jueves, 30 de abril de 2020

LA NUEVA NORMALIDAD


                        Sánchez anuncia su “plan de desescalada” para conseguir su “nueva normalidad” a la que se llegaría tras cuatro fases comprendidas entre el 4 de mayo y finales de junio; un plan establecido sin acuerdo alguno ni con la oposición ni con las CCAA, ni con los agentes sociales y económicos, por lo que, de entrada, tanto el PP como los nacionalistas se desmarcan del mismo en medio de bastantes críticas por parte de los demás agentes. El anunciado plan, decidido unilateralmente por el Gobierno, se aplicará por provincias e islas a distinto ritmo, con lo que cada demarcación irá avanzando (o no) para superar cada fase y poder pasar a la siguiente, siempre que consiga una serie de criterios establecidos o parámetros como, entre otros, camas libres de UCI, tasa de contagios, etc etc. Así, cada una de las fases de dos semanas de duración, tendrá un nivel y posibilitará el alcance de un disfrute diferente dentro del confinamiento. En líneas generales para la primera fase, o fase 0, que abarcará del 4 al 10 de mayo, se permitirá, entre otras cosas, paseos, peluquerías con cita y bares con comida para llevar; para la fase 1, del 11 al 24 de mayo, apertura de terrazas e iglesias con aforo limitado a un tercio del normal; para la fase 2, del 25 de mayo al 7 de junio, centros comerciales, teatros y futbol a puerta cerrada; y para la fase 3, del 8 al 21 de junio, playas, discotecas y transporte público al 100%. Un plan, en definitiva, impreciso e inconcreto, que más bien parece una declaración de intenciones, una especie de borrador, aceptable desde el punto de vista teórico pero que, en la práctica, deja demasiadas incertidumbres, preocupaciones y contradicciones desde el inicio, entre ellas que, salvo cuatro islas (Formentera, Hierro, Gomera y La Graciosa), que superan los parámetros de la fase cero e iniciarán el itinerario desde la fase uno, todo el resto de territorios inicie el plan de desescalada desde el nivel cero cuando hay lugares que, como dichas islas, cuentan con idéntico nivel para iniciarlo desde el nivel uno, y cuando incluso hay siete CCAA (Extremadura, Murcia, Valencia, Canarias, Andalucía, Asturias y Baleares) que ya reúnen las condiciones para iniciar el desconfinamiento desde la fase uno, pero se ven obligadas a iniciarlo desde el mismo nivel cero que las restantes, cuando algunas de éstas (especialmente Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha o Castilla-León) incumplen los parámetros incluso para iniciar la fase cero, si nos atenemos a la tasa actual de letalidad o de infección. Otros asuntos del plan en discusión son la demarcación provincial (el Gobierno hasta se abre ya a cambiar las provincias por áreas sanitarias), la limitación de la movilidad a la provincia hasta la última fase o el timorato proceso establecido para reactivar la economía con condiciones insuficientes e inviables para lograr tan necesario objetivo. Todo ello cuando se tiene la sensación de que, al no haberse hecho los deberes en tiempo y forma, se pretende ahora cargar las tintas en evitar, como sea y al precio que sea, un rebrote de la infección, cuando, siendo este objetivo muy importante, lo esencial y lo que hay que garantizar es que, en caso de que surja un rebrote (siempre posible salvo que toda la población estuviera confinada eternamente y aislada en sus casas), se cuente con los medios suficientes para controlarlo y erradicarlo lo antes posible, lo que requiere, entre otras cosas un previo y concienzudo estudio de la situación de la pandemia, que, lamentablemente, no se ha hecho en España, entre otras cosas por la escasez de test (y otros materiales sanitarios), admitiendo por fin el Gobierno que ha hecho menos test de los que dice al dar Sanidad, por vez primera, datos precisos al respecto (pese a que Illa habló de 47.000 PCR diarias, en diez días habrían aumentado sólo en 100.000), mientras a la OCDE se daba un dato inflado (incluyendo todo tipo de test y no sólo los PCR), con lo que situaba a España entre los mejores países, el octavo, para, resuelto, el entuerto, tener que bajarla al lugar decimoséptimo. Al final, el necesario estudio serológico para marcar la desescalada es totalmente irreal, pues, aunque Sanidad empieza ahora a poner los test en marcha para 90.000 personas, sus conclusiones, previstas para junio, no serán relevantes al no haberse hecho suficientes diagnósticos al principio.
            La realidad es que con 212.917 infectados, 24.275 fallecidos y 108.947 altas hospitalarias, España inicia un “plan de desescalada” que genera inquietud en el mundo empresarial (industria, hoteles, hostelería, inmobiliarias y grandes almacenes temen que sea insuficiente para la reactivación económica), mientras nacionalistas y el PP, junto a otros partidos de la oposición, dejan en el aire o niegan su apoyo a una nueva prórroga de la alarma, que pretende Sánchez, acusándole de apostar por “un estado de tutela permanente”, y mientras Pymes y autónomos ven inviable el plan (el sector hostelero calcula que más del 30% de los negocios no podrán abrir sus puertas; la patronal del turismo afirma que sin movilidad entre provincias hasta el final del plan de desescalada no habrá hoteles; y espectáculos, salas de música, teatros y bares creen que con el aforo limitado a un tercio no podrán funcionar, sencillamente porque no es rentable). Una desescalada sin calendario y en continuo estado de alarma desde mayo hasta, como pronto, finales de junio, con la que Sánchez busca imponer su “nueva normalidad” ignorando a las CCAA (primero decide y luego las convoca para informarlas, en vez de hacer lo contrario) y sin someterlo al Congreso de los Diputados, como, entre otros, acaba de hacer Francia, por lo que sólo el Gobierno decidirá sobre la apertura escalonada de comercios, los desplazamientos entre provincias o la vuelta al deporte o al colegio, que en principio será en septiembre con el nuevo curso escolar, salvo para clases de refuerzo y guardería para padres que trabajan. Entretanto Sánchez constata su soledad, con críticas de sus socios y de la oposición, mientras los juristas cuestionan las sucesivas prórrogas del estado de alarma, que limita derechos, en tanto que Rufián sentencia al Presidente preguntándole amenazadoramente “¿le importa la Legislatura?”, aunque Casado mantendrá el “sí” a las medidas de excepción por las víctimas. Por su parte, Rafael Matesanz, fundador de la Organización Nacional de Trasplantes, manifiesta que “se han parapetado en los técnicos para tomar decisiones políticas”, que “antes del 8-M había indicios más que sobrados para tomarse en serio el peligro” y que “los expertos escogidos para gestionar la crisis sanitaria no han estado acertados”. Por su parte, el socialista García-Page sostiene que “Iglesias es listo, se queda la parte positiva, pero no le saldrá bien”, que “sólo saldremos de ésta si el PSOE piensa exclusivamente en España”, que “Sánchez debe buscar el máximo consenso, es una crisis sin ideología” y que “cientos de miles de madrileños han podido traer la enfermedad a Castilla La Mancha; pero no quiero estigmas, todos somos españoles”.
            Y en este espacio de incertidumbres, cabría destacar también que Illa estudia fijar turnos en las salidas a la calle para evitar aglomeraciones; que se investiga la compra de mascarillas “fake” a un intermediario del PSOE balear; que pierde peso el Comité que preside Teresa Ribera; que los súper chinos de Madrid se adelantan a la “nueva normalidad” con control de temperatura; que empresas nacionales exportan test PCR porque no se los compra España; que muchos juristas creen “disparatado” gobernar con órdenes en el BOE de Illa y piden volver ya a la normalidad legislativa, alertando de que “es un Estado de excepción encubierto”; que España no prevé una apertura de las fronteras hasta octubre, con lo que estaremos sin turismo extranjero; y que hay un verdadero colapso en las ayudas del Gobierno, pues un millón de afectados por ERTEs y despidos no podrán cobrar las ayudas gubernamentales en mayo por la saturación del Servicio Público de Empleo Estatal ante la avalancha de casos. Y como las condiciones concretas y precisas para la escalada de fases son imprecisas e incluso inexistentes, el Gobierno acompañará el tránsito de una a otra con una especie de manual de instrucciones para saber cada quien a qué atenerse y en qué estadio está.
            Por lo que se refiere a la economía, la pandemia provoca el peor trimestre para el empleo desde 2013, mientras el Gobierno aparca el plan para reclutar personal sanitario extranjero. En efecto, 848.000 empleos suspendidos tras los 15 primeros días de crisis (285.000 perdidos y otros 562.900 afectados por un ERTE), mientras, según Moody´s, España necesitará un rescate y ayudas europeas de 150.000 millones, esperando que el Gobierno pida dicho rescate para pagar la deuda. Sólo en Sanidad y residencias hay más de 37.000 despedidos, mientras Amazon, el gigante del comercio en Internet, se convierte en el gran empleador, siendo la tabla de salvación para quienes, habiendo perdido su empleo, ahora se convierten en repartidores. Entretanto el Gobierno busca un mayor control de la Justicia en plena crisis económica y en pleno estado de alarma, utilizando el colapso de los juzgados para intervenir por decreto en el Poder Judicial, de espaldas a la oposición y a jueces, fiscales, abogados y funcionarios. Por su parte el Rey, que ya ve “luz verde al final del túnel” y dice que “no nos podemos relajar y hay que ser muy prudentes en la fase en la que estamos” e implica a destacadas personalidades de la cultura, la ciencia, el deporte y la empresa para establecer un plan con el que recuperar la confianza internacional en la capacidad de España para superar la crisis, convirtiéndolos en una especie de “embajadores” con el objetivo fundamental de reflotar la imagen de España en el exterior.
            Respecto a otros asuntos cabe citar que Canarias y Baleares, como otras zonas turísticas, están en alarma por el hundimiento del turismo; que el Gobierno se dispone a evitar la asfixia de Iberia con créditos blandos y España consensuará con Alemania y Francia una solución para las aerolíneas; que la Liga de Futbol iniciará los test masivos a futbolistas el próximo martes y espera volver a mediados de junio para acabar la competición; y que ya son casi 21 millones de españoles quienes cobrarán del Estado, con lo que más del 40% de los españoles vivirá del erario público tras el confinamiento, pues sólo un tercio de la población dispondrá de un empleo remunerado.
            Y del exterior, destacar que Ángela Merkel, verdadero “anticuerpo” político contra el coronavirus, combina su lado más humano con una política de hierro ante la crisis; que los desbordados servicios funerarios en EEUU ofrecen en Nueva York ataúdes de cartón en vez de madera, para acelerar el proceso de incineración; que se desata cierta alerta pediátrica por la aparición de cuadros clínicos graves en niños detectados por pediatras en varios países europeos; que Francia comienza su desconfinamiento el 11 de mayo y hará 700.000 test a la semana; que las muertes se disparan en Reino Unido y ya superan a las de España; y que China da por vencida la crisis y convoca a 3.000 delegados a su asamblea política.
Jorge Cremades Sena

