayoría absoluta (tiene 172 tras reconducir su relación con Vox y se necesitan 176 o que alguien se abstenga), Pedro Sánchez, líder del segundo partido más votado, tiene menos aún pues a día de hoy sólo le han asegurado al Jefe del Estado que cuenta con 152 escaños (los 121 del PSOE y los 31 de Sumar), dado que los independentistas Junts, ERC y Bildu (20 escaños en total) han plantado al Monarca y ni siquiera han comparecido ante él, mientras juegan públicamente a marear la perdiz y al chantaje, exigiendo contrapartidas, incluso ilegales e inconstitucionales, para decidirse a apoyar la investidura del actual Presidente de Gobierno en funciones, aunque para muchos el acuerdo ya se da por hecho y sólo se trata de postureo y de ganar tiempo para que, una vez fracasada la investidura de Feijóo, presentar la alternativa con el mantra de evitar repetición electoral. En todo caso, Felipe VI y Zarzuela dejan claro que proponen a Feijóo, el ganador de los comicios, porque “es costumbre” designar al candidato más votado y porque además “a día de hoy”, tras las consultas, “no se ha constatado la existencia de una mayoría que hiciera decaer esta práctica”, con lo que el Jefe del Estado protege, una vez más, la normalidad institucional, consistente en que el más votado intente la investidura, frente al criterio torticero de quienes pretenden lo contrario, como, entre otros, Podemos, integrado ahora en Sumar, que cree que, contra lo establecido, el Rey no tiene la potestad de decidir candidato y manifiesta que “es una intromisión”…..y que conste que éstos, Podemos y Sumar, son de los más presentables aliados de Sánchez comparados con los secesionistas radicales totalitarios que siguen en sus trece de bordear e incumplir la Constitución, mientras Sánchez, en vez de dejar bien claro y rotundo que no son negociables asuntos como la amnistía o el referéndum de autodeterminación, que le exigen para apoyar su investidura, se limita a manifestar genéricamente que “todo lo que se tramite debe hacerse de acuerdo con la Ley”, mientras su PSOE busca encajar como sea una presunta legalidad de la amnistía pues el Presidente ya no la esconde mientras negocia el “sí” con Puigdemont y, tras pedirle al Rey que le nomine a él como candidato atribuyéndole que en caso contrario propone una investidura que sabe que será “fallida” (ya ven, la suya con menos votos acreditados, no lo es) se atreve a garantizar al Rey que “está en condiciones” de ser presidente y confía en que el Tribunal Constitucional (bien lejos me lo fiais) le ayude a cumplir las exigencias (o chantajes) del independentismo ya que “el diálogo es el método y la Constitución es el marco”, olvidando que, precisamente por eso que dice, no se puede negociar asuntos que quedan fuera de la legalidad enmarcada en la Carta Magna, ni forzar su encaje en la misma con teorías peregrinas, y que, por tanto, el diálogo sobre ellos en el mejor de los casos es ocioso de cara a una indeseable negociación…… Si, visto lo visto, Sánchez y su PSOE quieren asumir como propias las reivindicaciones ilegales del secesionismo radical, que lo haga de una vez por todas, como debe de hacerse, proponiéndolo en su programa electoral con la esperanza de hacerlo mayoritario en las Cortes y conseguirlo de forma legal, pero, en caso contrario, que deje de marear la perdiz inútilmente con complicadas equidistancias intolerables sobre el asunto, pues lo que no puede ser no es y además es imposible.

            Pero, ya ven, Sánchez, contra lo que defendía, ya no defiende que una amnistía “no cabe en la Constitución” (pero que conste que, según él, no es que mienta sino que cambia de opinión) y afirma ahora que eso corresponde al TC, mientras, una vez activado el reloj para una repetición electoral con la nominación de Feijóo, Moncloa busca desesperadamente fórmulas para satisfacer al prófugo Puigdemont, cuando Armengol concede un mes al candidato acordando que la sesión de investidura sea el 26-27 de septiembre, asumiendo el candidato que, aunque le gustaría tener más tiempo para negociar, es ella quien tiene la potestad de elegir el calendario. Fórmulas para contentar a Puigdemont como es la utilización del “diputado prestado” para que Junts, sin haberlo conseguido en las urnas, tenga grupo propio en el Congreso gracias a que Sánchez, aplicando un criterio insólito, le presta cuatro diputados para que, con ello, el partido de Puigdemont constituya grupo parlamentario propio, es decir, para que tenga más dinero, más tiempo de intervención en el Congreso y más protagonismo en los debates, en sintonía con Yolanda Díaz al hacer lo propio Sumar con ERC, mientras la doctrina del TC cuestiona la torticera cesión de diputados para que otros partidos que no lo lograron en las urnas tengan grupo parlamentario propio, lo que, obviamente, prostituye de alguna forma el juego democrático. Ya ven, el secesionismo catalán, sea de izquierdas o de derechas, va a contar con privilegios que no ha ganado en las urnas, gracias a que sus donantes comunistas y socialistas, sortear tres normas del Reglamento de la Cámara, mientras el PP estudia el caso y avisa de que no avalará un “fraude”. Además, como “la pela es la pela”, los secesionistas quieren recuperar, entre otras cosas, 17 millones de euros con la amnistía y, mientras tanto, valga como adelanto un millón de euros al año como primer pago a ERC y Junts para lograr como sea el “sí“ a Sánchez que sigue sin resignarse a reconocer que ha perdido las elecciones y ha dejado a su PSOE como segunda fuerza política cuando era la primera, en tanto que su ahora deseado Puigdemont, para mayor escarnio a los socialistas, hasta sopesa que el PSOE se humille y vaya a firmar los presumibles acuerdos a Waterloo, lo que, sin duda ya sería de traca.

            Y mientras el Tribunal Supremo rechaza revisar los votos nulos, evidenciando que Sánchez dependerá, sí o sí, del voto afirmativo de Junts (la abstención ya no le vale), Feijóo anuncia que hablará con todos, incluido el PSOE, menos con Bildu, para buscar esos cuatro escaños que le faltan y conseguir ser investido, bien por vía de apoyo explícito, bien por vía de una abstención que también le valdría, pero el PNV, que es en principio el más asequible para que se permita su investidura (sea con una abstención o el voto afirmativo), sostiene que sí hablará con él, pero reitera que no apoyara su investidura, mientras el PSOE acusa al candidato de pretender alentar el transfuguismo por haber anunciado que hablará también con los socialistas para buscar esos cuatro diputados que le faltan, justo los que han tenido que “prestar” a Junts para que los de Puigdemont tengan grupo parlamentario propio, pues una cosa es prestarlos egoístamente a cambio de conseguir su apoyo a Sánchez y otra bien distinta es prestarlos generosamente para facilitar la gobernabilidad de España con la investidura del candidato. En todo caso, mientras Abascal despeja dudas sobre su apoyo a Feijóo y Vox no cambiará su estrategia, pero aspira a “dulcificar” su proyección suavizando la imagen pública de su “ala más radical”, el PP plantea dar un rol “muy relevante” al PNV si apoya que Feijóo sea presidente de un gobierno monocolor (coinciden en muchos temas como la economía, con los fondos europeos como eje importante) y para evitar otro gobierno multicolor autollamado “de izquierdas y progresista” pero sustentado en los radicalismos de izquierda y derecha y en el secesionismo totalitarista.

            Entretanto el escándalo Rubiales enturbia el exitazo de la Selección Española de Futbol femenina tras ganar el Mundial, al extremo de que, tanto a nivel nacional como internacional, sólo se habla del patético comportamiento del impresentable Presidente de la Federación Española de Futbol en vez del hito histórico conseguido por nuestras jugadoras, que, al igual que muchos españoles en otras tantas instituciones gubernamentales, no se merecen semejantes dirigentes impresentables pero apuntalados por torticeros intereses personales. Un Rubiales que, como otros tantos dirigentes institucionales, debiera haber sido cesado desde hace ya mucho tiempo al estar incurso judicialmente en varios casos de presunta corrupción y escándalos de todo tipo durante su gestión, pero que, ya ven, ha seguido gozando del apoyo superior hasta que de forma improcedente, cuando no delictiva (como nos tiene acostumbrados), decide robar un beso en la boca a una de las heroínas, Jenni Hermoso, que en la entrega de trofeos se ve sorprendida por el comportamiento indecente e improcedente de semejante individuo, quien, tras ser criticado por tirios y troyanos, no sólo no se disculpa sino que arremete contra la jugadora diciendo que fue un beso consentido, un “pico” sin la menor importancia a vista de todos. Y cuando todo el mundo esperaba su dimisión por semejante escándalo, Rubiales, en la Asamblea se presenta como víctima haciendo un discurso antifeminista a ultranza y culpando a Hermoso y al “falso feminismo” de lo sucedido, para aclarar reiteradamente en tono chulesco “no voy a dimitir” provocando con ello el estupor general y reacciones contra él por parte de todos menos de la Asamblea que le regala un casi generalizado aplauso….una Asamblea a todas luces de estómagos agradecidos. Así las cosas, después de que Sánchez le hubiese advertido de que “sus disculpas resultan insuficientes” y Jenni Hermoso pidiera “medidas ejemplares” contra él para que su agresor beso “no quede impune”, y solicitara “medidas ejemplares” por un acto “inaceptable”, la huida hacia adelante de Rubiales le deja a los pies de los caballos y, abandonado ya por casi todos, siendo expedientado por la FIFA, pierde por fin la protección del Gobierno que, por fin, forzará su destitución por hechos que considera “muy graves”, mientras Jenni Hermoso niega que “consintiera el beso” y las jugadoras de la Selección triunfante declaran que no volverán a la misma “con los actuales dirigentes”. En fin, es lo que suele suceder cuando personajes impresentables ostentan cargos que no se merecen y se mantienen gracias a la permisividad continuada de las autoridades que les apoyan hasta que la situación se hace, como es el caso, insostenible; si en los primeros escándalos que han acompañado la gestión de Rubiales se hubieran tomado medidas, nos hubiéramos ahorrado muchos sinsabores, pero, en fin, siempre cabe aplicar aquello de que más vale tarde que nunca.

            Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que cuatro de cada diez alquileres en las periferias de las grandes urbes superan ya los 1.000 euros; que un agresor beneficiado por el “sólo sí es sí” intenta violar a una mujer cuatro meses después de salir anticipadamente de la cárcel; que la electricidad marca su precio máximo en seis meses por la ola de calor y la subida del gas; que nueve CCAA baten records de ocupación en julio pese a sus precios, un 22% más altos; que los salarios bajos condenan al pluriempleo a más de 235.000 trabajadores, pues los problemas económicos para llegar a final de mes hacen que el número de pluriempleados crezca un 21%, mientras tres de cada diez trabajadores en paro supera los 50 años de edad; y que la marcha en los Mundiales de Budapest es de oro para España tras el triunfo de María Pérez y Álvaro Martín en 35 kilómetros, después de haber logrado también el oro en los 20 kilómetros en dichos Mundiales de Atletismo, hito mundial este inédito doblete que esperemos sirva de acicate para salvar a una marcha amenazada de muerte por la falta de recursos.  

Fdo. Jorge Cremades Sena

martes, 22 de agosto de 2023

EL ESTADO COMO MONEDA DE CAMBIO

 

                        Aunque quienes miran con cierta miopía la situación y sólo quieren apostar por el regate corto, sin proyección de futuro, el panorama que tenemos tras las elecciones generales y la gestión del gobierno de coalición minoritario PSOE-UPodemos, apoyado por secesionistas y radicales, es más que peligroso, pues el Estado de Derecho no se puede poner en ninguna negociación de gobernabilidad como moneda de cambio para desbloquearla ya que es la garantía de nuestra convivencia en paz y libertad. Y como, visto lo visto, buena parte de las minorías desestabilizadoras no están por la labor de garantizar la gobernabilidad gratuitamente en pos del bien supremo de consolidar el Estado de Derecho, sino todo lo contrario, debieran ser nuevas elecciones las que resolvieran el asunto en vez de decidirlo en el mercado de los despachos a cambio de cesiones que rozan o traspasan la legalidad establecida. En efecto, si los chanchullos, ventas y reventas, cinismos y trucos ideológicos o procedimentales difuminan de tal forma el resultado de los comicios al extremo de que se pone en duda quien debe gobernarnos, lo más prudente es que de nuevo se pronuncien los españoles en las urnas en vez de calcular en los despachos, con nocturnidad y alevosía, quien tiene más capacidad para vender o comprar, a plazos o al contado, nuestro Estado de Derecho contemplado en la Constitución, todavía vigente, que los españoles nos dimos en 1978, para enmarar nuestra convivencia en paz, progreso y libertad. Y en esta tarea es evidente que tienen la mayor parte de responsabilidad el PSOE y el PP, que han gobernado desde entonces nuestro país con mayor o menor acierto pero sin poner jamás en peligro, como sucede ahora, la estabilidad democrática, pues entre los dos partidos ostentan la mayoría, más que absoluta, no sólo en las Cortes Generales sino, obviamente, en la sociedad española en su conjunto, frente a minorías chantajistas y más o menos antidemocráticas que alardean ante sus clientelas de sus posiciones totalitarias, ante el estupor de la inmensa mayoría de los españoles. Sin embargo, lamentablemente, no es así pues Sánchez y Feijóo, siguen en su pugna por una investidura incierta en vez de sentarse para desbloquear la situación y firmar un pacto de Estado que erradicase tajantemente negociar con quienes pongan encima de la mesa exigencias que no sean meridianamente ajustadas a Derecho, por legítimas que éstas pudieran ser, entre otras cosas porque, si no se ajustan a lo emanado por la Constitución y en su marco, nadie, absolutamente nadie, salvo el pueblo español soberano en su conjunto tiene la potestad de aceptarlas y, de una vez por todas, hay que dejarlo bien claro sin cinismos estratégicos ni ambigüedades calculadas que empeoran incluso la situación. Entretanto, ya iniciada la ronda de consultas por parte del Jefe del Estado, Felipe VI, con los partidos políticos para elegir candidato a la investidura, ninguno de los dos potenciales candidatos, ni Feijóo ni Sánchez, cuenta con la mayoría de diputados para ser investidos con éxito, mientras los partidos independentistas en su conjunto, salvo el PNV, dejan plantado al Rey y ni siquiera comparecerán ante él para decirle, como está establecido, cuál es su posición de cara a la investidura, lo que, de entrada, ya debiera invalidarles como negociadores de la misma, mientras los socialistas, que nada dicen al respecto, sostienen que es “una pérdida de tiempo” que Feijóo sea candidato a una investidura fallida, esperando que la de Sánchez, de momento también fallida, consiga los apoyos necesarios si consigue que Junts, cuando fracase Feijóo, se sume a Sumar, ERC, BNG, PNV y EHBildu (ya ven, cada uno de un padre y una madre) ya que para ser investido necesita la concurrencia de todos ellos en su conjunto, obviamente mediante la concesión de sus respectivas exigencias, muchas de ellas de clarísima inconstitucionalidad.

            No obstante Sánchez, tras optar por una investidura “pronto” al entender que lo facilitaba el cambio de Junts porque “han entrado en el juego” en la Mesa del Congreso, se resigna, visto lo visto, a que Feijóo pueda intentar primero una fallida investidura tras no obtener él el apoyo, claro y concreto, de ERC y Junts, antes de su reunión hoy con el Rey, aunque, está seguro de que el líder del PP fracasará mientras él gana tiempo para seguir negociando con Junts, el más duro de roer por su manifiesto totalitarismo, ya que, de momento, ante el Jefe del Estado, sólo cuenta, además de Sumar, con el “sí” de Bildu, no expresado por Otegi ante el Rey. En definitiva, Sánchez, al no contar tampoco con mayoría, facilitará la investidura “fallida” de Feijóo para que asuma su “fracaso” y mientras tanto Junts, con el prófugo Puigdemont a la cabeza y tan solicitado por Sánchez, no sólo exige la ilegal amnistía (además del ilegal referéndum de autodeterminación) sino que pide ampliarla a condenados por delitos de corrupción ajenos al “procés”, condicionando la investidura a que se revoque la sentencia de cuatro años y medio a Laura Borrás por el saqueo del Instituto de las Letras Catalanas, en tanto que Sánchez, en vez de dejar bien claro que, para negociar, ilegalidades ninguna, asume que, si quiere ser investido, debe buscar un alivio penal al “procés” (como si no fuera ya excesivo alivio los indultos, la eliminación del delito de sedición o la suavización del delito de malversación) por lo que su PSOE ya explora fórmulas jurídicas al efecto, mientras Sumar crea incluso un grupo de trabajo para estudiar una propuesta que haga viable la investidura del líder socialista. Y mientras el Gobierno niega a la jueza que el CNI espiara a dos diputados de ERC, Moncloa, a pesar de todo, ve “más cerca” la investidura de Sánchez pero sin una amnistía “total” (hay que preparar el camino con adjetivos y eufemismos para ver si cuela) y ve “muy probable” entenderse con los de Puigdemont despenalizando parte del ilegal “procés”.

            Y como, a pesar de todo este mercadeo de ilegalidades, tanto PSOE como Sumar, admiten que Sánchez no tiene los apoyos necesarios para ser investido, el PNV (¡cómo para fiarse de él!) plantea retrasar el encargo a un candidato por verlo “precipitado”, mientras el socialista y ex president Montilla (el andaluz más catalanista que muchos catalanes) arropa (junto a los expresidentes Torra y Pujol y el president Aragonés) a Puigdemont en un acto en el sur de Francia, evidenciando un patético legado catalanista con este trío de ilustres personalidades compuesto por un condenado, un procesado y el prófugo de la Justicia, con quienes se utiliza el Estado de Derecho como moneda de cambio, en pleno malestar con el Gobierno  por “ensuciar” la imagen policial, pues los agentes lamentan ser moneda de cambio con el independentismo (es parte de la moneda de cambio del Estado) cuando el propio Sánchez en 2015 consideraba “indispensable e innegociable” la renuncia a la secesión por parte de con quienes ahora pretende negociar; el más destacado, el prófugo Puigdemont, quien tiene la desfachatez de decir en Francia que no busca una “salida personal”, sino que piensa en “el país”, obviamente no en el país España, pues en ese caso lo que debería hacer es comparecer ante la Justicia española para ser juzgado, como hicieron algunos compañeros suyos de aventuras totalitarias. Por otro lado, mientras Francina Armengol, arrimando el ascua a su sardina, manifiesta que “un modo de acercar a la gente a la política es hablar con ella”, mientras defiende a ultranza el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso ya que “los españoles debemos estar muy orgullosos de la riqueza lingüística” (lo que es, sin duda, saludable, y para empezar requeriría que no se persiguiera el castellano, lengua oficial en todo el Estado, en ninguna autonomía), el PP rechaza el ultimátum de Vox y, al respecto, Génova niega al partido ultra las “explicaciones” que éste exige para apoyar la investidura de Feijóo, mientras consigue el apoyo de UPN y CC, con lo que queda en el aire su respaldo al PP, que, al menos, ignora las exigencias de Vox, mucho menores de las que los secesionistas exigen al PSOE, ya que simplemente exigen a los populares que expliquen su estrategia antes de garantizar su voto a favor en el Congreso de los Diputados, considerando el PP que, en todo caso, siempre será mejor morir con honra que vivir deshonrado.

