Dice
Pablo Casado, vicesecretario del PP, que “el 155 es un aviso para navegantes en
Cataluña y otras regiones” mientras el Gobierno toma el control de la
Generalitat pese al desafío de Puigdemont que, una vez destituido, mantiene el
pulso por la independencia y, haciendo caso omiso a su cese, ignora su
destitución, compareciendo en TV3, que le sigue presentando como President de
la Generalitat, para, como tal, dirigirse a los catalanes pidiéndoles
“oposición democrática al 155”, un nuevo boicot del ex President que, en caso
de proseguir, podría enfrentarle a un nuevo delito por usurpación de funciones
que se sumaría a los, más que probables, delitos de desobediencia,
malversación, prevaricación, sedición y rebelión. Por tanto la aplicación del
155 es incluso mucho más que un “aviso para navegantes” en aguas turbulentas
antidemocráticas ya que además de ser cesados los gobernantes democráticamente,
se enteren o no de ello, pueden dar con sus huesos en prisión durante una larga
temporada. Y en esta toma de control, para restaurar la democracia en Cataluña
y afianzarla en España, el Presidente del Gobierno español, delega sus
funciones en la Vicepresidenta para dirigir y coordinar la operación, en tanto
que sus ministros asumirán las competencias concretas que desempeñaban sus
consellers homólogos cesados, quienes, con mayor o menor agrado, van asumiendo
su realidad personal de destituidos. Así pues Santamaría y Montoro serán las
piezas clave de la intervención en Cataluña para garantizar unas elecciones
legales (y no chapuceras e ilegales como las de Puigdemont) con todas las
garantías democráticas al amparo del 155 que ya venían preparando desde abril
ante la deriva del Govern, hoy destituido. Ya de entrada Ferrán López, hasta
ahora “número dos” de los Mossos (Zoido les ha dicho “os recuerdo vuestra
obligación de obedecer”), releva en el cargo al cesado Trapero, quien, a
diferencia de Puigdemont, ha asumido con normalidad su cese decretado por
Zoido, el Ministro de Interior, a cuya disposición se ofrece López, asumiendo
el control de los Mossos y dejando sin escolta a los exconsellers. Rajoy confía
así en Santamaría para aplicar un 155 de “trámite” en la Generalitat, siendo
piezas clave de la intervención ya iniciada el control de las cuentas, el de la
Informática y el de la policía autonómica. Por otro lado los partidos
secesionistas se inclinan finalmente por presentarse a las elecciones del 21-D,
convocadas por Rajoy (la CUP había dicho que no se presentaría y que ese día lo
convertirían en una jornada de paellas -pero ya ven, las palabras y las
promesas se las lleva el viento…. y la pela, traducida en sueldos, es la pela-
y los demás dudaban si presentarse o no), con lo que, despejada la incógnita,
los líderes de ERC, PDeCAT (o PDeCUP, como más les guste) y la CUP se plantean
ahora si conformar una lista única o cada uno por separado, mientras que en
Podemos Pablo Iglesias desautoriza a los anticapitalistas podemitas (más afines
con la CUP que con la confusa amalgama ideológica que convive en Podemos) que
reconocieron la “república catalana”. Mientras tanto la Fiscalía se dispone a
presentar la querella por rebelión contra Puigdemont en la Audiencia Nacional y
contra Forcadell en el Tribunal Supremo, en tanto que los Mossos no permitirán
al ex Govern entrar en sus despachos y ya han recibido órdenes de retirar los
retratos del ya ex President Puigdemont de las comisarías.
Y
mientras los soberanistas llaman a la resistencia, mientras se preparan para
las elecciones y los habitantes de Barcelona respiran aliviados frente a tantas
jornadas de vértigo e incertidumbres, se desarrolla en la Ciudad Condal una
multitudinaria manifestación en defensa de la unidad de España, con cientos de
miles de personas en la calle clamando contra el separatismo en medio de
banderas españolas y senyeras catalanas y pidiendo que el 21-D sirva para que
Cataluña recupere la sensatez secuestrada por los independentistas. Por fin,
tras el exitazo de la anterior manifestación convocada por la Sociedad Civil
Catalana, la Cataluña silenciosa y silenciada llena de nuevo las calles contra
la independencia, para demostrar que el pueblo catalán es mucho más que el
independentismo, y quiere llenar las urnas en diciembre, para cambiar el rumbo y
restaurar la democracia. Una manifestación en la que dirigentes del Gobierno de
España, de Ciudadanos, del PSOE y del PP encabezan la protesta, conocedores de
que los partidos constitucionalistas sólo necesitan unos 300.000 votos más
entre todos ellos para vencer en las urnas al soberanismo no sólo en votos,
como hasta ahora, sino en escaños y poder así formar un nuevo Govern que busque
la estabilidad, la confianza y el bienestar de todos los catalanes y no sólo la
de aquellos que les sean fieles con orejeras. Una manifestación esperanzadora
por la concordia y la convivencia pacífica, sin exclusiones ni estigmas
descalificatorios, en la que, entre los oradores elegidos, Borrell manifiesta
que “Junqueras es un totalitario absoluto” y “Colau, una emperatriz de la
ambigüedad”, y Frutos, refiriéndose a los independentistas, asegura que “los
traidores son ellos, enfrentan a la gente y se cargan su libertad”. Verdades
como puños; a las pruebas me remito, ya que están a la vista….Corregirlo pues
es de lo que se trata.
