No sé si,
como dice la última encuesta de NCReport, Rajoy sale reforzado de la
investidura fallida de Sánchez, pues ya no sabe uno si las encuestas sirven
para pulsar el estado de opinión de la ciudadanía o, por el contrario, sirven
para generar un nuevo estado de opinión política de cara al futuro, ya que, en
términos generales, más bien aciertan poco en sus vaticinios. En todo caso,
según la citada encuesta (aunque se publicarán otras que digan lo contrario),
si hubiera nuevas elecciones, volvería a ganar el PP con el 29´2% de los votos
y obtendría entre 125-128 escaños, ganando entre dos y cinco de los que tiene
ahora; le seguiría el PSOE con el 21´8%, obteniendo entre 87-90 escaños,
perdiendo hasta tres escaños o, en el mejor de los casos, quedando como está;
la tercera fuerza seguiría siendo Podemos y sus marcas con el 20´2% y entre
64-67 escaños, perdiendo entre dos y cinco; y seguiría como cuarta fuerza
Ciudadanos con el 14´9% que le darían entre 42-46 escaños, entre dos y seis más
de los que tiene. Ya ven, ganarían votos PP y Ciudadanos, que, en el mejor de
los casos, no llegarían a la mayoría absoluta, quedando a dos escaños de la
misma, mientras que PSOE y Podemos no sumarían ni lo que tienen ahora. ¿Deseos
o realidades? No lo sé. Lo que sí sé es que, visto el comportamiento
irresponsable de la mayoría de nuestros políticos, a los ciudadanos nos toca
aguantar la farsa de unos y otros, más preocupados de su precampaña electoral
(ya en marcha por si, al final, hay elecciones) que de la gobernabilidad,
urgente y necesaria, de nuestro país para despejar incertidumbres internas y
exteriores que nos están causando tremendas dificultades para salir de la crisis
de forma definitiva. Esta es la triste realidad y el irresponsable juego de los
líderes partidarios que saben perfectamente algo tan sencillo de entender como
que, para afrontar las reformas (incluidas las constitucionales) que necesita
España se hace imprescindible la colaboración entre PP, PSOE y Ciudadanos, respetando
obviamente el papel que a cada uno de ellos le dieron los españoles en las
urnas. Tan sencillo como eso, guste o no guste. Todo lo demás es seguir
mareando la perdiz vaya usted a saber con qué tipo de objetivos.
Sin embargo en esta
ceremonia del despiste y la confusión a la ciudadanía, sólo caben banales
argumentos para justificar lo injustificable en beneficio propio y no en
beneficio del interés general. Hoy mismo el propio Iglesias en televisión deja
clara su banalidad ideológica pues al ser preguntado qué haría si el Rey le
propusiera para ser investido, dice tajante, que le diría que no tiene la
mayoría necesaria para serlo, pero al insistir la periodista que eso sería lo
que hizo Rajoy, él manifiesta que nada que ver ya que Rajoy ganó las
elecciones. ¿Pueden entender semejante incoherencia y disparate? Y en este
ambiente chabacano de frivolidades, Rivera elige cerrar filas con Sánchez para
dejar a Rajoy aislado, tras afirmar por activa y pasiva que siempre apoyaría
por responsabilidad a la lista más votada; Ciudadanos hace piña con el PSOE
fiando su futuro a la alianza con los socialistas y pactando, tras el no rotundo
del Congreso, negociar juntos, mientras Podemos ya les dice “no”; el PSOE
alerta a Podemos del riesgo sobre pactos locales ya que si Iglesias no apoya a
Sánchez será difícil mantener los acuerdos en los Ayuntamientos; Sánchez mantiene
el Congreso del PSOE en mayo para blindar su candidatura ya que los barones le
darán una última oportunidad antes de exigirle que ceda el testigo, tan
estrepitosamente fracasado; Sánchez se jacta de que “quien quiera ser candidato
debe tener más de 130 votos” (su gran éxito político, el pacto con Rivera);
Moncloa acusa a PSOE y Ciudadanos de “adulterar” la negociación, rechazando el
pacto Rivera-Sánchez porque el Congreso lo tumbó; Podemos les exige que retiren
el documento; los populares arrecian sus ataques contra C´s para recuperar
votos y tachan a su líder de “banderillero”, contestándole que “antes de
prescindir de Rajoy iremos a elecciones”, aunque el Presidente se sentará a
dialogar con PSOE y C´s sin la condición de que renuncie a la Jefatura del
Ejecutivo; Rajoy sostiene “no soy rencoroso, es posible restañar las heridas”
y, aunque dolido por las acusaciones del candidato socialista, se muestra
dispuesto a “ceder” para lograr el único gobierno estable verosímil, el de la
gran coalición, ya que “es hora de defender los intereses de España” pues “la
tarea de la recuperación no está aún terminada” por lo que afirma tajante “voy
a dar esa batalla”, batalla que, salvo que cambien sustancialmente las cosas,
está de antemano perdida, como lo estaba la de Sánchez. Y entretanto en
Zarzuela se aguarda a que “los políticos muevan ficha”, mientras el Rey (quien
por cierto tiene un 60% menos de actos desde el 20-D, quedando pendientes de la
incertidumbre sus viajes a Japón, Puerto Rico y Portugal) recibe a Patxi López
para que le informe oficialmente del estrepitoso fracaso de la investidura de
Sánchez.