            Entretanto la factura del año electoral supone 93.763 millones más de deuda, que crece un 6´4% y asciende a 1´57 billones de euros, el 113% del PIB, mientras el Gobierno (sea el que sea) deberá ajustar 24.000 millones en dos años para cumplir con Bruselas al haberse comprometido en situar nuestro déficit en el 3% en 2024…..y el precio del aceite (producto insignia de nuestro país) sin parar de subir enfilando ya casi los diez euros por litro, que muchos españoles no pueden pagar.

            Por lo que respecta a otros asuntos citar que los contagios de covid repuntan en verano pero no la gravedad; que Tenerife sufre un incendio devastador, el peor desde 1983, dejando 2.600 hectáreas calcinadas y miles de evacuados, mientras la Guardia Civil investiga las causas del mismo que se originó en vario focos y bajo unas circunstancias inusuales; y que la Selección Española Femenina de Futbol conquista el Mundial celebrado en Australia y Nueva Zelanda al vencer, 1-0, en la final a Inglaterra con un zurdazo de Olga Carmona y el liderazgo de Bonmatí, la MVP del torneo, desatando la euforia en España, en pleno escándalo de Rubiales por un beso en la boca robado a la jugadora Hermoso y tras su actitud machista indecente tener que pedir perdón por la avalancha de críticas…..una vez más el pueblo está muy por encima de sus dirigentes, ¡qué pena!.

            Y del exterior destacar que varios ejércitos africanos preparan ya una intervención en Níger, aunque la operación militar fractura a los países del continente; que un cayuco a la deriva, que salió de Senegal, deja 63 muertos; que el correísmo y un empresario se disputan el poder en Ecuador, pues Luisa González y Daniel Noboa irán a una segunda vuelta, mientras el sustituto del candidato asesinado en campaña electoral se queda en el tercer lugar; que el progresista Arévalo gana la presidencia de Guatemala; y que Países Bajos entrega 42 cazas F-16 a Kiev para vengar el derribo del vuelo comercial MH17 y el papel de Putin en el sanguinario suceso.

Fdo. Jorge Cremades Sena

sábado, 19 de agosto de 2023

PULPO, ANIMAL DE COMPAÑÍA

 

                        Nada que objetar a la legalidad y legitimidad de lo sucedido en la constitución de las nuevas Cortes Generales y, por tanto, felicitar a la socialista Francina Armengol por haber sido elegida Presidenta del Congreso con mayoría absoluta de 178 votos (dos más de los necesarios) y al popular Pedro Rollán por haber sido elegido Presidente del Senado también con mayoría absoluta de 142 votos (12 más de los exigidos). No obstante y en honor a la verdad, cabe matizar que Rollán ha obtenido el cargo con los votos de su partido y el voto en blanco de 114 senadores (incluidos los 88 socialistas, además de los nacionalistas), frente a los tres de Vox que han votado a su candidato Ángel Pelayo Gordillo, mientas que Armengol ha obtenido el cargo con los votos de su partido (121), los de la variopinta plataforma de izquierdas Sumar (31) y los de los partidos periféricos nacionalistas y secesionistas, tanto de izquierdas como de derechas (26 en total), frente a la candidata del PP, Gamarra, con 139 votos (137 del PP y 2 de UPN y CC respectivamente) y frente al candidato de Vox, Gil Lázaro, con los 33 votos de su formación política. Cabe pues felicitar a ambos presidentes, que, obviamente, obtienen idéntica legitimidad para ostentar y ejercer sus respectivos cargos, aunque, no obstante, desde el punto de vista político, quepa también matizar las diferencias sustanciales de cómo lo ha obtenido cada uno de ello, pues si en el Senado es obvio que todos, absolutamente todos, tienen claro que la derecha ganó con contundencia (no caben interpretaciones a su indiscutible e indiscutida mayoría absoluta) y así lo reconocen los distintos grupos con su voto en blanco, por el contrario en el Congreso, donde, sin tanta contundencia, sucede lo propio, hay una preocupante distorsión democrática tras la interpretación de sus señorías sobre lo que los ciudadanos han votado, pues, curiosamente, la izquierda con 166 escaños (121 del PSOE, 31 de Sumar, 7 de ERC, 6 de Bildu, 1 de BNG) se alza con la victoria frente a la derecha que tiene 184 diputados (137 del PP, 33 de Vox, 7 de Junts, 5 de PNV, 1 de UPN y 1 de CC). ¡Qué ha pasado pues para dicha anomalía en la interpretación que hacen sus señorías sobre quién ha ganado en las urnas! Pues sencillamente lo que ha pasado, a diferencia de lo sucedido en el Senado (con mayoría absoluta del PP), es que Sánchez ha pactado con la derecha nacional-secesionista en el Congreso, como muchos ya presumíamos y así lo hemos dicho, para que ésta, a diferencia del Senado donde se abstiene, vote a la izquierda no ya sólo para controlar la Mesa de la Cámara Baja sino que se presume también que lo hará para que él pueda ser de nuevo investido presidente del Gobierno, un gobierno, como el anterior, que se autodenomina cínicamente de “izquierdas y progresista” pero apoyado por la derecha más tradicionalista y regresiva, lo que, sin duda, es un contrasentido y un disparate morrocotudo, salvo que los ciudadanos aceptemos al fin que “pulpo es un animal de compañía”. Sin duda es, no ya lo que ha pasado con la dirección del Congreso, que algunos teníamos bien claro conociendo el percal, sino lo que va a pasar también con la investidura, y, más claro aún, con la ruptura entre PP y Vox porque los populares no le ceden un sillón a los de Abascal en la Mesa del Congreso, a diferencia de lo que hace el PSOE de Sánchez dispuesto a ceder lo que haga falta con tal de obtener los apoyos de quién sea y cómo sea para consolidar sus objetivos políticos y personales, aplicando aquello de que el fin justifica los medios. Al final la derecha, a pesar de su victoria global en las urnas, se queda con la derrota en los despachos, ya que es obvio que, tal como está el patio, sale vencedor el que más tragaderas tenga y más arriesgue; pero los ciudadanos no nos merecemos todo esto, ni por parte de unos o de otros….. ¿o sí?. Bueno, seguro de que si aceptamos “pulpo como animal de compañía” sin crítica alguna, nos lo merecemos sobradamente, pues ya lo que falta es que además de todo este teatro, encima nos engañen para convencernos de que lo mejor que nos puede pasar es ese  “gobierno de izquierdas progresista” que se avecina, el segundo acto del insostenible “gobierno Frankenstein” que acabó finalmente como el rosario de la aurora, pero que ahora tendrá cuatro años más, si es que lo consigue, para seguir capeando el temporal…..y más de lo mismo.

            En efecto, ni se entiende el eufórico aplauso de la bancada de la izquierda para recibir a Sánchez tras haber perdido las elecciones y situar al PSOE en segunda fuerza política (cuando era la primera), ni se entiende el casi eterno y cariñoso abrazo de Yolanda Díaz con el Presidente, quien incluso mostraba gestos de incomodidad por la efusividad de la comunista, sentada estratégicamente al lado de él con claro afán de protagonismo personal, cuando en vez de Sumar, le resta apoyos al actual gobierno de coalición que, de reeditarse, pasaría de contar con los 155 diputados actuales (120 del PSOE y 35 de UPodemos) a 152 (121 del PSOE y 31 de Sumar). Por tanto, salvo que demos por bueno “pulpo como animal de compañía”, sólo cabe entender tanto entusiasmo y alegría compartida para celebrar que, de milagro, por fin Sánchez y Díaz podrán formar un Ejecutivo teledirigido a distancia desde Waterloo por un prófugo de la Justicia, de derechas y totalitario, Puigdemont, que tiene prohibido pisar España (incluida Cataluña); un Ejecutivo al que cínicamente auto-llamarán “progresista de izquierdas”, conseguido, aunque todos sabían que ya estaba acordado, tras haberle dado argumentos al fugado de que se le conceden “hechos comprobables” (y no promesas), como él pedía para dar su voto a la investidura, y así poder venderlo ante su clientela como claros logros para la causa secesionista. En efecto pocas horas antes, en pleno amanecer, el Gobierno de Sánchez, como si fuera un asunto urgente, presentaba en la UE una carta para promover el catalán en las instituciones europeas y, con ello, amarrar a Junts, que con semejante mascarada encontraba la excusa perfecta para dar el “sí” a Francina Armengol, quien, contra la obligada imparcialidad (al menos en las formas) que exige su cargo, nada más conseguirlo de forma tan gloriosa y en su primer discurso, daba por hecho que en el Congreso se podría hablar en lenguas cooficiales, sin debate y sin reformas previas del Reglamento, teniendo que rectificar poco después tras pedirle el PP que respete el procedimiento establecido sobre el uso de las lenguas cooficiales en las Cortes (en el Senado ya lo está desde hace muchos años) y por tanto consultará a los grupos al respecto, mientras Moncloa recurría a la Abogacía dudando sobre la legalidad de su carta para impulsar el uso del catalán (y el resto de lenguas cooficiales) en la UE, asunto que, en todo caso, habrán de ratificar los Veintisiete miembros para darle viabilidad.