lunes, 27 de abril de 2020

HACIA LA DESESCALADA


                        El Gobierno se dispone a iniciar una desescalada gradual y progresiva en medio de discrepancias con las CCAA, que quieren pivotarla en sus respectivos territorios, aunque Sanidad lo tiene bien claro y afirma que “la desescalada la dirige el Gobierno” y que las CCAA, cuya presión para el fin del encierro ya desborda al Ejecutivo, sólo saldrán del confinamiento cuando hagan test a toda persona con síntomas (los famosos y escasos test que ya debieran haberse aplicado a gran parte de la población). Es obvio pues que las CCAA proponen y el Gobierno, con todo el poder en sus manos, dispone en una desescalada por territorios mientras Illa enfría las expectativas de las autoridades autonómicas vetando sus hojas de ruta ya que será el Ejecutivo y no las comunidades quien dirigirá y autorizará los planes para un desconfinamiento gradual seguro cada vez más deseado. De entrada, las CCAA que quieran suavizar el actual encierro tendrán duras condiciones del Gobierno que les exige un nivel de capacidad sanitaria para evitar que el sistema colapse en caso de un rebrote de contagios y pide “habilitación de hoteles para casos leves que no puedan aislarse en un domicilio”, pues no se trata de salir pronto y mal sino a su debido tiempo y bien, con las mayores garantías de éxito posibles. No obstante las CCAA presentan sus planes y alternativas, como dividir entre  días pares e impares, por más que el Ministerio las rechace y diga que es competencia “suya” el desconfinamiento. Así las cosas, por decisión gubernamental, los niños menores de catorce años ya pueden salir a pasear por un área inferior a un kilómetro de su domicilio y durante una hora diaria acompañados por un mayor que conviva con ellos, mientras los más mayores amenazan con protestas si son los últimos en poder abandonar el confinamiento, tras el anuncio de Sánchez de que a partir del 2 de mayo, si siguen disminuyendo los contagios, se podrá salir a pasear, correr y hacer deportes individuales, aclarando que el Consejo de Ministros del martes día 28 aprobará por fin el plan de desescalada progresiva, mientras Illa admite ante los alcaldes que no existe aún un plan para desconfinar y el ministro Duque reconoce que “no teníamos planes concretos y operativos para una pandemia”, lo cual es cierto, lo que no debe servir de excusa para no reconocer los aciertos y errores de gestión que se cometan para salir del laberinto. Entretanto, Illa anuncia que hay por primera vez menos contagiados que curados tras eliminar a los diagnosticados con los test rápidos o de inmunidad, afirmando que se han “limpiado” los datos para valorarlos mejor. La realidad es que con 223.759 infectados, 23.190 fallecidos y 98.732 altas médicas, nuestros niños vuelven a salir a la calle después de 42 días de confinamiento, quejándose algunos de que “ni siquiera podemos jugar a la pelota”, mientras los expertos alertan de un brote tras la salida de los menores y de que son necesarios los test para garantizar la seguridad, que obviamente dependerá, entre otras cosas, de la responsabilidad individual de cada uno de nosotros. Y aunque el primer día de paseo de los niños se ha vivido con bastante normalidad, lamentablemente se han dado algunas aglomeraciones indeseables en espacios públicos, pues muchos españoles aprovecharon la autorización de paseo de los niños para desbordar las reglas, justo cuando el Gobierno confirma que a partir del dos de mayo los mayores también podrán salir a pasear, mientras pide a las CCAA que doblen las camas de UCIs, cuando sólo siete de las regiones españolas están cerca de los parámetros exigidos para una necesaria desescalada que en ningún caso debiera empeorar la situación de mejoría experimentada en estas últimas semanas de confinamiento.
            Por su parte los sanitarios se querellan contra el Gobierno por poner en riesgo su salud con actuaciones “negligentes”, mientras los farmacéuticos andan indignados y denuncian que la fijación de precios llega 41 días tarde y el Ministerio les condena ahora a sufrir pérdidas, cuando, haciendo caso de las recomendaciones de acopio, adquirieron los productos más caros de lo que ahora se les obliga a vender. Además las oficinas comerciales en China se desentienden de las reclamaciones ya que nadie de Sanidad les consultó las compras “fake”. Y es que la intervención del precio de las mascarillas colapsa el mercado, pues los importadores advierten de que los fabricantes asiáticos derivan las ventas a otros países y las empresas españolas dicen que no pueden cubrir los costes, sopesando parar la producción. Entretanto se publica que Illa contrató por 4´2 millones a una empresa sin empleados, encargando a una abogada, especialista en concurso de acreedores, los suministros para las pruebas de coronavirus y que la empresa de los test defectuosos no tenía permiso para vender en España. Al parecer Sanidad ignoró una lista de proveedores fiables para las compras, pues, nada más estallar la pandemia, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria puso en su conocimiento listados de empresas fiables para adquirir respiradores, test y mascarillas con garantías. La realidad es que Sanidad retira ahora miles de mascarillas dudosas que repartió en funerarias, dándolas por buenas sin homologar y, aunque ahora rectifica, avala no obstante la compra de EPIs para los médicos sin sello europeo con la consecuente pérdida de calidad…..y luego, pasa lo que pasa.  Por su parte Galicia empieza el estudio que el Gobierno viene aplazando, pues el Servicio Gallego de Salud inicia los test epidemiológicos que servirán para definir la auténtica dimensión de la pandemia, los mismos que el Gobierno lleva tiempo demorando.
            En estas circunstancias nos disponemos a una desescalada, tan necesaria como preocupante, mientras los policías se pagan los test que no les hace Interior, mientras algunas cosechas se realizan sin mascarillas ni respetar la distancia de seguridad y mientras Sanidad retrasa sin fecha los test a los futbolistas. No obstante, el Gobierno llama a las CCAA a duplicar la capacidad de las UCIs, instando a que los hospitales tengan un circuito especial para enfermos de coronavirus, mientras, según algunos, el “bulo” de los recortes de Sanidad del PP, que crece sin parar desde 2013, aunque haya más gasto sanitario que antes de 2008 y la Sanidad esté transferida a las CCAA, gobernadas por distintas opciones políticas, ponga el acento en reproches mutuos, que en nada benefician ahora la salida de la crisis, mientras la gran batalla científica contra el Covid-19 prevé tratamiento eficaz en otoño, dando así los científicos un resquicio a la esperanza. Por lo demás, cabe citar que Díaz-Ayuso desaira a Sánchez y a los presidentes autonómicos, pidiendo intervenir la primera para abandonar la teleconferencia y asistir a una ceremonia por las víctimas en la catedral de La Almudena, mientras el Gobierno elude cumplir el luto oficial por los muertos del coronavirus, pues, además de no hacer ni caso a la propuesta de Casado a nivel nacional, en tres de las cuatro CCAA que lo han decretado (Castilla y León, Murcia, Comunidad de Madrid y Cantabria) sus edificios evitan la bandera a media asta y sólo en tierras cántabras, donde el PSOE comparte el poder con el regionalista Revilla, se ha sumado al luto, mientras en las demás lo pospone sin fijar fecha alguna.
            Todo esto con el ojo puesto en qué hacer de cara a la descomunal crisis económica que se avecina y en cómo salir de ella, mientras el consenso entre partidos se abre paso en autonomías y municipios, avanzando más el diálogo en dichos ámbitos que en el Congreso de los Diputados, aunque Ayuso se aparte de los barones del PP que pactan sin demasiados problemas con el PSOE. Para empezar, Sánchez boicotea de alguna forma el pacto acordado con el PP y registra con Podemos la comisión parlamentaria sin contar para nada con el principal partido de la oposición y fijar así unilateralmente la metodología de trabajo, mientras Arrimadas busca hacer de puente entre PSOE y PP. Por otro lado Sánchez niega a las CCAA un fondo como el que él mismo reclama en Europa, al negarse a la solicitud de varias de ellas de un “fondo extraordinario no reembolsable” para afrontar los gastos de la crisis. Y mientras España tendrá que colocar este año 300.000 millones de deuda, un 50% más de lo previsto, los trabajadores en situación económica de paro alcanzan ya los nueve millones, en tanto que el “salvavidas” de los 200.000 millones de Sánchez sigue sin llegar a las empresas (la banca asume un 22% del riesgo en los créditos avalados por el ICO, limitando la movilización de abundante financiación privada prometida por el Presidente del Ejecutivo) y la pandemia frena el plan para limitar los alquileres hasta ver la evolución del mercado en medio de un atasco descomunal en la tramitación de los ERTEs. En fin, la cosa está como para no pactar acuerdos y consensuar cómo afrontar juntos semejante panorama. Dice la ministra de AAEE, Arancha González Laya, que “los brotes de populismo retrasarán la salida de la crisis”, aunque “la respuesta europea frente a la crisis del coronavirus comparada con la de 2008 está siendo más rápida”…… y lleva razón, aunque cabría añadir que los cálculos electoralistas de unos y otros podrían causar más daño todavía, con el riesgo de abocarnos a un definitivo callejón sin salida.
            Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que Urkullu plantea celebrar elecciones vascas en julio; que Educación quita el límite de suspensos de la Lomce para pasar de curso; que la Princesa Leonor y la Infanta Sofía recuerdan la tragedia del coronavirus mientras participan en la lectura de fragmentos de El Quijote con motivo del Día del Libro, lamentando que “muchos niños han perdido a sus abuelos”; que el ministro Castells pide a las universidades que pregunten a los estudiantes cómo evaluarlos, mientras su inacción aviva la rebelión de éstos pidiendo más facilidades en medio del rompecabezas de montar la Selectividad, siendo tarea casi imposible reunir a miles de estudiantes sin que se contagien; y que el Poder Judicial censura a Iglesias por sus inapropiadas críticas a los jueces y cuestionar la Justicia, replicando Podemos que no acepta “lecciones de pulcridad democrática” mientras echa un órdago y desautoriza a la portavoz Montero….. y el CGPJ “con absoluto y rotundo rechazo” critica la frase de Iglesias arremetiendo contra la sentencia de la portavoz podemita Serra, porque, según el gobierno de los jueces, crea “sospechas inaceptables” sobre la independencia judicial cuando la base de cualquier sistema democrático es la separación de poderes. Y Sánchez sin decir ni mu sobre Iglesias, a quien comprende como líder de otro partido, que no es el suyo, pero ¿le comprende como Vicepresidente de su Gobierno? Esta es la cuestión.
            Y del exterior, destacar que China teme otro Wuhan en la ciudad fronteriza de Harbin; que la exitosa gestión de la crisis del coronavirus en Alemania consolida a Merkel; que la comunidad médica advierte del peligro para la salud que entrañan las estrambóticas sugerencias de Trump y recomienda “por favor, no coman detergente ni se inyecten desinfectante”, mientras el Presidente estimula la economía de EEUU con tres billones de dólares; y que la UE respalda la creación de un fondo para la reconstrucción sin aclarar cómo se financiará, aunque la cuantía del plan quede aún sin concretar y será objeto de más negociaciones, en tanto que Merkel defiende una intervención “enorme”, Holanda pide contención y Macron alerta de que “Europa no tiene futuro si no encuentra una respuesta”, mientras Lagarde pide a los líderes europeos que reaccionen y advierte que “el PIB caerá un 15%” y mientras el Consejo Europeo, dividido, sigue debatiendo en cómo hacer viable dicho fondo y su financiación, pues países del norte ofrecen préstamos reembolsables y países del Sur, como Italia o España, piden que sean transferencias a fondo perdido……la pelota está en el tejado.
Jorge Cremades Sena