Entretanto,
según los sondeos, la mayoría de catalanes es favorable a que se convoquen
elecciones y el 71% considera que la senyera, bandera constitucional donde las
haya, es la bandera que mejor los representa. Y aunque aún es prematuro, según
SigmaDos, en caso de elecciones autonómicas, los resultados y estimación de
voto serían: ERC obtendría el 26´4% de los sufragios y entre 41-43 escaños;
PDeCAT, 9´8% y entre 13-15 (con lo que
el actual Junts pel Sí pasaría del 39´5% actual al 36´2% y de 62 escaños a
entre 54-58); CUP, 6´3% y 7 escaños (frente al actual 8´2% y 10); CSQP-Podemos,
11% y 13 escaños (frente al 8´9% y 11); Ciudadanos, 19´6% y 26-28 escaños
(frente al 17´9% y 25); PSC, 15´1% y 20-22 escaños (frente al 12´7% y 16); y
PP, 8´7% y 10-12 escaños (frente al 8´5% y 11). Basta con sumar porcentajes y
escaños para tener claro que los independentistas (ERC, PDeCAT y CUP)
obtendrían en conjunto el 42´5% del voto y entre 61-65 escaños; que los
constitucionalistas (Ciudadanos, PSC y PP) obtendrían en total el 43´4% del
voto y entre 56-62 escaños, quedando en medio de ambos bloques el indeciso y
confuso CSQP-Podemos con su 11% y sus 13 escaños que tendría la potestad de
inclinar la balanza del futuro Govern hacia el soberanismo o el
constitucionalismo. Además la encuesta sostiene que más del 55% de los
catalanes está en contra de la independencia, pues a la misma contesta sí el
33´5%; no, el 58´3%; y el 8´1% no sabe o no contesta. En fin, aunque los
partidos claramente independentistas estarían lejos de la mayoría absoluta, los
claramente constitucionalistas les ganarían en votos pero no en escaños (como
sucedía en el Parlament disuelto de Forcadell en el que además conformaban
dicha mayoría ajustada), pero todo quedaría condicionado por lo que decidiera
la amalgama de partidos podemitas de Pablo Iglesias, Ada Colau y compañía,
siempre imprevisible, pues Catalunya Sí Que es Pot tendría la llave de la
gobernabilidad en Cataluña. ¿Es esto lo que quieren los catalanes mayoritariamente?
En fin, ellos sabrán, la última palabra es suya y habrán de manifestarla en las
urnas el próximo 21 de diciembre…. ¡ojala que acierten, por el bien de
Cataluña, de España y de la UE!
Lo
incomprensible es que, a pesar de todo, a pesar de tanta incertidumbre, España
siga creciendo y, tras la grave crisis sufrida, el paro, que sigue siendo
mucho, se sitúe a su nivel más bajo desde 2008 y recupere más de 19 millones de
ocupados en el tercer trimestre de este complicado y turbulento año 2017 a
causa de la crisis catalana que incluso planea sobre las elecciones inminentes
en Córcega y en otros territorios europeos con ensoñaciones nacionalistas y
separatistas. Sin lugar a dudas, España es un gran país y sería mucho mejor si
entre todos quisiéramos mejorarlo.
Finalmente
cabe citar que el jurado declara culpable a Morate por el doble crimen de
Cuenca. Y en cuanto a los deportes se refiere, destacar que en plena
efervescencia del independentismo el Girona (tierra de Puigdemont) remonta,
2-1, ante el Real Madrid, que se aleja hasta ocho puntos del Barça, que ganó al
Bilbao por 0-2.
Jorge Cremades Sena