            Pero no acaba aquí el asunto, pues, nada más conseguido el control de la Mesa del Congreso gracias a Junts, Armengol y el PSOE ya sugerían cínicamente que la “mayoría progresista” que eligió la Mesa es la que marca el camino para conformar el Ejecutivo, mientras los socios de Sánchez, que acaban de apoyar a su candidata para presidir las Cortes, iniciaban de nuevo el circo político con amenazas y chantajes para dar a entender de nuevo que el próximo gobierno “Frankenstein dos” está en peligro, cuando todo el mundo sabe que, de momento, es lo contrario, por más dificultades que vengan de la encarnizada pelea entre Junts y ERC, pues a ninguno de ellos le interesa acabar con el chollo que para sus intereses supone un Gobierno español, débil y multicolor, que dependa de sus votos y dispuesto a ceder en lo que sea con tal de seguir gobernando o desgobernando España, pues la propia Armengol, haciendo gala de su particular parcialidad a favor del catalanismo, acaba de apuntar a la investidura manifestando que “ayer hubo una gran mayoría progresista y eso ya marca un camino” (ya ven, “pulpo, como animal de compañía”). Y si a cambio del apoyo del secesionismo van cayendo a su favor algunas cosas, tanto mejor, pues si de momento no es posible sacar a Euskadi y Cataluña de España, tampoco es para ellos nada malo ir sacando a España de dichas autonomías poco a poco a costa de transferencia de competencias, pues siempre que España como Estado se debilite tanto mejor para quienes quieren precisamente eso, acabar con ella, y no tienen reparo en decirlo. De momento, al margen del asunto de las lenguas cooficiales y de vendernos cínicamente que han sacado adelante una negociación “del borde del precipicio”, ya Díaz, para animar el circo político, abre la vía para pactar la amnistía a los condenados que le exige a Sánchez el secesionismo a cambio de apoyar su investidura, diciendo que “es completamente constitucional”, mientras el PSOE de Sánchez explora con ERC y Junts fórmulas para despenalizar totalmente el ilegal y totalitario “procés”, lo que, en definitiva, supondría, según los expertos, la humillación de reconocer, aunque no sea cierto, que en España se practica la represión política, como sostiene el secesionismo, ya que en los Estados de Derecho democráticos, sólo cabe dirimir las controversias en los tribunales de Justicia que, por cierto, los secesionistas ni respetan ni acatan, mientras sus diputados en su toma de posesión en el Congreso prometen que actuarán por la república catalana o vasca, no por España, siendo para el tándem Sánchez-Díaz los garantes de su peculiar e insólito gobierno de “izquierdas y progresista”. ¡A qué obedecen las alegrías y entusiasmos manifestados durante la constitución del Congreso de los Diputados! ¡qué es lo que hay que celebrar!. Yo, lamentablemente creo que hay bien poco que celebrar.

            Entretanto el Rey inicia el lunes la preceptiva ronda de consultas para decidir sobre el futuro gobierno, mientras los socios de Sánchez (PNV, Bildu, Junts y ERC) ya de entrada se niegan a comparecer al efecto ante el Jefe del Estado, con lo que éste habrá de conocer por boca de Sánchez y fiándose de él si esos 25 votos le apoyarán o no para ser investido, pues, si no lo ratifican explícitamente, le van a poner más difícil todavía la designación de candidato, entre Feijóo, quien ganó las elecciones (como se ha hecho hasta ahora) o Sánchez, quien las perdió, dado que ninguno de ellos tiene garantía de conseguir ser investido como Presidente del Gobierno. Insólito pues también que, por primera vez, PSOE y PP se enfrenten por la investidura, pues sus líderes, por diversas razones, consideran ser los idóneos para que el Jefe del Estado los nomine como primera opción. Demasiadas cosas insólitas durante la gobernanza de este mal autollamado “gobierno de izquierdas progresista” o, siguiendo al malogrado líder socialista, Rubalcaba, “gobierno Frankenstein” que se pretende reeditar ahora. De momento Abascal, tras su encontronazo con el PP sobre la Mesa del Congreso, dice ahora que mantendrá la promesa de apoyar a Feijóo en la investidura, aunque advierte que “sus votos no se regalan”, cuando prometió dárselos sin nada a cambio, con lo que, si el líder de Vox se compromete ante el Rey a ello, el popular podrá demostrar al Rey que cuenta con 172 votos (los de PP, Vox, CC y UPN); y, de momento, los socios secesionistas de Sánchez, para apoyarle le exigen (¡menuda novedad!), además de un referéndum para la independencia, una amnistía a la carta (ERC incluso lo pone como “línea roja” desde 2013, renegociando el proyecto que promovió con Junts y la CUP en 2021, consistente en que alcance a “todo acto de intención política”, como multas y condenas desde Puigdemont a Artur Mas y la violencia de los CDR), ya que “sin ley de amnistía, no hay investidura” (así de tajante y claro), con lo que, como no van a ratificar ante el Rey lo que van a hacer, dejan a Sánchez ante su comparecencia con el Jefe del Estado con sólo 152 votos seguros (los de PSOE y Sumar) o, en el mejor de los casos, con 163 (si añadimos los de PNV y Bildu que parecen más dispuestos a investirlo aunque tampoco se lo garantizarán al Rey). Por tanto, así las cosas, adivina adivinanza, la película de misterio e intrigas continúa, aunque, conociendo el percal, todos ya deberíamos saber el final: un gobierno “de izquierdas progresista” o “Frankenstein dos”, como prefieran llamarlo, sólo depende de si aceptamos o no “pulpo” como animal de compañía.       

Fdo. Jorge Cremades Sena

jueves, 17 de agosto de 2023

LAS CARTAS BOCA ARRIBA

 

                        Se acabó lo que se daba, pues con la obligada constitución de las nuevas Cortes Generales ha llegado la hora de la verdad y, en definitiva, de poner las cartas boca arriba provocando que, por fin, los ciudadanos sepamos quién está jugando de farol y quién se estaba guardando un as bajo la manga. A lo largo del día de hoy sabremos quién va a controlar desde la Mesa del Congreso de los Diputados la nueva Legislatura que comienza y, al efecto, cada una de sus nuevas señorías tendrá que retratarse votando la Presidencia y el resto de componentes del órgano director de la Cámara Baja, preludio indiscutible de lo que dentro de bien poco sucederá con el Ejecutivo de España para los próximos tiempos. Fuera pues los faroles, los postureos y los chantajes; fuera los oscurantismos negociadores, las cesiones y el chalaneo con nocturnidad y alevosía….los españoles, por fin sabremos de qué va esta película de misterio, cuando debiera ser una película realista y basada en el guion que los propios ciudadanos acaban de escribir en las urnas, pero que han de interpretar a su manera sus señorías tal como está establecido para mayor gloria de la intriga y el oscurantismo, aunque para muchos, los menos ingenuos, está bastante claro lo que va a suceder. De momento dos candidatas en la lucha para presidir la Cámara Baja: la socialista Armengol y la popular Gamarra, ambas cuentan en principio con 171 votos (según manifestaciones hechas por los distintos grupos), aunque la popular da por hecho que también la apoyará el diputado de Coalición Canaria. La incógnita, en principio, la pone el prófugo Puigdemont que llega a la cita sin revelar a cuál de las dos candidatas apoyarán sus siete parlamentarios, con lo que el protagonista indiscutible de la jornada es Junts que, sin duda, desequilibrará la balanza y decidirá el signo político que dirigirá el Congreso y, por ende, el del próximo Gobierno de España, aunque, para no pocos, la incógnita ya está despejada de antemano, pues, al margen de los estratégicos postureos, tienen claro qué va a hacer Junts, siendo obvio que no apostará por quien le pone más difíciles a sus pretensiones secesionistas. Ya de entrada, Sánchez, en pro de sus intereses personales, ha apartado a la, hasta hoy, Presidenta del Congreso, Batet, para nominar candidata a Armengol, más del gusto del secesionismo, como ha demostrado en su anterior gestión como Presidenta de Baleares con políticas coincidentes en muchos aspectos con las reivindicaciones del separatismo catalanista. Por tanto, para muchos, las cartas ya están boca arriba, aunque siempre queda margen mínimo para cualquier sorpresa pues del fugado Puigdemont se puede esperar cualquier cosa….y eso es lo que, al menos aparentemente, teme Sánchez a pesar de sus evidentes esfuerzos por contentar al separatismo a cambio de sus votos que el ex president catalán huido quiere vender más caro y, por supuesto, no se conforma (o eso parece) con que las Cortes Españolas (bueno, la Cámara Baja, ya que la Alta está en manos del PP) las dirija una persona con más cercanía política hacia el secesionismo de lo que, con total seguridad, han manifestado los españoles en las urnas; y tampoco se conforma con la última cesión de Sánchez ofreciendo el uso del catalán en las instituciones europeas, pues directamente no se fía de las promesas del Presidente y, al menos de cara a la galería, reclama, a diferencia de ERC, “hechos comprobables” para dar su voto, mientras Sánchez pide el apoyo de Junts para “superar los conflictos” y mientras Yolanda Díaz, haciendo el juego sucio a Sánchez, negocia “al máximo nivel” con el separatismo y Belarra, otra que tal baila, mantiene el enfrentamiento interno en Sumar plantando a Díaz y pidiendo la amnistía, asumiendo así la petición de Junts, que Sumar, algo más pragmática, ha decidido no apoyar abiertamente.