jueves, 23 de abril de 2020

RECTIFICAR ES DE SABIOS, PERO….


                        Cierto que rectificar es de sabios, pues mantenerse en el error es sencillamente irracional, pero, dicho esto, también es cierto que rectificar permanentemente es de necios, pues proponer inconvenientes de forma permanente pone en evidencia la ausencia de racionalidad en las propuestas, lo que, si es anecdótico, tiene un pase (cualquiera se equivoca alguna vez en la vida), pero si es permanente, es muy preocupante. Y algo de esto sucede a Sánchez y a su gobierno de coalición que, instalado en el error, sólo acierta cuando rectifica. El último de los ejemplos (los hay a decenas) atañe al precipitado anuncio de un permiso para que los niños puedan salir a la calle en pleno confinamiento acompañados de sus progenitores, lo que simplemente requiere decidir a qué niños se aplicará y cuándo, cómo y dónde lo harán para garantizar por un lado su necesidad de disfrutar diariamente del aire puro y hacer ejercicios físicos en pleno periodo de crecimiento, y, por otro lado, mitigar al máximo posible el riesgo de contagio del coronavirus en plena pandemia. Pues bien, algo tan simple como establecer dicho plan y, una vez establecido y concretado, anunciarlo públicamente con pelos y señales, se ha convertido en un espectáculo desde que, sin tenerlo hecho todavía, el Presidente se permitiera anunciar precipitadamente la salida de los niños sin ninguna concreción, al extremo de no saber ni qué niños se verían beneficiados por la medida según su edad. Y no conforme el Gobierno con la incertidumbre e inquietud generadas, da un paso más y, por fin, anuncia que los niños sólo saldrían para acompañar a alguno de sus progenitores a supermercados, bancos o farmacias, lugares como ven totalmente idóneos para el esparcimiento de los menores y el alejamiento de contagios, generando un aluvión de críticas tanto de los partidos de la oposición, como de los padres y especialistas, al extremo de obligar al ministro Illa a volver a improvisar en pocas horas para no poner en peligro la convalidación inminente del decreto de nueva prórroga del estado de alarma en el Congreso, de tal manera que, si a las 15 horas el Ejecutivo sostenía que los niños sólo podrían acompañar a sus padres al “súper” y a otros inadecuados lugares, a las 21 horas, sin mucha mayor concreción (seguía instalado en la improvisación), anunciaba que los menores de 14 años “podrán dar paseos”, dejando el resto de detalles (nada menos que el cuándo, el cómo y el dónde) para el próximo sábado, en que Illa, supuestamente, nos dejará clara la medida para que al día siguiente pueda ser aplicada a los menores….y a sus padres. Una innecesaria tormenta política, generada por un Gobierno rebasado, poco reflexivo e incoherente, que propone absurdas medidas improvisadas que tiene que rectificar al instante por mero sentido común. A estas alturas, aunque el ministro Illa dice que no explicará los detalles hasta el sábado por más que el PP le exige que lo haga ya, vamos conociendo con cuentagotas algunos pormenores, filtrados a la prensa, como que los niños hasta los catorce años podrán salir a pasear con su padre o madre, quienes podrán hacerlo llevando hasta tres niños, a menos de un kilómetro de sus viviendas y siempre, en todo caso, “acompañados de un adulto”. Y es que, a todas luces, “un parque es menos peligroso que un súper”, por ejemplo, desconociéndose la lumbrera o lumbreras que en el inicio decidió que los supermercados, los bancos o las farmacias eran más idóneos para los niños que las calles, las plazas o los jardines. Ya ven, rectificar es de sabios y bienvenida sea la rectificación del Gobierno, pero hacer demasiadas propuestas improvisadas, que han de cambiarse al instante por mero sentido común, es de necios.
            Por otro lado, gracias a una nueva rectificación de Sánchez, se acuerda negociar con Casado ese pretendido pacto nacional para la reconstrucción, pero en una Comisión del Congreso y no en una mesa, al estilo de la del “secesionismo catalán”, como pretendía el Presidente y lo proclamaba a los cuatro vientos, mientras lo pactaba con otras fuerzas políticas antes de negociarlo con el líder de la oposición. Al final, negociar, sí, pero en el Congreso, con luz y taquígrafos, tras lograr Casado que Sánchez aceptara que los acuerdos de reconstrucción se pacten en comisiones parlamentarias y no en La Moncloa, y, para empezar, le hacía una serie de propuestas: en materia socioeconómica, pagar las prestaciones por ERTE, liquidez suficiente para autónomos y empresas, apoyos específicos a los sectores más afectados, supresión del impuesto de sucesiones a las familias de fallecidos por coronavirus, paga extra para sanitarios y sueldo bruto para trabajadores esenciales; en materia de libertades democráticas rehabilitar el Portal de Transparencia, garantizar la neutralidad de TVE y en la relación del Gobierno con los medios privados y explicaciones por la limitación de la libertad de expresión en las redes sociales; y en materia sanitaria material de protección para la ciudadanía, test masivos en toda España y decretar el luto nacional. Y mientras PSOE, Podemos y Ciudadanos rechazan que la comisión se use para investigar al Gobierno y que sea para buscar un pacto nacional, el Banco de España prevé una caída del PIB entre el 6´6% y el 13´6% y que la recuperación será muy lenta, en tanto que Bruselas da un varapalo al Ejecutivo corrigiendo el déficit de 2019 y el Presidente se niega a responder por tres veces si acudirá al fondo de rescate mientras la prima de riesgo vuelve a dispararse pese a la tregua del precio del petróleo. Entretanto Gabilondo propone a Ayuso un pacto de reconstrucción para la Comunidad de Madrid, mientras la hostelería en toda España ya diseña escenarios de total asepsia para cuando acabe la alarma y se vuelva a la actividad, como burbujas higiénicas alrededor de cada huésped que se someterá a test rápidos, se protegerán con mascarillas y guantes y no harán cola para el bufé, mamparas en los restaurantes para separar las mesas y reducción de aforos.
            Y en este ambiente la pandemia sigue causando estragos, dejando ya en España 208.389 infectados, 21.757 fallecidos y 85.915 altas hospitalarias, resistiéndose a doblegar la curva para iniciar la desescalada, cuando el Congreso de los Diputados concede una nueva prórroga del estado de alarma solicitada por el Gobierno que nos lleva hasta el día 9 de mayo. La oposición (menos Vox y la CUP, que votan en contra, y ERC que se abstiene) aprueba la prórroga pese a denunciar la caótica gestión del Gobierno, sus improvisaciones y mentiras, en un Congreso cada vez más hostil a Sánchez, a quien Casado dice que “el Covid-19 es el iceberg y usted el Titanic”, mientras Moncloa pide a las CCAA su plan para una desescalada (para algunos a ciegas), que el Presidente anuncia para mayo y “escalonada”, mediante un formulario para que cada región detalle su modelo, en tanto que los presidentes autonómicos advierten de que no hay ni test ni mapas epidemiológicos…..y, obviamente, sin esto puede pasar cualquier cosa. Casado en el Congreso deja en evidencia a Sánchez, proponiendo y logrando un minuto de silencio en el Hemiciclo por las víctimas, cuando se conoce, según estudio del Instituto Carlos III que el coronavirus entró en España en febrero y por 15 vías diferentes, descartando un “paciente cero” y demostrando que el patógenos se expandió antes de lo que se creía. Además se publica que la ministra Díaz contrata a una clínica privada para hacer 500 test a sus empleados y ficha también a otra empresa para reforzar la atención telefónica ante el alud de ERTEs; que Sanidad compró test y mascarillas sin licencia y a coste abusivo (pagó 26 euros por cada test inservible, más del doble de su valor en mercado, y los 2´1 millones de mascarilla adquiridas en China no tenían autorización para uso hospitalario) mientras el 70% de las enfermeras confiesa haber ejercido sin la suficiente protección; que Sanidad sabía ya en febrero que necesitaban protección segura y ahora serán equipados por orden judicial ya que el Supremo revisará cada quince días que los sanitarios vayan protegidos; que Consumo se plantea revisar el IVA de las mascarillas tras publicarse que ahora es el 21% siendo hoy artículo de primera necesidad, aunque lo eliminará sólo cuando se fabriquen en España y vayan destinadas a hospitales y centros sanitarios, pero no a farmacias, donde las más baratas habrán de venderse como máximo a 0´96 euros; y que Sanidad retiró las mascarillas cinco días después de saber que eran falsas, tal como alertó el gobierno de Aragón, por lo que miles de profesionales han estado expuestos y tendrán que hacerse test para saber cuál es su estado de salud. No obstante, hay noticias alentadoras como el fin de la morgue del Palacio de Hielo de Madrid, símbolo de la pandemia con la imagen de féretros en una pista de patinaje. Por otro lado la pandemia sigue llevándose por delante las fiestas populares a lo largo y ancho de España, como las de San Fermín, que se añade a la lista tras las Fallas, la Semana Santa y la Feria de abril sevillana, entre otras muchas.
            Pero además cabe añadir a todo lo anterior el malestar en las Fuerzas de Seguridad con Moncloa, que veta las preguntas sobre el uso político del Instituto Armado, en un claro indicio de que “el Gobierno utiliza a la Guardia Civil como escudo” tras el “lapsus” de su general Jefe en el sentido de que trabajaban para minimizar las críticas al Ejecutivo, aunque al final pudo matizar sus palabras en el sentido de “minimizar los bulos”, que no las críticas. Por cierto, Facebook investiga cuentas falsas para apoyar al Gobierno que viralizaban los mensajes de Sanidad, pues el video de Simón en el que explica cómo se reducen los casos acumula más de 49.000 “likes” cuando la media es de 3.000. Todo ello cuando se conoce que la portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Isabel Serra, ha sido condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid a 19 meses de cárcel por un delito de atentado contra la autoridad tras “insultar”, “haber dado empujones” y “arrojado objetos” contra miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado…..pero el problema ya no sólo es una conducta inapropiada, sobre todo en un representante de la ciudadanía, pues un mal momento lo puede tener cualquiera (el alcalde socialistas de Badalona, acaba de hacer algo parecido, por lo que ha dimitido “ipso facto”), pues el problema se agrava cuando en vez de ser censurado por su partido sus dirigentes, como ha hecho Iglesias y Montero arremeten encima contra la Justicia tras la condena de su portavoz, al extremo de que el CGPJ ha tenido que salir al paso de las inapropiadas declaraciones nada menos que del Vicepresidente del Gobierno por manifestar que le “invade una sensación de injusticia”…….y es que se puede entender que Pablo Iglesias, como persona, se emocione cuando los manifestantes arremeten y agreden a los policías, pero es totalmente inaceptable que Pablo Iglesias, como miembro del Gobierno, considere injusta una sentencia tras probar la comisión de delitos por más que éstos emocionen al Vicepresidente, que ha prometido o jurado cumplir y hacer cumplir la Ley.
            Por lo que respecta al exterior cabe citar que Netanyahu encabezará un Ejecutivo de gran coalición en Israel; que el mercado del petróleo de EEUU sufre un descalabro sin precedentes, al extremo de cotizar en negativo, mientras Trump sale en auxilio del sector petrolero y promete ayudas ante la amenaza de 1.100 quiebras en el sector; que arrecian las críticas a China por falta de transparencia sobre el virus y por su despliegue de propaganda sobre su supuesta eficacia en el control de la pandemia, siendo los gobiernos más críticos en Europa el de Francia y Reino Unido; que en la frontera entre EEUU y Méjico se vive una situación explosiva con unos 2.500 migrantes aglomerados en el campamento de refugiados de Matamoros, a orillas del Río Bravo, cuando Trump amenaza además con suspender todo tipo de inmigración a EEUU; que Italia volverá a las calles con mascarilla y distancia social a partir del 4 de mayo; que Alemania abre el primer juicio al régimen de Siria por sus crímenes; y que Cuba aprovecha la crisis para hacer negocio con sus médicos en 21 países, pues su política de exportación de doctores supone para La Habana 6.400 millones de dólares anuales. Pero la noticia más impactante está en la UE y en el plan de ayuda para afrontar la crisis económico-social que se avecina, el italiano Conte desvela que España quiere acudir al fondo de rescate europeo (España por fin lo desmiente) y dice que no lo vetará para no perjudicar al Gobierno español, mientras Timmermans, el Vicepresidente Primero de la Comisión, afirma que “la propuesta española puede ser la base para el compromiso europeo”, por su parte Bruselas propone un fondo contra la crisis de 1´6 billones (cifra muy similar a la propuesta española, pero no se basa en deuda perpetua como pretende España); Sánchez, que dialogó el lunes con los líderes de Francia, Alemania, Italia y Holanda, afronta esta tarde una cumbre europea de vital importancia entre señales de distensión con esta inyección económica sin precedentes, que podría complicarse por el pulso entre Italia y los Países Bajos, mientras las primas de riesgo siguen subiendo (la de España se sitúa en 155 y la de Italia en 250 puntos) y presionan al BCE en tanto que Lagarde anuncia que aceptará “bonos basura” para bajar la tensión; hoy los Veintisiete intentarán llegar a un acuerdo para cerrar esa especie de “Plan Marshall” de alrededor de billón y medio de euros, que irá en beneficio de toda la UE en su conjunto y de cada uno de sus Estados miembros…..lo contrario, el caos más profundo para todos.
Jorge Cremades Sena