Con semejante
berenjenal, no extraña que, mientras el Parlament se dispone a tramitar las
leyes de ruptura de Catalunya en secreto, Otegi abogue por la ruptura de
Euskadi con España, llamando a “abrir un segundo frente secesionista” tras el
de Cataluña y asegurando que no hay otro camino que la ruptura, mientras miles
de simpatizantes “abertzales” le homenajeaban en San Sebastián, donde además
llama a sumarse al proceso secesionista a la izquierda emergente, en clara
referencia a Podemos, y anuncia la refundación de la izquierda “abertzale” con
un programa social para frenar a los podemitas en las elecciones.
Entretanto, en este
anunciado país de las maravillas con la “nueva política”, mejorar las cosas en
CCAA y Ayuntamientos no es que mejoren, incluso en algunos empeoran y están a
la gresca entre los aliados (socialistas, podemitas, izquierdistas, nacionalistas….),
aunque, eso sí, son abundantes las medidas pintorescas, como la del
Ayuntamiento de Valencia con sus semáforos “paritarios” para visualizar la
igualdad de género poniendo falda a los muñecos de los pasos de peatones;
esperemos que no causen traumas a las miles y miles de mujeres que suelen usar
pantalones como prenda de vestir y, esperemos que, al igual que aquel despropósito
de la ministra Aído de los “miembros y miembras” no pretendan ahora añadir el
de “los semáforos y las semáforas”, aunque, visto lo visto, de esta gente
podemos esperar cualquier cosa, pero, de momento, parece que se conforman con
lo de semáforo con falda-pantalón (un gran avance, como ven, para la igualdad
de géneros). Más grave es el asunto de Madrid (mal de muchos, consuelo de
tontos), para algunos ya como la “ciudad sin ley” en la que tras múltiples
rectificaciones y meteduras de pata de Carmena y sus muchachos, en una batalla
campal, justo al mes de eliminar los antidisturbios, ha habido catorce policías
heridos de diversa consideración.
En otros asuntos cabe
citar que las grandes constructoras despiden personal por el parón de la obra
pública; que en la compraventa, mediante subasta, del local de una oficina de
Bankia se ha producido un pelotazo de 2´6 millones, y eso que se adjudicó a la
oferta más cara; y que, mientras un prejubilado independentista está al asalto
de la cúpula de UGT, el sindicato pide encarcelar al empleado que destapó el
fraude en Andalucía, acusándole de revelación de secretos por copiar 22.500
archivos cuando ejercía de administrativo.
Y en el exterior
destacar que en EEUU la fractura social causada por la crisis abre camino a
Trump, pues un duelo en la ultraderecha decidirá el futuro ya que las primarias
de los republicanos se encaminan a un mano a mano entre él y Cruz, los dos
candidatos más extremistas (por cierto, ha muerto Nancy Reagan a los 94 años de
edad); que China afronta el reto de limitar su crecimiento sin agravar las tensiones
sociales, mientras crecen los negocios ilegales para burlar los controles
aduaneros en plena desaceleración; y que el Partido de los Trabajadores de
Brasil se moviliza en apoyo de Lula, quien pidió que se movilizaran contra su
detención por su presunta vinculación en el “caso Petrobras” y muchos
brasileños así lo hicieron por las calles de Rio de Janeiro (seguramente al día
siguiente gritarán que todos somos iguales ante la ley; en fin, sin
comentarios).
Jorge Cremades Sena
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