            Y mientras el mago Sánchez vende a Junts lo mismo que vendió a ERC hace un año (y así le ha ido a Esquerra en las elecciones), el prófugo Puigdemont, más descerebrado, lleva al límite su poder hasta el último momento para controlarle, aunque el Ejecutivo, curiosamente es optimista ya que PSOE y Junts, entre bambalinas, acercan posturas dando la sensación de que, aunque todo está ya pactado, todo está abierto de cara a la inminente votación por más incógnitas que Puigdemont quiera mantener hasta el final, a la que se quiere sumar ERC advirtiendo a Sánchez de que  no dé por seguro su apoyo a Armengol, lo que causa hilaridad generalizada ya que todo el mundo sabe que Rufián y compañía van a seguir apostando por las promesas negociadoras de algo que es imposible negociar. Por su parte Feijóo, más ingenuo que ninguno, sabiendo que con el rechazo, tanto de la izquierda como de la derecha separatista, le va a ser imposible ganar esta batalla, confía en evitar la “parálisis legislativa” (como si esto le importara algo a sus contrincantes) y apuesta fuerte por Gamarra con la esperanza de que la supuesta “imprevisibilidad” de Junts le permita controlar la Cámara Baja, aunque, no ingenuo del todo, arma el Senado, donde cuenta con mayoría absoluta, ante un eventual gobierno de Sánchez, quien, tras verse hundido en las autonómicas y locales, consiguió contener la fuga de votos socialistas en las generales para mantenerse como estaba aunque sus socios y apoyadores se estrellaran también en las urnas y, con respecto a la legislatura que termina, en vez de Sumar restaran, lo que le obliga a pactar ahora incluso con los delincuentes condenados y fugados de la derecha nacionalista catalana más impresentable y totalitaria, como es Junts, si quiere reeditar otro gobierno Frankenstein incluso más débil aun que el anterior. Ya ven, mientras hay vida hay esperanza. Y, así las cosas, se presume que, de momento, la catalanista Armengol, aliada en Baleares de los socios de Sánchez en dos legislaturas, será dentro de un rato la Presidenta de la Mesa del Congreso de los Diputados, por más que el obligado veto de PSOE y Sumar a la amnistía (lo contrario sería políticamente incorrecto), aunque a regañadientes y por imperativo legal, dificulte un acuerdo con el prófugo Puigdemont que, por cierto, todo el mundo mínimamente informado da por hecho, aunque Feijóo siga ofertando un gobierno en solitario frente a un “Frankenstein de 24 partidos” y aunque vaya creciendo la idea de que, sin ser lo óptimo, lo mejor para salir de este atolladero político es repetir las elecciones.

            Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que Cataluña busca no pagar 2.400 millones de intereses y negociar que se condene su deuda; que la Formación Profesional gana terreno al Bachillerato y crece por las salidas laborales y como vía para acceder a la Universidad; que el turismo cuelga el cartel de completo este cálido verano; que la “reforma Escrivá” no frena la jubilación anticipada voluntaria; que los nacimientos están en mínimos históricos con un 55% más de madres que superan los 45 años de edad; que compartir piso para pagar la subida del Euribor dispara un 34% la oferta de habitaciones; que la princesa Leonor comienza su formación militar en Zaragoza; que la selección española de futbol femenino jugará la final del Mundial tras su épico triunfo, 2-1, frente a Suecia; que la Eurozona esquiva la temida recesión al crecer un 0´3% en el trimestre, aunque Alemania se estanca e Italia y Países Bajos están en números rojos; que un fuego descontrolado se extiende en Tenerife; que el Sevilla pierde en los penaltis la Supercopa ante el City; que tres violaciones en grupo, cometidas en menos de tres días en tierras gallegas, baleares y murcianas respectivamente hacen saltar todas las alarmas; y que la socialista Chivite, como ya se esperaba y estaba cantado, es reelegida Presidenta de Navarra tras la abstención de Bildu, que, aunque oficializa su apoyo al PSOE, pide hablar de soberanía y avisa de que “no vamos a renunciar a nada”, por más que, a la hora de la verdad, todo ello sea postureo e ir de farol para contentar cada uno a sus respectivos adeptos y así conservar sus respectivas poltronas.

Fdo. Jorge Cremades Sena

lunes, 14 de agosto de 2023

LA ZORRA Y LAS GALLINAS

 

                     Hay que ser irresponsables y temerarios para poner a la zorra cuidando a las gallinas del gallinero y más aún si, en todo caso, no se toman previamente las medidas de protección del mismo para que nadie, ni siquiera la zorra, por sumisa que se muestre, pueda tener acceso al mismo, pues en ese caso el desastre para las gallinas, antes o después, es inevitable. Es de puro sentido común, aunque, dadas las circunstancias, parece que nuestros políticos no se enteran del asunto ya que los aspirantes a gobernar nuestro Estado de Derecho (nuestro gallinero), diseñado libremente en nuestra Constitución, pretenden compartir el cuidado y la mejora del mismo con la ayuda de quienes, como la zorra, lo que buscan es debilitarlo y destruirlo. Evidentemente, todo apunta a que el PSOE de Sánchez y, al parecer, también el PP de Feijóo, buscan un pacto de investidura con los enemigos del actual Estado de Derecho (los secesionistas radicales), ya condenados por haber cometido graves delitos contra el mismo, y, al efecto, buscan ponerle la alfombra roja sin condiciones previas de expresa renuncia a sus perversas y totalitarias intenciones, a pesar de que, por el contrario, incluso hacen gala de sus delincuenciales comportamientos. Es más, para semejante temeridad irresponsable, nuestros gobernantes se disponen incluso a forzar los reglamentos y las leyes al extremo de que la zorra se sienta incluso más fuerte de lo que es, como sucede con la inminente constitución de las Cortes Generales del próximo jueves (paso previo y moneda de cambio para la posterior investidura) en que nuestros gobernantes ya reservan un espacio destacado, no conseguido en las urnas, con el propósito de que los secesionistas tengan más voz, más medios y más autonomía en la defensa de sus obsesivas y totalitarias pretensiones separatistas, concediéndoles algún puesto en la Mesa del Congreso e incluso la posibilidad de tener grupo parlamentario propio, que no se han ganado en las urnas. Todo esto, obviamente, mediante el truco del almendruco, pues, en efecto, el Reglamento del Congreso exige que, para formar grupo parlamentario, se ha de tener 15 diputados o 10 senadores y, de no ser así, también se pueda obtener a partir de 5 diputados, pero siempre y cuando posea el 15% de los votos en todas las circunscripciones donde haya presentado candidatura o, en su defecto, el 5% en el conjunto del Estado, condiciones que para esta legislatura no cumplen los secesionistas y, por tanto, obligadamente habrían de pasar al grupo mixto…. Pero, ya saben que puesta la ley, puesta la trampa, y, al margen de los requisitos citados, se puede recurrir (para que no sea ilegal del todo) a la patética figura, “ad hoc”, del “diputado prestado”, es decir, a un torticero mecanismo por el que un grupo presta momentáneamente los diputados necesarios a otro grupo para que pueda formar grupo parlamentario propio y, una vez constituido el grupo, dichos “diputados prestados” se vuelven a su grupo original, con lo que, siendo reglamentario, es una forma torticera de distorsionar la representatividad parlamentaria real, dependiendo semejante proceder de la decisión política e interesada de unos u otros. Es lo que sucede cuando se anteponen los intereses personales sobre los intereses ideológicos generales, primero como demócratas y después como socialistas, liberales, conservadores o cualquier otra ideología democrática que cada uno tenga dado que la defensa del gallinero pasa inevitablemente por protegerlo de sus enemigos y no por potenciar y proteger precisamente a quienes quieren destruirlo, empezando por evitar siempre que la zorra cuide de las gallinas.

            Así las cosas, el PSOE acelera la negociación con ERC para atar la Mesa del Congreso y se compromete a que Esquerra tenga grupo parlamentario propio, mientras intenta recuperar en el Supremo el escaño perdido en Madrid para evitar que además tenga que necesitar el “sí” de Junts y no le baste su abstención para investir a Sánchez, por lo que recurre la decisión de la Junta Electoral para arrebatarle al PP el citado diputado ganado con el voto del exterior. Estamos en el inicio de las primeras cesiones a un soberanismo crecido por las circunstancias, que no por las urnas, en este caso, para controlar el Congreso, pues el Senado lo tiene perdido por la mayoría absoluta conseguida por el PP, como paso previo para lograr después una investidura que se presume muy tensa y poco favorable a los intereses del conjunto de los españoles. Una investidura sobre la que, de momento (aunque se presume que todo sea postureo para vender mejor la película), la ANC presiona a Junts y ERC (ambos con buena parte de sus dirigentes “condenados por” o “huidos de” la Justicia) para que no invistan a Sánchez, pues la totalitaria entidad civil que en su día agitó el golpe en la calle exige “un bloqueo en Madrid si no hay un camino hacia la independencia”, mientras Aragonés, por cuestiones tácticas y estratégicas, ni siquiera ha confirmado su asistencia a la protesta callejera de la Diada que pretende presionar al Gobierno, y mientras el prófugo Puigdemont y sus afines dicen estar dispuestos a “paralizar” el Estado si el PSOE no cede y exige hablar de amnistía y de referéndum de autodeterminación, a pesar de que el Constitucional, en respuesta al 9-N y al 1-O, ha establecido las líneas rojas que impiden que Sánchez acepte el ilegal referéndum independentista, dejando bien claro que el pueblo catalán no es soberano y, al efecto, el soberano es el pueblo español en su conjunto. Y mientras Junts agita esta semana clave de constitución de las Cortes Generales exigiendo un “Brexit catalán” a cambio de apoyar a Sánchez (un diputado afín al fugado Puigdemont pide claramente un referéndum, aunque ello secuestre la soberanía del pueblo español en favor de una parte del mismo, la del pueblo catalán), ERC, más proclive al pacto con Sánchez, pero no menos peligroso, también echa el freno y sube el precio de su “sí” advirtiendo la prófuga Marta Rovira, elegida para negociar con los socialistas, de que no pueden “dar por descontados” sus apoyos y recriminando su veto al catalán… mientras Ferraz intenta evitar repetir las elecciones a pesar de Junts, especialmente, y busca aparcar los problemas y ceñirse por ahora en la Mesa del Congreso.