lunes, 20 de abril de 2020

RENTA MÍNIMA VITAL


                        Sin lugar a dudas se ha generado una polémica acerca de la pretendida renta mínima vital, que propone el Gobierno de coalición, polémica no sólo dentro de los propios miembros del Ejecutivo sino en el resto de opciones políticas y sectores sociales. Y no es para menos, pues un somero cálculo económico de la medida, que no es coyuntural o circunstancial sino que viene para quedarse, nos llevaría a un compromiso de gasto mínimo anual de unos 5.500 millones de euros en plena crisis económico-social y sanitaria, por lo que habría que ver cómo se afronta en circunstancias de clara recesión económica y laboral que se avecina. No es pues baladí la polémica generada, dentro del Ejecutivo como en el resto de fuerzas políticas y sociales, sobre la aplicación de esta medida, necesaria por otra parte, pues no se trata de un debate entre buenos, que quieren dotar a todo el mundo de condiciones dignas de supervivencia, y malos, que pretenden matar de hambre a los sectores más desfavorecidos. Ni se trata de vender la medida como una novedad, un antes y un después desde la nada al todo, en la protección de los sectores más desprotegidos ya que en la actualidad, tanto las CCAA como los Ayuntamientos, ya destinan buena parte de sus recursos a tan noble objetivo social, como no podía ser de otra forma en una sociedad avanzada como la nuestra. Se trata por tanto de generalizar y homogeneizar a nivel de Estado una urgente necesidad; de coordinarla con los territorios para que sea lo más homogénea posible y no surjan desajustes indeseables; de estudiar una serie de situaciones familiares y de cuantías suficientes de renta mínima para que no sirvan de acicate a un rechazo de un mercado laboral precario con rentas más bien escasas, temporales y a tiempo parcial en un contexto crónico de economía sumergida en nuestro país; y, en definitiva, de buscar pactos con las autonomías y municipios para completar sus rentas de inserción y absolver progresivamente los subsidios no contributivos actuales articulando la ayuda a través de las familias, de las que ya se definen hasta doce tipos distintos, con el objetivo de optimizar los recursos, siempre escasos, evitando duplicidades y picarescas que serían contraproducentes para el objetivo que se pretende. Y todo ello no se consigue de la noche a la mañana, requiere tiempo, pues no es cuestión de hacerlo rápido y mal, como pretende el populista Pablo Iglesias, sino adecuadamente y bien, como quiere el socialista Escrivá, pues, no en vano, la medida estaba prevista para ser aplicada y estudiada concienzudamente a lo largo de la legislatura y ahora no se puede, ni se debe improvisar ni tomarla precipitadamente, aprovechando la tragedia provocada por la crisis del coronavirus. No en vano, el ministro Escrivá, frente a lo que sostiene Iglesias, cree que faltan “flecos”, mientras Iglesias intenta a toda costa imponer una medida, que no es coyuntural sino permanente, al margen de otras consideraciones, entre ellas la viabilidad de la misma una vez pasada la tormenta. No en vano los ministros económicos socialistas intentan frenar la presión de los populistas y sus contubernios con el Presidente Sánchez, al extremo de que Escrivá, tiene que enterarse por la prensa, como él mismo ha dicho, de que el Vicepresidente comunista ya había cerrado con Sánchez acelerar la medida, mientras el Gobierno renuncia a presentar los Presupuestos ante la falta de apoyos para sacarlos adelante (todavía estamos con los Presupuestos de Rajoy). Por tanto, renta mínima vital sí, pero acompañada de una memoria económica y un estudio adecuado que la haga viable; no una chapuza más que finalmente, como tantas otras de marcado carácter electoral y populista, frustre las expectativas de la mayoría de los ciudadanos.
            Y en este enrarecido ambiente, cuando se prevé que la reactivación económica no llegará hasta finales de año en el mejor de los casos (turismo y ocio no se reactivarán hasta entonces) y cuando casi 920.000 autónomos comienzan a recibir la prestación extraordinaria en pleno atasco burocrático en el desarrollo de los ERTEs, el Gobierno social-comunista de Sánchez da la espalda a las empresas con ayudas seis veces menores que las de Alemania y la mitad que las de Francia con gobiernos conservadores y liberales. Entretanto Sánchez convoca a las fuerzas políticas de la oposición y de la coalición gubernamental a un gran pacto para salir de la galopante crisis económico-social y política que se vecina, a lo que, con mayores o menores reticencias y matices, todos han dicho “sí” salvo Vox y la CUP que se niegan a cualquier diálogo con el Ejecutivo. De un lado los independentistas pretenden retomar cuanto antes la mesa de diálogo para la negociación secesionista, de otro lado Arrimadas, aunque critica la inconcreción del pacto que pretende el Presidente y se indigna porque no le propuso nada en los cuarenta minutos de reunión por videoconferencia, se presta a una colaboración en esa “mesa de reconstrucción” o foro de partidos que propone el Jefe del Ejecutivo. Y a la espera de lo que resulte de la reunión de hoy entre Sánchez y Casado por videoconferencia, aplazada por las reticencias del líder popular al no haber sido convocado en tiempo y forma por el Presidente, el líder de la oposición, clave indiscutible para cualquier acuerdo futuro solvente, adelanta que apoyará a Sánchez “sólo para salvar vidas, no para arruinar España”, mientras los “barones” defienden que intente el gran pacto y, aunque desconfían de Sánchez, entienden que su líder debe llevar una alternativa, en tanto que Moncloa busca apoyo a los Presupuestos y diálogo en Sanidad y Educación. En efecto, a pocas horas de la videoconferencia Sánchez-Casado, el líder del PP manifiesta: “el presidente pretende ganar tiempo a costa de repartir errores entre todos”, “si quiere hablar con todos los grupos hagámoslo en el Congreso, no en una Mesa” y confiesa ante el Ibex que “Sánchez quiere lo de Zapatero en 2010 y le diré que no” ya que sólo busca compartir la responsabilidad de los ajustes, rechazando sentarse en una “mesa” con ERC y Bildu, aunque se muestra abierto a cerrar acuerdos económicos y sociales con el Presidente, pero no darle un “cheque en blanco”; y mientras empresarios y ex políticos trasladan a Ferraz y a Génova la necesidad de que se cierre un acuerdo para hacer frente a la crisis, Casado incluso sale al paso de las lógicas críticas por saltarse el confinamiento el ex Presidente Rajoy para hacer deporte y añade “desconozco dónde iba Rajoy, sí he visto a Sánchez e Iglesias saltarse la cuarentena”. Todo ello cuando, según SigmaDos, se refuerza el bipartidismo y castiga a Vox y Podemos, pues el PSOE obtendría hoy un 31´7% de los votos, 3´7 puntos más que el 10-N; el PP un 25´4%, 4´6 puntos más; Vox un 11´9%, 3´2 puntos menos; UPodemos un 11´5%, 1´3 puntos menos; y Ciudadanos un 5´4%, 1´4 puntos menos…… ya ven, demoscópicamente las espadas siguen en alto y muy igualadas entre la izquierda y la derecha.
            Entretanto la pandemia y su gestión sigue su curso en plena polémica por el recuento de los fallecidos, cuando ya son 191.726 los infectados en España, 20.453 los fallecidos y 77.357 las altas médicas, mientras los expertos desconocen por cuanto tiempo está a salvo quien ha superado la infección. En efecto, son miles de muertos y están mal contados mientras Cataluña se suma a Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura, gobernadas por opciones políticas distintas, para exigir a Sanidad que modifique el método de conteo de los fallecidos en domicilios y residencias de ancianos (las CCAA suman 11.300 muertos en residencias sin comprobar las causas y Sanidad no contabiliza a quienes fallecen sin haberle hecho un test PCR) en tanto que el Presidente de la Sociedad de Geriatría avisa de que “vamos a ver un repunte en los centros cuando lleguen los test; nos han despistado los antecedentes y se ha actuado tarde”. En fin, un caos de datos que siembra dudas sobre el fin del confinamiento, mientras Sanidad afirma que necesita “una mayor calidad” de las cifras para organizar la vuelta a las calles e insiste en contabilizar sólo casos confirmados de infectados y fallecidos pese a la escasez de test, cuando la generalización de los mismos es pieza clave para intentar garantizar el fin progresivo del confinamiento más o menos de forma solvente para evitar el regreso de un nuevo repunte de la pandemia; al final, Sanidad establece un nuevo método de recuento después de 34 días y dicta una orden para garantizar las mascarillas (otro elemento clave de cara a la vuelta a las calles) cinco semanas después del estado de alarma, en tanto que las CCAA proponen diecisiete maneras para llevar a cabo la desescalada, que se aproxima, y en la conferencia de presidentes varios líderes exigen decidir ellos cómo dirigir el desconfinamiento, que Sánchez considera que ha de hacerse por territorios y de forma asimétrica. No obstante, Sánchez comparece en “prime time” para anunciar la petición de una nueva prórroga de la alarma hasta el 9 de mayo, aunque elude concretar ningún itinerario sobre el confinamiento, pero dice que los niños podrán salir “un rato” desde el 27 de abril (España confina aún a los niños al 100%) y que la desescalada se hará por zonas, “según criterios técnicos”, aunque sin aclarar cómo (varios países ya han suavizado el encierro y el resto ha precisado cómo lo hará). Entretanto cabe añadir que Renault reanuda la producción de cajas de cambio en su fábrica de Sevilla tras aplicar un ERTE y lo hace con medidas de seguridad como la toma de temperatura al entrar en cada turno de trabajo; que Sanidad de Madrid cree que los niños no deben salir aún a la calle; que Torra busca reforzar el independentismo durante la crisis, por lo que el Govern impulsa sus propias medidas frente a las del Ejecutivo; que Más Madrid ofrece apoyo total a Almeida y por boca de Rita Maestre invoca un pacto de la Cibeles para hacer frente al coronavirus en Madrid; que, según encuesta de 40dB, un 59% de los españoles apoya un confinamiento más estricto aún; que la atención primaria será una pieza clave para controlar los contagios; que el Gobierno mantiene el IVA de las mascarillas en el 21% pese a ser de primera necesidad; que, según Fernández Vara, presidente de Extremadura, “esta crisis se llevará por delante a toda la clase política de España” y “habrá un antes y un después en el turismo”; y que Sanidad cae en un nuevo “timo” y retira miles de mascarillas “fake”, mientras el Gobierno considera “proveedor de confianza” a la empresa que le vendió las mascarillas defectuosas, generando indignación entre los profesionales (entregó 350.000 unidades defectuosas en Madrid, Cataluña o Andalucía con un nivel de penetración de material filtrante cinco veces por encima del recomendado). ¡Ah, y parece ser que en la videoconferencia Sánchez-Casado, que acaba de terminar, ambos han sentado las bases para esa mesa de reconstrucción!
            Y mientras cuatro CCAA se descuelgan del plan educativo del Gobierno (la orden ministerial para que casi todos los alumnos pasen de curso no se aplicará en Madrid, Castilla y León, Andalucía y País Vasco, en tanto que Murcia lo acatará aunque no suscribe el documento y Cataluña anuncia que prepara su propio decreto), lo que preocupa a profesores y alumnos, mete la pata el General y Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil José Santiago, al manifestar que “trabajamos para minimizar el clima contrario al Gobierno”, provocando una tormenta política en pleno debate sobre la restricción de la libertad de expresión en España…..y mientras Interior, por boca de Marlaska, dice que ha sido un “lapsus” del General, la oposición pide a Sánchez que aclare si pidió a Interior perseguir las críticas, pues PP, Ciudadanos y Vox le exigen que dé explicaciones urgentes, y los populares piden la comparecencia en sede parlamentaria del Ministro así como que el Presidente del Gobierno aclare “si ha ordenado a los Cuerpos de Seguridad coartar la libertad de expresión de los ciudadanos para tapar sus errores”, mientras una serie de juristas avisan de que “el peor virus es la censura”.
            Por lo que respecta al exterior cabe citar que la economía China retrocede por primera vez desde 1976; que la gestión de la crisis acaba con el periodo de gracia de Boris Johnson, arreciando las críticas a su Ejecutivo; que el trumpismo contra el confinamiento es alentado por el propio Trump; que Von der Leyen pide perdón a Italia por el abandono de la UE al reconocer la presidenta de la Comisión Europea que los socios “no estuvieron ahí cuando el país necesitaba una mano tendida”; que España propone un gran fondo de deuda perpetua de la UE, por lo que el Gobierno planteará en la cumbre del jueves transferencia de hasta 1´5 billones, una propuesta ambiciosa pero negociable con Merkel; y que Alemania anuncia que ha controlado el brote y ofrece ayuda a España, mientras aumenta la desconfianza mundial hacia China tras reconocer un 50% más de fallecimientos, mientras un informe afirma que Hong Kong evitó el colapso sanitario y económico por su gestión de la crisis.
Jorge Cremades Sena

