Los
datos de la pandemia en España, totalmente desgarradores, dejan hasta hoy un
saldo de 135.032 infectados, 13.055 fallecidos y 40.437 altas médicas, sin
embargo la tendencia a la baja de defunciones y contagiados y al alza de los
recuperados aporta una luz de esperanza en medio de esta crítica oscuridad
generalizada. En efecto, la presión sobre las UCIs empieza a reducirse (y con
ello la angustia) tras semanas desbordadas al borde del colapso, aunque los
expertos alertan de que en ningún momento cabe relajar la guardia para evitar
una nueva ola de contagios y sugieren que, incluso después de doblegar el
coronavirus, se imponga el uso obligatorio de mascarillas, el control de movimientos,
los test masivos, la prohibición de viajar y las concentraciones. El Gobierno,
que ya ha prorrogado el estado de alarma y el confinamiento hasta el 26 de
abril, con la pertinente autorización del Congreso de los Diputados, y no
descarta solicitar otras prórrogas, encarga ahora fabricar millones de
mascarillas y otros materiales sanitarios mientras los juristas avisan de que
pudiera incurrir en responsabilidad penal en caso de extralimitarse y no
respetar escrupulosamente el Estado de Derecho y la oposición le afea que ahora
recomiende el uso masivo de mascarillas cuando el portavoz Simón, aquejado de
coronavirus, siempre dijo no entender la fiebre por el uso de dichas
mascarillas y cuando, desoyendo las recomendaciones de la OMS, España exportó
test hasta el 15 de marzo y el Gobierno no intervino la producción de las
empresas hasta el estado de alarma ni hizo acopio del material, anunciando
pruebas masivas “en 2 o 3 días” que aún no han empezado, mientras los hospitales
comprueban que los test adquiridos no tenían fiabilidad (el doctor Julio
García, portavoz del SMIC, deja bien claro que “ninguno de los test chinos que
hemos probado hasta ahora funciona”). En
fin, decisiones, acertadas o no, que en un futuro habrán de aclararse, aunque
las críticas ya no se dejan esperar, al extremo de que el CSIF, el sindicato
mayoritario de los funcionarios, denuncia al Ejecutivo en los tribunales por
homicidio imprudente ya que “no hicieron caso a las advertencias de la OMS ni
acopio de material”. Por su parte la oposición se queja de que el Ejecutivo les
trata con desprecio y ninguneo, denunciando como juego sucio el proceder de
Sánchez, quien, eludiendo toda autocrítica, en otra intervención televisada de
una hora anunciaba que prorrogaba la alarma hasta finales de abril y que
después hará sucesivas ampliaciones, en tanto que el PP exige que el Parlamento
retome el control del Ejecutivo y la Presidenta de la Comunidad de Madrid,
Isabel Díaz Ayuso, se queja de que “Madrid se ha sentido muy solo y el
Presidente ni me contesta”. Este es el ambiente que se respira cuando el
Gobierno, dispuesto a afrontar una nueva etapa en la lucha contra la pandemia,
ya se prepara para adoptar nuevas medidas, como confinar a los asintomáticos
fuera de sus casas (en hoteles, albergues u otras instalaciones), lo que, en
principio requeriría un ingente esfuerzo de aplicar test masivos (varios
millones de ellos) para la detección de los mismos, pidiendo al efecto a las
CCAA que le hagan un inventario de posibles recintos para alojarlos en medio de
un debate sobre la legalidad o no de la medida, pues en principio no podría
obligar a un confinamiento fuera de sus casas, por lo que finalmente Moncloa,
ante las dudas legales, rectifica su inicial anuncio y plantea a las CCAA que
dicho confinamiento sea con carácter voluntario y en hoteles; entretanto, el
verdadero agujero negro de la epidemia reside en las residencias de mayores
donde han muerto ya más de 3.600 ancianos. Por otro lado, Moncloa rectifica
también y permite por fin que la prensa pregunte directamente a Sánchez y a los
ministros comparecientes por videoconferencia en vez de hacerlo, como hasta
ahora, a través del filtro previo del Secretario de Estado de Comunicación.