            Así está el gallinero y estas, entre otras, son las zorras con las que se cuenta para protegerlo, mientras, por su parte, los bandazos del PP sobre Junts (el impresentable deseado por todos indecentemente), ya que el PNV se niega a apoyar la investidura de Feijóo, enredan su relación con Vox, que le había ofrecido gratis sus escaños, tras decir Bendodo que el partido debe tener “la capacidad de hablar con todos” y contestarle Garriga que “Vox nunca estará en una ecuación con los separatistas”, aunque inmediatamente desde la cúpula del PP se insiste en que Feijóo no negociará fuera de la Constitución y no hablará con Junts, quien a través de sus fuentes afirman que el PP les ha sondeado, pero en Génova dicen “no nos consta”. Es ya lo que nos faltaba, que tanto gobierno como oposición, estuvieran dispuesto a compartir la indecencia de negociar y pactar con delincuentes (como Puigdemont o Marta Rovira) huidos de la Justicia o condenados por haber atentado gravemente contra nuestro Estado de Derecho, aunque indecentemente hayan sido indultados por Sánchez. Mientras tanto Coalición Canaria tiende puentes al PNV sin descartar investir a Feijóo y con el fin de cerrar los pactos antes de constituir las Cortes Generales el Presidente canario, Fernando Clavijo, plantea incluso que la formación nacionalista (de momento, no separatista) presida el Congreso y se muestra dispuesto a negociar con el PP, aunque afirma tener una “buena relación” con el PSOE, por lo que el PNV gana puntos, sin duda, para, al menos, formar parte de la Mesa de la Cámara Baja (es el otro deseado por todos, aunque por sí solo no le vale al PSOE y sí al PP). Por su parte desde el PP, que, dada su mayoría, podrá disponer en el Senado de comisiones de investigación, Azcón, el flamante Presidente de Aragón, manifiesta que “las izquierdas quieren blanquear a los herederos del terror y a los independentistas”, asegura que “sólo hay un PSOE y está a las órdenes de Sánchez” y defiende que Feijóo es un “líder incuestionable” que tiene la “obligación moral de presentarse a la investidura” al ser la fuerza más votada en las urnas. Y en medio de este preocupante escenario policías y guardias civiles (ambos cuerpos de la Seguridad del Estado) temen al verse perjudicados por las cesiones del PSOE al secesionismo, considerando que “somos moneda de cambio de Sánchez en Cataluña” y con sus mandos, especialmente los del Instituto Armado, se muestran inquietos ante las nuevas competencias de los Mossos, especialmente las del mar y la montaña, en detrimento suyo, ya que consideran que “nos quieren echar poco a poco” lo que es evidente por el vacío de poder que progresivamente tienen en Cataluña.

            Por otro lado, España presenta la candidatura de Calviño para presidir el BEI y, al efecto, se enfrentará a la comisaria danesa Margrethe Vestager;  la propia Ministra de Economía anuncia y lanza su candidatura con el Gobierno aún en el aire y se ve con “máximas opciones” para presidir el Banco Europeo de Inversiones, incompatible con seguir como ministra, y aunque ello le cueste el asalto al BCE de otra española pues complicaría la elección de la subgobernadora del Banco de España para presidir el MUS (Mecanismo Único de Supervisión de la UE). ¿Está Sánchez colocando a sus ministros ante una fracasada investidura? Habrá que verlo. Y lo que también habrá que ver es el futuro que le espera a Vox tras la dimisión de Espinosa de los Monteros y la renuncia al escaño de su sustituto Juan Luis Steegman, lo que agrava la crisis interna del partido de Abascal, pues Steegman también abandona el Comité Ejecutivo Nacional, mientras Monasterio, la esposa de Espinosa de los Monteros dice de momento “no estoy en peligro, me llevo genial con Buxadé; no voy a irme de Vox”. Dicho queda.

            Cabe añadir además que el precio de los alimentos vuelve a escalar y mete presión al IPC, pues la inflación vuelve a subir en julio con los alimentos disparados al 10´8%, tomando la senda alzista tras dos meses de alivio temporal, mientras los jóvenes españoles no se emancipan y la edad media de emancipación ya supera los treinta años, en una España con no pocas sombras económicas para la recuperación, en la que el paro se instala en el sur en el 16´8% mientras en el norte se sitúa en el 8´6%, más de la mitad, con el problema añadido de que España gana poco más de 6.600 empleos al mes y los discontinuos son 659.000, mientas el Gobierno sólo ha conseguido contabilizar 80.000 nuevos empleos reales al año. Además, 65.000 familias afectadas por los recortes a las renovables acuden al Defensor del Pueblo y piden el mismo trato que os inversores extranjeros, a quienes los arbitrajes internacionales han dado la razón y podrán ser indemnizados. En fin, sin más comentarios, y, entretanto, buscando cómo poner a la zorra a cuidar de las gallinas y como vendemos la operación para que cuele.

            Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que una ola de calor muy extendida azota España de norte a sur con noches tórridas en casi toda la Península; que han sido hospitalizados 22 inmigrantes llegados en cayuco al puerto de Granadilla al sur de Tenerife; que África Occidental opta por la diplomacia ante los golpistas de Niger; que en Hawai se desata un gigantesco incendio que deja unos 100 muertos y unos 1,000 desaparecidos; que Polonia se dispone a reforzar su frontera por temor a los mercenarios de Wagner; y que en Ecuador es asesinado a tiros el candidato presidencial Fernando Villavicencio, por lo que se declara el Estado de Excepción a pocos días de los comicios, que se mantienen, y la esposa de Villavicencio acusa al Estado del asesinato y sospecha de rivales como Correa o Córdoba, mientras Lasso lo atribuye al “crimen organizado” y mientras el partido del candidato asesinado, que denunciaba en su campaña los lazos políticos y judiciales con el narcotráfico, lo sustituye por el periodista Christian Zurita…ya ven cuando los zorros cuidan de las gallinas suelen pasar estas cosas.

Fdo. Jorge Cremades Sena

jueves, 10 de agosto de 2023

EN MANOS DE JUNTS Y PNV

 

                        Es preocupante, muy preocupante, que la gobernabilidad de España dependa de lo que decidan Junts y PNV, dos partidos no de ámbito nacional, sino territorial, ambos de derechas, que tienen en sus manos decidir si en los próximos años el gobierno minoritario de España será monocolor y de derechas (es decir, un gobierno del PP, ganador de las elecciones, con el apoyo explícito de Vox y UPN, que le ceden gratis el “sí” y le permite postularse a una investidura con el apoyo de 171 escaños) o un gobierno multicolor de coalición, igualmente minoritario, de izquierdas, populistas y radicales (es decir un gobierno de PSOE y Sumar, que cuenta sólo con 152 diputados, si pactan los socialistas con la mayor coalición de la historia, autocalificada de “progresista” y creada por Yolanda Díaz para presentarse a las recientes elecciones y que agrupa nada menos que a veinte partidos de ámbito estatal y autonómico). En definitiva, ambas opciones de gobierno (o de desgobierno) están a la espera de lo que decida el resto de partidos (ERC, Junts, EHBildu, PNV, BNG y CC), por supuesto, si pactan las pertinentes contraprestaciones programáticas correspondientes, ya que ninguno de ellos (ni los de derecha Junts, PNV y CC con sus 13 escaños; ni los de izquierda ERC, EHBildu y BNG con sus 14 diputados) va a dar su apoyo gratis a vestidura alguna para que cualquiera de las dos opciones llegue a los ansiados 176 escaños, de la mayoría absoluta, o, en su defecto, ser la opción más votada en el Congreso de los Diputados, si alguno de ellos simplemente decide abstenerse. Pues bien, así las cosas, parecería que, en términos ideológicos izquierda-derecha, Feijóo contaría con ventaja sobre Sánchez al ser la lista más votada por los españoles y contar además con los votos “gratis” de Vox y UPN, lo que posibilitaría un gobierno monocolor, quedando su opción condicionada a lo que decidan los 13 escaños de derecha (Junts, PNV y CC), pues simplemente la abstención pactada de cualquiera de los dos primeros le bastaría al líder popular para ser investido presidente, ya que Sánchez en ese caso no le superaría en apoyos ni con todos los demás partidos votando a su favor. Sin embargo, sorprendente e insólitamente, ni Junts, ni PNV (CC le dejaría más cerca pero suficientemente), siendo ambos de la más rancia derecha, están dispuestos a apoyar un presunto gobierno monocolor popular de derecha, y, de momento, se inclinan (eso sí a cambio de contrapartidas nacional-separatistas) por un “sí” a un presunto gobierno de coalición PSOE-Sumar de izquierdas, autodenominado “progresista” y por partidos separatistas de izquierdas como ERC, Bildu y BNG, que, en el mejor de los casos, estarían en las antípodas, ideológicamente hablando, de Junts y el PNV, lo que pone de manifiesto que el objetivo de éstos no es, obviamente, defender los intereses generales de todos los españoles, ni lo que mayoritariamente han votado, sino que el objetivo es apostar por la opción más débil y variopinta de 152 escaños, frente a los 171 de la derecha y más monocolor, y, por tanto, la más proclive a concederles las exigencias encaminadas a debilitar al Estado y fortalecer la estrategia de su pretendido separatismo, incluso de forma totalitaria, al extremo de que el líder de Junts anda fugado de la Justicia española. Por lo tanto, contra todo pronóstico, el futuro gobierno de España lo va a decidir “de facto” la derecha nacional-secesionista, que, curiosamente, siendo la derecha más tradicionalista de España, prefiere apoyar a la izquierda más radical, como es ERC o Bildu, antes que dejar que gobierne la derecha constitucionalista del PP, con el apoyo sin contrapartidas de Vox, argumentando que éste último partido es la derecha extrema, pero olvidando y blanqueando a la izquierda extrema radical vasca y catalana. No en vano, el socialista Page (único superviviente de la debacle socialista de las autonómicas y locales del 23-J), en sintonía con otros muchos socialistas, lamenta que el Gobierno “dependa de un prófugo” y vaticina una legislatura “vertiginosa” si Sánchez, como parece, logra los apoyos, cuando éste, está dispuesto a ceder a cualquier cosa con tal de ser investido y tiene el descaro de defender que su gobierno será “progresista” con semejantes mimbres y apoyos para apuntalarlo.