jueves, 16 de abril de 2020

EL FMI VATICINA LA HECATOMBE


                        Menuda semanita llevamos desde que acabara la Semana Santa y la industria y la construcción salieran de la hibernación para incorporarse al trabajo en plena guerra por las mascarillas y poder trabajar con unas mínimas condiciones de seguridad sanitaria. Y para colmo el FMI, a quien líderes de América Latina urgen a dar un apoyo decidido, nos da la puntilla vaticinando una hecatombe mundial a causa de la pandemia, dejando como peor malparados a países como España o Italia, que  no acaban de levantar cabeza. En efecto, el FMI, que estima que el déficit en España se disparará al nivel que dejo Zapatero, prevé un paro del 20´8% y una caída del PIB del 8% para este año, siendo la recesión pronosticada para nuestro país la más acusada desde la Guerra Civil, mientras la economía global retrocederá un 3% y la de la eurozona un 7´5%, aunque, si la pandemia queda pronto bajo control, el crecimiento será vigoroso en 2021. Un dantesco panorama que nos lleva a la época de la Gran Depresión, ya que, a nivel mundial, sería la mayor recesión desde el crac de 1929, que tan aciagas consecuencias trajo; asimismo advierte de que España e Italia tardarán más en salir de la crisis que el resto de países desarrollados y que la recuperación mundial se retrasará a 2021, siempre que no haya otro repunte de la pandemia. España e Italia sufrirán daños más intensos, no sólo ya por sus estructuras económicas, sino por haberse visto forzadas a tomar medidas muy drásticas, algunas incluso algo tardías. Y en este siniestro panorama, nacional e internacional, lo menos deseable son desencuentros políticos, titubeos e improvisaciones, pues ningún gobierno por fuerte que sea puede sacar por sí sólo a su país de semejante agujero, ni ningún país puede sacudirse las pulgas sin contar con ámbitos internacionales más amplios. Lamentablemente no es el camino que está tomando España, pues los desencuentros entre Gobierno y Oposición son manifiestamente visibles, y los desencuentros entre distintos ministros del Ejecutivo de coalición sufren del mismo mal. Valga como ejemplo de lo primero la patética sesión de control al Gobierno en el Parlamento, la primera desde que se decretara el estado de alarma, en la que Casado se planta ante Sánchez, tachándole de “arrogancia” y un “insulto” por haberse enterado por una rueda de prensa del Consejo de Ministros en televisión de que el Presidente le convocaba a un encuentro para hoy sin consultarlo previamente con Génova, con lo que el líder popular aplaza el encuentro para la próxima semana “por sus mentiras”  y exige a Sánchez que se negocie “con luz y taquígrafos en el Congreso” ya que no se fía de él, desligándose de momento de un gran pacto y abogando por acuerdos parciales. Por otro lado, mientras VOX y la CUP se desligan totalmente de cualquier acuerdo con Sánchez, PNV y ERC, que no lo descartan, asumen que no pueden cobrarse lo pactado en la investidura y marcan distancias con los PGE. Y valga como ejemplo de los segundo, es decir, de los desencuentros dentro del Ejecutivo (el enésimo desencuentro) el asunto de la “renta vital mínima” que, entre tiras y aflojas, parece que finalmente Sánchez, tras optar por el plan Escrivá y desautorizar a Pablo Iglesias, rectifica de pronto y, como pretende éste, lo adelanta a mayo tal como exige el líder de Podemos, al extremo de que el Ministro Escrivá dice públicamente que se acaba de enterar por los medios cuando en sede parlamentaria acababa de decir que se haría en unos meses. En fin, no son las mejores formas de encauzar una crisis galopante que exige sangre, sudor y lágrimas por parte de todos en vez de arrogancias y pulsos entre los distintos líderes políticos y gubernamentales que estiman de qué manera pueden sacar más beneficios partidarios, cuando no son tiempos de proclamas y propagandas sino de adoptar decisiones valientes, concienzudamente planificadas, y sin improvisaciones ni veleidades.
            Entretanto prosigue la pandemia dejando un reguero de muerte y sufrimiento entre una población confinada de la que salen los sectores industriales y de la construcción, en medio de una improvisada entrega de mascarillas, sin que se sepa si es un requisito aconsejable u obligatorio. Algo es algo, dirán algunos, aunque no haya suficiente acopio de los materiales tendentes a combatir eficazmente la enfermedad y se critique que la vuelta a la actividad laboral no se consultó al Comité Científico, en tanto que la OMS teme un “rebrote mortal” si se relajan las medidas, y las empresas advierten de que “no podremos cumplir”. La realidad es que todavía no nos hemos situado de forma clara en la “desescalada” tan añorada por todos y que entre altibajos seguimos situados en esa meseta que parece inmensa (hoy mismo ha habido un repunte de infectados y fallecidos en España), en la que ya hay 177.633 infectados, 18.579 fallecidos y 70.853 altas, en plena guerra por el recuento de fallecidos ya que, al parecer, las estadísticas quedan bastante lejos de la realidad. En todo caso, las principales críticas pueden resumirse en las siguientes: malestar en las CCAA por la gestión del Gobierno, pues las gobernadas por el PP y los nacionalistas protestan por la unilateralidad de Sánchez en la toma de decisiones; colapso de hospitales y morgues sin que se sepa por falta de test cuántos hogares están contagiados; alegato de la industria y la construcción de que no hay mascarillas, ni test, ni ayudas del Gobierno; improvisación “cosmética” en la entrega de mascarillas, llegadas “in extremis”, entre usuarios del transporte público que en el metro de Madrid desató cierto caos…….  
            También cabe destacar en esta semana pintoresca que, según NCReport, el 74% de la población pide un pacto entre los partidos para salir de la crisis; que Martínez Almeida dice que “los españoles quieren un gran acuerdo nacional” pero que “Casado ha propuesto doce pactos a Sánchez y no ha habido respuesta”; que el TSJ de Castilla y León exige también la cifra real de muertos y ordena contar los fallecimientos “sospechosos y compatibles”; que el Gobierno compró 20 millones en mascarillas a un empresario con sociedades “off shore” en Malta y que está investigado por sobornos; que mueren Enrique Múgica y Landelino Lavilla, dos políticos históricos de relieve; que un equipo coordinado por Teresa Ribera prepara el fin del aislamiento, participando en el mismo Sanidad, Exteriores y Seguridad Social; que la Abogacía cuestiona las sanciones por vulnerar el confinamiento y cree que la Policía no puede multar al que salga a la calle si no a quien se niegue a obedecer; que Interior investiga a Rajoy por romper el aislamiento para hacer deporte; que Sanidad oculta el número de test que se han realizado en España, verdadero modo de conocer el alcance de la pandemia; que los ERTEs para 3´5 millones de trabajadores desbordan el sistema público y el colapso de las oficinas dificulta a miles de afectados cobrar la prestación; y que, mientras grandes empresarios, autónomos y sindicatos piden un pacto por España ante la crisis económica por el coronavirus, Casado asume que tendrá que pactar si Sánchez “sacrifica” a Iglesias, aunque cree que la prioridad ahora es “salvar vidas” y que no se haga propaganda.
            Y mientras los ministros de Podemos tensionan la relación con el Rey, que ha despachado durante la crisis con diez miembros del Ejecutivo y todos ellos del PSOE, Tezanos, con su CIS, la vuelve a liar, pues, según él, el 88% de los encuestados pide que se apoye al Gobierno y además quiere legitimar la censura, pues, aprovechando el estado de alarma, pretende anular el Portal de Transparencia y utiliza la encuesta para predisponer a los españoles a favor de amordazar a los medios, preguntando si cree que el Gobierno debe prohibir informaciones que se consideren poco fundamentadas, y, con una rocambolesca redacción consiguiendo, logrando que el 87´8% responda que no hay que criticar al Ejecutivo. Por otro lado está en discusión la finalización de este curso escolar entre Celáa y las CCAA, diciendo la ministra que “el estudiante repetirá sólo cuando eso le vaya a hacer mejorar” y que todos los alumnos pasarán de curso salvo en casos excepcionales, por lo que repetir será una “excepción”.
            Por lo que respecta al exterior, destacar que Italia extiende el confinamiento hasta el 3 de mayo aunque algunos negocios podrán abrir; que Erdogan libera 90.000 presos pero no a los políticos; que el Papa cierra Semana Santa pidiendo a la UE que deje de lado sus rivalidades; que Sanders respalda a Biden en su candidatura a la presidencia; que Francia extiende al 11 de mayo el confinamiento aunque relajará algunas medidas; que Trump quiere la autoridad “total” en la reactivación económica; que Austria acaba con el encierro y Dinamarca abre los colegios; y que la OMS pide tener bajo control los contagios antes de desescalar, mientras la UE trabaja ya en escenarios para reabrir escuelas, tiendas y bares de forma progresiva y con límites de horario y aforo.
Jorge Cremades Sena