Y
mientras España entra en la fase de reducción de casos por día (aunque nos
espera un periodo de “dientes de sierra” con altibajos puntuales) y la
industria y construcción se preparan para abrir después de Semana Santa, Pedro
Sánchez, eludiendo toda autocrítica y tras ningunear a la oposición, propone
que le apoyen en una especie de nuevos Pactos de La Moncloa, que no explica en
qué consistirían, en los que incluiría a las CCAA, a lo que Casado responde:
“apoyaré a Sánchez para salvar vidas, no para que arruine España”, “no
respaldaré más prórrogas si el Gobierno sigue anulando el control democrático
del Congreso”, “lo de los Pactos de La Moncloa es un señuelo que se saca por su
mala respuesta a la crisis” y concluye, “en la gestión sanitaria parece que no
hay nadie al volante: poder máximo, eficacia mínima”. Mientras tanto la
Comunidad de Madrid activa un plan de rescate para los autónomos madrileños,
adoptando, entre otras medidas, el abono de las cuotas a la Seguridad Social de
marzo y abril. Todo ello en medio de una polémica interna entre miembros del
Gobierno por los 3.500 millones de la renta mínima vital, que genera tensiones
en el Ejecutivo, con dudas sobre cómo financiarla, pues mientras Iglesias
presiona para anunciar y tomar la medida lo antes posible el ministro Escrivá
se resiste, con lo que, al final, Sánchez tendrá la última palabra en este
nuevo choque, el enésimo, en el seno del Consejo de Ministros. Por su parte
Margarita Robles pregunta “¿alguien piensa que tras esto la legislatura va a ser
igual?” y añade “con miles de muertos, aquellos parámetros quedan fuera de
lugar”, concluyendo que “hemos cometido fallos, pero tratamos de hacer lo mejor
posible”. Y en medio de este panorama enrarecido, según GAD3, sólo el 27´7% de
los españoles aprueba la gestión de Sánchez ante la epidemia, pues su
valoración ha ido cayendo desde que declarara el estado de alarma y, hoy en
día, es peor que la de los presidentes autonómicos, siendo además el líder peor
valorado en Europa.
Cabría
añadir además que ha fallecido el cantautor Luis Eduardo Aute; que es detenido
un empresario por robar en Santiago de Compostela material sanitario por valor
de unos cinco millones de euros para venderlo en Portugal; y que los sepelios
por Covid-19 en Castilla-La Mancha triplican
los datos oficiales, informando el TSJ de que en marzo fueron enterrados 1.921
fallecidos por coronavirus.
Por
lo que respecta al exterior destacar que, según Mario Centeno, Presidente del
Eurogrupo y Ministro de Finanzas de Portugal, “los préstamos de la UE deben
respetar el sufrimiento de los ciudadanos”; que Italia otorga el aprobado
general a los estudiantes y moviliza otros 400.000 millones de euros en el
mayor estímulo de su historia; que Turquía requisa para sus clínicas un avión
español con material sanitario, aunque finalmente le da vía libre; que EEUU se
para en seco por la pandemia, siendo una potencia de primera magnitud, pero con
una frágil red social; que Boris Johnson, cuyas funciones ejercerá ahora su
ministro de Exteriores, es hospitalizado tras diez días de confinamiento y
finalmente es ingresado en la UCI al agravarse su estado de salud (al parecer,
Downing Street ocultó su gravedad); que Wolfgang Schäuble, Presidente del Bundestag
dice sobre la crisis que “es un desafío mayor que el de la crisis financiera y
el euro”; que varios países ensayan la renta básica, como pretende España, ante
el parón de sus economías; y que, según Borrell, Alto representante de la UE
para AAEE, “la Europa rica de hoy no tiene ningún míster Marshall a quien
pedirle dinero”, con lo que “habrá que preguntarse si hay suficiente capacidad
de endeudamiento en el mundo para afrontar esta crisis” y añade que “han vuelto
a aparecer en la UE las mismas desuniones que surgieron hace once años”.
Jorge Cremades Sena
Impecable descripción de la situación hasta el momento, un gobierno perdido en una balsa llena de agujeros en el océano. Enhorabuena
ResponderEliminar