            Esta es la real tragedia de la gobernabilidad de España y su democracia, mientras Feijóo quema sus últimos cartuchos con el PNV (con Junts ya se sabe que, además de impresentable, sería imposible), en tanto que Sánchez, como primer paso para conseguir su objetivo, ya busca apoyos de momento para mantener la Presidencia del Congreso de los Diputados y, al efecto, sacrifica a Batet, que no repetirá en el puesto al no ser del agrado de los secesionistas (no vaya a ser que sean contrariados y luego no le apoyen en la investidura, pues simplemente una abstención le bastaría a Feijóo para conseguirlo), mientras busca un candidato (candidata, -ate, -ati o -atu; ¡vaya a que se enfaden los “progresistas” conmigo por mi lenguaje inclusivo!) que tenga el “placet” del separatismo…. Y entretanto el prófugo Puigdemont adelanta su lista de exigencias para pactar, que, en su conjunto, supone “de facto” liquidar en definitiva el Estado Español en Cataluña, aunque Junts se cuida, por razones estéticas y como salida a Sánchez para que se las conceda, de no incluir en concreto la ilegal amnistía y el ilegal referéndum de autodeterminación, a lo que Sánchez quedaría obligado a decir “no” por su manifiesta ilegalidad, optando por tanto por una serie de traspasos competenciales que, sumados a los ya concedidos a la Generalitat Catalana, dejan en la práctica fuera de Cataluña al Estado Español, objetivo primordial del prófugo y su partido. Por su parte el PNV, que se había mostrado contrario a un gobierno de coalición PP-Vox con la excusa de que Vox es la extrema derecha, mantiene su “no es no”, (que aprendió de Sánchez contra Feijóo, al que el PNV traicionó para hacer viable la moción de censura después de haberle aprobado días antes los Presupuestos) a un gobierno monocolor del PP, tras la renuncia de Vox a entrar en el Ejecutivo, prefiriendo alinearse con la extrema izquierda y radical, mientras intenta evitar el avance de Bildu, que amenaza su hegemonía en el País Vasco de cara a las próximas autonómicas. Es obvio que el PNV prefiere un gobierno de coalición de Sánchez con Sumar, apoyado por comunistas, populistas radicales, secesionistas y Bildu, a un gobierno monocolor del PP apoyado por Vox, UPN y CC, que, al menos, negocia con el PP y no se suma al “no es no” de Ortúzar y compañía. Esto es lo que hay y con estas mimbres habrá que formar el cesto, salvo que, ante tanto despropósito, finalmente se opte por repetir los comicios para ver si los españoles se pronuncian más claro y desechan los surrealismos ideológicos que, a diferencia de nuestros socios europeos, proliferan tanto en nuestro país.

            Entretanto hay que cuidarlo todo para que nada se venga abajo y, por tanto, ha caído como un jarro de agua fría que el Tribunal Constitucional haya proporcionado un revés a Puigdemont inadmitiendo su recurso en estos momentos de difícil negociación con Sánchez, lo que ha provocado las protestas de Junts y que Fiscalía, controlada por el Ejecutivo, como dice el Presidente, anuncie recurrir la decisión de la Sala de Vacaciones del Alto Tribunal formada por mayoría conservadora, mientras el PSOE busca un Presidente del Congreso que sea del gusto de los nacionalistas y secesionistas, pues el día 17 hay que constituir las Cortes Generales y, si en el Senado no hay problema alguno al contar el PP con amplia mayoría absoluta, en el Congreso, ya ven como está el patio y lo único claro es que Batet no será la Presidenta. Por su parte Sumar, socio del PSOE, tensa la coalición gubernamental porque las propuestas socialistas son insuficientes, mientras Podemos, integrado en la coalición de Yolanda Díaz, anuncia un ERE tras perder más del 70% de ingresos por los pésimos resultados electorales en las autonómicas y locales, lo que le obliga a liquidar el partido en la mitad de España (cerrará nueve delegaciones y despedirá media plantilla tras caer de 170 a 34 diputados autonómicos y haber perdido cerca de 400.000 euros en 2022) y con su cúpula atrincherada intentando conseguir un mínimo protagonismo propio como partido dentro de la macro-coalición Sumar donde es descaradamente relegado. También en Vox bajan las aguas turbias y tras su descalabro en las generales el ala dura se impone, al extremo de que su actual portavoz parlamentario, Espinosa de los Monteros, no recogerá su acta de diputado y anuncia que deja la política “por razones personales y familiares” (es lo que se suele decir siempre) destapando la crisis que atraviesa el partido de Abascal, con el ascenso de Buxadé y el descenso del sector más liberal liderado por Espinosa, que se había quejado de las purgas en el partido; en definitiva, un golpe mortal a los fundadores del partido en su “annus horribilis” en que pretendían forzar al PP a un gobierno de coalición.

            Y mientras la Junta Electoral rechaza revisar el voto nulo del exterior que pedía el PSOE, dejándole con 121 escaños, los emisarios de la socialista Chivite se reúnen con los de Otegi para amarrar una abstención que le permita gobernar la Comunidad Foral de Navarra, tras haber llegado el PSOE a un acuerdo con Contigo y con Geroa Bay, que incluye al PNV, para conformar un gobierno de coalición tripartito en que el primero controlará Vivienda y el segundo Salud, mientras Chivite queda en manos de Bildu o no gobierna. Por su parte el PP ya gobierna con Vox en Aragón, donde el popular Azcón promete en su discurso de investidura rebajas fiscales, medidas medioambientales y luchar contra la violencia de género, con un gobierno estable a pesar de las diferencias con los de Abascal, rechaza practicar una política de “tierra quemada” y tiende la mano al “diálogo” y al consenso para que la Comunidad de Aragón avance.

            Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que fallece a los 95 años de edad Federico Bahamontes, el primer héroe del ciclismo español; que Daniel, hijo del actor Rodolfo Sancho, ingresa en prisión en Tailandia como autor confeso de asesinar y descuartizar a un cirujano colombiano, enfrentándose a ser juzgado por un delito de “asesinato premeditado”; que el asesinato de tres mujeres por violencia machista en sólo 24 horas, dos de ellos en presencia de menores, eleva todas las alarmas; que España se abrasa con la tercera ola de calor que la golpea con temperaturas superiores a 40 grados; que la banca se deja 3.100 millones en el Ibex tras el “impuestazo” sorpresa al sector del gobierno italiano de Meloni con un 40% de gravamen a los beneficios, aunque ha tenido que rectificar la medida tras perder su banca 9.000 millones; y que la población en España, único país mediterráneo donde cae la inmigración irregular, bate el record llegando a los 48.354.223 habitantes gracias a los inmigrantes, mientras aumentan las pateras a Canarias y mueren 41 personas en un naufragio cerca de la isla italiana de Lampedusa, y cuando Reino Unido inaugura un centro de inmigrantes flotante, un buque transformado al efecto, que recibe a los primeros solicitantes de asilo.

Fdo. Jorge Cremades Sena

lunes, 7 de agosto de 2023

UNA ESPAÑA INGOBERNABLE

 