viernes, 10 de abril de 2020

LA PEOR DE LAS FORMAS


                        Con un balance de 152.446 infectados y 15.238 fallecidos (la peor tasa de mortalidad del mundo), así como 52.165 altas médicas (único dato realmente positivo) no se puede, ni se debe sacar pecho por parte de ningún Gobierno y, menos aún, cuando, siendo minoritario, comparece en el Congreso de los Diputados para pedirle a la oposición que le respalde una prórroga en el ya concedido “estado de alarma”, que le otorga plenos poderes, y para que apoye unos decretos socio-económicos unilateralmente aprobados en el Consejo de Ministros sin previa negociación. Que le pregunten a Rajoy cuando tuvo que afrontar la gestión de la anterior crisis económica, heredada de Zapatero y enmarcada en una crisis global, en medio de las lógicas críticas de la oposición de entonces (hoy en el poder) en aquellos momentos delicados, aunque no tanto como los de ahora. Ni aquella crisis, ni ésta, son imputables a los gobernantes de turno, a los que simplemente les toca gestionarlas, con aciertos y errores como es lógico, siendo siempre los gobiernos gestores los principales responsables de la gestión y de la habilidad para concitar consensos necesarios y amplios respaldos, que faciliten la salida de las crisis de la mejor manera posible. Para ello se requiere autocrítica (ningún gobierno es perfecto) y asumir las críticas de la oposición (a veces exageradas, inconvenientes e incómodas), rebatiéndolas, en todo caso, respetuosa y razonadamente, desde la humildad y la serenidad, especialmente si, tratándose de gobiernos débiles y minoritarios, necesitan su apoyo para sacar adelante las soluciones que proponen. Pues bien, todo lo contrario de lo que acabamos de ver en el Congreso de los Diputados con motivo de la petición a la oposición por parte del Gobierno de Sánchez de respaldo a una nueva prórroga del estado de alarma, que el PP apoyaba, a unos decretos económicos, que el PP rechazaba, y a otros sociales, sobre los que el PP se abstenía, obviamente, todo ello sin renunciar a su derecho y obligación de criticar al Gobierno con mayor o menor dureza. En efecto, Sánchez y el PSOE optaron por la peor de las formas en el Congreso tendente a concitar ese respaldo parlamentario a sus propuestas y Sánchez, alardeando de su gestión sin autocrítica alguna, desafía a Casado, el líder de la oposición, mientras además le exige respaldo total a sus pretendidos “Pactos de La Moncloa”, para, seguidamente la portavoz parlamentaria socialista llamarle “indigno”, “desleal” e “incompetente”, provocando que el líder popular rechazara tajantemente dichos pactos porque “han dinamitado todos los puentes con sus insultos” y se limitara a apoyar la prórroga del “estado de alarma”, absteniéndose en las medidas sociales y rechazando las económicas, al extremo de que el Gobierno sólo logró sacarlas adelante con más abstenciones que síes. Mal asunto pues para la gestión de un Gobierno que, gracias a la oposición, consigue prolongar el estado de alarma hasta el 26 de abril, que anuncia en sede parlamentaria que seguramente tendrá que solicitar en su momento otra prórroga más allá de ese día y que tendrá que afrontar la gestión de una inminente crisis económico-social de consecuencias incalculables, que requerirá sin duda un consenso político-social y económico difícilmente asequible con estas formas inaceptables de tratar a una oposición que necesita dada su debilidad parlamentaria y el rechazo incluso de algunos de los que le auparon al poder. Sánchez optó erróneamente por hacer una defensa numantina de su gestión, sin reconocer errores ni pedir disculpas por ello, cuando, al menos, algunas de sus afirmaciones se alejan de la realidad, pues ni España, como él asegura, es el país de Occidente que “antes tomó medidas de confinamiento”, ni el que “más lejos ha ido” en dichas medidas, ni ha seguido “siempre” el mandato de la OMS, ni está mostrando “absoluta transparencia” en su política informativa. Por tanto, habrá de afrontar el periodo de esta segunda prórroga con menos apoyos y entre las críticas de sus propios socios, pues Sánchez se va quedando sólo y si persiste, junto al PSOE, en afianzar la peor de las formas en su trayectoria difícilmente conseguirá enderezar el entuerto.
            Y mientras se publica que Illa ordenó a las CCAA no computar a los muertos con síntomas si no se les había hecho la prueba, cuando el Gobierno admite que faltan kits de extracción para hacer más test, éstas calculan que el número de fallecidos duplica al oficial (la mortalidad sube en Castilla y León un 159%, en La Mancha un 188% o en Navarra un 143%) y cada una de ellas exige su plan para levantar el confinamiento, una especie de “desescalada” a la carta tras el 26 de abril, mientras piden más test y tener en cuenta el número de casos y el tejido empresarial, en tanto que Moncloa acusa la improvisación y evita ahora adelantar los escenarios en los que trabaja para evitar posteriores rectificaciones como ha sucedido hasta ahora, y Sanidad aprueba la venta de mascarillas aunque no estén validadas por la UE. No en vano Ximo Puig, más humilde que Sánchez, manifiesta que “en algún momento se nos pasó algo, pero ahora hay que buscar soluciones”. Se conoce además que Sanidad tardó una semana en actuar de urgencia en las residencias, donde han fallecido casi 9.000 mayores; que más del 90% de los contagios en España no han sido detectados; que a la gran morgue del Palacio de Hielo de Hortaleza, convertido en la gran morgue de España, llegan diariamente decenas de cadáveres y otros salen hacia crematorios que no dan abasto; que Sanidad le dice a la Generalitat de Cataluña que es “inaceptable” no tratar a los mayores de 80 años; que el PP pide una auditoría para conocer la realidad del enigma de muertos ocultos, ya que el protocolo ofrecido a las CCAA deja fuera de la estadística a los fallecidos en residencias o casas; que SEAT fabrica ahora respiradores; que Torra frena dos hospitales que montaban el Ejército y la Guardia Civil; y que Sanidad vetó la venta de mascarillas a las CCAA el 2 de marzo, prohibiendo a los mayoristas que suministraran material contra el coronavirus con el argumento de que iba a hacer una compra centralizada, que luego tardó 23 días en realizar. No obstante, la tasa de contagio está ya por debajo de uno, salvo en Castilla-La Mancha, evidenciando el retroceso de la pandemia en todas las regiones, pues, con altibajos y dientes de sierra, ya se ha conseguido llegar al pico para instalarnos en una meseta que nos permita la deseada desescalada.
Por otro lado, en plena Semana Santa sin desplazamientos ni Operación Salida y con las autopistas vacías, los empresarios plantan al Gobierno y acusan a Iglesias de manipular, en tanto que el Ejecutivo, temiendo una segunda ola de contagios después de las vacaciones, se prepara para cerrar las fronteras al turismo en verano y estudia también restricciones al turismo nacional, con lo que el sector prevé unas pérdidas de 170.000 millones y le exige ayudas para evitar la desaparición de miles de empleos. Y es que la crisis económico-social que se avecina es de órdago, mientras Sánchez condiciona posibles pactos a la presencia de Podemos con un papel importante de Iglesias en los mismos, y Bonet, Presidente de la Cámara de España, manifiesta que “es el momento de que sean apartados aquellos que quieren destruir el sistema” y la CEOE estima que el PIB caerá en 2020 entre un 5% y un 9%. Entretanto Hacienda plantea aplazar impuestos a pymes y autónomos, cuyo retraso, que no exoneración, aliviaría a unos 3´4 millones de contribuyente, y se revisarán los pagos de IVA e IRPF de cara al próximo día 20 en algunos sectores, mientras Iglesias impone una renta mínima (un ingreso mínimo vital), que subleva a los empresarios y Agricultura decreta que parados y jóvenes inmigrantes puedan incorporarse para salvar la cosecha del campo sin menoscabo de las percepciones que tengan ahora. Y en otro orden de cosas, mientras expertos en infancia piden que se rebaje ordenadamente el confinamiento de los menores, pues, tras un mes sin colegio “los niños tienen que salir ya”, el Consejo Escolar pide que se evalúe a los alumnos por sus tareas digitales en medio de una fuerte polémica, ya que expertos y familias denuncian que la propuesta de dicho Consejo Escolar (donde están representados padres, profesores, alumnos y administración) perjudica a los estudiantes más desfavorecidos, cuando en Italia han optado por dar un aprobado general en este curso académico perdido.
Y del exterior, destacar que la OMS avisa de que la tasa de mortalidad del Covid-19 es “diez veces superior a la de la gripe; que la OIT prevé la pérdida de 200 millones de empleos este trimestre, el desplome del mercado laboral mundial más acusado desde la Segunda Guerra Mundial; que Sanders se retira y deja vía libre a Biden como rival de Trump, a quien disputará la presidencia de EEUU; que Wuhan, foco de la pandemia, vuelve a la calle con júbilo tras dos meses y medio de confinamiento, quedando definitivamente abierta al retirar las barreras y reabrir las comunicaciones; que, según el Papa Francisco, “médicos, voluntarios, religiosas….son los santos de la puerta de al lado; han muerto sirviendo” y pide a la gente “que se hagan cargo de los ancianos, de los jóvenes y de los despojados; entender que aquel que tenía ya no tiene”; y que líderes mundiales, representando a 70 países de los cinco continentes, instan al G-20 a dar una respuesta global mediante una carta de expresidentes y altos cargos planteando una conferencia de donantes, en la que reclaman reforzar las instituciones, más fondos a la ONU y condonar deuda. Pero el espectáculo bochornoso está en la UE, donde el Eurogrupo, tras atascarse en el debate para reconstruir la economía, poniendo en evidencia su fuerte división, consigue a duras penas, tras varios intentos, un pacto de mínimos para desbloquear medio billón de ayudas pero rechazando los “coronabonos”, que pedían países como Italia y España; en efecto, tras buscar Berlín y París firmar en el Eurogrupo un acuerdo de mínimos (no haberlo conseguido hubiera supuesto un mazazo para la propia supervivencia de la UE y una frustración generalizada) ante el enfrentamiento de Italia y Holanda (España ya había cambiado de estrategia aproximándose a Francia, más flexible, y alejándose de Italia, para un plan de reconstrucción al que Holanda se negaba) se consigue en principio el desbloqueo de la UE, con el desbloqueo de ese medio billón de euros para afrontar la crisis del coronavirus, un primer paso (algo es algo) en su Plan de Reconstrucción con una masiva inyección de liquidez a los países afectados cuyo acceso no estará sometido a ajustes o reformas, como pedían Italia o España, aunque la mutualización de la deuda queda aplazada a una futura cumbre.
Jorge Cremades Sena

martes, 7 de abril de 2020

UNA LUZ DE ESPERANZA


                        Los datos de la pandemia en España, totalmente desgarradores, dejan hasta hoy un saldo de 135.032 infectados, 13.055 fallecidos y 40.437 altas médicas, sin embargo la tendencia a la baja de defunciones y contagiados y al alza de los recuperados aporta una luz de esperanza en medio de esta crítica oscuridad generalizada. En efecto, la presión sobre las UCIs empieza a reducirse (y con ello la angustia) tras semanas desbordadas al borde del colapso, aunque los expertos alertan de que en ningún momento cabe relajar la guardia para evitar una nueva ola de contagios y sugieren que, incluso después de doblegar el coronavirus, se imponga el uso obligatorio de mascarillas, el control de movimientos, los test masivos, la prohibición de viajar y las concentraciones. El Gobierno, que ya ha prorrogado el estado de alarma y el confinamiento hasta el 26 de abril, con la pertinente autorización del Congreso de los Diputados, y no descarta solicitar otras prórrogas, encarga ahora fabricar millones de mascarillas y otros materiales sanitarios mientras los juristas avisan de que pudiera incurrir en responsabilidad penal en caso de extralimitarse y no respetar escrupulosamente el Estado de Derecho y la oposición le afea que ahora recomiende el uso masivo de mascarillas cuando el portavoz Simón, aquejado de coronavirus, siempre dijo no entender la fiebre por el uso de dichas mascarillas y cuando, desoyendo las recomendaciones de la OMS, España exportó test hasta el 15 de marzo y el Gobierno no intervino la producción de las empresas hasta el estado de alarma ni hizo acopio del material, anunciando pruebas masivas “en 2 o 3 días” que aún no han empezado, mientras los hospitales comprueban que los test adquiridos no tenían fiabilidad (el doctor Julio García, portavoz del SMIC, deja bien claro que “ninguno de los test chinos que hemos  probado hasta ahora funciona”). En fin, decisiones, acertadas o no, que en un futuro habrán de aclararse, aunque las críticas ya no se dejan esperar, al extremo de que el CSIF, el sindicato mayoritario de los funcionarios, denuncia al Ejecutivo en los tribunales por homicidio imprudente ya que “no hicieron caso a las advertencias de la OMS ni acopio de material”. Por su parte la oposición se queja de que el Ejecutivo les trata con desprecio y ninguneo, denunciando como juego sucio el proceder de Sánchez, quien, eludiendo toda autocrítica, en otra intervención televisada de una hora anunciaba que prorrogaba la alarma hasta finales de abril y que después hará sucesivas ampliaciones, en tanto que el PP exige que el Parlamento retome el control del Ejecutivo y la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se queja de que “Madrid se ha sentido muy solo y el Presidente ni me contesta”. Este es el ambiente que se respira cuando el Gobierno, dispuesto a afrontar una nueva etapa en la lucha contra la pandemia, ya se prepara para adoptar nuevas medidas, como confinar a los asintomáticos fuera de sus casas (en hoteles, albergues u otras instalaciones), lo que, en principio requeriría un ingente esfuerzo de aplicar test masivos (varios millones de ellos) para la detección de los mismos, pidiendo al efecto a las CCAA que le hagan un inventario de posibles recintos para alojarlos en medio de un debate sobre la legalidad o no de la medida, pues en principio no podría obligar a un confinamiento fuera de sus casas, por lo que finalmente Moncloa, ante las dudas legales, rectifica su inicial anuncio y plantea a las CCAA que dicho confinamiento sea con carácter voluntario y en hoteles; entretanto, el verdadero agujero negro de la epidemia reside en las residencias de mayores donde han muerto ya más de 3.600 ancianos. Por otro lado, Moncloa rectifica también y permite por fin que la prensa pregunte directamente a Sánchez y a los ministros comparecientes por videoconferencia en vez de hacerlo, como hasta ahora, a través del filtro previo del Secretario de Estado de Comunicación.
            Y mientras España entra en la fase de reducción de casos por día (aunque nos espera un periodo de “dientes de sierra” con altibajos puntuales) y la industria y construcción se preparan para abrir después de Semana Santa, Pedro Sánchez, eludiendo toda autocrítica y tras ningunear a la oposición, propone que le apoyen en una especie de nuevos Pactos de La Moncloa, que no explica en qué consistirían, en los que incluiría a las CCAA, a lo que Casado responde: “apoyaré a Sánchez para salvar vidas, no para que arruine España”, “no respaldaré más prórrogas si el Gobierno sigue anulando el control democrático del Congreso”, “lo de los Pactos de La Moncloa es un señuelo que se saca por su mala respuesta a la crisis” y concluye, “en la gestión sanitaria parece que no hay nadie al volante: poder máximo, eficacia mínima”. Mientras tanto la Comunidad de Madrid activa un plan de rescate para los autónomos madrileños, adoptando, entre otras medidas, el abono de las cuotas a la Seguridad Social de marzo y abril. Todo ello en medio de una polémica interna entre miembros del Gobierno por los 3.500 millones de la renta mínima vital, que genera tensiones en el Ejecutivo, con dudas sobre cómo financiarla, pues mientras Iglesias presiona para anunciar y tomar la medida lo antes posible el ministro Escrivá se resiste, con lo que, al final, Sánchez tendrá la última palabra en este nuevo choque, el enésimo, en el seno del Consejo de Ministros. Por su parte Margarita Robles pregunta “¿alguien piensa que tras esto la legislatura va a ser igual?” y añade “con miles de muertos, aquellos parámetros quedan fuera de lugar”, concluyendo que “hemos cometido fallos, pero tratamos de hacer lo mejor posible”. Y en medio de este panorama enrarecido, según GAD3, sólo el 27´7% de los españoles aprueba la gestión de Sánchez ante la epidemia, pues su valoración ha ido cayendo desde que declarara el estado de alarma y, hoy en día, es peor que la de los presidentes autonómicos, siendo además el líder peor valorado en Europa.
            Cabría añadir además que ha fallecido el cantautor Luis Eduardo Aute; que es detenido un empresario por robar en Santiago de Compostela material sanitario por valor de unos cinco millones de euros para venderlo en Portugal; y que los sepelios por Covid-19 en Castilla-La Mancha  triplican los datos oficiales, informando el TSJ de que en marzo fueron enterrados 1.921 fallecidos por coronavirus.
            Por lo que respecta al exterior destacar que, según Mario Centeno, Presidente del Eurogrupo y Ministro de Finanzas de Portugal, “los préstamos de la UE deben respetar el sufrimiento de los ciudadanos”; que Italia otorga el aprobado general a los estudiantes y moviliza otros 400.000 millones de euros en el mayor estímulo de su historia; que Turquía requisa para sus clínicas un avión español con material sanitario, aunque finalmente le da vía libre; que EEUU se para en seco por la pandemia, siendo una potencia de primera magnitud, pero con una frágil red social; que Boris Johnson, cuyas funciones ejercerá ahora su ministro de Exteriores, es hospitalizado tras diez días de confinamiento y finalmente es ingresado en la UCI al agravarse su estado de salud (al parecer, Downing Street ocultó su gravedad); que Wolfgang Schäuble, Presidente del Bundestag dice sobre la crisis que “es un desafío mayor que el de la crisis financiera y el euro”; que varios países ensayan la renta básica, como pretende España, ante el parón de sus economías; y que, según Borrell, Alto representante de la UE para AAEE, “la Europa rica de hoy no tiene ningún míster Marshall a quien pedirle dinero”, con lo que “habrá que preguntarse si hay suficiente capacidad de endeudamiento en el mundo para afrontar esta crisis” y añade que “han vuelto a aparecer en la UE las mismas desuniones que surgieron hace once años”.
Jorge Cremades Sena