                        Da la sensación de que los españoles hemos aprendido no lo suficiente desde aquel 11 de febrero de 1873 en que el Rey Amadeo I de Saboya, el primer rey español elegido por las Cortes Generales, abdicara del trono para regresar a Italia diciendo, supuestamente, la famosa frase “los españoles son ingobernables”, con lo que las mismas Cortes que le habían proclamado Rey tras el destronamiento de Isabel II proclamaban esa misma tarde la Primera República Española, supuestamente para afianzar la gobernabilidad del país. El de Saboya, durante su breve mandato de poco más de dos años, preñados de inestabilidad política y desencuentro entre los españoles y entre sus dirigentes políticos, había tenido que contar con seis gobiernos diferentes y, tras su renuncia “voluntaria” al trono se daba paso a la, para algunos, ansiada y esperanzadora república que empeoraba la situación, pues en apenas diez meses, contó hasta con cuatro presidentes o Jefes de Estado, no monarcas ni hereditarios, hasta que puso fin a la situación un pronunciamiento militar del general Martínez Campos para restaurar la Monarquía Borbónica con Alfonso XII, el heredero de Isabel II, y poco después se establecía una especie de democracia amañada y turnista entre los dos partidos principales, el conservador de Cánovas y el liberal de Sagasta, finiquitando así un periodo turbulento protagonizado por la guerra con Cuba, las guerras carlistas y las sublevaciones cantonalistas. Sin duda Amadeo de Saboya acertaba, España era ingobernable y, tras el amañado periodo de la restauración borbónica, instaurado con el Pacto de El Pardo de 1885 entre el conservador Cánovas y el liberal Sagasta, amigos íntimos, volvía de nuevo el patético desencuentro entre los españoles y el autoritarismo político que, al final, caracterizó casi todo nuestro siglo XX como es bien conocido, al desembocar de nuevo en la huida voluntaria en 1931 del siguiente rey, Alfonso XIII, para que los políticos españoles proclamaran la, también ansiada para algunos, Segunda República, no exenta de desencuentros insalvables entre los ciudadanos y los territorios, que llevarán a la posterior Guerra Civil (1936-1939), de unos españoles contra otros, que finalizaba con el triunfo de los militares y civiles sublevados, instaurándose con ello una larga dictadura militar con el general Franco a la cabeza hasta su muerte en 1975, en que, por fin, los españoles, deciden por primera vez en su historia consensuar una Constitución de convivencia, paz y libertad (la actual Constitución de 1978, aún vigente pero amenazada) en que caben todos y es respaldada en referéndum casi por la totalidad de los ciudadanos, finiquitando así el cáncer del anterior constitucionalismo español, basado en la imposición por el sector vencedor de los sucesivos pronunciamientos militares de su parcial Constitución elaborada siempre para favorecer a media España contra la otra media sin dar opción a la alternancia democrática, como, lamentablemente, algunos pretenden ahora. Sin duda, como decía Amadeo de Saboya, “los españoles son ingobernables”, pues, a pesar del largo periodo actual de paz y progreso en libertad, de nuevo, con la irrupción de radicalismos populistas el desencuentro de los españoles es cada vez mayor y el marco de derechos y también de obligaciones (comenzando por defender y acatar la legalidad constitucional), contemplados en Nuestra Carta Magna, está cada vez más amenazado apuntando con ello a una preocupante España, nuevamente ingobernable, cuando, si los representantes políticos democráticos de un pueblo son incapaz de aprender de los errores históricos cometidos en el pasado, se condena a ese pueblo al fracaso rotundo en el futuro…..y por desgracia ésta parece ser la opción actual, con el descomunal desencuentro entre los líderes de los dos partidos moderados mayoritarios, garantes de la estabilidad democrática, como son el PP de Feijóo, encadenado hoy al populismo de Vox, y el PSOE de Sánchez, encadenado hoy no sólo ya al populismo de Sumar, sino al secesionismo radical y totalitario de Bildu y ERC, y, muy especialmente, al de Junts, cuyo líder, fugado de la Justicia, tiene de momento la llave para decidir el futuro gobierno de España, eso sí, con leoninas exigencias chantajistas. Es obvio que, de seguir así, hemos aprendido bien poco de nuestra historia.

            En efecto, hoy asistimos a una intolerable e irresponsable ingobernabilidad con la pretensión malévola de imponer un “cordón sanitario” al partido más radical a la derecha (Vox), siendo el tercero más votado con el 12´4% de votos, pero sin hacer lo propio con los más radicales a la izquierda (Sumar), cuartos en votos con el 12´3%, ni, lo que es peor aún, con los radicalismos separatistas totalitarios (ERC, Junts, EHBildu y también el PNV) que, entre todos ellos, ni alcanzan el 7% de los votos, pues PP (con el 33´1% de votos y 137 diputados) y PSOE (con el 31´7% y 121 escaños) son incapaces de interpretar lo que han dicho los ciudadanos en las urnas y ambos entienden que es su líder quién ha de gobernar. Así las cosas, Abascal, ante el acoso y derribo de un hipotético gobierno PP-Vox, que casi todos esgrimen como impedimento para no apoyarlo por rechazo a la extrema derecha, decide finalmente, como solución para evitar que “los enemigos de España den la presidencia a Sánchez”, ofrecer sus diputados “gratis” y “sin condiciones” a Feijóo para que éste sea investido, lo que el líder popular considera “un avance” y pide paso para gobernar en solitario (superada la excusa del resto de no ver a Abascal como Vicepresidente), con lo que ahora el Ejecutivo, que estaba en manos de JxCat (con el derechista prófugo Puigdemont a la cabeza) queda en manos del PNV (dirigido por el derechista Ortúzar que se oponía rotundamente a un Ejecutivo PP-Vox), mientras el PSOE ve el camino despejado para la investidura de Sánchez y considera que “está hecho” y, al efecto, cambia el argumento de que el problema ya no es Vox sino el propio PP que se ha derechizado y ambos vienen a ser lo mismo (el cordón sanitario se traslada así de no sólo a Vox sino también al PP, que ha gobernado durante bastantes años), cínico argumento que sin duda será aplaudido por los hipotéticos socios y aliados de Sánchez (¿también por el PNV?, esa es la cuestión ahora), como argumento para evitar que el PP acceda a gobernar, cuando son ellos quienes pretenden finiquitar lo que llaman el Régimen del 78, es decir, la actual democracia española, es decir, la del consenso ciudadano. En definitiva, Feijóo ofrece ahora un gobierno en solitario y monocolor con “acuerdo amplio constitucional”, cuando, según NCReport, el 56´4% de los españoles prefiere otras elecciones antes que pactar con independentistas, más del 50% modificaría la ley electoral para evitar depender de los nacionalistas, el 68´7% insta a Sánchez a no cumplir las exigencias del prófugo Puigdemont y el 58´4% cree que un nuevo Gobierno Frankenstein sería ingobernable.

            Y mientras el PP de Feijóo ofrece al PNV un puesto en la Mesa del Congreso (cuenta con “171 síes garantizados” a la espera de CC), pretendiendo mover el “no” peneuvista y amarrar el “sí” de CC, el PSOE de Sánchez se fija el final del otoño para investir a Sánchez, confiando en que “el caso Tsunami” se juzgue en Barcelona y allane las negociaciones con el secesionismo, mientras Puigdemont refuerza el ala de Junts que quiere dejar caer a Sánchez y el PSC de Salvador Illa (el ala nacionalista del PSOE) normaliza su frente con Junts y ERC mediante 38 pactos locales y provinciales en Cataluña, cuando Bolaños les pide que rebajen sus exigencias y Sánchez veta el pacto con el PP de Ceuta para aislar más a Feijóo con el argumento de que “no es momento de pactos” cuando el acuerdo con el popular Vivas suponía dejar gobernar a la lista más votada y ello chocaría con la estrategia de no hacer lo propio a nivel nacional con Feijóo. Por su parte el PP a nivel territorial pacta con Vox el Gobierno en Aragón, dando a los de Abascal dos consejerías (una de ellas con rango de Vicepresidencia), en su cuarta gran alianza autonómica, mediante un acuerdo gubernamental que incluye derogar la Ley de Memoria en la CA aragonesa, reformar la Ley Trans y acabar con la “ideología” en las aulas, mientras el popular Jorge Azcón, futuro presidente regional aragonés que pretendía gobernar en solitario, se ausenta en el acto de firmas del acuerdo; en definitiva un acuerdo de ochenta puntos para un gobierno estable y contra la “violencia machista” en Aragón, siendo el primer acuerdo en que se reconoce expresamente el término, que deja a Murcia como único pacto PP-Vox en el aire, cuando las derechas gobiernan ya en alianza (en las demás que gobiernan tiene el PP mayoría absoluta) en cuatro autonomías con diez millones de ciudadanos. Es obvio que Ferraz frustra un acuerdo PP-PSOE en Cauta, que estaba ya casi cerrado, por mero “tacticismo” político ya que “no es momento de pactos, sino de vacaciones” y los ceutíes, como el resto de españoles, pueden esperar, pues “con el PP de Feijóo no se pacta”, mientras Vivas recalca que “la seguridad de la Ciudad es cuestión de Estado”, y es obvio que el objetivo de Sánchez es aislar al partido popular, el más votado en las urnas, imponiéndole un “cordón sanitario” que reedita el patético Pacto del Tinell de 2003 en Cataluña, pero ahora extendido a toda España.

            Entretanto, mientras el popular López Miras da la espalda a Vox, convencido de que, al tener más votos que toda la izquierda junta, “la única opción del gobierno es el PP”, Bildu provoca en Navarra con una marcha contra España en Etxarri Aranatz e irrumpe en Estella con la “ikurriña”, siendo desalojada por la policía municipal la concejal bilduetarra Elisabet Ciordia por colarse en el balcón del Ayuntamiento y mostrar una ikurriña en el chupinazo que da inicio a las fiestas, mientras la podemita Belarra muestra su agresividad contra Yolanda Díaz, líder de Sumar y fiel aliada de Sánchez, al extremos de incomodar a parte de la Ejecutiva de su partido, Podemos, que podría incluso dejar su militancia. Por otro lado el Gobierno busca condonar sólo parte de la deuda autonómica para favorecer sólo a Cataluña, desencadenando una guerra regional por pretender cambiar deuda por votos para conseguir Sánchez su investidura, cuando Cataluña acumula 71.852 millones de deuda con el Estado, casi el 40% del FLA (el Estado ha inyectado en una década a las CCAA 417.000 millones, mientras entre Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía deben al FLA tanto como las ayudas de la UE) y los barones del PP señalan ya la vía judicial contra el Gobierno si hay quita catalana, cuando la reforma de la financiación autonómica amenaza con ahondar en la España de ricos y pobres, pues, según Ángel de la Fuente, director de Fedea, “extender el Concierto Vasco a Cataluña es muy mala idea”, mientras ERC y Junts, presumibles socios de Sánchez, rechazan el “café para todos” en la condonación de la deuda autonómica.

            Por lo que respecta a otros asuntos, cabe citar que la contaminación de un pantano deja sin suministro de agua potable a 161 municipios de Salamanca y Zamora, mientras la sequía impone restricciones a casi nueve millones de españoles; que seis de cada diez viviendas se compran al contado con las hipotecas a un 48% más caras; y que la derecha frena tres centros de acogida de refugiados y el Gobierno ve amenazada la construcción de los mismos en Logroño, Valladolid y Camargo en Asturias y pide que se le informe de los nuevos plazos para avanzar en los acuerdos ya firmados antes del 23-M.

Fdo. Jorge Cremades Sena