viernes, 3 de abril de 2020

BATACAZO DEL EMPLEO


                        El mercado de trabajo sufre en marzo un catastrófico batacazo sin precedentes, pues en solo catorce días han sido arrasados nada menos que 834.000 puestos de trabajo (dos de cada tres, trabajos temporales). Una caída histórica por el coronavirus que hace que el número de parados en España se eleve a más de 3´5 millones, siendo Canarias, Andalucía y Comunidad Valenciana las más golpeadas por este desastre laboral de consecuencias impredecibles, en que sólo el sector turístico, motor de la economía española, alerta ya de pérdidas de hasta 90.000 millones de euros. Pese a los esfuerzos del Ejecutivo y su plan para proteger a los sectores más vulnerables, en tan pocos días se han perdido tantos empleos como en los tres meses y medio posteriores a la crisis de Lehman. Bruselas plantea un fondo de 100.000 millones para ERTEs, con créditos directos a los países afectados para evitar despidos, mientras siete CCAA se oponen a la intervención de sus fondos para el empleo por parte del Ejecutivo, que sólo informa de 620.000 afectados por los ERTEs y acusa a las CCAA de no compartir información. Es, sin duda, el peor dato de la historia y además la forma de contabilizar los ERTEs puede disparar las cifras a cinco millones, mientras Trabajo “expropia” a las autonomías el dinero para el empleo frente a la oposición de éstas y en el PP, principal partido de la oposición, se quejan de que “Sánchez aún no ha llamado”, anunciando que acudirán a una “mesa de unidad”  frente al coronavirus si Moncloa le cita pero no apoyará las medidas impuestas por Podemos, en tanto que Casado ya trabaja con un “gobierno en la sombra” de ex ministros. Por su parte el Gobierno de Sánchez lanza unilateralmente un plan (ya veremos cómo, quién y con qué se paga) para proteger a los sectores más vulnerables, con medidas que benefician a parados, inquilinos, pymes y autónomos (como suspensión de los desahucios y créditos al 0% a los inquilinos; prohibición de cortes de suministros básicos como luz, agua y gas; seguro de paro para trabajadores precarios y empleadas del hogar; subsidio de 440 euros a quien no acceda al paro; ampliación de la moratoria de hipotecas a oficinas y locales; moratoria en el pago de las cotizaciones para los autónomos y de pago en los créditos para el consumo; planes de pensiones rescatables si se necesita….) que al no ir acompañado de una memoria económica genera incertidumbres sobre su viabilidad, con las pertinentes frustraciones que ello generaría en la ciudadanía si no se pudiera llevar a cabo, mientras el Ejecutivo ignora todas las advertencias de que el “escudo social” que pretende generará más desempleo. En definitiva, un plan de subsistencia ante el colapso que, al margen de las buenas intenciones, que nadie duda, no acaba de agradar de forma palpable, pues las autonomías andan descontentas al habérseles arrebatado 2.400 millones en fondos de formación, los autónomos se quejan de que sólo se le ofrezcan moratorias y créditos que luego tendrán que afrontar, etc etc, mientras otros acusan de que Iglesias ha arrinconado a Calviño y su intento de controlar el déficit y el gasto tal como exige la UE, anteponiendo la ideología a la difícil y dura recuperación que se avecina. Pero Sánchez ignora al PP y exige que apoye sus decretos sin garantizarle que se los consultará, mientras Abascal acusa de que “Sánchez está actuando de forma desleal y maltrata a la oposición”. Al final, según algunos, las tesis de Podemos se imponen en Moncloa, interviniendo la economía y disparando el gasto pese al excesivo endeudamiento ya existente, en tanto que Lorenzo Amor, Presidente de ATA, lo tiene claro: “los errores del Ejecutivo llevan a los autónomos a la ruina”.
            Entretanto la pandemia de coronavirus sigue haciendo estragos dejando ya en España 117.710 infectados y 11.009 fallecidos (el 20% de las víctimas mundiales) y con el record de 950 muertos en un solo día nos acerca al máximo registrado en Italia; pero también cabe destacar las 30.514 altas médicas, única buena noticia que da lugar a la esperanza al convertirnos en el segundo país con mayor número de curados. Otra señal de esperanza es el descenso de hospitalizaciones, mientras los expertos apuntan ya a la fase de estabilización y ponen el foco en las UCIs. No obstante una oleada de críticas al Ejecutivo acompañan este lento proceso en medio del confinamiento generalizado, pues la llegada de los test rápidos peligra al restringir China las exportaciones y bloquear pedidos por el fiasco del Gobierno español, endureciendo la ley en respuesta a la improvisación de Sanidad, con el asunto de test inservibles, contratos millonarios sin firmar y encargos de más material sin homologar. Y es que España desoyó las llamadas de la OMS y de la UE, tanto a España como a otros países europeos, a hacer acopio de material ya que iba a haber desabastecimiento, a lo que Illa respondió “tenemos suficiente suministro”, por lo que la oposición se lo afea ahora cuando los mercados están imposibles y no se puede “comprar material barato” como pretende  ahora el Ministerio. Así las cosas, según se publica, la nueva tanda de test sólo son fiables al 50%, con lo que las pruebas adquiridas por el Gobierno tampoco llegan al 70% que se considera óptimo y el 75% de los respiradores prometidos por Sanidad no tiene licencia para utilizarse, mientras el Ministerio sólo ha enviado a Madrid mascarillas para tres días desde febrero. Por lo demás, el Gobierno prevé que no haya más clases este curso en la Universidad, mientras Torra, otro que tal baila, rectifica por fin y recurre al Ejército español para desinfectar residencias, pues la Generalitat boicoteó absurdamente la ayuda del Ejército en 41 municipios, mientras el TS le advierte de que no puede liberar a los presos del 1-O de modo indiscriminado aprovechando la situación de crisis que estamos atravesando. Por su parte los sanitarios denuncian que sus bajas se tratan como enfermedad común y exigen a la Seguridad Social que el contagio sea reconocido como enfermedad profesional.
            Por los que respecta a otros asuntos del exterior cabe citar que EEUU plantea una transición en Venezuela sin Maduro ni Guaidó; que Méjico decreta la emergencia sanitaria y suspende las actividades; que el Eurogrupo plantea a España e Italia usar el fondo de rescate sin condiciones; que W. Hoekstra, ministro de finanzas holandés, dice que “hay que admitir que no lo hemos hecho bien, es culpa nuestra”; y que cuatro científicos visionarios chinos vieron venir el apocalipsis actual al predecir en 2007 que comer animales exóticos podía hacer resurgir los coronavirus.   
Jorge Cremades Sena